Читать книгу Estrategias de lucha contra el despojo: - Kelly Johanna Ariza Arias - Страница 10

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Introducción

Al pensar en las luchas indígenas en Colombia, las primeras ideas que vienen a la mente suelen estar relacionadas con las mingas; estas son entendidas como una serie de marchas y protestas, usualmente acompañadas del cese de actividades productivas o paros en las regiones donde se dan este tipo de manifestaciones. Dicha estrategia de lucha es característica, aunque no exclusiva, de los pueblos indígenas del suroccidente del país, y quizá sean las que mayor cubrimiento mediático han tenido. Sin embargo, en Colombia los grupos indígenas a lo largo de su historia han empleado múltiples estrategias para hacer frente a la afectación de sus comunidades y territorios, y no necesariamente incluyen manifestaciones públicas o la toma de vías de hecho.

Desde la academia, el estudio de las luchas indígenas en Latinoamérica se ha centrado en el problema de la devolución de tierras en el contexto del “despertar indígena” de la década de los ochenta. Dicha línea de estudio se enfoca en las formas de organización que los pueblos nativos han logrado establecer para reivindicar sus derechos ante los Estados, privilegiando así la investigación sobre los movimientos indígenas en el siglo XX.1 En Colombia, desde la historiografía, se ha prestado particular atención a la resistencia indígena en el periodo colonial e independentista, pero desde el periodo republicano las luchas indígenas se han trabajado como parte de los movimientos sociales, en los que también están incluidas las luchas campesinas y obreras.2

En el campo de los movimientos sociales, las luchas indígenas en Colombia se han estudiado a partir del análisis de las modalidades de protesta y las vías de hecho,3 lo que deja por fuera otras estrategias de resistencia, como lo son el uso de vías políticas y jurídicas. Lo anterior constituye un vacío historiográfico en los estudios de las luchas indígenas, porque se han omitido otras estrategias y a los pueblos que las acogen. Recientemente, y desde variadas disciplinas como la antropología y la ciencia política, se ha estudiado el uso de estrategias políticas y jurídicas en varios pueblos indígenas, dando cuenta de la centralidad que estas tienen en diversos procesos de reivindicación.4 En la disciplina histórica, el cuestionamiento por las diversas estrategias de lucha ha permitido que los historiadores indaguen sobre las formas de comunicación entre los pueblos indígenas y el Estado.5

Esta comunicación, entendida de otra forma como interlocución, ha sido para ciertos pueblos una de las principales vías de lucha contra el destierro y la dominación. El anterior es el caso de los indígenas arhuacos, habitantes de la vertiente occidental y suroriental de la Sierra Nevada de Santa Marta, quienes durante gran parte del siglo XX se enfrentaron a los abusos perpetrados por colonos y misioneros capuchinos. Estos abusos se pueden inscribir dentro del concepto de despojo, el cual es visto de una manera amplia, donde no solo se tiene en cuenta el aspecto territorial, sino también el político, el económico y el cultural.6 En este sentido, las incursiones de colonos y misioneros en la Sierra Nevada generaron varios tipos de despojo en el pueblo arhuaco. Ante esto, algunos indígenas, como estrategia de lucha contra los abusos, iniciaron una interlocución con autoridades regionales y nacionales para denunciar el despojo y reclamar la intervención del Estado colombiano en defensa de sus derechos.

Es importante recalcar que los grupos indígenas desarrollaron la interlocución con autoridades como estrategia de lucha desde la época colonial. Ya para el siglo XVI se encuentran registros de nobles indígenas de distintos pueblos a lo largo de América que escribieron quejas y peticiones dirigidas a la Corona. Ejemplo de esto es el caso de Diego de Torres, un indígena muisca, cacique de la región de Turmequé, quien en dicha época inició una batalla legal para recuperar sus tierras. En sus correspondencias, De Torres hacía un uso correcto del castellano y apelaba a la legislación indígena para comunicar apropiadamente sus peticiones ante las autoridades españolas.7 De acuerdo con Joanne Rappaport y Tom Cummins, la escritura y presentación de reclamos y solicitudes a la Corona por parte de indígenas era una actividad común en la ­América española;8 no obstante, ante el poco conocimiento existente sobre el pueblo arhuaco antes del siglo XIX, no ha sido posible el rastreo y la identificación de este tipo de quejas y peticiones antes del siglo XX.

La presente investigación se centra en el análisis de los reclamos presentados por integrantes del pueblo arhuaco en la interlocución con distintas entidades del Estado entre 1916 y 1972. El estudio de estos reclamos por 56 años permitió la identificación de continuidades y transformaciones en la forma y el contenido de dicha interlocución; a partir de estas es posible divisar las dinámicas del proceso de despojo experimentado por una parte importante de la comunidad arhuaca dentro del periodo estudiado. Junto con esto, dichas transformaciones y continuidades muestran cómo algunos indígenas, con la ayuda de aliados, en muchas ocasiones, utilizaron tanto la forma y el fondo en sus comunicaciones de manera estratégica para que sus reivindicaciones fueran escuchadas.

Tanto los reclamos y las alianzas para trasmitirlos de manera eficiente como el proceso de despojo no se dieron en el vacío. Estos respondieron a contextos particulares y generales, es decir, a ámbitos locales, regionales, nacionales e incluso internacionales, los cuales posibilitaron, en mayor o menor medida, el despojo y la lucha arhuaca a través de la interlocución. De esta forma, esta investigación muestra las condiciones sociales, políticas, económicas e históricas en las que se dieron los reclamos arhuacos y las diversas formas de desposesión que los motivaron.

De acuerdo con lo anterior, el objetivo central de este trabajo es relacionar las transformaciones y continuidades de los reclamos formulados por los arhuacos, durante el periodo de tiempo propuesto, con las condiciones sociales e históricas en un contexto de despojo político, económico y cultural. Para esto, en primer lugar, se conformó un corpus documental que da cuenta de la interlocución entre indígenas arhuacos y entidades estatales entre 1916 y 1972. En segundo lugar, se identificaron las transformaciones y continuidades de las comunicaciones de los indígenas a la luz del contenido, los argumentos, las formas de justificación y las alianzas conformadas para transmitir los reclamos. Finalmente, en tercer lugar, se analizaron estos reclamos teniendo en cuenta el contexto histórico, político y social que posibilitó y llevó a que ciertos representantes del pueblo arhuaco los formularan.

En cuanto a la temporalidad de 1916 a 1972, por un lado, el inicio de este periodo se eligió por la visita que un grupo de arhuacos hizo a Bogotá, con el fin de hacer ciertos requerimientos al presidente José Vicente Concha, y la consecuente publicación del Decreto 68 de 1916 de la Gobernación del Magdalena.9 Este decreto se promulgó con la intención de reconocer y fortalecer la autonomía política y cultural de los arhuacos, para así protegerlos de la explotación por parte de los colonos; sin embargo, la interpretación que los mismos colonos y misioneros capuchinos hicieron de esta norma fue completamente opuesta a la protección de los indígenas, por lo que el decreto mismo terminó siendo un arma que fue utilizada por décadas contra los arhuacos.10

Por otro lado, en 1972 el Ministerio del Interior, mediante la Resolución n.° 000002, reconoció la Línea Negra, la cual consiste en una demarcación imaginaria de los lugares sagrados para los pueblos indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta. Aunque esto no solucionó los conflictos por la tierra, ni tampoco implicó una ruptura radical en la historia del pueblo arhuaco, dicho reconocimiento sí da cuenta de un cambio en las políticas y el trato hacia la población indígena por parte del Estado, que para principios del siglo XX promovía en estos grupos la evangelización en las creencias católicas.

Ahora bien, como se mencionó, gran parte de la historiografía colombiana sobre las luchas indígenas se ha centrado en el estudio de los movimientos sociales en los que algunas se inscribieron. Aunque existen trabajos enfocados solamente en los movimientos indígenas,11 parte importante de la literatura se encuentra sujeta a investigaciones sobre los movimientos sociales colombianos en general.12 Lo anterior ha influido en que se privilegien los estudios sobre la segunda mitad del siglo XX, ya que antes, en la década de los setenta, la mayoría de los indígenas se vinculaban a las movilizaciones campesinas al no existir movimientos étnicos representativos. No obstante, para ciertos autores, los indígenas y campesinos son analizados como actores similares por la centralidad que el problema por la tierra tiene en sus luchas.13

Dicha vinculación de los indígenas a los movimientos campesinos, así como la “reciente” emergencia de los movimientos propios, ha generado que, en estas investigaciones más amplias, los indígenas se tomen como actores “menos visibles” dentro de la historia de los movimientos sociales en Colombia. Esta poca representación está directamente relacionada con que estos trabajos se centran principalmente en fuentes de prensa que, por su fácil sistematización, favorecen los análisis de tipo cuantitativo y estadístico, en los que se suelen invisibilizar ciertos actores y formas de lucha menos recurrentes.14

En la literatura sobre movimientos indígenas en Colombia se pueden identificar tres perspectivas. En primer lugar, se encuentran los trabajos que analizan las motivaciones para la conformación de los movimientos; estas investigaciones le han dado centralidad al interés por la conservación o la devolución de los territorios ancestrales, es decir, el problema por la tierra.15 En segundo lugar, se ha estudiado el desarrollo de los movimientos desde el enfoque de las dimensiones culturales y de identidad, es decir, la afirmación de la diferencia por parte de los indígenas a través de la historia, las costumbres y la relación con el territorio.16 Finalmente, se han analizado las acciones de los movimientos indígenas, pero privilegiando ciertas estrategias de lucha que se inscriben en las vías de hecho, es decir, paros, huelgas, marchas, mítines, invasiones, bloqueos, disturbios, etc.17

Desde el marco más amplio de las luchas indígenas, existen algunos trabajos que, aunque en ciertos casos también se interesen por los movimientos indígenas, no hacen de estos su objeto principal de estudio. Dentro de estas investigaciones, se ha tenido en cuenta una gama más amplia de estrategias de lucha y se destaca el uso de la memoria, de los espacios políticos y de las vías legales o de derecho. Por un lado, los trabajos sobre la memoria como estrategia de lucha hacen referencia a la reivindicación de ciertos sucesos o personajes, con el fin de legitimar los movimientos indígenas y ciertas acciones de estos.18 Por otro lado, en las investigaciones sobre las vías de derecho se encuentran los estudios sobre espacios políticos como las elecciones, la representación indígena19 y los trabajos sobre el uso de instrumentos jurídicos y administrativos para denunciar abusos y hacer demandas a las autoridades.20 Otras investigaciones que se inscriben en la historiografía de las luchas indígenas, pero no se centran en los movimientos, son los trabajos biográficos sobre líderes indígenas;21 estos estudios, más allá de relatar la historia de vida de los personajes, intentan vincular estos relatos en procesos más amplios de dominación y lucha, destacando la constante tensión entre estos líderes y el Estado colombiano en la segunda mitad del siglo XX.

Para el caso del pueblo arhuaco, existe una diversa literatura que no necesariamente se encuentra dentro de la disciplina histórica, pero ayuda a comprender el proceso de despojo y lucha de este grupo indígena en el siglo XX. A partir de investigaciones más amplias sobre la relación entre los colonos, los misioneros y los indígenas,22 junto con estudios más específicos sobre la llegada de la Misión Capuchina, la expansión territorial de los colonos, la formación del Estado en la Sierra Nevada de Santa Marta y las medidas tomadas por este para contrarrestar los abusos hacia los indígenas,23 es posible comprender el contexto nacional y local en el que se inscribieron las luchas arhuacas.

Por su parte, la literatura más cercana a esta lucha se centra en el estudio de la conformación de la Liga Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta y otros movimientos, aunque destacan la vinculación de estos con las vías de derecho.24 Este es un punto central en la historia del grupo indígena, ya que las vías legales moldearon la relación e incluso definió la llegada del Estado a la Sierra Nevada de Santa Marta.25 Dada la importancia de estas vías de derecho en el caso estudiado, ciertas investigaciones se focalizan en esta estrategia de lucha, aunque se articulan las motivaciones y las demandas con el problema por la tierra principalmente.26

Ya que en esta investigación se abordó un amplio número de demandas, que no solamente se remitían a la problemática de la tenencia de tierras, se tomó el término despojo desde una perspectiva amplia, con el fin de hacer referencia a fenómenos de pérdida, desposesión, privación o saqueo de elementos materiales, como la tierra, e inmateriales, como la autonomía política, las creencias, las costumbres y otros aspectos culturales. Vale la pena aclarar que la ampliación del término despojo no pretende quitarle relevancia al problema de la tierra, el cual es fundamental para entender la lucha arhuaca, sino que comprende diferentes atropellos como parte de una misma dinámica de desposesión.27 Esta dinámica hace referencia principalmente a un proceso de dominación y colonización, el cual se inscribe en varios momentos históricos particulares que fundamentan el carácter político y cultural en la relación de actores —Iglesia, Estado y colonos— con los indígenas.28

Por su parte, la interlocución de los indígenas arhuacos con el Estado colombiano puede denominarse una acción colectiva, en el sentido de que cierto grupo de personas se unieron para enfrentarse a élites, autoridades o antagonistas sociales.29 Esta acción colectiva fue la base para que se iniciaran movimientos sociales propios en la Sierra Nevada de Santa Marta, lo que implicó una organización con objetivos comunes, el establecimiento de solidaridad entre los integrantes y el desafío de las relaciones mantenidas con las élites, las autoridades o los oponentes.30 No obstante, esta investigación no se centra en los movimientos sociales generados a partir de acciones colectivas de los arhuacos, sino en la interlocución como estrategia de lucha.

Dicha interlocución tenía el objetivo de comunicar los reclamos de la comunidad y pedir la ayuda a las autoridades tanto locales como nacionales; no obstante, la interlocución tomó varias formas de acuerdo con el contexto de los reclamos y de los reclamantes, por lo que se utilizaron diferentes estrategias para hacer efectiva la comunicación con el Estado. Como se mencionó, la interlocución puede ser entendida como una acción colectiva, pero, al querer resaltar la diversidad y las particularidades de las estrategias de comunicación utilizadas por los indígenas, es pertinente acuñar un término que abarque mucho más.

De acuerdo con esto, las estrategias de comunicación de los reclamos utilizadas por los arhuacos se conceptualizarán bajo el término de repertorio de acción colectiva. Este concepto fue acuñado, en un primer momento, como repertorio de confrontación por Charles Tilly y hacía referencia a todos los medios que dispone un grupo para lograr o conseguir intereses compartidos;31 sin embargo, con el desarrollo de su obra, Tilly optó por acuñar el término de repertorios de acción colectiva, el cual no solo incluye lo que la gente hace cuando se enfrenta a otros, sino también lo que sabe hacer y lo que los otros esperan que haga.

Lo anterior es relevante porque las acciones sociales, así como los repertorios de acción, se desarrollan a partir de oportunidades y restricciones políticas.32 Para el caso de los repertorios arhuacos basados en la interlocución, el Estado, a través de entidades, en algunos casos suministró oportunidades y sirvió de aliado para organizar demandas en contra de autoridades y oponentes como los misioneros capuchinos y los colonos. No obstante, los indígenas para hacer llegar sus reclamos al Estado debieron adecuarse a una forma particular de presentarlos —de forma escrita, en castellano, siguiendo un formato, etc.— y a la burocracia de las instituciones.

Este aspecto material de la interlocución, que se incluye dentro del término repertorios de acción, deja de lado el análisis del contenido de los reclamos. Ante esto, se toma el concepto de repertorios discursivos, el cual hace referencia a la combinación de palabras que pretenden describir de manera clara y convincente las razones de los reclamos y que constituyen los argumentos utilizados para justificar las demandas del grupo.33 Dichos repertorios discursivos apelan a valores compartidos, como la rectitud para la acción, la identidad o la justicia, y precisamente las demandas presentadas por los arhuacos se construyeron en gran parte a partir de lo que consideraban justo o injusto.

Los conceptos de justicia e injusticia en las sociedades se encuentran en constante transformación y parten de acuerdos sociales vinculados a lo que se considera bueno o malo en una época y lugar determinado. Así, lo que es justo para unos no es justo para otros, e incluso estas concepciones de justicia pueden variar ampliamente dentro de una misma sociedad.34 Ante esta situación se encontraban los indígenas arhuacos que exigieron reivindicaciones, ya que sus concepciones de justicia o del deber ser, en múltiples ocasiones, no coincidieron con las de sus oponentes o antagonistas sociales, quienes, a diferencia de los arhuacos, sí contaban con la autoridad para imponer su visión del mundo.

De manera concreta, las fuentes utilizadas para esta investigación forman parte de las cartas, memoriales y telegramas enviados y recibidos por indígenas arhuacos y diversas entidades y funcionarios del Estado entre 1916 y 1972. Así mismo, se tomaron algunos artículos de prensa que dan testimonio de la interlocución al registrar los reclamos presentados por grupos arhuacos en las visitas que realizaron a Bogotá y Santa Marta en 1916, 1933 y 1962. Junto con esto, se analizaron publicaciones de la Orden Capuchina, las memorias del líder arhuaco Vicencio Torres y distintas comunicaciones internas e interinstitucionales de la División de Asuntos Indígenas y otras entidades estatales que trataban las problemáticas en la Sierra Nevada y que ayudaron a contextualizar y comprender la interlocución. En su mayoría, estas fuentes fueron obtenidas del fondo del Ministerio de Gobierno, de la sección de archivos oficiales del Archivo General de la Nación. Otros acervos documentales que también fueron consultados son el Archivo Histórico del Magdalena Grande, la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional.

Con dichos documentos se constituyó el corpus documental trabajado en esta investigación, el cual consta de 168 elementos. Dada la imposibilidad de mostrar en profundidad todas las fuentes recopiladas en el cuerpo del trabajo y con el objetivo de contrarrestar la fragmentación de estas, se privilegió la presentación de algunas fuentes de autoría indígena por medio de anexos, los cuales se vinculan con el cuerpo del trabajo a lo largo del texto. El privilegio de fuentes de autoría indígena, aunque puede parecer arbitrario, se justifica si se tiene en cuenta que gran parte de la historiografía sobre luchas indígenas en Colombia se ha centrado en el análisis de lo que actores diferentes a los indígenas han dicho sobre ellos.35

Para la selección de estas fuentes anexas se consideraron principalmente dos elementos: en primer lugar, se buscó que los documentos presentaran variedad en cuanto a su momento de producción; en segundo lugar, se pretendió que los documentos seleccionados lograran abarcar todos los elementos del despojo arhuaco ­analizados en la investigación. Esto incluye un ámbito material en cuestión económica y de tierras, pero también los ámbitos político y cultural. En este sentido, a lo que se aspira es que las fuentes seleccionadas permitan examinar las diferentes problemáticas que se desarrollaron en el proceso de despojo y no solo se remitan a un elemento en particular.

Para finalizar, este trabajo está dividido en cuatro partes: en el primer capítulo, titulado “El corpus documental”, se profundiza en la descripción de los documentos recopilados para esta investigación y se exponen los alcances y limitaciones de las fuentes que lo componen y de las reflexiones hechas a partir de estas a lo largo del trabajo. En el segundo capítulo, “El despojo y la lucha por el territorio”, se aborda el aspecto territorial del proceso de despojo en la Sierra Nevada y, a partir de las fuentes recopiladas, se hace una reconstrucción de la lucha indígena arhuaca encaminada a hacer frente a la colonización y el robo de tierras. Junto con esto, se ahonda en el contexto político y social en el que se situó el despojo, a partir de la presentación de cuatro actores centrales en la interlocución: la Misión Capuchina, los colonos, la Liga Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta y la División de Asuntos Indígenas.

Posteriormente, en el capítulo titulado “Otras dimensiones del despojo” se ahonda en los aspectos político, económico y cultural del proceso de despojo. Así mismo, en esta sección se muestra de manera transversal cómo el Decreto 68 de 1916 posibilitó estas otras formas de la desposesión. Finalmente, en el cuarto capítulo, “Las estrategias en los repertorios”, se presentan aquellas continuidades y transformaciones que fueron identificadas a lo largo de esta investigación en los repertorios discursivos que indígenas arhuacos utilizaron en su interlocución con el Estado colombiano; en este apartado se expone cómo el lenguaje fue utilizado de forma estratégica en la presentación de los reclamos y el papel central que tuvieron algunos aliados en la interlocución.

Mapa de los principales poblados arhuacos mencionados en la interlocución


Notas

1 Andrea Ivanna Gigena, “Reivindicaciones y luchas territoriales en Argentina: Entre la identificación indígena y la fragmentación intra-étnica”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 37, n.° 2 (2010): 195-218.

2 Álvaro Tirado Mejía, Nueva historia de Colombia: Relaciones internacionales, movimientos sociales (Bogotá: Planeta, 1989).

3 Mauricio Archila, “Colombia 1975-2000: de crisis en crisis. Contexto”, en 25 años de luchas sociales en Colombia: 1975-2000, ed. por Mauricio Archila, Álvaro Delgado, Martha García y Esmeralda Prada (Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular [CINEP], 2002), 11-44.

4 Ángela Santamaría, Bastien Bosa y Eric Wittersheim, Luchas indígenas, trayectorias poscoloniales: Américas y Pacífico (Bogotá: Universidad del Rosario, 2008).

5 Elizabeth Karina Salgado Hernández, “Estrategias de negociación y resistencia indígena a la colonización del occidente de Antioquia, 1880-1920”, Historia y Sociedad 29 (2015): 171-201.

6 Bastien Bosa, “¿Despojados por ley? Los efectos del Decreto 68 de 1916 de la Gobernación del Magdalena sobre la población arhuaca”, Revista Colombiana de Antropología 52, n.° ٢ (٢٠١٦): ١١٠.

7 Joanne Rappaport y Tom Cummins, Más allá de la ciudad letrada: Letramientos indígenas en los Andes (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2016), 1-4.

8 Esta actividad forma parte de los letramientos, entendidos como los resultados de la alfabetización letrada, visual y oral que ayudaron a la incorporación de los grupos indígenas en el proyecto colonial y constituyeron diversos escenarios en los que los nativos y los españoles confrontaron y negociaron la cultura colonial (Rappaport y Cummins, Más allá de la ciudad letrada…, 4-12).

9 Para este momento, gran parte de la Sierra Nevada de Santa Marta pertenecía al departamento de Magdalena, pues el departamento de Cesar se fundó hasta 1967.

10 Bosa, “¿Despojados por ley?...”, 123.

11 Pedro Cortés, “Los movimientos sociales indígenas”, Revista Foro, n.° 18 (1992): 108-116; William Villa, “El movimiento social indígena colombiano: Entre autonomía y dependencia”, en Movimientos indígenas en América Latina. Resistencia y nuevos modelos de integración, ed. por Ana Cecilia Betancur (Lima: Iwigia, 2011), 42-67.

12 Archila, “Colombia 1975-2000…”; Renán Vega, Gente muy rebelde: Indígenas, campesinos y protestas agrarias, vol. 2 (Bogotá: Ediciones Pensamiento Crítico, 2002); Mauricio Archila y Mauricio Pardo, eds., Movimientos sociales, Estado y democracia en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001).

13 Esmeralda Prada, “Luchas campesinas e indígenas”, en 25 años de luchas sociales en Colombia 1975-2000, ed. por Mauricio Archila, Álvaro Delgado, Martha García y Esmeralda Prada (Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular [cinep], 2002), 123-166.

14 Mauricio Archila, Idas y venidas, vueltas y revueltas: Protestas sociales en Colombia, 1958-1990 (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [ICANH], 2003).

15 Vega, Gente muy rebelde…; Prada, “Luchas campesinas e indígenas”; David González Cruz, Los paeces: Genocidio y luchas indígenas en Colombia (Bogotá: La Rueda Suelta, 1978).

16 Margarita Chaves, “Identidad y representación entre indígenas y colonos de la Amazonía Colombiana”, en Modernidad, identidad y desarrollo, ed. por María Lucía Sotomayor (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [ICANH], 1998), 273-286; María Lucía Sotomayor, “Porque somos indígenas, pero ¿por qué somos indígenas?”, en Modernidad, identidad y desarrollo, ed. por María Lucía Sotomayor (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [ICANH], 1998), 399-423; Margarita Chaves, “Discursos subalternos de identidad y movimiento indígena en el Putumayo”, en Movimientos sociales, Estado y democracia en Colombia, ed. por Mauricio Archila y Mauricio Prada (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001), 234-259; Carlos Zambrano, “Conflictos por la hegemonía regional: Un análisis del movimiento social y étnico del macizo colombiano”, en Movimientos sociales, Estado y democracia en Colombia, ed. por Mauricio Archila y Mauricio Prada (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001), 234-259; Christian Gros, Colombia indígena: Identidad cultural y cambio social (Bogotá: Cerec, 1991).

17 Archila, Idas y venidas, vueltas y revueltas…; Prada, “Luchas campesinas e indígenas”.

18 Joanne Rappaport, Utopías interculturales: Intelectuales públicos, experimentos con la cultura y pluralismo étnico en Colombia (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2008); Ángela Núñez, “Quintín Lame: Mil batallas contra el olvido”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 35 (2008): 91-124; Luis Guillermo Vasco Uribe, “Quintín Lame: Resistencia y Liberación.”, Tabula Rasa 9 (2008): 371-383; Joanne Rappaport, La política de la memoria: Interpretación indígena de la historia en los Andes colombianos (Popayán: Universidad del Cauca, 2000).

19 Virginie Laurent, “Con bastones de mando o en el tarjetón: Movilizaciones políticas indígenas en Colombia”, Colombia Internacional 71 (2010): 35-61; Virginie Laurent, Comunidades indígenas, espacios políticos y movilización electoral en Colombia, 1990-1998 (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [ICANH], 2005); Ingrid Bolívar, “Estado y participación: ¿La centralidad de lo político?”, en Movimientos sociales, Estado y democracia en Colombia, ed. por Mauricio Archila y Mauricio Prada (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2011), 207-233.

20 Salgado Hernández, “Estrategias de negociación y resistencia…”; Rappaport y Cummins, Más allá de la ciudad letrada…

21 Christian Gros, ¡A mí no me manda nadie!: Historia de vida de Trino Morales (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [ICANH], 2009); Myriam Jimeno, Juan Gregorio Palechor: Historia de mi vida (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2005); Lorenzo Muelas Hurtado, La fuerza de la gente: Juntando recuerdos sobre la terrajería en Guambía, Colombia (Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia [icanh], 2005).

22 Bruno Schlegelberger, Los arhuacos en defensa de su identidad y autonomía, resistencia y sincretismo (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1995); Enrique Mendoza, “Cambio de mentalidad y colonización del territorio arhuaco”, Antípoda: Revista de Antropología 4, n.° 1 (1988): 67-134.

23 Bastien Bosa, “Volver: El retorno de los capuchinos españoles al norte de Colombia a finales del siglo XIX”, Revista de Historia Regional y Local 7, n.° 15 (2015): 141-179; Catalina Muñoz, “Indigenous State Making on the Frontier: Arhuaco Politics in the Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, 1900-1920”, Ethnohistory 63, n.° 2 (2016): 301-325; Bosa, “¿Despojados por ley?...”; Juan Felipe Córdoba, En tierras paganas: Misiones católicas en Urabá y en La Guajira, Colombia, 1892-1952 (Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2015).

24 Dunen Muelas, Ángela Santamaría y Juan Sebastián Sosa, “Acción colectiva indígena en la Sierra Nevada de Santa Marta: Una retrospectiva desde el proceso organizativo arhuaco (1920-1960)”, en Escuela intercultural de diplomacia indígena: Memoria, derecho y participación, ed. por Ana Catalina Rodríguez Moreno, Pedro Rojas Oliveros y Ángela Santamaría Chavarro (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2012), 97-150.

25 Muñoz, “Indigenous State Making…”, 338.

26 Édgar Naranjo, “Entre los límites de la autonomía indígena y los procesos de intermediación legal: Emergencia de la representación política del pueblo arhuaco ante el Gobierno colombiano en el marco del conflicto por la tierra y la demarcación de la Línea Negra”, en Escuela intercultural de diplomacia indígena: Memoria, derecho y participación, ed. por Ana Catalina Rodríguez Moreno, Pedro Rojas Oliveros y Ángela Santamaría Chavarro (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2012), 151-172.

27 Bosa, “¿Despojados por ley?...”, 132.

28 Annie Coombes, Rethinking Settler Colonialism: History and Memory in Australia, Canada, New Zealand and South Africa (Manchester: Manchester University Press, 2006), 6-10.

29 Sidney Tarrow, El poder en movimiento: Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política (Madrid: Alianza Editorial, 2012), 31.

30 Tarrow, El poder en movimiento…, 37.

31 Charles Tilly, Popular Contention in Great Britain, 1758-1834 (Cambridge: Harvard University Press, 1995), 41.

32 Tarrow, El poder en movimiento…, 84.

33 Marc Steinberg, “The Talk and Back Talk of Collective Action: A Dialogic Analysis of Repertoires of Discourse among Nineteenth-Century English Cotton Spinners”, American Journal of Sociology 105, n.° 3 (1999): 751.

34 Barrington Moore, La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1996), 18-20.

35 Prada, “Luchas campesinas e indígenas”; Archila, Idas y venidas, vueltas y revueltas…

Estrategias de lucha contra el despojo:

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