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capítulo 5
ОглавлениеEn 1934 ingresó en el colegio lasaliano de Santiago. En septiembre de
1939 se inscribiría en el Colegio de Dolores, de los jesuítas, también en
Santiago de Cuba. En 1942 ingresó al colegio Belén de La Habana, donde fue seleccionado mejor deportista del curso 1943-1944. Finalizó el bachillerato
en junio de 1945, junto al que sería su cuñado, Rafael Díaz-Balart, su mejor amigo de entonces y después acérrimo enemigo.
Universidad e inicios de la vida política
Ingresó en la Universidad de La Habana el 4 de septiembre de 1945. En estos primeros años, su vida académica estuvo caracterizada por su ausencia casi total de las aulas. A partir del tercer año, Castro se dedicó con especial intensidad a su labor académica, matriculándose por libre, y llegando a matricularse de tres carreras (derecho, derecho diplomático y ciencias sociales) con la intención de obtener una beca para estudiar en Europa o EE. UU.
Fue durante el periodo universitario cuando tuvo acceso a algunas obras
literarias que, según él, le permitieron alcanzar una cierta madurez política. Sus primeros pasos en la política fueron en el ámbito estrictamente universitario. Fue elegido delegado de curso y llegó a recibir amenazas de muerte al enfrentarse a un candidato de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) apoyado por el gobierno de Ramón Grau San Martín.
En 1947, con 21 años, como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana de la FEU, promovió acciones para reclamar la destitución del dictador dominicano Rafael Trujillo, y formó parte de la Invasión de Cayo Confites, con el objetivo de derrocarlo. Al ser interceptados en la Bahía de Nipe al intentar alcanzar suelo dominicano, se lanza al agua y escapa a nado hasta Cayo Saetía.
En 1948 fue enviado a Colombia como delegado de la FEU a la IX Conferencia Interamericana; estaba citado para encontrarse con el candidato a presidente Jorge Eliécer Gaitán la misma tarde en que éste fue asesinado (fue el llamado «Bogotazo»).
A su regreso a Cuba, contraería matrimonio con Mirta Díaz-Balart, una
estudiante de filosofía de una acomodada familia habanera. Realizan su viaje de bodas a Nueva York, residiendo en el 156 West, 82th Street en Manhattan. Castro está tentado de inscribirse en la Universidad Harvard para terminar sus estudios. De este matrimonio nacerá su primer hijo, Fidel Félix Castro Díaz - Balart.
En 1950 obtuvo su diploma en leyes. En 1951, se suicidó Eduardo Chibás, líder del Partido Ortodoxo, con el que Castro había simpatizado desde sus años universitarios. En junio de 1952 se presentó por este partido como independiente, por una circunscripción de La Habana, como candidato al Parlamento, pero el golpe de estado del general Fulgencio Batista derrocó al gobierno de Carlos Prío Socarrás y anuló las elecciones. El golpe — reconocido por el gobierno estadounidense— provocó la desazón de Castro, quien utilizaría sus contactos con la Juventud del Partido Ortodoxo para aglutinar a un grupo de jóvenes que protagonizarían en el futuro el asalto al Cuartel Moncada.
El enfrentamiento con Batista
En marzo de 1952, Fidel Castro denunció a Batista ante un Tribunal de Urgencia por violar la constitución. En ella exponía que los delitos cometidos eran competencia de aquel tribunal y sobre la posible actuación de éste argumentó:
Evidenciará si es que sigue funcionando con plenitud de facultades, si es que no se ve imposibilitado por la fuerza, si es que no ha sido abolido también el cuartelazo. (...) Si existen tribunales, Batista debe ser castigado, y si Batista no es castigado (...) ¿Cómo podrá después este tribunal juzgar a un ciudadano cualquiera por sedición o rebeldía contra este régimen ilegal producto de la traición impune?
Los tribunales rechazaron la demanda, por lo que Castro entendió que se legitimaba la lucha armada como única vía posible para derrocar la dictadura.
Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes
Ante la convicción de que la única salida era la lucha revolucionaria (influido ya entonces por las ideas de Marx, Lenin y Martí), Castro participó en la elaboración de un ataque armado contra los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo (como avanzada para combatir el contraataque), ambos en la provincia de Oriente el 26 de julio de 1953.
El intento de tomar el Cuartel Moncada se basaba en que, por sus
características (un importante valor estratégico por su posición, agrupaba al menos 3000 armas, además de encontrarse en una zona activamente opuesta al golpe dado por Batista), podría propiciar un levantamiento popular armado, llamar al pueblo a la huelga general desde la radio y aprovechar las cualidades del terreno (rodeado de montañas y cerca del mar) que pudieran posibilitar el desarrollo de la lucha armada.
La táctica ideada consistía en llegar armados y disfrazados de sargentos (con la única diferencia del calzado para poder reconocerse entre ellos). Una vez dentro, emplear el valor simbólico de la «Rebelión de los Sargentos» (movimiento militar que en 1933 derrocó al presidente Machado) para contactar con las demás guarniciones y animarlos al levantamiento. Si la rebelión no recibiera apoyo, la idea era escapar a las montañas y armar al pueblo para continuar la lucha. Antes de salir, Castro pronunció el siguiente discurso:
Compañeros: podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡libertad o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo
para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por falta de armas. Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad.
El ataque sería realizado por tres grupos: uno dirigido por Abel Santamaría
(que debía tomar el Hospital Civil), otro al mando de Raúl Castro (hermano de Fidel, que debía tomar el Palacio de Justicia) y el grupo principal dirigido por Fidel Castro (que debía tomar la jefatura del cuartel). El intento fracasó
—entre otros factores— porque se perdió el factor sorpresa a partir de una
posta que el regimiento en el cuartel agregó a causa de la celebración de los carnavales en la ciudad.
A pesar de contar con el apoyo de algunos ciudadanos que trataron de camuflarlos, muchos fueron atrapados, aunque Castro consiguió escapar con algunos hombres a la Sierra Maestra.
Tras varios días caminando, deciden entrar en una pequeña casa en la sierrra, siendo sorprendidos mientras dormían. Castro salva la vida gracias al sargento que lo detuvo, que al entregarlo exigió que no fuese torturado.
Según el grupo de Castro, sólo 6 guerrilleros resultaron muertos en el
combate, y acusaban al ejército de Batista de torturar y ejecutar a más de ochenta atacantes (de los 160 que integraban el grupo original, en el que había dos mujeres). Fidel Castro fue hecho prisionero, juzgado y sentenciado a quince años de prisión. En el alegato final del juicio, Fidel Castro pronunció un discurso de autodefensa. Posteriormente Castro escribió «La historia me absolverá», en el que defendió sus acciones y explicó sus puntos de vista políticos.
Tras 22 meses de prisión fue liberado durante la amnistía general de mayo de 1955. Meses después se exilió a Estados Unidos y finalmente a México.
La lucha revolucionaria
Tras financiarse mediante ayudas particulares, especialmente con el dinero que le proporcionó Aureliano Sánchez Arango, ex-ministro de Prío, regresó a Cuba con otros 82 miembros del denominado Movimiento 26 de Julio el 2 de diciembre de 1956 a bordo del yate Granma con la intención de invadir la isla. El desembarco debía ejecutarse de forma sincronizada con un grupo de miembros de la organización, encabezado por Frank País, que trataría de tomar Santiago de Cuba.
Sin embargo, la acción fracasa al retrasarse dos días el desembarco. Ya alertado, el ejército se despliega en la zona a la espera de los expedicionarios. A los pocos días del desembarque son sorprendidos en Alegría del Pío. Los pocos sobrevivientes (entre ellos, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Juan Almeida y Camilo Cienfuegos) se retiraron a la Sierra Maestra, desde donde empezaron una guerra de guerrillas contra el gobierno de Batista.
Los revolucionarios llegaron a contar con más de 800 combatientes con los que comenzaron la invasión a escala nacional (frente a los más de 70.000 combatientes de Batista), aunque la carencia de armas fue un condicionante
fundamental. Castro, comandante de la expedición, fue nombrando progresivamente como comandantes al Che, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Almeida y algunos otros, ocupando él desde aquella época la graduación de
«comandante jefe» (lo que evolucionó hasta «comandante en jefe»).
El gobierno llegó a publicar la muerte de Castro. Los guerrilleros consiguieron desmentirlo gracias a la entrevista realizada por Herbert Matthews, corresponsal del diario New York Times. También denunció el grupo la colaboración de los EE. UU. con el gobierno de Batista, facilitándole armas.
En el año 1957, Fidel Castro firmó el Manifiesto de la Sierra Maestra en el
que se comprometía a «celebrar elecciones generales para todos los cargos del Estado, las provincias y los municipios en el término de un año bajo las normas de la Constitución del 40 y el Código Electoral del 43 y entregarle el poder inmediatamente "al candidato que resulte electo» en el evento de que su movimiento llegase al poder. Después del triunfo de la revolución, el gobierno de Fidel descartaría esa promesa.
El 24 de mayo de 1958 Batista envió diecisiete batallones contra los
rebeldes en la "Operación Verano", pero los revolucionarios encadenaron una serie de sorprendentes victorias. El 28 de diciembre, el Che inicia con 300 hombres la batalla de Santa Clara, donde logran descarrilar un tren blindado cargado de armas que se dirigía a la capital, a pesar de que el gobierno había colocado en la ciudad a unos 3000 hombres. Consiguieron, en algunos casos, deserciones y rendiciones masivas de las tropas de Batista.
El 28 de diciembre, el general Eulogio Cantillo negocia con los rebeldes
un posible apoyo del ejército mediante un golpe de Estado. Castro se niega, principalmente porque pensaba que el golpe sólo era un intento de Batista de facilitar su huida. Sin embargo, dos días después se produce el golpe, y Batista huye. Castro, desde Santiago de Cuba, ordena no detener los combates. También animan a la población a secundar una huelga general. La mañana siguiente, Fidel se reúne con el general Rego Rubido, quien entrega el Cuartel Moncada.
Ese 1 de enero de 1959 se proclama el triunfo de la revolución, y Castro da un discurso desde el balcón del Ayuntamiento de Santiago de Cuba en el que dijo:
Esta vez, por fortuna para Cuba, la Revolución llegará de verdad al poder, no será como en el 95, que vinieron los americanos y se hicieron dueños de esto, que intervinieron a última hora y después ni siquiera dejaron entrar a Calixto García, que había peleado durante treinta años, no lo dejaron entrar en Santiago de Cuba. No será como en el 33, que cuando el pueblo empezó a creer que una Revolución se estaba haciendo, vino el señor Batista, traicionó la Revolución, se apoderó del poder e instauró una dictadura por once años. No será como en el 44, año en el que las multitudes se enardecieron creyendo que al fin el pueblo había llegado al poder y los que llegaron al poder fueron
los ladrones. Ni ladrones, ni traidores ni intervencionistas, esta vez sí que es la
Revolución.
Fidel Castro hace su entrada triunfal en La Habana el 8 de enero, donde dice:
La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.
Discurso de Fidel Castro en su llegada a La Habana, el 8 de enero de 1959
Durante ese discurso, una paloma de las lanzadas por algunas mujeres del movimiento se posó en su hombro, lo que le otorgó tintes místicos de cara a sus seguidores.
Gobierno
Fidel Castro fue nombrado primer ministro el 16 de febrero de 1959 y electo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba el 3 de diciembre de 1976, cargos que ocupó hasta el 24 de febrero de
2008. Actualmente es Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y
Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.
Llegada al poder
Tras el triunfo revolucionario, el nuevo presidente del país, Manuel Urrutia, designa al liberal José Miró Cardona como primer ministro el 5 de enero de 1959 al frente de un gobierno de transición, de corte moderado y composición heterogénea, que aspiraba a agrupar a los distintos grupos políticos del país (con presencia de ministros del Movimiento 26 de Julio). EE. UU. reconoce este gobierno dos días después. Urrutia nombra a Fidel Castro Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y le encomienda la tarea de reorganizar los institutos armados de la República.
Según Castro, su principal objetivo era desarrollar aquellas medidas que
pretendían aplicar si el asalto al Cuartel Moncada hubiera fructificado (entre las que se reflejaban la reforma agraria, la reinstauración de la Constitución de
1940, la confiscación de los bienes usurpados durante la dictadura o la
participación de los obreros en los beneficios de sus empresas).
Desde los primeros días se comienzan a juzgar en «tribunales
revolucionarios» a militares y colaboradores de la dictadura, llegándose a condenar a algunos de los acusados a la pena de muerte. Ante las duras críticas por parte de los medios de comunicación internacionales, que acusaba a estos tribunales, entre otras cosas, de condenar por motivos políticos, surge la llamada Operación Verdad, que constaba de dos actos fundamentales
(junto a la creación de la agencia cubana de noticias Prensa Latina): una concentración de alrededor de un millón de ciudadanos en apoyo a las medidas, con la presencia de 380 periodistas de EE. UU. y Latinoamérica el día 21 de enero de 1959 ante el Palacio Presidencial de la Habana, y la celebración de una rueda de prensa al día siguiente en el hotel Habana Riviera para que la prensa internacional plantease preguntas a Castro. Posteriormente, el propio Castro criticó estos juicios en cuanto a las formas empleadas ya que algunos juicios se celebraron en estadios multitudinarios y algunos fueron televisados.
En su discurso del acto del día 21, Fidel propone por primera vez a su
hermano Raúl para que le suceda en su cargo si a él le ocurriese algo.
El 23 de enero de 1959 viaja a la capital de Venezuela, donde pronuncia un discurso en el acto central de conmemoración del primer aniversario del derrocamiento de Pérez Jiménez, en la Plaza Área del Silencio.
Al día siguiente es recibido en el congreso venezolano. También visita la
Universidad Central (con la presencia del poeta chileno Pablo Neruda). El día
24 se reúne con el recién elegido presidente Rómulo Betancourt.
El 7 de febrero de 1959, el Gobierno promulga la Ley Fundamental de la República, que mantiene vigente ciertos de los postulados básicos de la constitución de 1940. El 13 de febrero, ante las fricciones que se producían en el interior del Gobierno, varios ministros, argumentando lo insostenible de la situación, proponen a Castro la posibilidad de asumir la responsabilidad de Primer Ministro. El 16 de febrero, Castro fue nombrado en ese cargo por el presidente Urrutia.
Entre el 15 y el 27 de abril realiza un viaje de buena voluntad a los EE. UU. en visita no oficial, a invitación de la Asociación Americana de Editores de Periódicos.
No obstante, el 19 de abril se entrevista con el vicepresidente estadounidense Richard Nixon en su despacho del Capitolio (el presidente Eisenhower se excusa por no recibirlo aduciendo una partida de golf). Durante su estancia en la ciudad de Washington realiza diversos homenajes visitando los monumentos a George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y la tumba del soldado desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. Es invitado al Lawrenceville School, en Nueva Jersey, así como a la Universidad de Princeton y a la de Harvard. Llega a Nueva York el día 21 donde se entrevista brevemente con el Secretario General de Naciones Unidas, Dag Hammarskjöld, además de realizar un multitudinario mitin en Central Park el día 24. Finaliza su viaje con una visita a Houston (Texas).
El 2 de mayo de 1959 viaja a Buenos Aires (Argentina), donde pronuncia
un discurso en el Consejo Económico de los 21 donde propone la creación de un mercado único latinoamericano. También visita brevemente Uruguay, Canadá y Brasil.
El 17 de mayo se decreta la primera Ley de Reforma Agraria, firmada en Sierra Maestra, que confiscó todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión. De forma simbólica, la primera propiedad expropiada fue la de su propia familia. Además, fundó organismos de nuevo tipo como el Instituto Nacional de Reforma Agraria (del cual fue su primer presidente) e instituciones culturales como la Imprenta Nacional de Cuba (fundada el 31 de marzo) y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (fundado el 24 de marzo).
A mediados de julio de 1959 dimite del cargo de Primer Ministro argumentando que sus diferencias con el presidente ponían en peligro el proceso revolucionario, lo que motivó una masiva exigencia popular para que se reincorporara al cargo, forzando la renuncia del presidente Urrutia el 17 de julio. El nuevo presidente de la República, Osvaldo Dorticós, lo vuelve a nombrar Primer Ministro el 26 de julio.
Primeras tensiones con Estados Unidos
La aprobación de la primera Ley de Reforma Agraria afectó seriamente intereses de propietarios cubanos y de estadounidenses. Desde finales de octubre de 1959 el presidente estadounidense Dwight Eisenhower aprueba diversas medidas propuestas por el Departamento de Estado y la CIA para emprender acciones encubiertas contra Cuba, que incluyen ataques piratas aéreos y navales, y la promoción y apoyo directo a las organizaciones contrarrevolucionarias dentro de Cuba. También se establece como objetivo la eliminación física de Castro.
El 21 de octubre de 1959, dos aviones que habían despegado desde el
aeropuerto de Pompano Beach, en Florida, lanzan octavillas matando a dos adolescentes e hiriendo a otras 45 personas. Uno de los pilotos era Pedro Luis Díaz Lanz, ex-jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria que había desertado cuatro meses antes. En un discurso ese día afirma desde el Regimiento "Ignacio Agramonte":
Siempre lo mismo, siempre lo mismo. Siempre lo mismo de Díaz-Lanz y de Urrutia. ¿Acusarnos de comunistas para qué? Acusarnos de comunistas para ganarse el halago y para ganarse el apoyo de la reacción, para ganarse el apoyo de cancillerías extranjeras; presentarse acusando a los compañeros más valiosos de esta Revolución de comunistas. Es decir, acusar a la Revolución de lo mismo que la acusan los latifundistas, de lo mismo que la acusan los criminales de guerra, de lo mismo que la acusan los garroteros, de lo mismo que la acusan los especuladores, de lo mismo que la acusan Trujillo y su emisora desde Santo Domingo, de lo mismo que la acusan los grandes monopolios internacionales. Quien se dedique a la innoble y ruin tarea de acusar de comunistas a los compañeros revolucionarios, lo que está haciendo es hacerles el juego a Trujillo, a la reacción nacional, a los grandes intereses internacionales, a los criminales de guerra, a Masferrer, a Batista, a Ventura, a Carratalá y a todos esos criminales
El 28 de octubre de 1959 muere Camilo Cienfuegos en un accidente aéreo al regresar a la capital desde Camagüey, tras el encarcelamiento del Comandante Huber Matos (jefe del regimiento militar de la provincia) y que había sido acusado de participar en un levantamiento sedicioso.[cita requerida] En febrero de 1960 el viceprimer ministro soviético Anastás Mikoyán visita Cuba y concede un crédito de cien millones de dólares, además de firmar tratados para la compra de azúcar y la venta de petróleo. En esta época recibe la visita de los filósofos franceses Jean Paul Sartre y Simone de
Beauvoir.
El 4 de marzo de 1960 se produce en La Habana la explosión del vapor
francés "La Coubre", que transportaba armas hacia la isla. El sabotaje provoca, mediante una doble explosión, un saldo de ciento un muertos y más de doscientos heridos. Al día siguiente, en el sepelio de las víctimas, Fidel Castro pronuncia por primera vez la consigna con la que suele finalizar sus discursos:
Y sin inmutarnos por las amenazas, sin inmutarnos por las maniobras, recordando que un día nosotros fuimos 12 hombres solamente y que, comparada aquella fuerza nuestra con la fuerza de la tiranía, nuestra fuerza era tan pequeña y tan insignificante, que nadie habría creído posible resistir; sin embargo, nosotros creíamos que resistíamos entonces, como creemos hoy que resistimos a cualquier agresión. Y no sólo que sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la muerte. Sólo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. Y la disyuntiva nuestra sería «patria o muerte».
Palabras pronunciadas por Fidel Castro en las honras fúnebres de las víctimas de la explosión del vapor "La Coubre", el 5 de marzo de 1960
Tras el atentado, el gobierno cubano, que acusa de los hechos a EE. UU., afirma que comprará armas a quien se las venda. El 17 de marzo de 1960, el presidente Eisenhower ordena la preparación de hombres para invadir la isla. El 8 de mayo se reanudan las relaciones diplomáticas con la URSS, interrumpidas por Batista en 1952.
El 29 de junio de 1960, el gobierno cubano confisca las refinerías de Texas Oil Company, Shell y Esso, tras negarse a procesar el petróleo soviético. El 6 de julio, el presidente de EE. UU. decreta rebaja de 700 000 toneladas de azúcar de la cuota cubana en el mercado de ese país. Dos días más tarde, el senado estadounidense faculta al presidente Eisenhower para suspender todo tipo de ayuda a países que confiscaran propiedades estadounidenses. Como reacción, el Consejo de Ministros cubano acuerda otorgar poderes al
presidente de la República y al primer ministro para confiscar las propiedades estadounidenses. El 6 de agosto, en el estadio del Cerro (hoy Latinoamericano), Castro anuncia la confiscación de gran número de empresas estadounidenses, incluyendo las refinerías de petróleo, 36 centrales azucareros y las compañías de teléfonos y electricidad.
El 2 de septiembre expone en la Plaza de la Revolución la Primera Declaración de la Habana como respuesta a la censura hecha a Cuba en la reunión de cancilleres de la OEA, en San José de Costa Rica, ante la decisión del Gobierno cubano de establecer relaciones con la Unión Soviética. Supuso el aislamiento diplomático entre Cuba y todos los países miembros, a excepción de México.
El 18 de septiembre viaja a Nueva York para acudir al XV periodo de
sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. El siguiente día, la dirección del hotel Shelbourne (en el que se alojaba la delegación cubana) notifica a Castro que deben abandonar ese establecimiento. La delegación acepta el ofrecimiento del propietario del Hotel Theresa, en el barrio neoyorquino de Harlem. En él, recibe al presidente soviético Nikita Jrushchov, al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, al primer ministro indio Jawaharlal Nehru y al dirigente negro Malcolm X. Jrushchov, al ser preguntado sobre si Castro era comunista responde: «No sé si Fidel es comunista, pero yo soy ?fidelista?».
El 28 de septiembre, Fidel Castro propone constituir un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, ante una multitud reunido en la Plaza de la Revolución, creándose así los Comités de Defensa de la Revolución. que tendrían la misión de detectar y denunciar a los enemigos de la Revolución.
El 15 de octubre Castro dispuso la confiscación de la propiedad urbana,
medida que afectó a intereses estadounidenses, y cuatro días después Washington respondió prohibiendo las exportaciones a la isla, salvo ciertos alimentos, medicinas y suministros médicos. Al embargo se añadió el boicot total cuando el 16 de diciembre Eisenhower redujo a cero la cuota azucarera. Finalmente, el 3 de enero de 1961 EE. UU. rompió las relaciones diplomáticas con Cuba.
Invasión de Bahía de Cochinos
En enero de 1961 comienza el mandato presidencial de John Fitzgerald Kennedy, que hereda de la administración anterior los planes de invasión. En este mes, en Cuba se inicia la Campaña Nacional de Alfabetización, que aspiraba a erradicar el analfabetismo, que afectaba a cerca de un millón de personas en Cuba.
El 15 de abril ocho aviones estadounidenses A-26 Invader (con insignias cubanas) bombardean los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el Antonio Maceo de Santiago de Cuba. El día siguiente, en el sepelio por las víctimas del bombardeo, Fidel define como
socialista el proceso revolucionario y, ante la inminencia de la invasión, afirma:
Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!
Discurso pronunciado por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, en las honras fúnebres de las víctimas del bombardeo del día anterior.
Hasta el momento, la ideología de Castro había llegado a ser calificada de
«enigma» por los servicios de inteligencia estadounidenses. En una
comparecencia en el Congreso en diciembre de 1959, el director adjunto de la CIA afirmó: «Sabemos que los comunistas consideran a Castro un representante de la burguesía». El propio Castro había negado repetidamente cualquier acercamiento a las ideas comunistas, a pesar de haber sido fuertemente influido por Marx, Engels y Lenin durante sus años de universidad. Según él, esto se debió a razones de oportunidad (entre otros factores, por el fuerte anticomunismo arraigado en la sociedad cubana hasta la época y porque podría ser causa de enfrentamiento con los EE. UU.).
La madrugada del 17 de abril desembarcan en Playa Girón y Playa Larga
(en la Bahía de Cochinos) una expedición de alrededor de 1500 hombres de la denominada «brigada 2506» escoltados por sus buques y ante escasa resistencia. Horas después paracaidistas son transportados tierra adentro para ampliar la zona invadida. El grupo había sido reclutado entre latinos, mayoritariamente cubanos, y entrenado en Nicaragua por la CIA. La expedición partió desde Guatemala, lo que sirvió a la diplomacia estadounidense para negar cualquier conocimiento del asunto en Naciones Unidas, aunque posteriormente Kennedy reconoció la participación de su gobierno.
El día 18 se produce la contraofensiva de las fuerzas cubanas dirigidas por
Fidel Castro desde el propio escenario de los hechos. La invasión fracasa 72 horas después de haber comenzado, apresando a 1197 combatientes que serán juzgados y devueltos a EE. UU., a cambio de una indemnización en medicinas y alimentos (lo que se conoció popularmente como «compotas por mercenarios»).
El 30 de noviembre, Kennedy autoriza la Operación Mangosta, un
programa de guerra subversiva, que comprendía acciones de guerra económica, de inteligencia, de guerra psicológica, de apoyo a grupos armados, y de apoyo a organizaciones políticas contrarrevolucionarias.
El 2 de diciembre de 1961, en un mensaje televisado en cadena nacional
Fidel anuncia a Cuba y al mundo: "con entera satisfacción y con entera
confianza soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida".
El 3 de enero de 1962 es excomulgado por el Papa Juan XXIII, en aplicación del decreto de 1949 de Pío XII que prohibía el apoyo de los católicos a gobiernos comunistas.
El 31 de enero de ese año, en la Octava Reunión de Consulta de Ministros
de Relaciones Exteriores de la OEA, celebrada en Punta del Este (Uruguay), se aprobaron una serie de resoluciones por las que se declaraba la incompatibilidad entre el carácter marxista-leninista del gobierno cubano con su pertenencia al Sistema Interamericano. El 4 de febrero, como respuesta a la expulsión de la OEA, Fidel proclama la Segunda Declaración de la Habana en la actual Plaza de la Revolución. El texto, que analiza el efecto del colonialismo y el imperialismo sobre América Latina, acusa a la OEA de ser
«un ministerio de colonias yanquis».
El 7 de febrero, EE. UU. impone sobre Cuba un embargo comercial,
económico y financiero.
Crisis de los misiles
La URSS apoyó al gobierno revolucionario de Cuba al mando de Fidel Castro, mientras que la operación fracasada de Bahía de Cochinos que dio muestras inequívocas de la oposición de EE.UU. a un gobierno comunista a escasos kilómetros de sus costas. Ante esto, la URSS vio en Cuba la base necesaria para el apoyo a nuevas oleadas revolucionarias pro-soviéticas en países americanos, así como por su cercanía a Florida, una base militar desde donde poder amenazar a los EE.UU. sin que éstos tuvieran tiempo de reacción, igualando así la amenaza que significaba para los soviéticos los misiles estadounidenses emplazados en Turquía, estado fronterizo con la URSS. Por ello, el líder soviético Nikita Jrushchov y su gobierno decidieron asegurar la isla con la instalación de bases de misiles, con capacidad para alcanzar a los EE.UU. y dispuestos para llevar cabezas nucleares. El gobierno cubano, ante la posible existencia de un plan para la invasión directa de los EE.UU. tras la fallida invasión mercenaria, acepta el emplazamiento a pesar de su inicial oposición a que el acuerdo fuese secreto.
La instalación fue descubierta por las fotografías de un avión espía
estadounidense, tras lo que Kennedy ordenó establecer una cuarentena y un cerco alrededor de la isla, desplegándose barcos y aviones de guerra estadounidenses. Jrushchov dirigió un mensaje a Kennedy el 24 de octubre:
«...la URSS ve el bloqueo como una agresión y no instruirá a los barcos que se desvíen»; pero en las primeras horas de la mañana, los buques soviéticos disminuyeron la velocidad y regresaron o alteraron sus rutas.
Ante la problemática de tal enfrentamiento en el contexto de la Guerra
Fría, Castro, en carta de 26 de octubre, dice a Jruschov que emplee el armamento nuclear Según Castro, fue un problema de traducción del embajador ruso. Según cuenta él en la película documental Comandante, él
pedía el uso de armamento nuclear en caso de invasión de los EE.UU. . El gobierno cubano exigía el cumplimiento de 5 puntos para la retirada de los misiles: el fin del bloqueo, el fin de los ataques piratas, el fin de la guerra sucia, el fin de los planes subversivos y la retirada estadounidense de la Base Naval de Guantánamo.
Sin embargo, Jrushchov propuso a Kennedy el desmantelamiento de las bases soviéticas de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la garantía de que EE.UU. no invadiría a Cuba ni apoyaría operaciones con ese fin, y del desmantelamiento de las bases de misiles nucleares estadounidenses en Turquía, condiciones que Kennedy aceptó. Castro se sintió molesto por no tener en cuenta la opinión de Cuba en las negociaciones. En su opinión, resultó incoherente que la moneda de cambio fuesen los misiles de Turquía con que la causa de los misiles era la defensa de Cuba, por lo que debía haberse exigido el cumplimiento de los cinco puntos.
Juanita, la hermana disidente y colaboradora de la CIA
Antes y después del triunfo de la Revolución cubana, Juanita Castro apoyó incondicionalmente a sus hermanos Fidel y Raúl. Durante los primeros meses del gobierno provisional, Juanita se encargó de edificar escuelas, clínicas y hospitales en toda la isla.
Posteriormente entra en conflicto con sus hermanos, especialmente con Fidel, al declararse marxistas-leninista, por detenciones arbitrarias del G-2 y juicios sumarios, entre otras cosas, por lo que el 19 de junio de 1964 Juanita parte al exilio en un vuelo de Cubana de Aviación con destino a la Ciudad de México.
Juanita nunca más volvería a Cuba ni a reunirse con Raúl o Fidel. Diez
días después, el 29 de junio, Juanita sacude al mundo, denunciando el régimen político de sus hermanos y rompió con todo durante una entrevista de radio con el periodista mexicano Guillermo Vela. Al día siguiente fue noticia de ocho columnas en todos los diarios, ?La deserción de Cuba de Juanita Castro Ruz?.
Años después, en octubre de 2009, publica su autobiografía titulada: "Fidel y Raúl mis hermanos, la historia secreta", donde revela que trabajó para la CIA por más de seis años, aunque sin recibir sueldo o retribución económica alguna y, además, sin participar en ningún atentado contra sus hermanos o cualquier personaje cubano. Su nombre clave en la agencia fue Donna.
El enfrentamiento con Estados Unidos
En abril de 1961 ante la inminencia de la invasión patrocinada por la CIA, declaró el carácter socialista de la revolución durante una concentración popular en La Habana. Posteriormente dirigió personalmente las tropas que derrotaron, en menos de 72 horas, la invasión en Playa Girón. El 13 de marzo de 1968 planteó la «ofensiva revolucionaria» y anunció la confiscación de
todos los establecimientos que aún estaban en manos de propietarios privados.
El 15 de octubre de 1976, en la despedida de duelo a las 73 víctimas
mortales del atentado terrorista presuntamente realizado por la CIA a un avión de Cubana de Aviación en Barbados, pronunció uno de sus discursos más conmovedores: «¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!».
En octubre de 1995 participó en las celebraciones por el 50 aniversario de
la ONU en Nueva York, pronunciando un discurso ante la Asamblea
General. En enero de 1998 recibió al Papa Juan Pablo II en La Habana.
Siglo XXI
El 23 de junio de 2001 sufrió un desmayo al pronunciar un discurso en La
Habana. Posteriormente declaró: «Realmente después de mí, (Raúl) es el que tiene más experiencia, más conocimiento. Quizás no se le conozca bien. Yo lo conozco bien no sólo por razones familiares, sino por la guerra, por su diario, por sus detalles, su meticulosidad, su honradez».
Agregó que si repentinamente sufriese «un infarto, un derrame, una
muerte súbita, digamos un choque, o aquella gente (haciendo referencia a grupos anticastristas) usa un rayo láser o ultravioleta o no sé de qué cosa y me ponen a dormir para toda la eternidad, entonces ¿quién es la persona con más autoridad y más experiencia?: Raúl».
Oliver Stone realizó en 2003 el documental Comandante que pretende ser una biografía intimista de Fidel Castro. Posteriormente denunció presiones del gobierno de EE. UU. para impedir la exhibición de esa película en ese país.
En una carta dirigida al presidente de EE. UU. George W. Bush, Fidel
Castro expresó:
Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: «Salve, César, los que van a morir te saludan». Sólo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria.
Fidel Castro
Actualmente lleva una gran amistad con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, con quien ha firmado numerosos convenios de cooperación entre ambos países. El más destacado hasta el momento es el conocido como ALBA (Alternativa Bolivariana para América).
Renuncia al poder
Pese a su avanzada edad, el presidente Fidel siguió personalmente al frente del gobierno hasta el 31 de julio de 2006, fecha en que su secretario, Carlos Valenciaga, anunció que delegaba provisionalmente su cargo en Raúl Castro, mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica intestinal. Posteriormente, en el 2008 lo haría en forma definitiva debido a problemas de salud.
El 19 de febrero de 2008 anunció en un artículo de la revista Granma que no aspiraría a ser reelecto como Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe tras 49 años en el poder a cinco días de que el Parlamento, la Asamblea del Poder Popular, eligiera la nueva cúpula del Gobierno, el día 24 de febrero.
"No aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de
Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe" Fidel Castro
Su hermano Raúl Castro, quien le había sustituido interinamente por sus
problemas de salud, fue elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba el día 24 de febrero de 2008, convirtiéndose así en el 23er Presidente de Cuba.
Actualidad
El 19 de noviembre de 2008, en varias entrevistas por televisión y periódicos en Argentina, el oncólogo español José Luis García Sabrido, quien operara a Fidel Castro en 2006, aseguró que el ex-Presidente nunca tuvo cáncer, que se ha recuperado y que no vuelve al poder porque no lo desea, desmintiendo así los rumores sobre la hasta entonces enfermedad secreta de Fidel Castro. Ese mismo día, pero en Cuba, el líder de la Revolución Cubana y el presidente chino Hu Jintao, se reunieron en La Habana y recorrieron instalaciones educativas, dialogando sobre los acuerdos para los estudios de jóvenes chinos en Cuba.
Declaraciones recientes
Castro, fue entrevistado a fines de agosto y comienzos de septiembre del
2010 en La Habana por el periodista Jeffrey Goldberg, que escribe para la revista Atlantic Monthly junto a la experta norteamericana en relaciones exteriores Julia Sweig. Fueron más de diez horas de conversaciones y encuentros durante varios días. En ese tiempo hablaron de los temas últimamente preferidos por el líder comunista, especialmente el conflicto árabe-israelí y la posibilidad del estallido de una guerra nuclear si continúan las tensiones con Irán.
En un momento de la conversación, los norteamericanos preguntaron a Castro sobre la vigencia del modelo cubano y si el modelo económico de la isla al estilo del comunismo soviético era aún digno de ser exportado a otros
países. Castro, contestó que tal cosa no era pertinente y añadió: "El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros". Lo escribió el propio Goldberg el 8 de septiembre del 2010, en la revista The Atlantic, y tanta fue su sorpresa que incluso le preguntó a Sweig -una experta del Council on Foreign Relations en asuntos cubanos- cuál era su interpretación a las palabras del ex presidente cubano, a la que respondió: reflejan un reconocimiento de que "el Estado tiene un papel demasiado grande en la vida económica del país".
Su consentimiento ayudaría a su hermano Raúl, quien lo reemplazó en el
2008, a enfrentar a los miembros del gobernante Partido Comunista, que se
oponen a sus intentos de reducir el papel del Estado, dijo Sweig a Goldberg.