Читать книгу La dieta que activa tu vida - Josep Lluís Berdonces - Страница 5

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INTRODUCCIÓN

La salud es la ausencia de enfermedad y de síntomas, es no darnos cuenta de que el cuerpo funciona y de cómo funciona. Conservarla es el propósito que todos perseguimos.

Cuando notamos la presencia de un órgano o sentimos en nosotros determinada función orgánica, es que algo empieza a fallar, y a lo largo de nuestra vida tenemos muchos síntomas, pasajeros o no, que nos indican que algo se ha salido de su correcto carril. El problema suele ser que no hacemos caso a los avisos del cuerpo.

Salud y enfermedad son cíclicas: paradójicamente, para que estemos saludables debemos tener de vez en cuando padecimientos, que muchas veces, en especial en las enfermedades agudas, son el camino hacia la curación y recuperación de la energía previa y del estado de salud. En cierta manera, muchas enfermedades son saludables.


La alimentación es la pilar angular de la salud, puesto que todo aquello que comemos y asimilamos en poco tiempo termina formando parte de nuestro propio cuerpo. Una alimentación enfermiza, como es la denominada «dieta estándar occidental», solo nos puede conducir a la enfermedad y a la degradación de nuestros tejidos, de nuestras células.

Evidentemente que hay otros factores que producen enfermedad, pero si hacemos una dieta correcta todos los otros factores reducen su agresividad porque el terreno, nuestro cuerpo, está bien nutrido y es de condición más fuerte y resistente.

La mayoría de los alimentos son plantas, y al igual que las plantas no comestibles, pueden tener efectos medicinales. Y se puede decir que la dieta más maravillosa es la que contiene los vegetales como base de la alimentación humana.


De hecho, muchos alimentos han demostrado tener propiedades medicinales especiales, confirmadas por la literatura científica, y son estos alimentos maravillosos y sus facultades medicinales los que pretendemos resaltar en este libro.

Intentaremos rehuir los conceptos técnicos excesivos, siempre farragosos y aburridos, para ofrecer un buen número de consejos prácticos que se puedan aplicar en la vida diaria.

No queremos hacer un libro de nutrición vegetariana, ya que el mismo concepto de vegetariano es restrictivo, aunque lo cierto es que repasando la literatura médica y dietética encontramos que los alimentos de mayor interés son, sin duda, los de origen vegetal.

Las enfermedades se pueden prevenir, la epidemia de enfermedades metabólicas y degenerativas de la sociedad moderna es perfectamente reversible. El problema radica en que no lo hacemos. La dieta occidental moderna no es la natural del ser humano: si la comparamos con la de la historia de la humanidad, la dieta que hoy en día nos parece tan normal solo se ha practicado en el último segundo de nuestra historia, porque la alimentación que nos ha llevado a ser lo que somos hoy en día ha sido radicalmente diferente a la actual, y el hombre, a lo largo de los milenios, ha ido modificando su fisiología y sus procesos metabólicos para adaptarlos a una alimentación con predominancia de cereales, con frutas y verduras, y con una escasa cantidad de carne y proteínas; incluso el organismo humano se ha acostumbrado a las épocas de escasez o de carestía de alimentos, y parece que en cierto modo le son beneficiosas; el ayuno terapéutico y depurativo parece demostrarlo.

Con la alimentación moderna hemos dejado de tener contacto con los microbios que viven en los alimentos; la higiene alimentaria ha avanzado mucho; tanto que hasta nos priva de microbios beneficiosos para nuestra salud intestinal, y en suma para nuestra salud general. Por ello tenemos que reinventar la forma de repoblar de microorganismos nuestro intestino, puesto que ellos hacen gran parte de nuestra digestión, forman parte de nosotros mismos y los deberíamos cuidar porque va nuestra vida en ello.


Enfermedades como el cáncer, exceso de colesterol, diabetes, ácido úrico o alergias pueden reducirse de forma espectacular si incluimos en nuestra dieta una serie de alimentos maravillosos; especialmente si estos sustituyen a alimentos manipulados, conservados, precocinados, adicionados, aromatizados, coloreados, plastificados, envasados; en suma, adulterados.

No es lo mismo una patata hervida en casa que unas patatas fritas de bolsa; sus consecuencias sobre la salud son radicalmente diferentes, aunque ambas provengan del mismo alimento.

La calidad de nuestra alimentación ya no depende del dinero: la alimentación del pobre es posiblemente la que mejor puede prevenir nuestra salud en un mundo en que todos hacemos una alimentación considerada de ricos, una alimentación excesiva y excesivamente alejada de la naturaleza.

La dieta que activa tu vida

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