Читать книгу Cuentos Habbaassi IV - Juan Moisés De La Serna, Dr. Juan Moisés De La Serna, Paul Valent - Страница 7

LA HORMIGA Y EL CIERVO

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Los cuentos son relatos imaginarios que contienen enseñanzas populares, este en particular se contaba hace más de cuatro mil doscientos cincuenta años, en una región de la actual Etiopía, y normalmente se contaba por los ancianos al anochecer alrededor de un fuego.

Un ciervo pastaba por el campo y escuchó una voz que desde una planta próxima a la que iba a engullir le gritaba lo siguiente.

–Despierta ciervo y mira lo que comes, pues con tú torpeza en el andar, en el comer, en el combate, y el descomer, pones en peligro las vidas de otros seres más inteligentes que tú.

El ciervo que estaba adormilado, abrió los ojos y miró por todas partes y como nada vio los volvió a cerrar y siguió comiendo, siendo interrumpido por la misma voz, esta vez más chillona que le dijo,

–Despierta ciervo que además de torpe eres ciego, no me ves, ¿o es que tu abultada cabeza tiene tampoco de inteligencia que no conoce a una hormiga?, ¿o es que no sabes que las hormigas somos los seres más inteligentes de la Creación?, y además bien parecidas, y no como tú que eres un ciervo y arrastrado y torpe que no piensa.

Ante estas quejas el ciervo se le paró, miro, y vio a la hormiga, y le preguntó,

–¿Eres tú, la que molesta chillando mientras cómo?

Y al hablarle como estaba muy cerca, sopló por la nariz y la hormiga salió volando, yendo a caer un poco más lejos y se la escuchó más chillona aún y desde luego indignada.

–Bruto, ¿qué has hecho?, ¿es que tú en esa cabeza no tienes nada dentro?, cuánto dolor, y cuántos grandes problemas causas para todos, ¿acaso no puedes estarte quieto y escucharme?

La hormiga la inteligente, se dio cuenta tarde de que había hecho una pregunta y que el buey contestó,

–Sí ―volviendo con ello a resoplar.

La hormiga volvió a salir volando por el aire de la respuesta y cayó en las aguas de un gran charco en donde había una rana nadando que se la comió.

El Ciervo miró a la rana y le dijo,

–¿Por qué te has comido a la hormiga?, estaba hablando conmigo y nada te había hecho.

–La he escuchado ―contestó la rana―, a ella y a ti, y me he sentido aludido en la conversación, y como tal tenía que terminar con alguien porque se me ha ofendido, y tú eres muy grande para mí.

Cuentos Habbaassi IV

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