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5.3 Conducta a seguir ante casos de toxicidad

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Ante la más mínima duda de contacto con un producto de limpieza que nos haya podido intoxicar por cualquier vía (digestiva, respiratoria o cutánea) es fundamental solicitar ayuda. Por supuesto, si los síntomas revisten gravedad, se debe avisar urgentemente a los servicios médicos, indicando el producto que puede haber causado la intoxicación y los síntomas que ha provocado.

Cuando inicialmente no se perciban daños de consideración, lo indicado será contactar con el Servicio Nacional de Toxicología, que dispone de un sistema permanente de atención y que nos informará del posible riesgo y las medidas más inmediatas a tomar hasta recibir atención facultativa. Para facilitar el contacto y la información, deberán tenerse presentes el nombre comercial del producto implicado (etiqueta) y todos los datos disponibles sobre la forma de contacto con éste, principalmente los siguientes:

 Si ha sido bebido o inhalado.

 En qué cantidad estimada.

 A qué hora.

 En qué situación se encuentra el afectado.

Si la intoxicación se ha producido por ingestión (vía oral), conviene diluir el producto ingerido lo máximo posible, haciendo que el afectado beba bastante agua.


Nota

La toma de leche, salvo que se indique su conveniencia según la sustancia ingerida, debe evitarse, ya que algunos productos se absorben con más facilidad junto a los lácteos, es decir, que el producto tóxico puede llegar más rápido a la sangre o aumentar el grado de afectación.

Otra opción es provocar el vómito introduciendo los dedos en la boca del accidentado e incluso llegando a tocar la campanilla, en el interior de la garganta. Pero esto sólo debe hacerse cuando se tiene la seguridad de no causar más daños, ya que algunos productos, como los cáusticos, pueden provocar nuevas quemaduras en su trayecto de salida a lo largo del esófago, en tanto que los hidrocarburos, al ser vomitados, pueden pasar en pequeñas cantidades a las vías respiratorias, pudiendo provocar bronquitis e incluso neumonías.

Si el accidentado está total o parcialmente inconsciente debe evitarse en todos los casos cualquier medida que favorezca la deglución de sus vómitos, colocándole en la denominada posición de seguridad: tumbado de lado y apoyado sobre el lado derecho del cuerpo, asegurándose de que mantiene las constantes vitales y evitando con esta posición la obstrucción de las vías aéreas por la lengua.

En todos los casos, pero con más razón cuando la intoxicación se ha producido por inhalación, conviene trasladar al afectado a una zona aireada, evitando los obstáculos que le dificulten la respiración (ropas apretadas, aglomeraciones de gente a su alrededor, etcétera).

Cuando se ha producido contacto de la piel con el tóxico, bien por salpicadura o por inmersión, deben retirarse todos los objetos próximos a la zona afectada, como ropas, relojes o adornos, y lavar abundantemente con agua, de forma reiterada. Si el componente tóxico es de naturaleza grasa, ayudará a la limpieza el uso de alguna sustancia jabonosa.


Nota

Conviene que el agua empleada esté ligeramente fría, para evitar que la dilatación de los vasos que produce el calor aumente la absorción a través de los poros de la piel. Igualmente, debe evitarse el agua a presión o el frotado excesivo, que también aumentarían el paso del tóxico al organismo.

Los ojos afectados deben ser lavados abundantemente con agua o suero fisiológico durante quince minutos, retirando las lentillas si fuera preciso. Conviene separar los párpados del globo ocular durante el lavado, para acceder a las zonas más cubiertas del ojo.

Una vez garantizados estos cuidados generales, debe realizarse consulta a los servicios médicos con la mayor brevedad posible, que evaluarán la situación y establecerán las medidas adecuadas.

Limpieza del mobiliario interior. SSCM0108

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