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Día 3

La religión que aburre

Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:

—Nosotros y los fariseos ayunamos mucho, ¿por qué tus discípulos no ayunan?

— Mateo 9.14

Aquí están otra vez los religiosos y falsos maestros de la fe inquietos por las enseñanzas de Jesús y molestos por las conductas de sus discípulos. Ellos quieren que los de Jesús sean tan legalistas y rigoristas como ellos; pero el Maestro les dice que no. No hay por qué ayunar ni por qué estar tristes; el Maestro está con ellos y ahora es momento de alegrías.

Jesús sí enseñó a sus discípulos a ayunar, pero no a hacer del ayuno una cuota de religiosidad legalista; les enseñó a orar sin que la oración se convirtiera en una excusa para no actuar; les enseñó a leer las Escrituras, esquivando las interpretaciones facilistas de los hipócritas; les enseñó a dar limosna, pero no a creer que por darla estaban exentos de buscar la transformación de la sociedad. Les enseñó a vivir en el gozo del reino de Dios (Romanos 14.17).

Hoy existe sed de religiosidad. Los analistas de la cultura ya no están seguros de que estemos en una sociedad secular, sino que prefieren describirla usando el término postsecular, porque la religión ha vuelto y ha tomado por sorpresa a los escépticos. Ha vuelto en añejos formatos de moralismo asfixiante, de fundamentalismo opresivo y de religión sin alegría.

Pero, para Jesús, la fe en Dios respira vida y gozo; es una fuente de verdadera alegría. Ser su discípulo o discípula es dar testimonio de la alegría de vivir en la paz de su amor y su gracia. Otras son las religiones que aburren y le ofrecen culto a la tristeza. Jesús, por el contrario, nos invita a la gozosa fiesta de la liberación.

Para seguir pensando


“Deformamos a Dios y la fe en Dios siempre que en esa fe no entra la alegría como experiencia. Y por cierto, como experiencia central, imprescindible”.

— José María Castillo (teólogo español)

Vale que nos preguntemos


¿Seguir a Jesús es para mí una fuente de alegría? ¿Promueven mi fe y mi espiritualidad la alegría como experiencia central?

Oración


Señor, a veces me cuesta imaginarte con un rostro sonriente y afable. Es más fácil imaginarte como te han representado tantas veces, con rostro adusto y figura autoritaria. Libérame para encontrarme con tu sonrisa abierta, tu abrazo amistoso y tu permanente invitación a la alegría. Dame hoy y siempre la alegría de seguirte. Amén.

Anotaciones



En el camino con Jesús

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