Читать книгу El Paralaje - Juan Carlos Cersosimo - Страница 9

Оглавление

2 - La Astronomía en Centro América

A partir del 2400 aC. un conglomerado de humanos ocupó un territorio que incluía el sureste de México y el norte de América Central; abarcó toda la península de Yucatán, los territorios que hoy pertenecen a Guatemala y Belice, así como la porción occidental de Honduras y El Salvador. La mayor parte de la península se compone de una vasta planicie con pocas colinas y una zona costera generalmente baja. Se desarrolla la cultura Olmeca en mesoamérica, cuyo máximo esplendor fue hacia el 1200 aC. De estos surge una de las civilizaciones mas prominentes de America: los Mayas. Sus ciudades fueron Uxmal, Palenque y Chichend-Itzá en la península de Yucatan y la ciudad de Copán en Honduras.


Según los hallazgos, los mayas habrían comenzado entre los años 2000 y 1500 aC, y finalizado en el 300 dC. Asentados en la península de Yucatán bajo la influencia de la civilización Olmeca, fundaron sociedades, centro urbanos y comenzaron con las prácticas culturales y religiosas que después se integrarían a otros grupos mesoamericanos.


La época de mayor grandeza de la civilización maya comprende los seis siglos desde el 300 al 900 dC. Primero estuvieron ubicados en la región de El Petén, donde se encontraban las ciudades de Uaxactún y Tikal. Luego iniciaron su expansión territorial, apareciendo nuevos núcleos urbanos, entre ellos Palenque, Piedras Negras, Copán, Uxmal, Bonampak y Sayil. Todas estas ciudades alcanzaron su máximo esplendor entre el 600 y 850 dC.

La población maya dejó un legado importante en astronomía basada en las observaciones a ojo desnudo. Construyeron sitios de referencia que se alinea con la salida del Sol en el solsticio de verano y la puesta del Sol en el solsticio de invierno. Hicieron determinaciones precisas de los solsticios y los equinoccios.

Casi todos sus templos poseen alineaciones de carácter astronómico. En Chichén Itzá, las pirámides y templos se encuentran alineados con las posiciones del Sol el 21 de marzo (Equinoccio Vernal).

Un templo en especial, dedicado a Kukulcán (la serpiente) produce un efecto visual los días de Equinoccio. En el instante del ocaso del Sol, sobre la escalinata principal se produce un juego de luz y sombra que asemejan a una serpiente descendiendo escaleras abajo, en clara alusión al descenso a la Tierra de la gigantesca serpiente.

En las latitudes terrestres de la región de los Mayas, el Sol, en su recorrido anual por la esfera celeste pasa en dos ocasiones por el Cenit. Esta situación permitió que se desarrollasen observaciones muy exactas del movimiento solar, que quedaron registradas en las orientaciones de sus edificios mas importantes. En los trópicos, el Sol pasa directamente sobre la cabeza dos veces al año. Muchas estructuras conocidas en los templos mayas fueron construidas para observar el Sol en el momento que pasa por el cenit.

El complemento para su calendario lo constituyó la Luna. Sus observaciones permitieron establecer el período sinódico de la Luna de 29,5 días, situación que resolvieron alternando en su calendario lunaciones de 29 y 30 días. Además los mayas también desarrollaron el calendario conocido como de “Cuenta Larga” para dar fecha cronológica a eventos mitológicos e históricos.

Los antiguos mayas desarrollaron uno de los sistemas de calendarios más exactos en la historia de la humanidad. Registraron varios ciclos astronómicos que los volcaron en un calendario muy sofisticado.

El calendario de Cuenta Larga daba fechas de ceremonias religiosas y comunitarias. Consta de 13 baktún, que es la unidad del sistema calendario maya que equivale a 144.000 días, aproximadamente unos 394 años, y terminó en el solsticio de invierno, el 21 de diciembre de 2012.

En esta fecha el solsticio de invierno, debido a la precesión, se situó en la Vía Láctea. Este fenómeno registrado por los Mayas es testimonio de la capacidad que tuvieron para registrar e interpretar los ciclos y fenómenos astronómicos.

El conocimiento de las posiciones de la Luna y del Sol fueron tan impresionantes que desarrollaron un calendario de eclipses, caso único en los pueblos indígenas.


Han prestado atención especial al planeta Venus, que para los Mayas constituyó un objeto astronómico de gran interés. Determinaron cuidadosamente el “levantamiento Helíaco” (la salida del Sol por las mañanas) y le ofrendaron sacrificios humanos.

Las tablas que marcan la posición de Venus durante todo el año se registran en antiguos libros mayas llamados códices5 y en monumentos a lo largo de los reinos mayas. Venus también parece haber influido en la arquitectura de la ciudad Uxmal en la parte noroeste de Yucatán, México. Anthony Aveni6 cree que la residencia real llamada "Casa del Gobernador" fue diseñada teniendo en cuenta la observación de Venus. Los símbolos de Venus decoran su fachada, desde su puerta central un observador todavía puede ver al planeta alinearse con monumentos a lo largo del sitio que marcan los extremos norte y sur de la migración de Venus a lo largo del horizonte durante todo el año.


Una particularidad novedosa de la astronomía maya es la veneración de la Vía Láctea. Las nubes estrelladas que forman la Vía Láctea fueron vistas como el lugar de donde proviene toda la vida, creían ver un árbol majestuoso, como la Ceiba, al que llamaban árbol del Mundo. Cerca de la constelación de Sagitario, donde se proyecta el centro de nuestra galaxia, cruza la eclíptica, el camino del Sol en la esfera celeste. El Árbol del Mundo estaba erecto cuando Sagitario estaba muy por encima del horizonte. En este momento la Vía Láctea se eleva desde el horizonte y sube por encima hacia el Norte.

Situados al norte de ecuador, durante la época invernal, la Vía Láctea domina el cielo, se lo llamó la "serpiente deshuesada blanca". También encontraron que cuando Sagitario está por encima del horizonte la Vía Láctea cruza el meridiano; en ese momento es cuando El Árbol del Mundo se encuentra en su cenit.

Durante los meses de verano, la Vía Láctea no es tan brillante, pero aun visible a los observadores. En esta época la Eclíptica cruza la Vía Láctea nuevamente, cerca de la constelación de Géminis, que era la ubicación aproximada del Sol durante el Solsticio de Verano.

La eclíptica, el camino del Sol entre las estrellas fijas, fue objeto de estudio y la representaron como una barra que cruza el eje mayor del árbol del mundo, formando una cruz. Aquí pueden encontrarse la Luna y los planetas. No se sabe mucho de las constelaciones de los mayas pero sabemos que hay un escorpión, que coincide en parte con la constelación “Escorpio” de occidente. Otras constelaciones fueron el jaguar y la serpiente. Las Pléyades fueron asignadas como la cola de la serpiente de cascabel y se llama Tz’ab.

5 Son libros escritos por los aztecas y mayas en forma pictórica y/o alfabética. Estos códices proporcionan algunas de las mejores fuentes primarias para la cultura azteca. Los códices precolombinos fueron originalmente hojas largas y plegadas. Éstas láminas generalmente estaban hechas de piel de venado estirada o de las fibras de la planta de agave. Difieren de los libros europeos en que consisten principalmente en imágenes y pictogramas; no estaban destinados a simbolizar narraciones habladas o escritas.

6 Anthony F. Aveni es el distinguido Profesor Emérito de Astronomía, Antropología y Estudios Nativos Americanos de Russell Colgate, en los Departamentos de Física y Astronomía y Sociología y Antropología de la Universidad de Colgate. El Dr. Aveni ayudó a desarrollar el campo de la arqueoastronomía y ahora es considerado uno de los fundadores de la arqueoastronomía mesoamericana, en particular por su investigación en la historia astronómica de los indios mayas del México antiguo.

El Paralaje

Подняться наверх