Читать книгу Manual de metodología del entrenamiento deportivo - Klaus H. Carl - Страница 6
ОглавлениеIntroducción: entrenamiento deportivo, metodología del entrenamiento, ciencia del entrenamiento
Este manual está pensado para todos los que se ocupan en profundidad del entrenamiento deportivo. Se dirige, pues, a entrenadores, preparadores físicos y profesores de Educación Física, y pretende servirles de ayuda a la hora de afrontar su trabajo, mostrando problemas relevantes y ofreciendo criterios y reglas para su solución. El manual interesará también a los deportistas en activo, pues les facilita la información necesaria para comprender el proceso del entrenamiento. Finalmente, está también pensado para estudiantes y profesores de las carreras y estudios relacionados con el deporte, a quienes proporciona unos conocimientos básicos necesarios y anima a la discusión acerca de éstos.
Metodología del entrenamiento deportivo se ocupa del entrenamiento deportivo, es decir, de una práctica específica que realizan deportistas en activo, entrenadores, preparadores físicos y profesores de Educación Física, con vistas a la mejora de los rendimientos deportivos individuales (véase el apartado 1.1.4); también se ocupa de la exhibición de estos rendimientos, sobre todo en la competición deportiva. Los esquemas de la metodología del entrenamiento dependen en alto grado del tipo de exigencia en cada rendimiento concreto, del estado de los conocimientos científicos y de la experiencia práctica acumulada acerca de las relaciones existentes entre la ejecución del entrenamiento y su eficacia.
El propósito de esta obra consiste en mostrar las reglas del entrenamiento más importantes para los distintos ámbitos en que éste se aplica; asimismo, exponemos los conocimientos científicos que sirven de base a estas reglas. El libro trata del entrenamiento en el deporte de competición, en particular en el ámbito del alto rendimiento, en el deporte de jóvenes y en el deporte para todos o de tiempo libre, principalmente bajo la forma del deporte de mantenimiento de la salud. Antes de describir las leyes naturales, las experiencias prácticas y las reglas (teorías) para cada uno de los cometidos del entrenamiento, nos detendremos primero en el significado de los siguientes conceptos clave: “entrenamiento deportivo”, “ciencia del entrenamiento”, “metodología del entrenamiento” y “rendimiento deportivo” (apartado 1.1).
Sobre el concepto de entrenamiento
El concepto de entrenamiento se utiliza tanto en el idioma coloquial como en los distintos lenguajes científicos. HEHLMANN (1964, 510), por ejemplo, lo define así en Wörterbuch der Pädagogik (Diccionario de Pedagogía): “Entrenamiento, ejercicio funcional planificado en el ámbito corporal o mental, con la finalidad de obtener un máximo rendimiento individual, en particular en el deporte. El entrenamiento apropiado puede coexistir con una educación integral armónica”. ULICH (1973, 8) explica el entrenamiento, en el contexto de una interpretación psicológica práctica, como un proceso planificado “que genera una optimización de capacidades y conocimientos, esto es, tanto de planes de acción como de estructuras de acción”. Desde el punto de vista de la fisiología del rendimiento STEGEMANN (1971, 227) lo define así: “Por entrenamiento se entiende un estímulo que mejora la capacidad de rendimiento a través de un cambio mensurable de la estructura orgánica”. HOLLMANN (1973, 191) interpreta el entrenamiento “como la suma de todos los esfuerzos (estímulos) efectuados en intervalos de tiempo determinados, con el objetivo de un aumento del rendimiento, y responsables de una serie de cambios funcionales y morfológicos del organismo”.
Dos nuevos ejemplos ilustran cómo puede entenderse el entrenamiento desde la perspectiva de una metodología orientada hacia el proceso práctico. Por una parte, la definición de CARL y KAISER (1976, 219): “El entrenamiento deportivo es un proceso complejo activo, cuyo objetivo es influir de forma planificada y objetiva sobre la evolución del rendimiento deportivo”. Y por otra, la de MARTIN (1977, 21): “El entrenamiento deportivo es un proceso conducido de forma planificada, en virtud del cual han de desarrollarse unos cambios en el estado del rendimiento deportivo-motriz complejo (esto es, la capacidad de acción); ello ocurre con la ayuda de medios de entrenamiento y de acuerdo con determinadas expectativas en cuanto al objetivo final”. En comparación con otras formas de actividad deportiva, como por ejemplo el juego o la clase, el entrenamiento centra su interés en la mejora efectiva de la capacidad de rendimiento deportivo, pero además, como toda acción, ejerce siempre un efecto sobre la personalidad del deportista en su conjunto. Todo preparador físico, profesor de educación física y entrenador tiene que ser consciente de esta interacción, para valorar por igual en sus decisiones los planos pedagógico y metodológico-deportivo del entrenamiento y tener en cuenta su mutua interrelación. De este modo, debería observar un importante cambio de papeles en su relación con el deportista en activo: mientras que en el entrenamiento de niños y jóvenes adopta preferentemente el papel responsable del educador, habrá de trasladarse, en el de adultos, a la posición de un asesor o un especialista encargado de unas tareas específicas. Los jóvenes son, más que los otros grupos, quienes ofrecen al entrenador la oportunidad y la responsabilidad de ejercer una influencia educativa consciente sobre el deportista que a él se confía.
Creemos, por tanto, que los entrenadores han de plantear siempre su actividad pedagógica de tal forma que niños y jóvenes se animen a comunicar sus pensamientos, con un espíritu crítico y constructivo, para que puedan con el paso de los años resolver sus tareas en ejercicio de su responsabilidad. Del deportista independiente y responsable de sí mismo esperamos ante todo que salga con éxito de situaciones de reto personal, como las que se producen sobre todo en el deporte de competición. Tanto por responsabilidad frente a los deportistas a su cargo, como con vistas a conseguir aumentos óptimos del rendimiento y éxitos en el entrenamiento y la competición, los esquemas del entrenamiento deportivo han de estar siempre enfocados al desarrollo global de la personalidad. Desde la óptica pedagógica e igualmente desde la metodológico-deportiva, se ha de extraer una influencia positiva del entrenamiento en relación con los rasgos motrices, emocionales e intelectuales del comportamiento. No obstante, para destacar la particularidad del entrenamiento deportivo, hay que poner también de relieve la orientación hacia una meta, el “desarrollo planificado de una situación de rendimiento deportivo” y la “exhibición con éxito de los rendimientos deportivos”.
Sobre la base de las anteriores reflexiones prácticas, pondremos en este manual la siguiente definición como encabezamiento:
DEFINICIÓN:
El entrenamiento deportivo es un proceso complejo de actividades, dirigido al desarrollo planificado de ciertos estados de rendimiento deportivo y a su exhibición en situaciones de verificación deportiva, especialmente en la actividad competitiva.
Esta visión del entrenamiento deportivo considera éste como un proceso complejo de actividades, dando a entender con ello que el entrenamiento influye sobre el desarrollo de la personalidad en su conjunto. Planificado quiere decir que las actividades encaminadas a los objetivos del desarrollo del estado de rendimiento deportivo y la exhibición de rendimientos deportivos no se deciden y realizan de forma predominantemente espontánea, sino que se basan en reflexiones y decisiones previas orientadas de acuerdo con descubrimientos científicos, teorías de entrenamiento, experiencias prácticas y condicionamientos situacionales relativamente duraderos. De la definición también se desprende que el entrenamiento deportivo no tiene que limitarse al deporte de alto rendimiento, sino que puede aplicarse también a otros numerosos campos de intervención, como el deporte de tiempo libre y para todos o el deporte escolar, y que el objetivo último puede ser, junto a la dirección hacia el alto rendimiento deportivo, la obtención de muy diferentes metas o normas que el individuo pueda marcarse como valor.
Metodología y ciencia del entrenamiento
Los ámbitos o disciplinas que se ocupan sistemáticamente de la problemática del entrenamiento deportivo se delimitan en la discusión epistemológica de distintas formas, y se denominan con terminología especializada diferente; lo más habitual es encontrarse las expresiones metodología del entrenamiento, ciencia del entrenamiento y teoría y metodología del entrenamiento. Aquí no expondremos una por una las distintas fijaciones conceptuales y los intentos de delimitación. Sólo las mencionaremos que ya desde finales del siglo XIX se han publicado descripciones de procesos motrices del deporte y explicaciones de los efectos del entrenamiento, en el contexto de su enseñanza, y en todo momento se las ha ido cambiando y refinando (CARL, 1978 y 1983; LETZENTER, 1987 entre otros). Desde esta época se ha intentado constantemente describir y explicar los diversos procesos motrices del deporte y los aspectos aislados del complejo proceso del entrenamiento, bien utilizando métodos científicos, bien desde la observación subjetiva. Por esta razón, las instrucciones que desde entonces se han elaborado para entrenadores, preparadores físicos y profesores de Educación Física se fundamentan, por un lado, en postulados de diferentes ciencias de base, sobre todo de la Medicina, la Psicología, la Biomecánica o la investigación compleja de la metodología del entrenamiento, y, por otro, en el saber empírico de expertos en el entrenamiento, sobre todo de entrenadores. Una disciplina científica independiente que se ocupe sistemáticamente del entrenamiento deportivo como objeto principal y desde distintos ángulos de aproximación no dio sus primeros pasos en el ámbito de la lengua alemana hasta los años 60 en la antigua RDA, y a mediados de los 70 comienza a establecerse en la República Federal.
Para destacar una óptica estrictamente científica proponemos la siguiente distinción entre metodología del entrenamiento y ciencia del entrenamiento.
Por ciencia del entrenamiento entendemos la rama de la ciencia del deporte que se ocupa, desde una perspectiva interdisciplinar, del análisis y descripción de los rendimientos deportivos y sus condicionantes, así como de la fundamentación y valoración de la actividad de rendimiento en el entrenamiento y durante la competición. El interés cognitivo de la ciencia del entrenamiento, como el de cualquier otra ciencia, está orientado a comprobar o refutar, mediante métodos científicos adecuados, el contenido verídico de proposiciones específicas que se realizan sobre su objeto de estudio; en cambio, la importancia práctica de estas proposiciones tiene una significación comparativamente secundaria. Este distinto énfasis es, a nuestro juicio, lo que establece las diferencias entre la ciencia y la metodología del entrenamiento.
DEFINICIÓN:
La metodología del entrenamiento abarca todas las proposiciones que tienen como objeto las reglas y sistemas de reglas utilizados para actuar en el entrenamiento y en las situaciones de exhibición deportiva, especialmente en la competición.
La metodología del entrenamiento es, por tanto, la teoría orientada hacia la práctica del entrenamiento. Sus proposiciones no solamente participan del saber científico, sino también de experiencias sometidas a reflexión, tanto por quienes practican directamente el entrenamiento como por quienes lo observan sistemáticamente. Algunas reglas de la actividad (o sistemas de reglas de la actividad) pueden referir al conjunto del entrenamiento deportivo, en tanto que como la METODOLOGÍA GENERAL DEL ENTRENAMIENTO, o, como METODOLOGÍAS ESPECIALES DEL ENTRENAMIENTO, lo hacen a campos aislados de actividad, como el deporte de competición, para la salud, de mantenimiento físico, algunas modalidades deportivas o formas de entrenamiento, como por ejemplo las variantes del entrenamiento orientadas a la condición física o a la técnica.
Una metodología del entrenamiento tiene como función, en tanto que teoría de la actividad de entrenamiento, elaborar y estructurar las categorías fundamentales y los niveles jerárquicos de la práctica, basándose en análisis de las exigencias del rendimiento deportivo (es decir, de las normas del rendimiento establecidas), y considerando los postulados científicos y la experiencia práctica del entrenamiento. Además, hace falta establecer relaciones entre los elementos, precisar el propio lenguaje de la especialidad, elaborar reglas y principios de la actividad, y examinar la consistencia lógica, la exactitud léxica y la eficacia práctica.
Mientras que los esquemas más antiguos del entrenamiento surgieron fundamentalmente de la experiencia práctica, o de derivaciones por analogía de postulados científicos de otras disciplinas, con el progresivo desarrollo y refinamiento de estos esquemas, se produjo cada vez más la necesidad de una actividad científica independiente. La transición desde un “tratado” o “arte” del entrenamiento a una ciencia hizo que las proposiciones se volvieran cada vez más específicas y enrevesadas, de modo que la praxis del entrenamiento a menudo no comprendía los postulados científicos, lo hacía con dificultad o se despreocupaba de ellos como de algo irrelevante. Parece inevitable que la práctica y la ciencia del entrenamiento desarrollen, al aumentar su grado de evolución, esferas de interés independientes y a veces contrapuestas, y se guíen por criterios diversos a la hora de valorar la práctica deportiva. No obstante, para asegurar que los nuevos descubrimientos científicos se sigan transmitiendo a la propia práctica y que, por otra parte, la ciencia siga teniendo presentes los problemas reales de la práctica del entrenamiento, se hace imprescindible la existencia de una instancia de intermediación y decodificación. Creemos que la función esencial de una “Metodología del entrenamiento”, en especial de este libro, consiste en acometer esta tarea, que va más allá de una pura didáctica de la práctica deportiva.
Un entrenamiento eficaz, en el actual nivel de desarrollo de la praxis deportiva, sigue estando orientado por la teoría, esto es, se sigue basando en esquemas y modelos de validez general (representaciones simplificadas de la realidad), pero también sigue presuponiendo en los deportistas en activo, entrenadores y asesores una gran cantidad de experiencia muy subjetiva. Así, uno de los más veteranos entre los entrenadores alemanes, Toni NETT, comenta ya en su libro de 1960 sobre la carrera en atletismo, dirigiéndose a los entrenadores y preparadores de la Federación Alemana de Atletismo, que quienes de entre ellos conocieran las leyes naturales que explican los efectos de una herramienta de entrenamiento estarían a salvo de cometer errores graves al entrenar. Y el entrenador de remo Karl ADAM (1975), que en los años 60 obtuvo una serie de éxitos, sobre todo en la categoría de K-8, escribía 15 años más tarde que siempre había lamentado su incapacidad para poner en relación su entrenamiento con los principios admitidos de las ciencias exactas: Física, Química y Fisiología.
Para una teoría de la actividad práctica
El modo de acceso al conocimiento científico, el interés por éste (variables según los individuos) y las experiencias concretas como atleta o preparador hacen que cada entrenador adquiera un estilo y un esquema de entrenamiento en gran medida personales. Los factores que determinan la elaboración de un esquema individual de entrenamiento, imprescindible para el éxito en el trabajo de entrenador –esquema al que en lo sucesivo denominaremos teoría de uso–, están resumidos en el siguiente esquema:
Figura 1: Factores que se toman en consideración para una “teoría de uso” del entrenador.
Los conocimientos científicos entran en la teoría de uso del entrenador como perfiles –consolidados empíricamente– de exigencias especiales del rendimiento, como regularidades en los procesos de adaptación, particularmente en la relación que se da entre las realizaciones específicas del entrenamiento y los efectos por éste, como procedimiento de diagnóstico del rendimiento, como criterios para elaborar esquemas de evaluación y como reglas de entrenamiento revisadas con métodos científicos. La visión del entrenamiento deportivo como un “proceso pedagógico de perfeccionamiento deportivo, llevado a cabo según postulados científicos”, como expone por ejemplo HARRE (1982, 17 y ss.), puede considerarse y aceptarse, en nuestra opinión, como declaración programática de un cierto optimismo científico, pero no como la realidad en la práctica del entrenamiento.
Para la teoría de uso de cada entrenador, la experiencia recogida y sistematizada por numerosos entrenadores expertos y la propia experiencia subjetiva, sometida a reflexión, constituyen, como viene ocurriendo hasta la fecha, un requisito previo a toda acción, que no puede ser sustituido por ningún saber científico. Como un cuarto grupo de factores, las condiciones particulares de una modalidad deportiva y de un lugar de entrenamiento se incorporan a la teoría de uso. La toma en consideración de reglas de competición específicas, el contacto con aparatos o sitios especiales de entrenamiento o de competición, y los puntos clave y combinaciones de tipos y formas de entrenamiento, derivados de los perfiles de exigencia de la modalidad en cuestión, originan un saber específico de la modalidad que constituye un componente imprescindible de la teoría de uso.
La eficacia de la actividad de entrenadores, profesores de Educación Física y preparadores físicos requiere, ciertamente, una teoría de uso lo más extensa y diferenciada posible. Los deportistas deben tener siempre claro que las teorías y esquemas del comportamiento son principios de validez general, a los cuales el comportamiento individual debe tratar de adaptarse en la mayor medida posible. Para comprender las regularidades del comportamiento individual y tomarlas en consideración a la hora de planificar el entrenamiento, es imprescindible documentar y ponderar cuidadosamente los esfuerzos realizados en el entrenamiento, los efectos conseguidos y los rendimientos exhibidos. Sólo entonces es posible gestionar y reglamentar el entrenamiento con éxito. Hoy se puede constatar, sobre todo en quienes viven la práctica del entrenamiento, un abismo entre la actividad teórica y la práctica que cada vez dificulta más su interacción. A nuestro juicio, existen tres causas fundamentales que explican esta situación.
En primer lugar, los “prácticos” dan por sentado que la metodología del entrenamiento es ya la “teoría de uso”. Quienes se encuentran en este terreno práctico casi nunca admiten que sólo la capacidad para sintetizar la propia experiencia con la teoría de validez general habilita para un entrenamiento eficaz. Como segundo factor, las publicaciones sobre ciencia del entrenamiento, tanto por su concepción como por el lenguaje empleado, suelen ser escasamente comprensibles para quien vive la práctica del entrenamiento como realidad cotidiana. Si además no se dan pistas para la decodificación del saber científico, el “práctico” verá los trabajos científicos como algo irrelevante en la mayoría de los casos. En tercer lugar, a menudo falta en el sector de la práctica una disposición para aproximarse a los estándares y formas de procedimiento de la ciencia, que son en parte difíciles de entender.
Este manual, junto con el objetivo mencionado al principio, pretende elaborar criterios y reglas para la actividad de entrenamiento, y asimismo tender puentes entre quienes se dedican a la práctica y a la ciencia del entrenamiento. Todas las partes interesadas deberían ser conscientes de que la práctica del entrenamiento seguirá siempre planteando preguntas a las que la ciencia del entrenamiento no puede responder, y para las cuales la metodología del entrenamiento no dispone de reglas.