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RESUMEN / TEXTO DE CONTRA

El valor añadido de la universidad respecto a otras instituciones humanas es que se dedica al estudio y la reflexión. Estas dos tareas las realiza no solo en los campos científicos, sociales o humanísticos a los que se dedican las distintas facultades, sino también cuando piensa sobre sí misma. La universidad no es una expendedora de títulos que habilitan para conseguir un empleo. Tampoco es un centro de investigación básica que, por una serie de circunstancias históricas, se ve en la necesidad de ofrecer docencia. No es ni siquiera el espacio donde reunir a jóvenes que, a la espera de entrar en el mundo laboral, se preparan para su vida adulta y entrenan sus capacidades de socialización. Es todo eso, pero también mucho más. En una sociedad tan pragmática como la nuestra, la universidad debería presentarse como una línea de defensa —tal vez la última— frente a la barbarie, como el lugar que inventó la cultura occidental —en concreto, el cristianismo— para que, al menos unos cuantos, aprendieran a pensar con rigor y a interesarse por aquellos asuntos en los que los seres humanos muestran su vocación y apertura a la excelencia.

Cumplidos sus primeros veinticinco años de historia, la Universidad Francisco de Vitoria quiere invitar precisamente a la reflexión acerca de sí misma. Se pregunta en primer lugar qué significa ser universidad. Seguidamente, las consecuencias que debería tener el hecho de que se entienda a sí misma, desde su fundación, como una universidad de inspiración católica. Por último, cómo debería afectarle el hecho de ser universidad de inspiración católica precisamente ahora, en su campus de Pozuelo (Madrid, España), en los inicios de la tercera década del siglo xxi.

Para facilitar esta reflexión, la UFV se sirve del término razón abierta, acuñado por Benedicto XVI, pues parte de la conciencia de que la razón y la fe, la capacidad humana de investigar y la imagen cristiana del hombre, no pueden ser antitéticas, sino que son capaces de influirse la una a la otra en un círculo virtuoso de mejora recíproca. En este breve libro se exponen las líneas maestras de cuatro preguntas (antropológica, ética, epistemológica y de sentido) que pueden inspirar a los profesores universitarios a realizar tanto su docencia como su investigación desde unos presupuestos de razón abierta, es decir, reconociendo los límites de cada campo particular de estudio y descubriendo la posibilidad de que todo el saber humano aspire a alcanzar una síntesis unificadora.

Cuatro preguntas de razon abierta

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