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XLVI
ОглавлениеCreso, tras perder a su hijo, llevó luto dos años, al cabo de los cuales, viendo que el imperio de Astiages, hijo de Ciaxares, había sido destruido por Ciro, hijo de Cambises, y que el poder de los persas aumentaba de día en día, suspendió su llanto y se puso a pensar cómo acabar con la dominación persa antes de que fuera a más. Con esta idea, queriendo comprobar la veracidadad de los oráculos, tanto de Grecia como de Libia, envió varios comisionados a Delfos y Abas, en Focia, a Dodona, y también a los oráculos de Anfiarao y de Trofonio, y al que hay en Branchidas, en el territorio de Mileto, todos éstos en Grecia, y asimismo envió una ambajadad al templo de Ammon en Libia. Su intención era contrastar lo que cada oráculo respondía, y si coincidían, consultarles después si debía emprender la guerra contra los persas.