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CAPÍTULO 2

La visión que el cachorro tiene del mundo

Los antepasados de los perros domésticos, los lobos, evolucionaron hace milenios hasta convertirse en colaboradores en la caza de grandes presas. Sus cerebros y cuerpos se desarrollaron para cumplir este propósito y permitirles detectar, cazar y matar grandes presas mediante la cooperación y coexistencia en jaurías. Por consiguiente, los perros muestran distintas motivaciones, sentidos y capacidades que nosotros, y su concepción del mundo es muy distinta a la nuestra. Para criar un cachorro con éxito, es útil saber ponernos en su lugar.

Vivir en un mundo de olores

La vista es nuestro órgano primario y aprendemos casi todo sobre el mundo viéndolo a través de nuestros ojos. En los canes, el sentido del olfato es mucho más importante, y gran parte de la información que recaban sobre el entorno les llega por el olfato. Observa a un perro y a su dueño cuando entran en una habitación nueva. El ser humano emplea los ojos para saber lo que ocurre en su interior, mientras que el perro empezará a olfatear para descubrir lo que necesita saber.


Los cachorros son relativamente pequeños respecto a nosotros y, hasta que se acostumbran, las manos que extendemos desde arriba para cogerlos pueden resultar amedrentadoras.


Los cachorros viven en un mundo donde rastros y olores son muy importantes y donde el olfato les aporta muchísima información sobre su entorno.

Los perros detectan olores que nos resultan difíciles de entender. Los perros entrenados pueden seguir con facilidad el camino de una persona que ha pasado hace horas (a veces días) y que no ha dejado huellas visibles, o son capaces de olfatear cantidades minúsculas de drogas o explosivos bajo capas de envolturas o metidos en contendedores.

Su sentido del olfato es al menos cientos de veces mejor que el nuestro, y tal vez incluso más. El área que ocupa la nariz de un perro y detecta olores es unas catorce veces más grande que en nosotros, y la parte de su cerebro que procesa tal información es proporcionalmente mayor que la nuestra y está más desarrollada. Por consiguiente, los perros no sólo son más capaces de detectar olores, sino que también están más interesados en ellos.

En la naturaleza esto habría sido muy útil no sólo para la detección de animales de presa, sino también para el mantenimiento de los grupos sociales y la defensa del territorio. Determinar a qué distancia están amigos y enemigos también resulta muy útil. Conocer por el olfato el sexo, estado de salud, edad y estado reproductor ¡también evita multitud de preguntas!

Este asombroso sentido del olfato es un rasgo que han heredado nuestros perros mascota, y explica por qué les fascinan tanto los olores, y por qué recorren tan largas distancias para recabar información con el olfato. Al olisquear las farolas o al meter el morro en partes inconvenientes al investigar a gente nueva, los perros recaban información sobre su entorno que les puede ser útil más adelante, de forma muy parecida a como tú y yo buscamos claves sobre nuestro entorno usando la vista. Los cachorros a menudo te reconocerán al instante por el olfato, pero tardarán más en distinguirte por la vista.


Los perros pueden oír ultrasonidos, lo cual explica por qué aprenden a responder a los silbatos ultrasónicos que nosotros no podemos oír.

Un oído asombroso

Los perros son más sensibles a los sonidos que nosotros. Sonidos que sólo percibimos a cierta distancia son detectados por los perros a una distancia cuatro veces superior. Por eso no es necesario gritarles.

También oyen sonidos de frecuencia más alta, lo cual significa que oyen ultrasonidos que nosotros no detectamos. En la naturaleza esto les permite localizar presas pequeñas, como roedores, que se comunican con chillidos de frecuencia muy alta. Esta capacidad explica por qué responden a los silbatos caninos que nosotros no oímos.

Campo auditivo

Además de oír sonidos más lejanos, los perros también oyen sonidos de frecuencia más alta, pudiendo detectar los ruidos que hacen animales de presa. El campo auditivo de los perros cubre entre 40 y 60.000 Hz, mientras que el del hombre abarca entre 20 y 20.000 Hz.


Cómo ven los perros el mundo

Los perros ven de modo distinto a nosotros. Tienen un campo visual más amplio, perciben detalles y texturas con menos claridad que osotros y no distinguen el verde ni el rojo. Ven mejor con poca luz y son más verde ni el rojo. Ven mejor con poca luz y son más con más facilidad.


Algunas razas caninas como los Collies, que se han criado para oír al pastor a mucha distancia, tienen un oído más sensible que otras. Esto explica por qué desarrollan fácilmente fobias a los truenos y las armas de fuego. Si estos sonidos nos parecen fuertes, imaginemos lo que le parecerá a un cachorro con oídos sensibles.

Una visión menos sensible a los detalles

Los perros ven peor que nosotros. Objetos intrincados que percibimos con todos sus detalles ellos los ven borrosos, y sólo reconocen la silueta y la forma, más que los detalles y la textura. No son daltónicos, pero no distinguen el rojo ni el verde, por lo que sólo ven amarillos, azules y tonos grises. Esto dificulta percibir ciertos objetos que nosotros vemos con claridad, como es una pelota roja en la hierba verde.

Los perros ven mejor de noche o con poca luz que los seres humanos porque la porción posterior de los ojos contiene una capa de células reflectoras que atrapa la luz que entra y les permite hacer un mejor uso de ella. Por eso pueden correr a gran velocidad durante los paseos invernales sin chocar con árboles ni vallas (y por eso sus ojos «brillan» cuando inciden sobre ellos los faros de un coche).

Los perros también son mucho más sensibles al movimiento que nosotros, sobre todo a ras del suelo. Nosotros distinguimos igualmente bien los objetos estáticos y en movimiento, mientras que los perros suelen ver mejor los objetos en movimiento y no hacen caso a los estáticos. Esta sensibilidad significa que pueden detectar el más mínimo movimiento de nuestros cuerpos, y les permite anticiparse a nuestras acciones antes de que nos movamos deliberadamente.

Espectro de colores visibles

Tal y como se ve en estos espectros visibles, los perros no distinguen el rojo ni el verde, por lo que su visión se limita a azules, amarillos y tonos grises. Es importante recordarlo cuando juegues con ellos con juguetes de color.



Lo que nosotros vemos (arriba) y lo que ven los perros (abajo). Distinguimos con claridad objetos verdes y rojos, mientras que los canes sólo los ven como variedades de amarillo y azul. El mundo que ven los perros es mucho menos colorido.

Lenguaje corporal y lenguaje hablado

Los perros se comunican entre sí usando el lenguaje corporal. Esto implica adoptar posturas con la cola, las orejas, la posición del cuerpo, el contacto visual y la expresión facial. Los perros se intercambian mucha información de este modo, y de ese modo remplazan el lenguaje hablado del que nosotros dependemos.

En la naturaleza los perros necesitan vocalizar poco y por eso nuestras palabras les resultan difíciles de aprender. Esto explica por qué aprenden las señales corporales con más facilidad que las órdenes verbales.

Como los perros tienen un sistema de comunicación tan distinto al de los seres humanos, con frecuencia se producen problemas de comunicación al interactuar las dos especies. Los perros a menudo interpretan erróneamente nuestras intenciones y los seres humanos las de los perros, lo cual genera todo tipo de problemas. Para superar esta situación, tendrás que aprender a leer el lenguaje corporal de tu cachorro y discernir lo que le causa miedo, lo que lo hace infeliz, y cuándo está cansado o alegre. También hay que tener cuidado de enseñarle a responder a las órdenes verbales que quieras utilizar (véase la página 156).


Los perros aprenden con facilidad a leer nuestro lenguaje corporal porque ellos se comunican entre sí visualmente. Aprenderán los gestos y señales con mayor rapidez que nuestras órdenes verbales.

Es posible asimismo mejorar la comunicación con nuestro cachorro usando posturas y señales corporales muy evidentes. Los cachorros las aprenderán mucho más fácilmente que las palabras y el adiestramiento será más rápido si las usamos (véase la página 168). Los cachorros aprenden algunas de nuestras posturas corporales sin entrenamiento, por ejemplo, mantenerte en pie sobre el cachorro en una postura envarada, sosteniendo la mirada con la boca tensa, revela una amenaza velada.

Tu cachorro te observará más de lo que piensas y aprenderá más a leer tus señales corporales que a escuchar lo que dices. Amedida que adquiera experiencia, aprenderá con rapidez a interpretar tu estado de ánimo y sabrá lo que sientes, incluso sin que le digas nada. También aprenderá a responder a muchas de tus acciones que no es capaz de entender naturalmente, como agacharte y abrir los brazos como signo de bienvenida. Ayúdale al principio siendo constante con tus señales y haciendo evidentes tus deseos.

Lenguaje corporal ¿Qué está diciendo?


Mira lo fuerte que soy, ¡así que no me muerdas! Este cachorro está envarado y preocupado. Mantiene el pelo erizado en toda la espalda y la cola en alto para parecer más grande. El otro cachorro se ha sentado y echa las orejas atrás porque también está preocupado.


Estás muy por debajo de mí. El perro adulto adopta una postura rígida con la cola en alto y mira hacia otro lado, manifestando que no quiere interactuar con este cachorro. El cachorro está confuso con dicha respuesta ante sus invitaciones a jugar y opta por una acción de diversión, rascándose para sentirse mejor.


¡Tengo miedo! Orejas retraídas, cuerpo y rostro tensos y la cola entre las patas manifiestan que este cachorro está angustiado. Las patas delanteras se inclinan hacia atrás cuando el peso se transfiere a las traseras, listo para huir si fuera necesario. Los cachorros que muestran estos signos necesitan ayuda y respaldo para superar sus miedos.


Relajado El cuerpo de este cachorro está. relajado y laxo. Las orejas están echadas hacia delante y mueve suavemente la cola. Contrasta con el cuerpo y rostro tensos de los cachorros en las otras fotografías.


Intentando sentirse mejor Los cachorros a menudo se lamen el morro o bostezan cuando están preocupados o bajo presión. Este cachorro está tenso, pero todavía no siente bastante miedo como para retraer las orejas. Si continúa sintiendo preocupación, se levantará, porque es vulnerable en la posición de echado.


¡Juguemos! Ambos perros se sienten cómodos en compañía y quieren jugar. Se invitan mutuamente a jugar flexionando las patas delanteras, apoyando los codos en el suelo y elevando el trasero. El labrador no se siente tan cómodo como el terrier y manifiesta su menor grado de confianza con el cuerpo tenso y la cola rígida.


¿Qué pasa aquí? El cachorro de labrador está ahora relajado y se muestra inquisitivo. Manifiesta su interés permaneciendo de pie sobre el cachorro de terrier, que sigue teniendo miedo. La cabeza gacha del terrier, sin mirar al labrador y con las orejas retraídas, revela su preocupación.


El contacto visual directo y una sonrisa que enseña los dientes son amenazantes para los perros y hacen que este cachorro aparte la mirada a pesar de la golosina que la mujer sostiene debajo de la barbilla.

Reconocimiento facial

Ciertas acciones del ser humano, como las miradas fijas y la sonrisa, se pueden interpretar erróneamente. Cuando el ser humano muestra los dientes es un signo de amistad, mientras que en la manada canina es una señal evidente de que un miembro puede morder y tal vez muerda si la provocación continúa.

Los perros recurren a menudo al contacto visual directo para amenazar a un congénere. Un perro adulto puede avisar a un cachorro travieso mirándolo fijamente; o un perro de rango superior, usando una mirada intensa, revelará a un subordinado que no debe seguir con su proceder. Los seres humanos manifiestan a menudo estas intenciones con una mirada de ferocidad, si bien el contacto visual es amistoso, por lo cual a menudo los seres humanos miran sus perros con afecto y los ojos muy abiertos.

Los cachorros que se incorporan a una familia humana necesitan aprender la diferencia entre los dos tipos de contacto visual. Necesitan saber que si otro perro los mira fijamente en el parque puede acarrear problemas, mientras que, si un nuevo amigo humano los mira con intensidad, es señal de amistad. Este conocimiento se debe adquirir con toda naturalidad durante el proceso de socialización, aunque algunos cachorros tímidos necesitan ayuda adicional para aprender mediante mucho contacto visual con el dueño.

Boca en lugar de manos

Aunque parezca evidente, los perros no tienen manos y tienden a usar la boca para coger y explorar objetos. Los bigotes de los belfos ayudan al proceso de exploración. Las bases de los bigotes suministran información directamente al cerebro y son muy sensibles al tacto. Hasta que se acostumbran, a los cachorros no les gusta que los seres humanos toquen sus bigotes y apartan la cabeza si las manos se acercan demasiado a ellos.

El cachorro perfecto

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