Читать книгу El sonido del silencio - Ko Chang Soo - Страница 8

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Todas las cosas tienen ojos y oídos

Todas las cosas tienen ojos.

Cosas como velas, espejos y faroles

todas abren sus ojos a un infinito azul.

Como el poeta de este mundo captura sus miradas más allá de este mundo

como el poeta de ese mundo captura sus miradas más allá de ese mundo.

Todas las cosas mantienen abiertos sus ojos

en busca de las cosas sin forma,

en busca de las cosas sin voz,

en busca de las presencias ciegas dentro de nosotros mismos.

Todas las cosas tienen oídos.

Cosas como el clavo oxidado, la peinilla y el cepillo viejos

todas escuchan con todos sus oídos, reteniendo su respiro.

Como la gente de este mundo escucha las cosas de ese mundo,

como la gente de ese mundo escucha las cosas de este mundo.

Todas las cosas dirigen sus oídos a las cosas silenciosas.

Escuchan las cosas poseídas dentro de sí por la ignorancia.

Escuchan con todos los oídos, a pesar de los oídos.

Los oídos de todas las cosas están abiertos

como están abiertos los de aquellos de alma y mente tortuosas.

Todos los oídos de todas las cosas están abiertos

a los silencios sin forma ni figura

que se agitan detrás de los clamorosos sonidos.

Los oídos de todas las cosas están abiertos

a los silencios sin forma ni figura

que se agitan en los más hondos lugares

dentro de nosotros mismos.

Todas las cosas mantienen tus ojos abiertos, mantienen abiertos tus oídos.

Penetra las cosas poseídas por la ignorancia que esquiva nuestros ojos.

Ondea tus manos hacia el espacio-tiempo sin-ojos sin-oídos

que hemos esperado desde la más remota edad

que llega ahora ondeando sus manos.

¡Oh, cosas!, todas las cosas con ojos abiertos y abiertos oídos

daos la mano,

daos la mano apuntando a nuestro acorralado tiempo-espacio

que se encuentra en un plato vacío,

apuntando a nuestro sentido más profundo

que se encuentra en un plato vacío.

Ábrase de par en par nuestra ignorancia, ceguedad cautiva, muerte y final.

El sonido del silencio

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