Читать книгу Estevia, dulce medicina - José T. Gállego - Страница 8
Оглавление1. EL PODER DE UNA HUMILDE PLANTA
¿Qué tiene la estevia para estar en boca de tanta gente?
La estevia es una pequeña planta originaria de las selvas de Paraguay que los indios guaraníes utilizan desde hace siglos para endulzar las infusiones de yerba mate. El ka’a he’ẽ, como la denominan los guaraníes, es hasta quince veces más dulce que el azúcar, no engorda, no provoca caries, tiene propiedades medicinales fantásticas y docenas de aplicaciones diferentes. No tiene calorías y es sana, dos cualidades que no siempre van juntas. Además es completamente natural, se puede cultivar en casa y se emplea en recetas frías o calientes.
Cuando Japón prohibió el uso de edulcorantes artificiales a principios de los años setenta, la industria nipona escogió la estevia como principal endulzante sin calorías para sustituirlos. Funcionó tan bien que a día de hoy casi la mitad del mercado de edulcorantes japonés corresponde a endulzantes de estevia. En todo este tiempo no ha habido ningún caso de reacciones adversas graves o efectos secundarios peligrosos.
Con tan impresionante lista de cualidades y el éxito cosechado en Japón, parece razonable pensar que su uso debería estar extendido por medio mundo, sin embargo sigue estando prohibida en muchos países, entre ellos Estados Unidos y la Unión Europea. La estevia simboliza como pocas plantas el poder que tiene la industria para manipular las leyes a su antojo y cómo los beneficios económicos siempre se ponen por delante de los beneficios sociales.
Los defensores de la estevia llevan décadas luchando para que se permita su consumo, ya que es un sustituto ideal para los edulcorantes artificiales que no solo carece de calorías sino que incluso tiene propiedades que ayudan a combatir la obesidad, controlar la hipertensión o equilibrar el nivel de glucosa en sangre, tres de las principales afecciones que sufren los consumidores de edulcorantes no calóricos. Además estimula el sistema inmunitario, ayuda a la digestión, calma la ansiedad, combate el envejecimiento, reduce las reacciones alérgicas y facilita la cicatrización de las heridas, entre otras muchas propiedades.
En la larga lista de usos y aplicaciones de la estevia sorprenden las que tiene en los campos de la ganadería y la agricultura. Si la comen los cerdos su carne es más sabrosa, las gallinas producen huevos con menos colesterol y las vacas necesitan menos antibióticos. Si se usa en agricultura las frutas son más dulces y las hortalizas crecen sin plagas. Estimula la fertilidad del suelo y la descomposición de los residuos tóxicos. Reduce la capacidad de algunos alimentos de provocar alergias.
Sin embargo, pese a ser un planta con una utilidad clarísima, seguridad más que garantizada y propiedades medicinales asombrosas, sigue siendo ilegal en gran parte del mundo. Las agencias de alimentación y medicamentos han prohibido sistemáticamente el uso de estevia como aditivo alimentario alegando la falta de estudios sobre su seguridad, algo completamente falso. No solo se han realizado un gran número de estudios en los últimos cuarenta años sino que hay una historia de uso tradicional en Paraguay que se remonta, al menos, a varios siglos.
LAS PLANTAS MEDICINALES EN LA UNIÓN EUROPEA
A partir de mayo de 2011, especies de plantas medicinales que se han usado desde tiempos inmemoriales no podrán venderse hasta que no se solicite un registro de medicamento tradicional. Para obtenerlo hay que presentar una serie de estudios que garanticen su absoluta seguridad y su eficacia. El coste de estos estudios es muy alto y los productores de plantas medicinales, que suelen ser pequeñas empresas, carecen de los medios necesarios para completar los procesos de registro. En la práctica, la Comisión y el Parlamento Europeo están impidiendo la comercialización de muchas plantas medicinales y condenando a los europeos al monopolio de la industria farmacéutica como única vía aceptable de curación. Las plantas que podrán someterse al registro de medicamento tradicional serán solo aquellas que llevan usándose más de treinta años, quince de ellos al menos en algún país de la Unión Europea. Las especies que no tengan esta historia de uso en Europa, aunque se hayan consumido durante siglos en otras zonas del planeta, se tienen que aprobar como medicamentos a base de plantas no tradicionales, lo que aún es más complicado y costoso.
La legislación actual no permite incluir en la etiqueta de una planta sus propiedades medicinales, en cambio sí se puede añadir un extracto vegetal a un yogur y etiquetarlo afirmando que reduce el colesterol. Es legal decir que un agua mineral «estimula la digestión», pero no que la manzanilla hace lo mismo. Esta legislación absurda beneficia a la gran industria alimentaria, que puede promocionar sus productos como si tuvieran propiedades medicinales, pero evita que los ciudadanos traten sus dolencias habituales con plantas, lo que reduciría los beneficios de las farmacéuticas.
La estrategia de la industria alimentaria y farmacéutica respecto a la estevia consiste en diferenciar la planta de los edulcorantes basados en ella, de modo que, mientras aquella sigue siendo ilegal, estos puedan permitirse. Aunque podremos disfrutar del dulzor de alguno de los componentes de la estevia, la planta al completo con sus propiedades medicinales continuará en la ilegalidad, privando a los pacientes de un remedio natural para sus dolencias y protegiendo al mismo tiempo los beneficios de los laboratorios farmacéuticos
La industria alimentaria no quiere usar la estevia directamente ni extractos sin refinar por el retrogusto a regaliz que tienen. Durante años, mientras presionaban para evitar su legalización, investigaban por otro lado en el desarrollo de edulcorantes altamente refinados a partir de estevia. Una vez listos empezaron a presionar a la administración para que los legalizase. En 2009 se aprobaron en Estados Unidos, y en la Unión Europea podrían legalizarse en cualquier momento.
Como complemento dietético, la planta o su extracto sí pueden conseguirse en tiendas de dietética o herboristerías.