Читать книгу Biblioteca Studio Ghibli: La princesa Mononoke - Laura Montero Plata - Страница 12
TOSHIO SUZUKI (PRODUCTOR)
Оглавление«Si no fuera por el señor Suzuki, no habría existido Studio Ghibli». Es la contundente afirmación con la que Hayao Miyazaki reconoció el papel primordial del productor, director y mánager general de la compañía. Mucho menos visible en Occidente, Suzuki ha sido responsable de la gestación de Nausicaä del Valle del Viento, de la fundación del estudio y del diseño de sus magníficas campañas de marketing.
Nació en Nagoya en 1948. Tras finalizar sus estudios en Literatura en Keio University, Suzuki fue contratado en 1972 por el emporio editorial Tokuma Shoten para trabajar en la publicación semanal Asahi Geinō como miembro de la redacción para la sección de astrología y manga. Seis años después, en 1978, cuando estaba colaborando para la revista mensual sobre programas infantiles TV Land, se le brindó la oportunidad de encargarse de la primera revista japonesa dedicada exclusivamente al anime: Animage. Aquí trabajaría doce años, primero como director adjunto y luego como director de redacción. El primer número de Animage gozó de una calurosa acogida y agotó sus primeros 70.000 ejemplares en tres días. La apresurada elaboración del mismo, que se realizó en un tiempo récord de tres semanas, permitió a Suzuki hacer una primera y bizarra toma de contacto telefónica con Isao Takahata y Hayao Miyazaki para realizar un reportaje sobre Las aventuras de Hols, el príncipe del Sol; un intento frustrado por la negativa del primero y las demandas desmedidas del segundo.
Su primer encuentro real con Hayao Miyazaki se produjo con la llegada de su ópera prima: El castillo de Cagliostro. Animage quería hacer un reportaje sobre ésta, pero Miyazaki se negaba a ser entrevistado. Por un tiempo aproximado de una semana, Suzuki y un compañero de la publicación fueron al estudio donde Miyazaki trabajaba para verle dibujar desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada; finalmente el silencio fue roto por el animador cuando empezó a mostrarle el storyboard y a pedir su opinión. A raíz de este encuentro surgieron una amistad y una trayectoria profesional entrelazadas que se mantienen hasta nuestros días. El pasaje, que podría ser puramente anecdótico, revela el fuerte carácter de dos voluntades no dispuestas a dar su brazo a torcer sin una buena razón.
A partir de este momento, Suzuki, Miyazaki y Takahata se convirtieron en inseparables. El trío pasaría largas horas charlando y discutiendo sobre diversos menesteres; en estas primeras reuniones, Suzuki llevaba consigo un cuaderno de notas para apuntar todo lo que decían sus interlocutores. Posteriormente estudiaba a fondo todas las referencias cinematográficas y literarias que le habían sugerido; después de todo uno de los lemas de Suzuki es que «para codearte con alguien, tienes que compartir su cultura». Sin embargo, la relación que se estableció entre ellos no se basaba en una mera admiración, dado que el joven redactor vio el potencial de Miyazaki y quiso ayudarle a desarrollar su carrera profesional. El primer paso, en 1981, fue proponer a Yasuyoshi Tokuma la producción de una película llamada El castillo diabólico de los Estados Guerreros, quien lo descartó por no estar basado en una obra original. Esto provocó que la pareja de amigos concibieran la creación del manga de Nausicaä en Animage, en febrero de 1982, con un objetivo claro: conseguir el visto bueno para llevar la historia a la gran pantalla. Con esta estrategia, Suzuki dejó claras sus grandes dotes para la negociación y se convirtió en el interlocutor entre Tokuma Shoten y el equipo que se acabaría constituyendo como Studio Ghibli.
A pesar del éxito de Nausicaä, Takahata y Miyazaki no encontraban lugar en el que realizar sus siguientes proyectos. Los tres compañeros vieron como única posibilidad viable la creación de su propia compañía. Así, desde 1985 Suzuki asumiría un doble papel: como editor de Animage y como colaborador de Ghibli, donde no ostentaba ningún cargo oficial. Durante esos años y bajo el ala de Isao Takahata, Suzuki se encargó de la producción de películas. En 1989 se incorporó a tiempo completo a la compañía de animación, mientras que en 1991 firmó su primer filme como productor: Recuerdos del ayer (Omohide poro poro, 1991) de Isao Takahata y pasó a ser el presidente de Ghibli tras la partida de Tōru Hara. Suzuki ha producido la mayor parte de las películas del estudio y ha diseñado inteligentemente sus campañas de promoción asegurando unos beneficios económicos que ningún título de anime había conseguido hasta la aparición de Ghibli. Entre las medidas que tomó para asegurar la visibilidad internacional de sus obras, se encuentra el acuerdo que firmó con Disney en 1996. Asimismo, también ha producido trabajos ajenos a Ghibli como Shiki-jitsu [Día de la ceremonia] de Hideaki Anno en 2000 y Ghost in the Shell 2: Innocence (Kōkaku kidōtai 2: Innocence, 2004) de Mamoru Oshii.
En 2005 asumió el cargo de director general cuando el estudio se independizó de Tokuma Shoten, y en marzo de 2014 anunció que se retiraba como productor, si bien a día de hoy sigue ejerciendo el cargo de mánager general. Desde 2007, a través de su programa de radio en Tokyo FM, Suzuki Toshio no Jiburi ase mamire [Toshio Suzuki, Ghibli con sudor], y gracias a los libros como Shigoto dōraku: Sutajio Jiburi no genba [En Studio Ghibli: trabajar divirtiéndose, 2008] o Ghibli no nakama-tachi [Mis amigos de Ghibli, 2016], Toshio Suzuki se perfila como voz pública, estratega y mano de hierro de la compañía de animación. Él es el pilar indiscutible de la empresa y quien ha encauzado el trabajo de Miyazaki para conducirle hacia narrativas más familiares o ha modificado profundamente algunos conceptos de sus guiones. También consiguió que Takahata se encargara de la producción de Nausicaä y convenció a Miyazaki para que cambiara la escena final de esta película; persuadió a Miyazaki para que Totoro apareciera a mitad de la película y no al principio, o para que realizara La princesa Mononoke en lugar de Boro, la oruga (Kemushi no Boro) –historia que ha terminado utilizando para la creación del primer proyecto en 3D del cineasta–.