Читать книгу Los Secretos De La Mente Y El Cuerpo - Gianluca Pistore - Страница 10

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III

Debes saber que soy de origen americano. Mis orígenes son antiquísimos y se dice que mis antepasados provenían directamente de antiguos guerreros. Desde hace mucho tiempo que en mi familia ha pasado de generación en generación una historia.

Hace más o menos 30 años, 2 gemelos nacieron en un hospital de una aldea de la inmensa Rusia.

Los dos eran personas de capacidad media, pero ambos tenían una fuerte personalidad y ambos tenían unos objetivos precisos en su mente. Crecieron juntos hasta que se casaron y se fueron a vivir lejos con sus respectivas esposas. Se perdieron de vista.

Pasado mucho tiempo se reencontraron en una reunión familiar. Los dos gemelos todavía eran muy parecidos. Tenían un trabajo similar, ambos tenían hijos y un maravilloso matrimonio. Además, ambos habían desarrollado una fuerte pasión por la cultura física.

Pero había una diferencia.

Uno de ellos era mucho más grueso, más fuerte y más definido que el otro.

Por lo que respecta a los dos gemelos te diré que habían comenzado juntos el entrenamiento físico.

¿Qué había hecho que su aspecto fuese tan diferente?

El conocimiento. El conocimiento y una constante aplicación.

No te puedo prometer el éxito inmediato si sigues mis instrucciones. Pero te puedo garantizar que harás un viaje fascinante en busca de tus potencialidades y que te daré todos los medios necesarios para sobresalir. Luego deberás ser tú quien meta en práctica mis enseñanzas y actuar.

¿Qué te ha enseñado esta historia, chaval?

Desde el principio de los tiempos el hombre siempre ha crecido gracias a la sobrecarga progresiva. ¿Conoces el principio di Kaizen? Me ha sido transmitido directamente del último guerrero samurai japonés. Según este principio, durante tu vida debes siempre mejorar, constantemente. Incluso si das un paso atrás, después debes dar dos pasos adelante.

Se dice que en la época de la gran Roma conquistadora había un guerrero muy valiente y temido. Debes saber que este guerrero se entrenaba transportando un ternero sobre sus hombros durante el recorrido de un estadio20. Cada día, en la tranquilidad del campo, cogía este ternero, lo ponía sobre sus hombros y recorría su trayecto. Día tras día el ternero crecía, medio kilo, un kilo al día, constantemente. Y cada día el guerrero continuaba con su entrenamiento. Casi no se daba cuenta que el ternero estaba convirtiéndose en un toro pesado y adulto porque incluso él se estaba convirtiendo en alguien más fuerte ya que se estaba habituando al peso variable del animal. Cuando, después de un par de años, lo retó aquel que era considerado el gladiador más fuerte que nunca había pisado la arena, ¡este vio que paseaba tranquilamente con un toro sobre las espaldas!

No puedes ni siquiera imaginar cómo reaccionó.

¡Se dice que todavía está corriendo! Creo que es a causa de él que nació la leyenda de la maratón. Pues bien, aquel hombre no veía más allá de sus narices. Veía sólo el solo gesto de fuerza bruta sin llegar a comprender cómo había podido ocurrir. Veía la meta y no el camino que había recorrido hasta alcanzarla. Cada hecho exitoso parece fácil una vez que se ha alcanzado, pero no ha sido precedido de un recorrido lineal, puedes tropezar durante el camino pero la meta está ahí, fija en la mente, antes o después la alcanzarás. En verdad que nuestro guerrero se había entrenado para alcanzar aquel resultado.

Pero el gladiador estaba demasiado ocupado en escuchar su voz interior que le decía que era imposible y que seguramente se encontraba ante un demonio escupido por Cancerbero y no frente a un hombre normal con una tenacidad extraordinaria. Pues bien, el guerrero había conseguido su objetivo porque siguió el principio de Kaizen, el principio de la sobrecarga progresiva. Entrénate intentando superar constantemente tus límites en el gimnasio y en la vida y obtendrás cada vez los resultados que te habías propuesto. Esto es lo más importante y te invito a grabártelo en la cabeza. Mientras continúes a inflarte, a levantar siempre los mismos pesos, con tantas series y repeticiones, ¡tú serás una débil señorita!

El segundo secreto escrito sobre piedra y transmitido solo a los más valientes hijos primogénitos de las familias de guerreros más fuertes, ¡viene de los Viquingos!

Debes saber que algunos de estos valerosos hombres combatían desnudos contra sus adversarios. Se llamaban furiosos, justo por su habilidad para no sentir el dolor lacerante de las heridas de espada que recibían. Seguían avanzando y combatiendo, siempre, hasta la victoria. Después sus heridas se cicatrizaban. ¿Sabes que creían que pasaba antes de que entrasen a combatir? ¡Que eran protegidos por el mismo dios Odín!

¿Crees, quizás, que ellos fuesen el único pueblo que tuviese estas convicciones sobre las potencialidades del guerrero? ¿Has leído alguna vez la Biblia, chaval? Por tu cara de sorpresa creo que no sabes ni siquiera de que te estoy hablando, ¿verdad?

Escucha.

Muchos autores motivacionales, los fundadoes, creían, a decir verdad, que este libro fuese el libro motivacional más importante del mundo. En la primera parte de la Biblia, llamada Antiguo Testamento, se cuenta la historia de un antiguo pueblo. Intentaba vivir en paz respetando las leyes de su dios. Cuando se defendían sus guerreros era muy temidos, se cuenta que uno de ellos se resistió al menos a 10 guerreros enemigos.

Cuando, en cambio, no rezaban para conseguir la energía que los haría vencer y ofendían a su dios, perdían la fuerza y sucumbían. ¡Un poco como le ocurrió a Sansón! Por lo tanto, se hicieron respetar tanto que llegaron a estipular un pacto con los valerosos espartanos.

¿Sabes quiénes eran estos guerreros, chaval? ¡¿No?! ¿pero dónde has vivido hasta ahora? ¿Bajo una campana de vidrio? Bueno, escúchame.

Los Secretos De La Mente Y El Cuerpo

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