Читать книгу El despertar del alma - Jorge Tomás Acuña Gutiérrez - Страница 8

Оглавление

INTRODUCCIÓN

Debemos reconocer que hace más de 3 siglos la humanidad se encuentra sumida en el racionalismo Cartesiano y el materialismo Kantiano, neokantiano y otros, que no es importante mencionar en este libro; y ello ha llevado a la humanidad a transitar por la negatividad destructiva más absoluta que ha existido, al igual que la pandemia que estamos viviendo en este siglo XXI.

Muchos dirán que esta gran catástrofe no tiene nada que ver con ese pensamiento negativo del ser humano, pero claro que sí. La verdad es que todos los seres humanos nos encontramos unidos a través del pensamiento, la palabra y la acción. Y aunque no lo crean, todos estamos unidos por energías que sustentan el equilibrio emocional y espiritual de toda la humanidad y de todos los universos. Y como mis lectores lo saben, la palabra y el pensamiento, son manifestaciones de vida y, es importante aclarar que los seres humanos no son creadores, nosotros somos ARTÍFICES, porque todo lo que hacemos o producimos lo hacemos a partir de lo creado. Y la palabra, la oración, es importante, porque sin plegaria los Dioses pierden el Poder porque ellos también evolucionan a través de las evoluciones de los seres del Espacio – Tiempo.

Pero el problema principal que existe en las sociedades y la humanidad, es el materialismo que es una causa del Racionalismo, de la falta de espiritualidad, de la falta de moral y de los verdaderos valores humanos y universales. Estas causas se han manifestado en la humanidad, a través de la mente destructiva de los hombres y mujeres, de un caos social y económico, corrupción en todos los niveles de la sociedad, ambiciones desmedidas, ignorancia de lo que significa el ser humano y una economía de mercado, que no refleja la realidad de las necesidades de los pueblos, en donde la delincuencia y el narcotráfico ha dominado a la mayoría de las naciones en vías de desarrollo.

Nosotros, los seres humanos, somos seres de Luz, y no hemos venido a este mundo para crear empresas y construir imperios de dólares, es importante para poder sobrevivir y para dar educación a nuestros hijos. Pero vivir en un mundo en donde el que tiene más dinero surge y/o aquel que tiene mejores expectativas financieras y contactos es mejor que el que no los tiene, eso, es inhumano. Serán superiores en los bienes materiales, que no se podrán llevar de este mundo cuando mueran; pero muchos se han olvidado de la evolución espiritual, que es un proceso de cambio del pensamiento material a lo divino y es el verdadero legado que tenemos que dejar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.

El conocimiento divino y espiritual, que es la base para transitar a la casa del Padre, Dios, no se compra con dinero ni con política y menos con materialismo y, con ese conocimiento nos iremos de este mundo que es lo único que puede llevar el ser humano cuando desencarne; y esa experiencia la llevaremos grabada, solamente, en nuestra alma inmortal.

Es por ello, que hoy la humanidad se encuentra en estas condiciones de supervivencia extrema, porque estamos dirigidos por la mediocridad, los abusadores, los corruptos e inmorales; y también por los que gobiernan en las sombras a los pueblos que son sometidos como esclavos bajo el arbitrio de seres deleznables y oscuros.

La verdad es que mi libro no trata de temas políticos, sino, sobre temas espirituales y filosóficos y su objetivo es guiar al lector hacia el sendero de la perfección divina y hurgar en su Alma para que pueda despertar y descubrir a la divinidad que anida en su corazón.

Ahora, las ambiciones, el deseo de vivir, de tener bienestar económico, es realmente lícito y aceptable, es parte de nuestra existencia mortal, pero existen límites y, también, fórmulas para salir de estos sentimientos materialistas extremos que son parte de la separatividad del individuo, porque ellos separan lo material de lo espiritual del ser. Para que esto no suceda, hay que trabajar con esfuerzo y dedicación para descubrir la luz que anida en sus corazones, porque cuando llegue el Poder de la Luz a las manos de los seres humanos, tengo la certeza de que llorarán lágrimas de Sangre por los errores cometidos en la vida.

Es por ello, que vivimos en lo eterno y en unidad con todo lo que existe. Y, a Dios no lo debemos cuestionar y tampoco expresarse de Él con las características antropomórficas, porque no es un humano, tampoco es una visión, solamente ES.


DESARROLLO

El mundo interior es el pensamiento que se manifiesta a través de la esencia del hombre y que no es otra cosa que su Alma; pero otros pensadores, a la esencia le llaman Espíritu, sin embargo, debemos tener presente que el espíritu de la divinidad es parte del Alma y este espíritu junto al Fuego Creador se encuentra en su interior y en todo lo que nos rodea, es por ello que, normalmente se enseña que debemos descubrir a la divinidad en nuestro interior. He aquí a Dios.

El Alma es la vida misma junto al espíritu divino que se manifiesta en todos los universos. Y esa manifestación siempre sigue siendo la misma, una energía sutil que traspasa toda la materia viva, animada e inanimada, que es parte de todo lo creado y que es incoloro, inodoro, insípido, imposible de ver, tocar, mirar o medir, que es Omnisciente, Omnipresente y Todopoderoso: ese es el Espíritu de Dios, y que Es Dios.

Las sensaciones, deseos materiales y carnales del mundo mortal material, se manifiestan cuando el hombre es un ser racional, materialista, y se encuentra encadenado a las encarnaciones, una tras otra, sin reparar que la vida y el alma son una sola y, unidas, son parte de nuestra evolución cósmica y ello se logrará solamente a través de una conciencia moral que nos impele a buscar un refugio en lo más profundo de nuestra alma.

La vida es el Gran Maestro de la existencia humana, y el cuerpo material del ser es en donde vive el Alma y donde el hombre debe encontrar la divinidad a través de la experiencia de su vida para la liberación de ella. Cuando en filosofía se habla de la liberación, no se refiere a la liberación de los pueblos de tal o cual ideología, sino que expresa la manifestación del Alma en el momento de desencarnar y viajar rumbo al centro de los universos en busca de sus orígenes.

Dios no ha muerto y su espíritu es único en todos los universos y en todas las religiones. La forma de expresar ese conocimiento cambiará de acuerdo a las sociedades y a sus costumbres; pero la verdadera realidad de la divinidad es:

Dios es uno y trino, no tiene ninguna

caracteristica humana,

Pero es parte de la unidad del todo,

Al igual que cada ser humano,

Por lo tanto, dios “es” y no tiene definicón.

Hoy más que nunca, debemos tratar de descubrir nuestra esencia, nuestra verdadera realidad, para que, a partir de este pensamiento, fraternal, espiritual y unido a la armonía del universo, podamos reconstruir un mundo nuevo en el que puedan vivir nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos; pero, para ello es imprescindible liberarnos de las caretas de la oscuridad y del mundo de los sentidos, que confunden a la mente y ello impide que podamos descubrir nuestra verdadera esencia, que es una Luz Inmanente que es parte de la divinidad toda y que rige en el centro de los universos.

El despertar del alma

Подняться наверх