Читать книгу Érase mi alma - Giovanni Quessep - Страница 18

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Canción para el final

Perdónenos, pero nosotros nunca

sabremos qué decir ni qué cantar.

Tal vez digamos: el mundo es hermoso,

la soledad nos deja menos sueños

y hace claros en tiempo como el agua.

Es todo. ¿Y si decimos que la muerte

responde al paraíso, si cantamos

que vivir es un vuelo de amor, puro,

y no resulta? ¿Y si nada resulta?

Perdónenos, pero nosotros dimos

al polvo nuestros nombres: su caída

nos ilumina y nos quema por dentro.

¿Somos? ¿Pertenecemos al olvido?

¿Hay dureza en los huesos y los días?

Entregamos la paz, la estrella, el aire

a cambio de esta nada repentina.

Érase mi alma

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