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Prólogo

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Prologar este libro me generó un sinnúmero de emociones, las cuales invaden mi espíritu cuando se aborda el tema Malvinas. Porque la problemática de las Malvinas no solo representa el reclamo legítimo de cada uno de los argentinos sobre esas hermanas perdidas en el inconmensurable celeste mar, sino que conlleva un sentimiento de legitimidad e identidad que el paso del tiempo no logrará olvidar.

Mucha literatura ha tratado este tema, pero la claridad con que este libro plantea dicha cuestión atrapa no solo a quienes conocemos sobre derecho y política internacional, sino a todos aquellos que deseen saber las causas del conflicto, conocer si funcionaron los tratados y compromisos que asumieron las partes, y si, actualmente, los gobiernos de turno han trazado una política internacional de Estado en resguardo de nuestros derechos soberanos.

Seis profesionales con anclaje académico se dedicaron a investigar y estudiar la «cuestión Malvinas» con mucha precisión (lo demuestran las abundantes citas bibliográficas) y sencillez, que puede ser captada por todos los estudiosos que deseen conocer esta parte de nuestra historia nacional.

Gustavo E. Barbarán, miembro titular de la Asociación Argentina de Derecho Internacional (AADI), docente, investigador incansable, un estudioso de estos temas, sostiene en el capítulo I, denominado «Geopolítica nacional y del Atlántico Sur», que la construcción del poder necesita de una estructura económica nacional para poder insertar al país en el nuevo orden mundial. «Los partidarios del globalismo lo son generalmente de la ortodoxia económica librecambista, en cambio, los multipolaristas preferirían la heterodoxia», dice el autor.

Barbarán profundiza en el análisis geopolítico argentino con citas de grandes analistas como Guglialmelli y Storni. Advierte sobre el poco interés que el Estado argentino tiene por el mar, a pesar de que nuestro país tiene un amplio litoral marítimo, y resalta que existe un retroceso en este aspecto tal como lo ha demostrado la tragedia del submarino ARA San Juan (noviembre de 2017).

Se suma a autores argentinos como Juan Archibaldo Lanús y Carlos Biangardi Delgado, quienes sostienen que el interés nacional de este siglo debe centrarse prioritariamente en la Patagonia con proyección austral a los océanos Pacífico, Atlántico y Antártico. Señala, además, que la Argentina debe buscar apoyo para consolidar nuestra proyección peninsular, incluidas las islas del Atlántico Sur y la Antártida, para así cumplir con la Cláusula Transitoria Primera de nuestra Constitución Nacional.

Concluye diciendo que los principales desafíos geopolíticos son seguridad, defensa y desarrollo; y muestra preocupación por la situación demográfica, particularmente por el despoblamiento en la Patagonia y el envejecimiento paulatino de la población, por lo que señala que la Argentina deberá atender los asentamientos poblacionales concentrados en un tercio del territorio y lograr el equilibrio poblacional. Cita la Resolución N° 71/1 del año 2016 sobre la Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes, donde se recomienda a los Estados las políticas a seguir para alcanzar el «equilibrio poblacional».

Barbarán sostiene, como conclusión, que se necesita un gran debate nacional para diseñar nuestra geopolítica con el fin de asegurar nuestra supervivencia como nación en los decenios que siguen. Las Malvinas y la Antártida son, pues, los ejes centrales de todas sus reflexiones.

El capítulo II, «Seguridad y Defensa en el Atlántico Sur», está a cargo del Cnel. (RE) Alejandro Benavidez, quien comienza su trabajo citando, por un lado, hitos importantes acaecidos en el mundo en este siglo multipolar y globalizado, y, por otro, la fragmentación motivada por problemas étnicos, raciales y religiosos, con un terrorismo y fundamentalismo indiscriminados.

Plantea los nuevos problemas que asoman en el siglo XXI, algunos de carácter económico, otros tecnológicos, que derivaron en el hecho de que China se posicionara en el nuevo escenario mundial como un actor poderoso, lo que generó que el poder económico se trasladara hacia el Pacífico donde vive la mitad de la población mundial.

Benavidez argumenta que el desarrollo hidrocarburífero tanto en el Atlántico Sur como en el continente Ártico serán lugares de nuevas disputas que determinen la explotación de esos recursos. A ello suma el problema de las migraciones como factor condicionante de este siglo.

Dedica buena parte del capítulo a describir las implicaciones que posee el Atlántico Sur como un espacio geoestratégico de bajo nivel de conflictividad y elevada accesibilidad a diversos recursos naturales.

Cita los distintos foros internacionales en los que la Argentina recibió apoyo a nuestra soberanía sobre las Malvinas. Sostiene que es una causa regional y global, y que la explotación de los recursos naturales, especialmente hidrocarburos, por potencias extranjeras constituye un «detrimento al derecho de soberanía de la República Argentina sobre su plataforma continental».

Se pregunta ¿qué roles tienen las grandes potencias como el Reino Unido y los EE. UU. en el Atlántico Sur? Para el primero, si bien las Malvinas no están dentro de sus prioridades, la administración de Theresa May le asignó un interés estratégico, de fácil acceso a los recursos naturales, y una vía alternativa de comunicación en caso de un eventual cierre del canal de Suez con una proyección hacia la Antártida. En tanto para los norteamericanos, problemas como el narcotráfico, terrorismo, migraciones, etc., en el Atlántico Sur, no tendrían impacto para su seguridad por la lejanía de ese país respecto de las Malvinas. Destaca la presencia argentina en la Antártida, a través de sus bases, como una forma de ejercer su título de soberanía.

Aborda los «procesos políticos» que Gran Bretaña sostiene para su pretendida soberanía en las islas, citando su inclusión como territorio de ultramar en el Tratado de Lisboa, protestada oportunamente por la Argentina. Ante el posible Brexit, se pregunta si mantener el reconocimiento que el Tratado de Lisboa hizo de nuestro archipiélago seguirá contribuyendo a la posición británica. Concluye afirmando que todas estas cuestiones debilitan la actual política, tanto interna como internacional, que Gran Bretaña realiza desde 2018 en adelante.

Con respecto a la Seguridad y Defensa en el Atlántico Sur, a pesar de la vigencia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), EE. UU. no se involucró debido a su condición de miembro de la OTAN, por estar ligado con Gran Bretaña, ambos miembros de ese pacto defensivo. Así, la «seguridad colectiva», que preconiza el TIAR, «recibió un golpe fatal al comprobarse su ineficacia» en esta causa tan querida por los argentinos.

Benavidez destaca con precisión cómo nuestro país, teniendo un amplio litoral marítimo, ha aumentado considerablemente su superficie después de entregar a la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental COPLA (2017) de Naciones Unidas el informe técnico-jurídico, estableciendo la distancia del borde exterior de nuestra plataforma continental y los recursos con que contamos en ese espacio marítimo.

Aboga para que la Argentina diseñe una política de Estado para fortalecer su presencia en el Atlántico Sur, de manera pacífica, con un mecanismo de cooperación multilateral y con el envío de misiones de paz que servirán para fortalecer nuestro reconocimiento en el mundo.

El capítulo III, a cargo del Mag. Gustavo L. Beguet, se denomina «El poder miliar del Reino Unido y la Fortaleza Malvinas». En este describe el potencial bélico que posee Gran Bretaña con el fin de comprender su comportamiento en la toma de decisiones, mediante un derecho basado en la tradición (costumbre) y la ley. Con un régimen monárquico que perdura en el tiempo y un Parlamento fuerte, el Reino Unido dirige los destinos de excolonias del mundo occidental. No obstante, perdió su condición de gran potencia en lo referente a poderío militar, a pesar de los despliegues bélicos que realiza en zona o lugares que Gran Bretaña entiende prioritarios (Chipre, Irak, Brunei, Afganistán, etc.).

El autor cita lugares (antiguas colonias, protectorados o dominios británicos) donde las fuerzas armadas británicas han instalado bases militares o apostaderos navales para prevención (según declaraciones inglesas) del terrorismo transnacional, de la piratería marítima y otros delitos internacionales, con equipamiento aéreo y naval de última tecnología, algunos de los cuales se encuentran hoy asentados en las Malvinas.

Concluye su análisis sosteniendo que el conflicto bélico de 1982 «hizo tomar conciencia a Gran Bretaña y al mundo acerca del valor estratégico de Malvinas», lo ilustra con mapas que servirán al lector para ubicar con mayor precisión las distancias y su valor geoestratégico para este mundo en el siglo XXI.

El capítulo IV, a cargo del Lic. Martín A. Rodríguez, se denomina «Incidencias del Brexit en la cuestión Malvinas». Analiza el impacto económico en pesca, petróleo, carne, turismo, que pudiera llegar a tener la cuestión de la soberanía en las Malvinas ante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), y cómo quedará su relación con este organismo supranacional. Diferencia, con buen criterio, el significado de los conceptos «interés» (sostenido por la Argentina) y «deseos» (sostenido por Gran Bretaña), principios que sostienen ambos países a la luz de la Resolución N.º 2065 (AG XX) por la cuestión de las Malvinas.

Analiza e ilustra los impactos que el Brexit pudiera tener para los ingleses que habitan en las Malvinas, como también para la Corona Británica. La pesca de calamares, merluzas negras, etc., sufriría una pérdida para los isleños. La lana, segundo producto más exportado, junto con carne de oveja y de cabra, también sufrirá una merma si se aplica el denominado Brexit «duro». Rodríguez sostiene que al no ser rentables el petróleo, el turismo, la ciencia y la defensa, dejan de ser temas atractivos para la Unión Europea, sobre todo si se aplica una salida dura.

También señala casos como el del archipiélago de Chagos, del que Gran Bretaña se apoderó ilegítimamente, y trae al debate la opinión consultativa emitida en mayo de 2019 por la Corte Internacional de Justicia, la cual dictaminó que Gran Bretaña «debía poner fin a la administración en la isla», exhortando a todos los Estados a cooperar con las Naciones Unidas en ese proceso descolonizador. Cita resoluciones del máximo órgano judicial en apoyo de esta tesis, caso muy similar al sucedido en las Malvinas.

Concluye su trabajo (actualizado hasta las elecciones primarias del pasado 11 de agosto de 2019) reflexionando que la salida del Brexit para Gran Bretaña será más dura por no contar con el apoyo de la Unión Europea, y que la nueva administración deberá redoblar los reclamos ante los organismos internacionales y la Unión Europea, y con la sugerencia de que las Naciones Unidas lleve a la Corte Internacional de Justicia una opinión consultiva sobre el tema.

El capítulo V, a cargo del Dr. Carlos Biangardi Delgado, miembro de la AADI, defensor incansable de las causas del Atlántico Sur, abordó el tema «El comunicado conjunto de septiembre de 2016 y sus implicancias en el contexto del gobierno del Ing. Mauricio Macri». El autor, con gran solvencia y mirada política, el desarrollo que la cuestión de las Malvinas tuvo hasta llegar la presidencia de Macri.

Con un evidente malestar, que comparte esta prologuista, cita publicaciones y declaraciones —ante las que ya ha protestado la Argentina— que afectarían nuestro derecho sobre las islas, muchas de ellas obligan al gobierno nacional a rectificar, cambiar o sacar de circulación notas periodísticas y mapas que atañen nuestros derechos soberanos, hasta billetes nuevos que en ese momento acuñaría el Banco Central de la República Argentina. Por ello sostiene, apoyándose en una cita de Félix Peña, que, bajo la presidencia de Macri, funcionarios de rango añoraban la época de 1830-1930, denominada «dependencia compartida», a pesar de que el autor de este trabajo afirma que las condiciones para el Reino Unido han cambiado y son irrepetibles.

Con una mirada aguda y crítica, analiza los rasgos que han caracterizado la política exterior argentina en el aspecto económico, particularmente en el gobierno del expresidente Macri, con el «macroendeudamiento, sin capacidad de pago, el doble déficit fiscal, para sostener nuestra balanza de pagos cada vez más debilitada».

En este análisis complejo entre la Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de nuestras islas, trae a colación los comunicados conjuntos y el Decreto N.° 29/2017 del Poder Ejecutivo Nacional, donde nuestro «país renunciaba a su inmunidad soberana, y se sometía a los Tribunales de Londres y Nueva York con relación a los acuerdos que se suscriben en el futuro con relación a la deuda pública».

Desarrolla una crítica constructiva de nuestra diplomacia argentina sosteniendo que no podemos tener una relación privilegiada con el Reino Unido a causa de la ocupación ilegítima de nuestras islas y el usufructo ilegal, que a diario realizan, de nuestros recursos vivos y no vivos en el Atlántico Sur.

Sus citas y la relación con el derecho internacional público, las relaciones internacionales y el derecho nacional, nos muestran un estudioso y gran conocedor de estos temas y con una actualización constante que enriquece el conocimiento y cubre lagunas del saber en esta problemática tan compleja.

Con agudeza de buen internacionalista, enumera el apoyo que la Argentina tuvo en los foros internacionales, así como el reconocimiento que Gabriela Michetti (2017) hiciera en las Naciones Unidas, alineada al Grupo de los 77. Sin embargo, el ingreso a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), según opinión de estudiosos del tema, crearía una incompatibilidad, la cual, resalta este autor, tiene un argumento infundado, por citar países que pertenecen a ambas organizaciones internacionales.

Analiza parte del «Comunicado Conjunto» y la información dada a conocer en la prensa de nuestro país sobre pesca (comisión que hace más de diez años no se reunía) e hidrocarburos, cuya proyección ilegítima habría comenzado en el 2010, lo que benefició solamente a Gran Bretaña y empresas extranjeras.

Concluye afirmando que la «hoja de ruta» nos coloca nuevamente en una situación de debilidad y en riesgo ante los foros internacionales por la prospección ilegal de los hidrocarburos y el aislamiento logístico y comercial del archipiélago, por lo que resultará difícil para nuestro país recuperar la «credibilidad en su reivindicación de soberanía».

Con buen criterio sostiene que el punto de partida debe ser la denuncia del Comunicado Conjunto del 13 de septiembre de 2016, y a partir de allí «construir políticas de Estado» que afiancen nuestra soberanía en las islas, consolidando la integración regional para poder interrelacionarnos en los centros de poder mundial.

El capítulo VI, a cargo del Lic. Roberto Camardelli Carrasco, se titula «Argentina y su derrotero en los foros internacionales». Nos plantea su autor la complejidad que la Argentina tiene con los distintos actores de este siglo para lograr su inserción en el orden mundial, y las estrategias que la administración actual y las sucesivas deberían tener presente para trazar una política de Estado para recuperar las Malvinas.

Cita Camardelli Carrasco cómo se desarrolló esta cuestión bajo la administración de la Sra. Cristina Fernández, el tratamiento que se diera en las Naciones Unidas, en el Comité de Descolonización (2017), como también en la Organización de los Estados Americanos (OEA), al considerar el reclamo argentino como un tema de «interés hemisférico permanente». Se pregunta si estos organismos ejercen activamente un rol para el mantenimiento de la paz y la seguridad hemisférica.

La problemática también se abordó en las cumbres iberoamericanas y en declaraciones ministeriales de grupos internacionales, donde solicitaban que la Argentina y Gran Bretaña reanudasen las negociaciones por la «cuestión de las Islas Malvinas», de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas.

Destaca el logro del gobierno argentino en encontrar apoyo a través de organismos latinoamericanos como Mercosur, Unasur, CELAC y otros respecto de la explotación de hidrocarburos que Gran Bretaña acomete en nuestra plataforma continental.

Finaliza este capítulo preguntándose si el reconocimiento multilateral resulta eficaz o si la actual estrategia solo busca apoyos declarativos con otras medidas para lograr la recuperación de nuestros territorios irredentos.

Concluyo este Prólogo recordando que la identidad nacional solo se afianzará con el verdadero conocimiento de la realidad nacional. A ello se abocaron estos autores, que, con sus plumas, defienden nuestros derechos soberanos.

Constituye una obra de gran versatilidad, de fácil lectura y comprensión para los estudiosos del derecho internacional y de las relaciones internacionales. Debido a la cantidad de datos informativos y bibliográficos, al inicio parece densa, pero, sin lugar a dudas, es completa y sugerente, plantea interrogantes que permitirán a los lectores afrontarla desde distintas perspectivas y con diversos intereses. Nos servirá a docentes, alumnos y público en general comprometidos con esta causa a la que no claudicaremos ni con el paso del tiempo.

A todos ellos, muchas gracias.

Marta Y. Tejerizo

Presidente

Asociación Argentina de Derecho Internacional

La cuestión de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur

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