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XLVIII
ОглавлениеLos lidios, tomando estos versos de la boca profética de la Pitia, los pusieron por escrito, y volvieron a Sardes. Mientras tanto iban llegando las respuestas de los otros oráculos, ninguna de las cuales satisfizo a Creso. Pero cuando llegó la de Delfos, la recibió con veneración, convencido de que sólo allí residía una divinidad verdadera, pues nadie más había dado con la verdad: hbaía ideado algo difícil de adivinar para el dí convenido, en concreto trocear una tortuga y un cordero, que se puso a cocer en una vasija de bronce, que tenía una tapa del mismo metal.