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CXLVI

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Estas son ahora las doce comunidades de los Aqueos, y lo eran antes de los jonios, motivo por el cual éstos se distribuyeron en doce ciudades. Porque suponer que los unos son más jonios que los otros, o que tuvieron más noble origen, es ciertamente un desvarío; pues no sólo los Abantes originarios de la Eubea, los cuales nada tienen, ni aun el nombre de la Jonia, hacen una parte, y no la menor, de los tales jonios, sino que además se hallan mezclados con ellos los focenses, separados de los otros sus paisanos, los Melosos, los arcades pelasgos, los Dorienses epidaurios y otras muchas naciones, que con los jonios se confundieron. En cuanto a los jonios, que por haber partido del Pritaneo de los atenienses, quieren ser tenidos por los más puros y acendrados de todos, se sabe de ellos que, no habiendo conducido mujeres para su colonia, se casaron con las Carianas, a cuyos padres habían quitado la vida; por cuya razón estas mujeres, juramentadas entre sí, se impusieron una ley, que trasmitieron a sus hijas, de no comer jamás con sus maridos, ni llamarles con este nombre, en atención a que, habiendo muerto a sus padres, maridos e hijos, después de tales insultos se habían juntado con ellas, todo lo cual sucedió en Mileto.

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