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Introducción

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Increíblemente engañado, usted cree que el sentido de su estadía en la Tierra es lograr hacer realidad los ensueños que este plano material de existencia introduce en su mente. En esta tercera dimensión en que vivimos, nuestra psiquis todavía está dormida, creemos que controlamos nuestras vidas, pero en realidad somos unos títeres dirigidos por fuerzas instintivas, magnéticas y egocéntricas, que a través de una invisible dictadura nos hacen movilizarnos.

Sabemos que el ser humano está compuesto de materia y de espíritu, pero por razones que investigaremos profundamente en este libro, nos daremos cuenta que la conciencia material ha crecido desmesuradamente opacando al espíritu, provocando un desequilibrio que ha hecho caer a la mente a los planos bajos e inconscientes.

Es importante, ante todo, saber que el espíritu, paradójicamente es la esencia de la materia. Por lo tanto es consciente de ella, pero la materia no necesariamente es consciente del espíritu. A consecuencia de esta desconexión de la materia con el espíritu vemos que el ser humano, pudiendo experimentar los estados más altos de la conciencia, vive atrapado en esta tridimensión material, creyéndose un ego separado del Todo. Las personas poseen, intrínsecamente, herramientas para elevar su mente y gozar de los maravillosos dones del espíritu; sin embargo, se han quedado ancladas al mundo, sucumbiendo ante la poderosa y sugestiva fuerza de la materia que los ha divorciado de lo verdaderamente divino.

¿Por qué se le llama tridimensión a este estado de vida? Porque es un plano material donde el ser humano posee una mínima conciencia de sí mismo, limitado sólo a la parte manifestada (física) de la vida, creyéndose un ego separado del Todo.

La intención de este libro es demostrar que el ego, aunque cueste creerlo, posee una inteligencia propia que le permite penetrar en la mente y revertir las energías centrífugas en centrípetas, egotizando la percepción de la realidad, provocando que la persona se crea un individuo independiente y desconectado, que sólo piense, sienta y actúe para sí mismo. Por consiguiente, debemos hacernos preguntas como: ¿por qué somos seres con una mente caída, tridimensional y limitada, pudiendo ser seres con una mente universal infinita? Y ¿qué o quién nos impide elevar nuestra conciencia?

La única manera de obtener respuestas para iluminar la mente es que el ser humano se quite el “velo psíquico” tridimensional que lo enceguece, y para lograrlo debe espiritualizar la materia; esto significa limpiarla de una gruesa capa de energía inconsciente y egótica que la densifica en forma exagerada aumentándole el peso gravitatorio que la hace caer al mundo del instinto.

Los caminos correctos para equilibrar y elevar el nivel vibracional de la mente material son: desarrollar la autoobservación, el autoconocimiento y practicar la meditación Contacto Directo. Cabe señalar que esta meditación (la cual aprenderemos más adelante) posee la gran virtud de ser un puente directo para fusionarse con la Conciencia Pura, librándose así de las interferencias del ego, de las ansiedades del mundo y de los ruidos psíquicos.

Con la autoobservación, el autoconocimiento y la meditación Contacto Directo, la mente comenzará a despertar y a trascender su propia estructura egotizada. Este cambio hace que la persona utilice energía espiritual en vez de energía instintiva; así, la alta pureza de la luz espiritual provoca que el psiquismo tridimensional se desmagnetice, se desalegorice y se desegotice, permitiéndole a la mente salir de su gravedad, oscuridad y densidad y, por ende, ascender a los estados luminosos de la conciencia.

La tercera dimensión

La frecuencia donde vibra la mente humana egótica

· El siguiente gráfico nos muestra la tercera dimensión en que vive atrapado y adormecido el ser humano.

· En este libro veremos que existe una conciencia de la materia que nos engaña y nos apega a esta tercera dimensión.

· En ese plano bajo e instintivo la gente vive en un estado de inconsciencia, lo que hace caer a la mente.

· La conducta en este nivel de Conciencia Tridimensional es mecánica, las personas obedecen ciegamente a los mandatos del instinto como si fueran robots.

· En esta tridimensión las personas no tienen visión universal y objetiva, pues están desconectadas del plano espiritual.

· En la tercera dimensión las energías son gruesas y centrípetas, lo cual comprime a la mente, dejándola sin conciencia de sí misma.

· El ego vive en la tercera dimensión, camuflado en la mente humana.

· A través de la meditación Contacto Directo, usted será capaz de trascender la tercera dimensión, iluminar y elevar su mente.

· Sólo despertando la conciencia se puede acceder a los estados luminosos espirituales.

· Esta tercera dimensión es tan sugestiva y magnética que las personas quedan estacionadas allí por toda su vida, adormecidas y olvidadas del espíritu.

· La tercera dimensión es cuando la mente se duerme y se identifica con el argumento mundo-materia.

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Cuando decimos que la mente de la humanidad está caída es porque perdió su Memoria Espiritual, que es la conciencia de sí misma o autoconsciencia. Esta memoria ha sido reemplazada por la memoria mundana que encapsula a la mente en un tiempo- -espacio, haciéndola olvidarse de experimentar el aquí y el ahora, desconectándose del ser puro que es eterno presente.

Es sorprendente ver que alguien pueda tener una muy buena memoria material y, sin embargo, vive olvidado de sí mismo. Esto es porque vibra en la tridimensión en donde su mente o se identifica con los estímulos externos o con el argumento psicológico interno. A raíz de esto, vemos que las personas pueden pasar días enteros sin acordarse de sí mismas. Este fenómeno se produce por- que la mente egótica futuriza o recuerda, no teniendo la capacidad de vivir el presente.

Decíamos que las personas están convencidas que son dueñas de sus actos en este nivel de existencia, pero al tener dormidas sus mentes no se dan cuenta que lo que verdaderamente dirige sus vidas es una inteligencia-conciencia que se apodera de sus identidades y que se expresa como ego; ella anula la visión cósmica de la gente reemplazándola por una aletargadora ensoñación mental que se presenta con incesantes divagaciones, ensoñaciones, ansiedades, deseos y apegos hacia el mundo material.

Además de dominar la psiquis humana, esta conciencia egótica es la movilizadora, organizadora y defensora de todo el aspecto material del universo que, a través de una infinidad de engaños, trucos y trampas, se encarga de que los organismos sobrevivan, se reproduzcan y se desarrollen; por ejemplo: si el comer y el beber no fueran actos apetitosos y agradables, nadie se alimentaría y en consecuencia, las personas morirían; si el llanto de un bebé no fuera desagradable e irritante, lo dejarían llorar sin prestarle atención; si el sexo no fuera placentero, nadie lo practicaría; por lo tanto, la reproducción de las especies cesaría; si no diera miedo enfermarse, nadie se cuidaría, etc. Entonces podemos observar que todos los actos están movilizados por recompensas o por temores creados deliberadamente por esta conciencia material para producir y man- tener el funcionamiento vital de las especies.

En esta limitada dimensión, el ser humano posee una mínima conciencia apta sólo para manejar las necesidades básicas de subsistencia; la gente casi no tiene contacto con la realidad objetiva, dado que la mente al creerse individual y separada pierde la visión universal, por lo tanto, las percepciones y las respuestas al mundo se convierten en subjetivas. Afortunadamente, a pesar de que somos víc- timas de esta fuerza adormecedora de la conciencia material, existe la libre elección que nos permite escoger voluntariamente qué camino tomar y así poder lograr obtener la esquiva y ansiada paz interior.

Este libro pretende despertar la conciencia y aprender a ver que nuestra mente está caída y enredada en los oscuros y magnéticos mundos instintivos, y así de esta forma poder descubrir por sí mismo que el psiquismo ha sido usurpado por el ego. La mente, al iluminarse, se da cuenta que ha vivido en una dimensión baja en donde casi no existe autoconsciencia, quedando expuesta a que la materia le inyecte energías centrípetas, egotizándola.

Todo lo dicho hasta aquí lo estudiaremos detalladamente más adelante, además usted aprenderá a espiritualizar la materia, haciendo que su psiquismo se llene de conciencia de sí mismo para luego experimentar la Conciencia universal; de esta manera, su mente se descomprimirá y se liberará de las apretadas fuerzas del instinto, elevándose a los planos superiores en donde gozará de la levedad del Ser. Al lograr este maravilloso estado, usted sabrá que ha vivido engañado e hipnotizado por las “astutas” energías instintivas de la materia que le han impuesto un argumento de vida ilusorio, egocentrista y falso en su mente. En este momento, tal vez sea difícil comprender esto, pero a medida que usted comience a alimentarse con energía espiritual su mente se impregnará de una vibración pura y autoconsciente que lo contactará con la Conciencia universal.

· El siguiente gráfico nos indica que cuando la mente se alimenta de energía centrípeta e instintiva se convierte en un ego cayendo al oscuro, inconsciente e individualista, plano tridimensional.

· Aquí vemos el bajo nivel de conciencia de la humanidad. Mientras la mente esté caída en el instinto y en la materia, no podrá iluminarse.

· Existe una conciencia inteligente de la materia que mantiene adormecida y engañada a toda la humanidad, haciéndole creer que el fin de la vida es vivir abajo, en la tercera dimensión material.

· El ego, cuando se apodera de la mente, la baja y la hace adicta a los planos instintivos materiales tridimensionales.

·usted debe entender que la mente egotizada no soporta la vibración lumínica pura del espíritu. Ella siempre buscará las vibraciones gruesas, bajas e inconscientes.

· Lo primero que debe saber una persona es que su conciencia está atrapada en la tridimensión material.

· La conciencia de la materia le crea una subrealidad mental a las personas, manteniéndolas adormecidas en un mundo ilusorio.

· La materia impregna a todas las formas físicas de un magnetismo, por eso en esta tercera dimensión está todo ligado.

· El ser humano no es consciente de lo manifestado (materia), menos aún es consciente de lo inmanifestado (espíritu).

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Sepa que si usted ha decidido vivir abajo, en el mundo del ego, no podrá saber lo que es el amor universal, ya que la materia sólo conoce las energías ensimismadoras y egóticas que son las que impiden purificar y ampliar la conciencia.

Lo primero que debe hacer un aspirante a la liberación de la conciencia es preguntarse lo siguiente:

· ¿Cuál es el sentido de la vida?

· ¿Qué o quién me obliga a levantarme, a moverme y a realizar cosas todos los días?

· ¿Por qué soy esclavo de las pasiones, del comer y del sexo?

· ¿Por qué estoy atado a una infinidad de conexiones magnéticas (ideas, creencias, dogmas, apegos emocionales, supersticiones, fetiches, idolatrías y cosas materiales)?

· ¿Por qué pienso en una dirección, siento en otra y actúo en la contraria?

· ¿Qué fuerza inteligente externa a mí existe que me arrebata mi identidad, me dirige la vida y me hace vivir mecánicamente inserto en un argumento alegórico llamado vida terrenal?

· ¿Qué o quién me impide vivir el aquí y el ahora?

· ¿Por qué amo sólo a unos pocos? ¿Por qué mi amor es tan egoísta?

· ¿Por qué siempre quiero obtener algún tipo de ganancia con los demás?

· ¿Qué es el espíritu, por qué no puedo experimentarlo, quién me lo impide?

· ¿Por qué la mayoría de la humanidad está desconectada de lo divino, quién produce esta desconexión?

· ¿Por qué los seres humanos están incomunicados entre sí, quién provoca esto?

· ¿Por qué los seres humanos vemos la verdad objetiva, sub­jetivamente?

· ¿Qué fuerza externa engaña al ser humano y le impide ver la forma pura?

Para dilucidar estas preguntas es necesario aprender a activar los centros elevados de la conciencia, ya que sólo ellos son capaces de percibir la invisible fuerza que obnubila la mente. Por lo tanto, si logramos desarrollar nuestra percepción veremos que esta tercera dimensión es una pesada frecuencia mental estructurada magnéticamente por una inteligente y astuta conciencia proveniente del instinto, a la cual llamaremos Conciencia Tridimensional. Ella es difícil de percibir, puesto que se esconde en la propia identidad del ser humano (ego), utilizando una infinidad de recursos para mantener a la mente humana caída y apegada al mundo. La razón fundamental de este libro es despertar la mente para reconocer, desenmascarar y diluir a esta Conciencia Tridimensional que tiene el poder magnético de sugestionar, anestesiar y engañar a las personas, haciéndolas pensar que la finalidad de la vida es creer que este plano material tridimensional es todo lo que existe; de este modo las personas se vuelven robots que buscan ciegamente una felicidad ilusoria y falsa.

Por último, usted debe saber claramente que la Conciencia Tridimensional es una experta engañadora que se aprovecha de la mente adormilada y sin conciencia de sí misma de la gente, hipnotizándola y haciéndola bajarse una estación ficticia, conocida como la Tercera Dimensión Material.

· El siguiente gráfico nos muestra que cuando la mente cae en el instinto, las personas pierden su memoria espiritual quedando desconectadas de los planos altos, conscientes y luminosos.

· A las personas que nacen en esta tridimensión compuesta de fuerzas centrípetas se les desarrolla una mente egótica que las deja desconectadas del espíritu.

· La mente de una persona cae al plano bajo en donde las energías no son conscientes de sí mismas. La inconsciencia es el hábitat del ego, éste no puede vivir en una mente autoconsciente.

· La energía que utilizan las personas que no son espirituales proviene del instinto. Esta energía es densa, inconsciente y egocéntrica, por eso no puede elevarse al espíritu.

· La Conciencia Tridimensional (inteligencia del ego) tienta a las personas con cosas y pasiones; así los apega magnéticamente al mundo.

· La mente al egotizarse se hace adicta a la materia y al instinto.

· La mente caída sólo funciona con los centros bajos, se olvida de los centros espirituales.

· La mente, cuando cae, pierde su discernimiento y se hipnotiza con la banalidad, la superficialidad y la estupidez del mundo.

· El magnetismo del instinto egotiza; la mente a partir de eso la persona deja de ser autoconsciente, quedando afecta a las leyes de dualidad y karma.

· La Conciencia universal (espíritu) es la única capaz de rescatar a la mente caída. Ella diluye la energía centrípeta del ego.

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El Ego

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