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CAPÍTULO 1

La materia prima

Tal vez creas que por dentro los cachorros se parecen mucho unos a otros. No obstante, cuando llegue a su nuevo hogar, tu cachorro será un ser individual y único que reaccionará a su manera ante un nuevo entorno, en virtud de sus caracteres genéticos y las experiencias vividas en la camada. Tanto si todavía no has elegido tu cachorro como si ya lo has adoptado o comprado, con este capítulo entenderás que su pedigrí influye en su futura conducta y sabrás cómo aprovechar esas diferencias para que se convierta en un adulto educado y estable.

Razas agrupadas por sus características

Las razas de perros se agrupan atendiendo a sus características generales. Elige uno de los siete grupos descritos en la siguiente tabla.

Genes: un indicio de la conducta

Las razas de perros actuales se crearon seleccionando generación tras generación rasgos útiles para un tipo concreto de trabajo, hasta que todos los miembros de esa casta mostraron predisposición a las conductas inherentes a la raza. Por ejemplo, si tu perro procede de una línea genealógica de Dachshund, una raza originalmente criada para sacar a los tejones de sus madrigueras, será más propenso a cavar que, por ejemplo, un Deerhound, idóneo para cazar venados. Es más probable que un Collie quiera cazar que no un Cocker Spaniel. Los Dobermanns, por ejemplo, son más dominantes que los dálmatas.


Los Collies son perros inteligentes criados para trabajar, por lo que necesitan mucho ejercicio estimulante.

RAZAS AGRUPADAS POR SUS CARACTERÍSTICAS
Perros de cazaAmistosos, sociables, obedientes, enérgicos, revoltosos, juguetones, de tamaño mediano y grande
Perros de pastorDe pastoreo: vivaces, sensibles, susceptibles, activos, trabajadores, enérgicos, juguetones, obedientes, protectoresDe guarda del ganado: por lo general de gran tamaño o razas gigantes, perezosos, de pelaje espeso y con sentido de guarda
TerriersHabitualmente pequeños, fáciles de motivar y dispuestos a recurrir a la agresión, predadores, dominantes, excitables, y pueden ser ruidosos
Perros de compañíaDulces, pequeños, disfrutan de las muestras de afecto
Perros rastreadoresAfables, independientes pero sociables, no muestran interés por los juguetes, criados para rastrear y cazar, difíciles de controlar en los paseos
Perros de trabajoGrandes, inteligentes, protectores; el resto de sus rasgos depende del trabajo para el que hayan sido criados
Perros de ayudaPerros que no se ajustan a ninguno de los otros grupos; sus características individuales dependen del trabajo para el que se seleccionó la raza

La predisposición de la raza constituye la materia prima con la cual tendrás que trabajar y, para sacar lo mejor de tu mascota, resultará útil saber exactamente qué has adquirido. La información sobre el origen de sus ancestros se puede obtener leyendo libros sobre razas, en Internet o de personas conocedoras de esa casta. Piensa en si esos rasgos heredados se acomodarán a la vida que llevará contigo. Por ejemplo, ¿vives en una propiedad donde la actividad exterior puede provocar que un perro de guarda ladre con demasiada frecuencia? ¿Vives en un área donde hay multitud de cosas que cazar y donde la caza tendrá consecuencias? ¿Importa si tu perro excava hoyos en el jardín?

Conocer los rasgos y apetencias de la raza de tu cachorro permite dar con medios positivos para canalizar esas energías y que no adquiera malos hábitos. Por ejemplo, enseñar a un Collie juegos de persecución con una pelota puede impedir que en el futuro cause problemas persiguiendo a ciclistas o corredores. Recompensar de cachorro a un perro guardián por estarse quieto y no reaccionar a los ruidos del exterior garantizará que no ladre en exceso cuando sea adulto. Piensa bien en los rasgos de raza que ha heredado tu perro y encuentra formas de canalizar sus energías hacia hábitos adecuados en vez de permitir que se desarrollen de forma inaceptable.

Informarse sobre la predisposición hereditaria es más complicado cuando tenemos un cachorro de padres desconocidos. Si el cachorro es un primer cruce de dos perros con pedigrí, es bastante probable que herede una mezcla de los rasgos de las dos razas y, con suerte, lo mejor de ambas. No obstante, si se trata de un perro callejero, también habrá que conocer sus posibles características y esperar a que se manifiesten en el cachorro.

¿Qué raza es la que más te conviene?

Muchas personas eligen el perro porque les gusta su aspecto sin plantearse las características de su conducta. No es ésta la mejor forma de elegir un compañero que probablemente viva con tu familia y contigo los próximos 15 años o más. Acertar con un perro cuyos caracteres genéticos sean compatibles con tu familia y contigo hará más probable que críes con éxito una mascota. Vale la pena, por tanto, prestar de antemano considerable atención a esta parte de la ecuación. Si ya has adquirido tu cachorro y te has dado cuenta de que no has elegido sabiamente, no desesperes. Es posible convertir en un perro perfecto a un cachorro sin los caracteres genéticos idóneos, pero tendrás un poco más de trabajo y habrás de acumular más conocimientos para conseguirlo.


Los sabuesos se criaron para que su gran olfato les permitiera rastrear presas; además tienen gran resistencia y energía.


¿Por sus habilidades o por su estampa?

Cuando se seleccionaban perros para crear distintas razas, se elegían por su conducta más que por su aspecto. Sin embargo, los tiempos han cambiado y ahora la mayoría de los perros de compañía proceden de tiendas de mascotas en las que lo importante es que los canes conserven la estampa propia de su raza.

Como en las pistas de exposiciones lo que se examina es la estampa, sólo los criadores más comprometidos se preocupan del temperamento de los canes y adoptan las medidas necesarias para garantizar que sólo los perros con rasgos seguros perpetúen la línea familiar. Aún en estos casos la tentación de usar machos de temperamento imperfecto, pero de estampa óptima, para cubrir a hembras de su camada y, por tanto, para criar campeones que compitan en las exposiciones caninas, es demasiado golosa para algunos criadores.


Elegir un cachorro que tenga paciencia y sea afectuoso y tolerante es importante si tienes niños. El labrador retriever es una buena elección para familias.


Los incansables Springer Spaniel son vivarachos y afectuosos, y son grandes mascotas siempre que hagan suficiente ejercicio.

Algunos perros todavía se crían por sus habilidades para ciertas labores. Los perros de pastor son un buen ejemplo. Sólo se conservan los mejores cachorros de la camada para ser entrenados y trabajar. El resto se destina a perros de compañía. Antes de quedarte con un cachorro con este pedigrí, plantéate si quieres un perro capaz de correr 32 a 48 kilómetros diarios y con resistencia para aguantar sin parar todo el día. En un hogar normal, donde los dueños pasan fuera trabajando la mayor parte del día, perros de trabajo como estos pueden volver locos a sus amos a menos que los canes enloquezcan antes. Por tanto, si al concluir una competición para perros pastores, o después de ganar el premio de Mejor Perro Policía del Año, o tras competir en la carrera de trineos Iditarod de Alaska, el criador te muestra orgulloso fotografías de los padres, lo más sabio será plantearte seriamente si quieres una mascota con estas cualidades heredadas. Además, los perros de trabajo a menudo se crían en perreras, por lo que los cachorros no siempre gozan de la temprana socialización necesaria para vivir en un hogar con personas.

Por desgracia, pocas personas crían perros mascota en Inglaterra. Los perros se suelen criar por su belleza, por su capacidad para ciertas labores o porque una hembra se ha quedado preñada por accidente. Sólo conociendo los distintos linajes podrás tomar una decisión informada sobre el pedigrí más adecuado para ti. Si ya tienes un cachorro, obtener esta información te ayudará a entender los rasgos de carácter que pueda desarrollar al madurar, y a estar listo para que alcancen una expresión aceptable.

La procedencia del cachorro

El origen de tu cachorro es muy importante. Como veremos más adelante (véase la página 56), el proceso de socialización debe estar en curso cuando los cachorros estén listos para dejar a su madre, y lo profundo que haya sido este proceso supondrá una gran diferencia en la evolución futura de tu cachorro. Si no ha sido bien socializado por el criador, tendrás que esforzarte mucho mientras el cachorro todavía sea pequeño para asegurarte de que se adapta bien y no alberga miedos.


Todo buen criador mantendrá a los cachorros en buenas condiciones higiénicas y se asegurará de que crecen adecuadamente y están bien socializados antes de ponerlos en venta.

El mejor comienzo posible para un cachorro es nacer en un hogar bullicioso donde esté expuesto a todas las imágenes y sonidos con los que necesita familiarizarse. Si mantiene a diario contacto físico (esmerado) con niños y adultos, si juega con las visitas y mantiene relación con otros perros amistosos, cuando llegue a tus manos ya estará en el buen camino para mostrarse estable y confiado en cualquier situación. Si, por encima de todo, la camada fue buscada y se tuvo cuidado en elegir padres de temperamento sereno y afable, habremos dado con la mejor receta posible para alcanzar el éxito.

Cachorros de otro origen pueden dar buen resultado siempre que tengas cuidado con la elección. No hay muchos criadores que mantengan los canes en perreras y tarden tiempo en trasladarlos al hogar para socializarlos, pero incluso así crían buenos cachorros; al igual que algunos centros de acogida que mantienen a los cachorros con abundante contacto humano y distintas experiencias desde temprana edad. Comprar un cachorro que sepas que ha tenido muchas y agradables experiencias en distintos entornos te permitirá iniciar la senda con buen pie.

Cuidado con comprar un cachorro en un lugar en que se hayan adoptado pocas precauciones; por ejemplo, en una granja donde los cachorros siempre estén a su aire y no hayan estado nunca bajo techo en un hogar humano; una perrera en que no se haya hecho esfuerzo alguno por mantener contacto físico o socializar a los cachorros; una tienda de mascotas donde no haya medio de saber el origen ni la forma de criar a los cachorros; o una granja de cachorros donde se críen perros de distintas razas con el fin de ofrecer más posibilidades a los compradores.

Los perros de estas granjas, criados en masa en condiciones inadecuadas, traídos al mundo específicamente para el mercado de mascotas, son conocidos por sus trastornos físicos y de temperamento. Es poco probable que se haya elegido esmeradamente a los padres; a menudo vale cualquier perro cuya estampa recuerde vagamente a la raza, y las experiencias traumáticas y el estrés que experimentan desde edad muy temprana por haber nacido en tales circunstancias y por haber viajado largas distancias desde muy pequeños deja huellas. Se han detectado algunos problemas peculiares de conducta y trastornos del temperamento en perros criados de este modo.

Para asegurarte de que no compras un perro de este tipo, insiste en ver al cachorro con su madre, y sospecha si el criador pone excusas y dice que no es posible. Repite la visita si fuera necesario. Nunca compres un cachorro que el criador o el vendedor te ofrezcan llevar a casa, o si te ofrecen encontrarte a medio camino «para ahorrarte un largo viaje». Ten cautela con los anuncios en que se ofrezcan cachorros de varias razas.

Elección de un cachorro

Selecciona un cachorro que, con una edad entre seis y ocho semanas, se te acerque con presteza y una actitud de confianza y meneando felizmente la cola. Los cachorros socializados muestran alegría y gustan de saludar con calma y amistosamente, y se manifiestan contentos cuando se les levanta del suelo o se los contiene con suavidad. No elijas cachorros que se aplasten contra el suelo cuando te aproximes o que intenten huir. Si ya has comprado un cachorro con miedo al contacto humano, tendrás que dedicar grandes esfuerzos a superar ese miedo y timidez mientras el cachorro sea todavía pequeño (véase la página 68).

Ver a la madre con los cachorros es un buen indicador del futuro carácter de tu mascota. Los rasgos de nerviosismo suelen ser heredados, y también es probable que los cachorros que experimentan el miedo de la madre y una conducta agresiva ante extraños aprendan ese comportamiento desde bien temprano, comportamiento que se manifestará más adelante cuando maduren. A menudo he visto a personas cuyos cachorros mostraban un problema de nerviosismo y agresividad, y a las que, al preguntarles si habían visto a la madre, decían: «Sí, pero no me dejó acercarme», o peor aun, «Sí, pero me dio una tarascada». Una pareja cuyo perro se mostraba tremendamente agresivo ante extraños y que fue comprado sabiendo que sus padres eran perros guardianes, comentaron que querían que el suyo fuera también de guarda, pero no que mordiera a la gente. Los criadores tal vez digan que no se puede ver a la madre, porque se muestra agresiva con los extraños desde que tuvo los cachorros; eso significa que tiene un problema de agresividad silente que se ha manifestado con la tensión del parto y el aumento de las visitas de extraños. Por esa razón no es aconsejable quedarse uno de sus cachorros.


Los perros de la raza Golden retriever suelen ser fantásticas mascotas para jugar. Intenta elegir un cachorro que no muestre agresividad posesiva en su pedigrí.

Por último, guárdate de los criadores y vendedores poco escrupulosos que usan los cachorros como un medio para ganar dinero. Conozco a un hombre que cría pastores alemanes de temperamento poco fiable y los vende garantizando que admitirá su devolución si algo sale mal. Por lo general, los devuelven al cabo de un año, porque los dueños no consiguen hacerse con ellos, y los vende una segunda vez como perros de guarda.

Cuándo llevarse un cachorro a casa

Hay diversas opiniones sobre cuál es la mejor edad para separar un cachorro de su madre y hermanos y que se vaya con su familia humana. Hay que sopesar las ventajas de permanecer con la camada y las ventajas de integrarse en una nueva familia.

Cuanto más tiempo permanezca el cachorro con la madre y sus hermanos, más aprenderá sobre los sistemas de comunicación canina y más capaz será de afrontar correctamente los encuentros con otros perros cuando sea mayor. Los cachorros que abandonan muy pronto la camada –como los cachorros huérfanos que se han de amamantar artificialmente– no juegan con otros congéneres. Tal vez no sepan actuar ni comportarse adecuadamente con otros perros, lo cual causará problemas cuando maduren. También se pierden la vital educación que reciben de la madre mientras los cría y desteta. Los cachorros que abandonan la camada demasiado pronto pueden ser díscolos y agresivos si no se salen con la suya, dado que nunca han aprendido a superar sus frustraciones ni a enfrentarse a sus sentimientos, lo cual sucede naturalmente durante el destete.


Un cachorro como este, socializado por el criador y feliz y confiado, ofrece la mayor posibilidad de éxito.


Mientras todavía está con el criador, el cachorro necesita multitud de experiencias positivas para que adquiera confianza y esté relajado al incorporarse a una nueva familia.

No obstante, cuanto más tiempo permanezca el cachorro en la camada, menos oportunidades tendrá de aprender las costumbres humanas. Si un cachorro se mantiene demasiado tiempo con la camada –como en el caso de benjamines que siguen con los criadores hasta los seis meses para ver si se desarrollan armoniosamente y sirven para las muestras de exposición–, será mucho menos competente en los encuentros con personas, haciendo de él una pésima mascota. Estos perros a menudo disfrutan más de la compañía de otros perros que la de los humanos, y es difícil comunicarse y jugar con ellos, y tal vez sean tímidos y más propensos a manifestar una conducta agresiva ante extraños.

Una complicación añadida es que los cachorros de razas pequeñas tienden a madurar antes que los de razas grandes. Por ejemplo, un cachorro de terrier puede estar en el mismo estadio de desarrollo a las seis semanas que un cachorro de una raza gigante a las ocho semanas.

En consecuencia, la decisión sobre el momento adecuado para llevarse un cachorro a casa tiene que ser fruto de un compromiso. Como es más importante que los perros mascota interactúen mejor con las personas que con otros perros, habrá que prestar más consideración a este aspecto. Si el cachorro está bien socializado con adultos y niños y vive multitud de nuevas experiencias a diario, tal vez sea mejor dejarlo con el criador hasta que tenga ocho semanas. Si no es así, seis semanas pueden ser una edad mejor para ir a su nuevo hogar, donde el tiempo se invierte en aprender a formar parte de una familia humana. No se debe adoptar a un cachorro que tenga más de ocho semanas a menos que estemos seguros de que está bien socializado con personas y ha tenido experiencias variadas y mucha atención individual.

El cachorro perfecto

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