Читать книгу John Garfield en territorio cheyene - Jordi Cantavella Cusó - Страница 6
Introducción
ОглавлениеEn el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, mis abuelos escondieron en su casa a un piloto norteamericano que había sido abatido en Francia. Partisanos franceses lo guiaron a través de los Pirineos hasta la frontera española y, después, un grupo de maquis republicanos lo condujeron hasta Barcelona y lo ocultaron en la casa donde había nacido mi padre, junto a la estación de Sants.
Aquel joven se llamaba Frank Garfield y permaneció en el escondrijo durante un par de meses, hasta que fue llevado a un navío de bandera británica del puerto que lo devolvió a Inglaterra para continuar luchando contra las tropas de Hitler.
El tiempo que Frank Garfield permaneció en casa de mis abuelos fue, para mi padre, que entonces tenía once años, inolvidable, ya que aquel muchacho americano —a pesar de que hablaba un castellano algo rudimentario— explicaba las aventuras de su abuelo, John Garfield, que desde pequeño se había visto arrastrado por las circunstancias de su tiempo y de su país, gran parte del cual era un vasto territorio todavía no colonizado, especialmente el oeste, donde los indios aún gozaban de la tierra de sus antepasados, poco antes de ser prácticamente exterminados por el hombre blanco.
Las vivencias de aquel joven interesaron mucho a mi padre y también a mí, cuando él me las narró años más tarde. Para un niño como yo, que me explicasen hechos reales que habían tenido lugar en el Lejano Oeste era todo un lujo pues, cuando era un crío, mis películas preferidas eran las de indios y vaqueros o las de yanquis y confederados. De hecho, cuando jugaba en mi habitación lo hacía con mi fuerte de madera y mis cowboys de plástico, con los que podía pasar horas y horas… Es más, en el momento de escribir estas páginas, tengo más de cuarenta años, pero reconozco que todavía me enzarzaría a jugar si supiera que mi mujer no iba a sorprenderme tocando la corneta del séptimo de caballería… ¡Y es que todo lo que hace referencia al Lejano Oeste tiene sabor a aventura!
Las de los Garfield eran historias en las que aparecían indios y vaqueros, bandidos y piratas, pistoleros y rebeldes, en un escenario que todavía era virgen, inhóspito y peligroso, muy lejano de nuestro hogar y de nuestra cotidianidad.
Una vez llegué a sospechar que aquel piloto aliado idealizaba y exageraba —por no decir directamente que se inventaba— las narraciones de su abuelo, pero mi padre se ofendió cuando le expresé mis dudas y me mostró una fotografía antiquísima, de color sepia, donde aparecía un chico muy joven y una niña al lado de un caballo: los hermanos Garfield.
Entonces quedó del todo claro que los personajes no eran ficticios y pensé que sería una lástima que aquellos sucesos en los que había participado John Garfield cayeran en el olvido. Es por eso que he empezado a recopilar toda la información que es capaz de recordar mi padre y que, gracias a su memoria, he podido escribir este libro.
Algún día tal vez intentaré averiguar si aquel joven piloto de entonces sigue vivo o si ha tenido descendencia. Resultaría magnífico poder ponerse en contacto con él para que nos pudiera continuar explicando todo lo que vivió su abuelo cuando era joven… Tal como piensa mi padre, tengo la sensación de que el espíritu aventurero de John Garfield, el protagonista de este relato, no dejó de ver mundo, ¡por lo que seguro que hay aventuras que ahora mismo desconozco!
Algún día lo investigaré… Aunque debo reconocer que siempre he sido un vago y no sé si lo haré realmente. Tal vez el verano que viene. Ya lo veremos…
J.C.