Читать книгу Defender la vida e imaginar el futuro - Jefferson Jaramillo Marín - Страница 7

Оглавление

PRÓLOGO:

PLUS-DOLOR Y POÉTICA DE LA VIDA

Buenaventura está imaginada y planificada para la reproducción del capital y el sostenimiento de otras vidas: de vidas no afrocolombianas. Gerenciado directamente por la Presidencia de la República, el Plan Maestro 2050 consiste en la radicalización del proyecto de muerte contra las comunidades propietarias de estos territorios rurales y urbanos, a través de la consumación del ecogenoetnocidio, con renovadas prácticas neocoloniales de la blanquitud, como ideología estructurante de la realidad, en su engranaje transnacional y de colonialismo interno nacional.

Cuando menos, a partir de los años treinta, se escuchan voces en el Pacífico que han denunciado la violencia y la exclusión estructural socio-racista, proponiendo al Estado y al país, caminos democráticos, de justicia social. El plan regional del parlamentario guapireño Sofonías Yacup, luego publicado en su libro Litoral recóndito (1934), es representativo de estas búsquedas. Desde finales de los años cincuenta, hasta el momento de su muerte, el 21 de enero de 1972, monseñor Gerardo Valencia Cano, obispo de Buenaventura, “el hermano mayor”, como le llamaban los nativos, se opuso abiertamente al oprobio de la destrucción y la dependencia. Acusado de ser un “cura rojo”, por los gobiernos del Frente Nacional, antecedió el destino por el que luego descenderían los presidentes Jaime Roldós y Omar Torrijos, en tiempos no muy lejanos, en que los aviones en pleno vuelo, como de papel, se caían por el peso de los personajes que llevaban. Valencia Cano, en conjunto con sus grupos de trabajo, dejó en funcionamiento una institucionalidad educativa, comunitaria y económica sustentable para el mantenimiento de los ecosistemas y la autonomía colectiva. Además, legó un amplio programa, aún vigente, por recuperarse. Defendió e imaginó la vida en Buenaventura y en el Pacífico, desde una postura utópica, posible. Mostró la construcción de futuro en presente, en el día a día.

Este libro se sitúa en dicha tradición de interpelación propositiva; por ello, impugna el patrón de sometimiento, de fatalidad histórica para este pueblo: lo deconstruye para la comprensión de todos y discute salidas, valorando la imaginación social y la creatividad, articulada desde la movilización de la memoria, a través de diferentes expresiones artísticas y simbólicas que no solo denuncian, sino que retan y señalan posibilidades para la vida digna, bajo el imperativo de la responsabilidad colectiva y el bien común, profundamente triturado por la violencia, pero defendido y restablecido con girones de experiencias, sueños, ilusiones y esperanzas.

Los siete capítulos cumplen con lucidez el propósito de enfrentar el memoricidio y evitar al máximo el triunfo total de la mentira, los eufemismos y la impunidad enarbolada como trofeo por los expoliadores, que catapultan su victoria con el silenciamiento y el olvido. A lo largo de estas páginas, renovamos la consciencia de que siempre será una victoria parcial, mientras quede humeante el recuerdo, la evocación y la memoria de la ignominia y de la crisis humanitaria perpetua, reeditada como herencia colonial en la coyuntura actual. Esta rearticulación, recreación e invención incesante de sentidos sociales de liberación es el combustible que define la idea de diáspora africana y, en general, de muchos pueblos en exilio.

La memoria así cultivada da cuenta de sistemas de pensamiento, como el muntú o el ubuntu, fundados en afroepistemologías y sabidurías, presentes en filosofías y espiritualidades que despliegan el tiempo, articulados a los ciclos vivenciales de la naturaleza o a territorios limitados por los mandatos que imponen los dones o atributos de los montes, las aguas, los vientos, la luna y el sol. Son unas cosmologías que pueden operar incluso como sustratos inconscientes en los jóvenes y en las generaciones totalmente urbanas, manifiestas en visiones temporespaciales que perturban e intervienen la concepción rectilínea del tiempo, de la modernidad capitalista antropocéntrica, en su carrera de acumulación sin fin, sin límite alguno. El libro contribuye a enriquecer estas reflexiones.

Esta memoria y su ordenamiento es consustancial a las formas de conversar y narrar los acontecimientos, en los relatos de ayer y hoy. Esto ha sido escrutado por el escritor Alfredo Vanín, a lo largo de su obra ensayística, especialmente en su bello texto Las culturas fluviales del encantamiento (2017). Se trata de la defensa encantada de la vida, de exorcizar el desencantamiento, la destrucción de la metáfora, de la poética de la vida planetaria, cuyo núcleo son las oralituras (Yoro Fall, 1992), las filosofías cantadas, como patrimonio vivo. Memorias que son sutura y aliciente, material para vivir el presente, diseñar el futuro inmediato e imaginar el mediano y largo plazo, desde el dolor de lo sucedido y la felicidad de continuar en pie, una compleja simbiosis de sentimientos y emociones, impronta del plus-dolor. Es un sufrimiento encriptado en el horizonte esperanzador de un mañana mejor, inclaudicable; un afianzamiento del ser colectivo ecobiocéntrico, holístico, que sitúa la felicidad y alegría como lugar y territorio cotidiano de existencia y no como una meta que se consigue con el tiempo.

La alegría y la felicidad de estar siendo en esta comprensión de la vida se debe sobreponer siempre al terror, al padecimiento y a la adversidad. Es una clave histórica constatable existencialmente en la experiencia afrodiaspórica y en su actitud creativa de transformar las circunstancias dolorosas, sin olvidar lo esencial: la enseñanza transformada en pedagogía y didáctica social para su mantenimiento y conservación dinámica en la tradición oral, que puede devenir en historia oral o escrita, como práctica consuetudinaria de suficiencia íntima y reexistencia. Se trata de las autosanaciones y autoproducciones históricosociales, forzadas por el colonialismo de larga duración. Autoreparaciones colectivas estructurales, que no han dependido de las políticas públicas del Estado para continuar con sus modos de comunidades biosistémicas, sabrosamente conectadas con múltiples presencias: visibles, invisibles, humanas y no humanas. Un torrencial sentipensamiento cósmico de la vida, que hoy exige el cumplimiento de los derechos humanos, de sus derechos colectivos y de reparación histórica.

En las diversas trayectorias analíticas y conceptuales que propone el libro, el lector podrá captar el compromiso asumido por los autores y autoras con el rigor investigativo, consecuentemente con las comunidades de Buenaventura, el Pacífico y las afrocolombias. En esta dirección, también se debe valorar el significativo aporte a las ciencias sociales y humanas, al pensamiento social crítico y al campo de los estudios afrodiaspóricos, destacando su utilidad para pensar los contextos de otros grupos sociales, comunidades o pueblos subalternizados históricamente. Este excelente trabajo se constituye en una visión fresca y necesaria que asume una posición en las disputas interpretativas, para la reconstrucción/construcción de memoria, verdad, reparación y no repetición, en la coyuntura que está transitando el país, con mayúsculos obstáculos para las víctimas sobrevivientes del conflicto armado interno o guerra, en pleno desarrollo, a las cuales se les niega, se les esconde sus vínculos socioétnicoraciales. Siendo así, el libro que tiene entre manos, como una de las bitácoras indispensables, debe integrarse al equipaje del largo viaje que hemos emprendido por un país honesto, justo, digno y en paz para todos; no hay tormenta que pueda detenernos. Ante las amenazantes marejadas y oleajes, desde el barrio La Playita, la Virgen del Carmen en su vigilia anual nos guía. De la mano de Yemayá seguro llegaremos a buen puerto.

SANTIAGO ARBOLEDA QUIÑONEZ, PH. D.

Universidad Andina Simón Bolívar

Quito, mayo 13 de 2020

En la cuarentena de la Covid-19

Referencias

Fall, Y. (1992). Historiografía, sociedades y conciencia histórica en África. México D. F.: El Colegio de México.

Vanín, A. (2017). Las culturas fluviales del encantamiento: memorias y presencias del Pacífico colombiano. Popayán: Universidad del Cauca.

Yacup, S. (1934). Litoral recóndito. Bogotá: Editorial Renacimiento.

Defender la vida e imaginar el futuro

Подняться наверх