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Desde el siglo XX

los movimientos feministas

han alcanzado grandes logros

en recuperar los derechos de la mujer.

Aún falta mucho por conseguir.

En paralelo

organizaciones gais y lésbicas

han logrado aceptación social,

sin embargo, aún falta mucho por hacer.

Todo ser humano

ha de considerarse igual

frente a la ley.

Independiente de su condición sexual

o cualquier otra consideración.

Todo ser humano

ha de tener las mismas oportunidades y trato

sin discriminación alguna,

cuya condición sea sexual, física,

social, racial u otra.

Los oficios, las artes y las profesiones

han de ser ejercidas

según la preparación

y capacidades alcanzadas

por cada individuo humano.

Sumamos nuestras voluntades y acciones

para alcanzar el punto de Justicia y armonía,

asegurando el respeto mutuo

entre los seres humanos.

Junto con respetar la equidad de género,

respetar a las personas

en todo el quehacer humano.

Encrucijada humana

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