Читать книгу Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala - Jorge Enrique Horbath Corredor - Страница 18

Flujos poblacionales

Оглавление

Si bien en la frontera de México con Guatemala existen pasos formales de tránsito, gran parte de la movilidad se da a través de pasos informales. Estos pasos reflejan un activo flujo migratorio desde Guatemala hacia las localidades mexicanas aledañas, creando una circulación constante de personas que cruzan esta frontera sin la finalidad de cambiar de residencia. Por lo tanto las migraciones, presentes en la actualidad, han variado su intensidad y dirección según la época.

Los flujos migratorios pueden obedecer a razones económicas y de sobrevivencia: cuando la tierra deja de ser fértil, se agotan los recursos naturales o suceden desastres naturales. Estos fenómenos originan movimiento de pueblos enteros de un lugar a otro. Las persecuciones por razones étnicas, religiosas o políticas también han sido causa de migraciones. (Herrera-Lasso y Artola, 2011, p. 12)

Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos creó una estrategia para promover y fortalecer sus acuerdos bilaterales en materia de seguridad. En el margen de diversos acuerdos, y con el fin de controlar el flujo de migrantes y mercancías se implementó, entre 2001 y 2003, el Plan Frontera Sur, en la frontera de Guatemala y Belice, con la finalidad de incrementar el control en los puntos fronterizos (Anguiano, 2007, p. 50). Este artificio legal tiene como principal objetivo regular o limitar el flujo migratorio existente entre Centroamérica y México, una región que se caracteriza por una compleja y potente movilidad transfronteriza, como se cita a Nájera (2010) en Jean Clót y Martínez (2015)

Los flujos migratorios se han diversificado considerablemente en las dos últimas décadas: de una migración “tradicional” de trabajadores temporales guatemaltecos que se dedican estacionalmente a actividades agrícolas en el estado de Chiapas a una cada vez mayor afluencia en México de guatemaltecos que trabajan como vendedores ambulantes y en los servicios domésticos. (2015, p. 4)

Este flujo de movilidad poblacional ha permitido el asentamiento de centroamericanos en la región, creando comunidades transnacionales, como redes sociales, culturales y económicas (2015, p. 5) que van más allá de las limitaciones político-administrativas.

Estos flujos continuos de personas y de mercancías que transitan con registro por dichos lugares formales, simultáneamente también puede observarse movimientos constantes de población que, por razones diversas, circula entre las localidades fronterizas sin presentarse en los diferentes puntos de control migratorio y/o aduanero. (2015, p. 6-7)

A partir del incremento de flujos migratorios, estos espacios se han vuelto peligrosos, al presentarse actividades ilícitas, ocasionando un incremento de fuerzas de seguridad en la frontera, dado que “la industria de la migración se ha fortalecido, y lo que para algunos es una estrategia de sobrevivencia, para otros es la posibilidad de un negocio ilícito” (Armijo, 2011, p. 46). Aunado a eso existen situaciones de abuso hacia los migrantes por parte de las autoridades municipales, estatales y federales, quienes los roban o extorsionan, aunque vale aclarar que la mayoría de los agravios proviene de particulares que roban e incluso llegan a secuestrar y matar. Muchos de estos delitos son perpetrados por maras y otras pandillas del lado de México, que se aprovechan de la situación de los migrantes, siendo las mujeres y los niños los más vulnerables.

Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala

Подняться наверх