Читать книгу Las humanidades médicas desde la perspectiva de estudiantes de medicina - Jaiberth Antonio Cardona Arias - Страница 9

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Problema de investigación

Planteamiento y contextualización del problema

En los últimos cincuenta años las humanidades médicas se han constituido en un campo heterogéneo de disciplinas, que pretende impactar de forma significativa en la formación médica y la investigación científica en el ámbito mundial (1-6). La mayoría de expertos coinciden en incluir en este grupo dominios como la filosofía de la medicina, la historia de la medicina, la sociología médica, la antropología médica, la ética médica, la bioética, la geografía médica, las artes plásticas, escénicas y visuales en las ciencias de la salud, junto con la medicina narrativa (3).

A pesar del lugar periférico que muchas veces se le ha dado a este tipo de conocimientos (7-8), dudar de la importancia de este complejo multi- e interdisciplinar sería omitir logros como la instalación de retóricas, nociones y culturas referidas, por ejemplo, a la medicina holística o medicina psicosocial y a la medicina centrada en la persona, en ciertos espacios cotidianos de la salud, entre otras cuestiones como la popularización de los principios de autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia, y las nociones de calidad de vida, toma de decisiones o empoderamiento (9-12).

No han faltado investigaciones y trabajos centrados en los alcances, las posibilidades, las metodologías y la adherencia dentro del ámbito formativo y profesional de este grupo de saberes (13-14). La mayoría de indagaciones han sido artículos teóricos y de reflexión. Son habituales las elaboraciones no sistemáticas que se valen de experiencias individuales y de conocimientos filosóficos e históricos, universalizados a partir de las ideas célebres de figuras clásicas como Hipócrates y Galeno, el médico canadiense William Osler (1849-1919), el erudito español Pedro Laín Entralgo (1908-2001) y el renombrado precursor de la filosofía de la medicina moderna Edmund Pellegrino (1920-2013) (15-19).

Hay otro tipo de desarrollos que se posicionan sobre cuestiones epistemológicas, formativas, críticas y prácticas más complejas. La educación médica, por ejemplo, ha estado atenta a la naturaleza de las humanidades y sus fines prácticos (1, 3). Desde este plano, ha existido una preocupación por indagar en el reduccionismo en medicina y la forma en la que estos saberes pueden ayudar a subsanar este problema (2, 14). Sin embargo, hay cierta conciencia de la marginalidad de estos de estudios en las áreas curriculares; asunto que no deja de ser problemático debido a que las humanidades médicas enseñan justamente “profesionalidad” (17, 20).

Estudios enfocados en el desarrollo de teorías y reflexiones filosóficas e históricas profundizan en las raíces de las humanidades médicas en términos de los retos y problemas planteados por la tecnificación de la medicina (21). Ha existido una apuesta por entender estos estudios humanísticos como una suerte de terapéutica ante la producción de un ser humano cada vez más racionalizado y cosificado (2, 3, 20, 22). La indagación por el lugar del hombre en medio de los adelantos de la biomedicina y la epidemiología clínica ha generado un cuestionamiento profundo en la comunidad de académicos respecto a cuáles deben ser las consideraciones ontológicas y epistemológicas fundamentales en el despliegue de la medicina científica (22). Las llamadas “dos culturas”, la división de las humanidades y las ciencias —según la mayoría de los académicos— explicaría dicho fenómeno1 (23).

A esto habría que agregarse la sobreestimación de la bioética y la ética médica (especialmente principialista) y la infravaloración de la filosofía de la medicina, la sociología médica y la antropología médica, tanto en términos curriculares como investigativos (24). La emergencia de la bioética y la ética médica, desde los años setenta del siglo pasado, marcó lineamientos que en cierta forma opacaron otras discusiones (3). En general, se ha clamado por el holismo como una solución habitual de este tipo de disciplinas ante dichas problemáticas, pero estas miradas son todavía muy heterogéneas y sin una epistemología definida (25). Una solución alternativa que toma cada vez más fuerza ha sido la de promover diversas artes y elementos narrativos dentro de las áreas curriculares para integrar en la profesionalidad la virtud de la empatía en la comunicación médico-paciente (1-3, 14).

Otro de los desarrollos fundamentales tiene que ver con los estudios críticos. En este ámbito se resaltan asuntos como la focalización de las humanidades médicas en lo exclusivamente médico, lo que ha sido interpretado como un desprecio de estos saberes a otras profesiones de la salud (26). Muchos han considerado que es un falso problema (26), aunque dicha apuesta es valorada por cuanto procura abrir horizontes de investigación hacia el futuro, especialmente dentro del campo empírico cualitativo (27). Si bien la mayoría de debates se han planteado en torno al mejoramiento de la atención médica, otras preocupaciones se centran en la reflexión de la propia conceptualización y representaciones de la disciplina, en las valoraciones subjetivas y vivenciales de la enfermedad, en la interacción que los enfermos tienen con las exigencias sociales y en las representaciones mismas de la enfermedad (28).

Las humanidades médicas críticas, más que orientarse por el desarrollo de la profesionalidad, han privilegiado la reflexividad como una habilidad fundamental para enfrentar situaciones de incertidumbre propias de la práctica médica, en las que los practicantes experimentan múltiples dilemas éticos (26). Como ejemplo de esto, vale destacar que uno de los temas más investigados por los bioeticistas tiene que ver con el mejoramiento y la optimización de las funciones del cuerpo a partir de sustancias o artefactos, más allá de los criterios clásicos de la normalidad (29-30). Desde las humanidades médicas críticas surge una conciencia reciente de tales acontecimientos, lo que ha convocado a estas disciplinas y a las ciencias sociales en general a ampliar el horizonte respecto a un fenómeno que reconsidera los fines tradicionales de la praxis médica e interpela los principios de autonomía, justicia y beneficencia. En este caso, se invita a los investigadores en estas áreas a nutrir los repertorios conceptuales y teóricos junto con un desarrollo práctico basado en la investigación empírica (27).

Finalmente, en el espectro de la crítica, los estudios de la gubernamentalidad se han dirigido a cuestionar la emergencia de las humanidades médicas frente al problema del reduccionismo desplegado por la racionalidad biomédica (31). Se impele a comprender críticamente este auge, lo que significa no perder de vista que este tipo de conocimientos puede servir como instrumento en una medicina cada vez más gubernamentalizada por el mercado y los mandatos de autogestión propios de la gobernanza contemporánea (31). Desde este campo de investigación, se ha buscado ampliar la escala de lo médico: prestar mayor atención no solo al contexto y a la experiencia de la salud, sino a los múltiples niveles causales que explican el par salud-enfermedad; considerar los estudios que enfatizan las relaciones de poder en medicina, por ejemplo, los lineamientos queer y de discapacidad; y analizar los desarrollos ofrecidos por el constructivismo social respecto a la relación médico-paciente (32-34).

Si bien las investigaciones empíricas en este campo son menores, hay que rescatar que desde hace unos veinte años está ocurriendo un giro importante en estas áreas, especialmente en la ética médica y la bioética, donde se destaca la necesidad de evaluar y resolver problemas de índole moral y ético con base en casos reales y concretos (35). Con el propósito de trascender las reflexiones estrictamente teóricas, se ha procurado aunar el desarrollo empírico al mundo de la toma de decisiones clínicas, el análisis de las aplicaciones diarias de los principios éticos en la praxis de médicos y biólogos moleculares con roles protagónicos en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades (27, 35-36). En este caso, algunos trabajos señalan la importancia de superar los enfoques meramente descriptivos del plano empírico sobre los razonamientos éticos de los actores de la salud y ver la forma en que esto se traduce normativamente para guiar el ejercicio médico (27).

Por otra parte, trabajos más recientes realizados en el continente asiático han procurado identificar cómo los internos desarrollan las humanidades médicas en escenarios clínicos, a través de enfoques cualitativos en los que predominan el trabajo de campo y la entrevista, y cómo se integra este tipo de conocimientos a los currículos (37). Tales estudios muestran que la característica esencial de las humanidades médicas en términos prácticos reside en enfocar el acto médico hacia el bienestar del paciente, la autonomía, la justicia social y la sinceridad (37). En América Latina y en Colombia predominan los trabajos teóricos y reflexivos (7, 16, 22). Sin embargo, existen elaboraciones empíricas interesantes que hay que rescatar; una de ellas determina el nivel de conocimientos, actitudes y prácticas de bioética en estudiantes de medicina de América Latina, mediante un estudio observacional descriptivo de corte transversal (38); otras indagaciones pedagógicas pretenden superar el espectro de la bioética y ver cómo establecer puentes entre la medicina y las humanidades a través del aprendizaje en cirugía (39).

Dadas estas consideraciones, hay que señalar que en nuestro contexto los trabajos empíricos respecto a la función de las humanidades médicas, las áreas que estas integran, los conocimientos que las componen, su puesta en escena en términos prácticos y las concepciones y significados sobre ellas son todavía muy exiguos. Esta aseveración es posible luego de una revisión exhaustiva de investigaciones originales en MedLine-Pubmed, Science-Direct y Scielo (principales bases de datos del área de la salud), empleando los términos de búsqueda “humanidades médicas” y “medical humanities”. Como puede apreciarse, existe un plexo considerable de elaboraciones reflexivas y teóricas, pero un déficit notable en torno a estudios empíricos en estas áreas de conocimiento.

Formulación del problema y pregunta de investigación

Dada la relevancia de las humanidades médicas, sorprende la ausencia de investigaciones que trasciendan la sobreestructuración teórica y reflexiva que predomina en las publicaciones científicas de este campo. Por consiguiente, hay que mencionar que los abordajes empíricos en este caso resultan de mucha importancia, por cuanto permiten realizar un diagnóstico más detallado sobre el concierto de las humanidades médicas en términos formativos. Esta cuestión resulta determinante a efectos de impactar hacia futuro las áreas curriculares y los contenidos de las materias que se imparten en el sector de la educación médica.

Por otro lado, en Medellín no se han desarrollado estudios sobre este tópico. En el mundo hay investigaciones similares, pero que no apuntan a lo que se pretende desarrollar con esta investigación. Como se indicó en la contextualización previa, la mayoría de aproximaciones al tema de las humanidades médicas se presenta desde un campo reflexivo, desde planos prescriptivos, propositivos, críticos o epistemológicos (40-42). También existen investigaciones concentradas en la actitud de los estudiantes de ciencias de la salud hacia el conocimiento científico; búsquedas que pretenden determinar el conocimiento de estudiantes de esta disciplina sobre la investigación clínica con medicamentos; indagaciones sobre los conocimientos, sentidos y actitudes en relación con la anatomía en estudiantes de segundo año de medicina; trabajos relativos a conocimientos, percepciones y prácticas de la ética médica entre médicos residentes, entre otros. No obstante, como se ha señalado, no hay investigaciones que apunten al señalamiento del actual proyecto (43-46).

Justificación

La respuesta a la pregunta de investigación resulta relevante por varias razones. En primer lugar, permite realizar un diagnóstico del ambiente que existe frente a saberes que no forman parte de las ciencias básicas y de la parte clínica y profesional, pero que resultan esenciales en la formación médica. A través de este estudio se podrán capturar las representaciones mentales derivadas de la apropiación cognitiva de cada sujeto de investigación, esto es, las ideas, las nociones, los significados y las concepciones. Así se revelarán las características particulares de la persona y el impacto que tienen las humanidades médicas en diferentes ámbitos de la vida (especialmente, en su vida estudiantil).

Las concepciones, prácticas e importancia dada por los estudiantes de medicina a las humanidades médicas develan, de manera indirecta, conocimientos, creencias y convicciones, mediadas por emociones y sentimientos, así como por la experiencia que la persona tiene sobre objetos y fenómenos. Asimismo, las actitudes o la importancia que dan los estudiantes a las humanidades médicas pueden fundamentarse en tres aspectos: el cognitivo, nutrido por la información, las vivencias y los conocimientos; el afectivo, condicionado por sentimientos, emociones, valores, satisfacción y aversiones; y el comportamental, caracterizado por las habilidades motoras, psíquicas, cognitivas, verbales y sociales (47).

De esta forma, el presente estudio, además de lo mencionado, ofrece alternativas a los lineamientos curriculares sobre las humanidades, a fin de corregir situaciones problemáticas que se vislumbren con los resultados. Cabe destacar que se trata de un aporte valioso en la medida en que es una investigación que hasta ahora no se ha realizado en la ciudad de Medellín. Por otro lado, analizar el lugar que los estudiantes de este programa dan a los saberes de las humanidades también hace posible localizar limitaciones y problemas relativos a los contenidos, señalar comportamientos específicos que necesiten ser modificados y remarcar aspectos curriculares que posteriormente podrán ser mejorados.

Finalmente, la necesidad de trascender el predominio teórico y reflexivo de las publicaciones en este campo impone retos metodológicos. Los estudios empíricos en esta área implican un abordaje complejo, donde confluyan aproximaciones cuantitativas y cualitativas que evidencien las apropiaciones de los fundamentos disciplinares de las humanidades por parte de los estudiantes de medicina. Esto remarca la necesidad de diseñar e implementar estudios mixtos, a través de los cuales se puedan tratar temas que escapan a las opciones de analíticas de una investigación exclusivamente cualitativa o cuantitativa y, por tanto, demandan la complementariedad de métodos y teorías.


1 La idea de las “dos culturas” forma parte de un lugar común extendido a partir de una conferencia impartida en 1959 por el físico y novelista inglés Charles Percy Snow (1905-1980), donde se plantea el abismo moderno entre las ciencias y las humanidades, entre un enfoque centrado en explicar los hechos y una perspectiva centrada en los valores. A efectos de ampliar sobre esta polémica, se recomienda ver la obra de Van Rensselaer Potter, Bioethics. Bridge to the future (23).

Las humanidades médicas desde la perspectiva de estudiantes de medicina

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