Читать книгу Envejecer en el siglo XXI - Leonardo Palacios Sánchez - Страница 7

Introducción

Оглавление

Francisco González López*1

Usted, amable lector, ya ha resuelto favorablemente para los autores el interrogante acerca de la justificación real de un libro más dedicado al envejecimiento y la vejez. ¡De antemano, nuestra gratitud! Y es que, al revisar de forma somera la bibliografía reciente sobre esa temática, parecería que se hubieran colmado todas las expectativas editoriales, tanto de los profesionales de las áreas afines a ella como de las personas que al traspasar el límite, por demás arbitrario, de los sesenta años, sienten la necesidad de reconocer de primera mano los cambios de ese proceso que ha permanecido latente, a decir de otros como enemigo al acecho, desde el primer día de nuestra vida.

Títulos tan sugestivos como: Elderhood, Redefining Aging, Transforming Medicine, Reimagining Life; Old Man Country; Naked at Our Age; Vida plena en la vejez; La vejez desconocida, una mirada desde la biología a la cultura, entre muchos otros, evidencian no solamente el creciente interés en las últimas décadas acerca de todo lo concerniente a la vejez y a los viejos, sino también acerca de las diversas perspectivas desde las cuales se ha abordado el envejecimiento, tan diversas como las múltiples facetas que componen este proceso.

No obstante, al retomar la pregunta planteada al inicio, independientemente de los requerimientos de actualización de la literatura médica, en general, y de la gerontológica, en particular, no exentos de la presunción de escribir un libro, es necesario resaltar que este hace parte del objetivo pedagógico del currículo basado en resultados del aprendizaje, vigente en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.

Es un nuevo paradigma de la enseñanza médica fundamentado en la introducción de tres aspectos innovadores: 1) el concepto del proceso salud-enfermedad, enfocado en el núcleo sociocultural-histórico, donde se insertan lo biológico y lo psicológico. Un repensar del cuestionamiento para qué se enseña, a fin de que los educandos propendan integralmente hacia el bienestar de la población en la cual intervienen, en este caso el grupo de personas mayores; 2) cómo se aprende, definido por el proceso educativo estructurado sobre la comprensión y el aprendizaje en contexto, por ejemplo, de los mecanismos del envejecimiento y su impacto en el ciclo vital de los individuos, y 3) cómo se enseña, basado primordialmente en el diseño e implementación de un currículo fundamentado en resultados del aprendizaje científico, profesional y práctico (Quintero, 2012, pp. 123 y 124).

En lo referente a los resultados de aprendizaje científico, se destacan, entre otros: entender los fundamentos de las políticas de salud del anciano en el marco del modelo político y económico, reconocer el papel de medio ambiente y los riesgos ocupacionales en el proceso salud-enfermedad y ser capaz de gestionarlos y comprender los procesos sociohistóricos y culturales de construcción del saber y la práctica médica.

Entre los resultados de aprendizaje profesional, se incluyen: contar con la autonomía suficiente para emitir con toda libertad su opinión profesional y tomar decisiones respecto a la atención de los pacientes ancianos y los grupos de población de edad avanzada; privilegiar el interés del paciente sobre cualquier otro; manejar sus necesidades de atención, desde su autonomía; así como entender y aceptar las responsabilidades legales, morales y éticas asociadas a la protección y promoción de la salud de los individuos y las poblaciones, reconociendo los grupos vulnerables de género, edad y grupo étnico y las personas con discapacidad.

En cuanto a los resultados de aprendizaje práctico, se pueden resaltar los siguientes: elaborar una historia clínica completa del paciente anciano que incluya la historia familiar y social, evaluar la capacidad del paciente añoso para tomar decisiones y los límites de su participación en este proceso, contribuir al manejo del dolor, apoyar a la familia de pacientes terminales y mantener una buena comunicación con ellos y con el equipo tratante y trasmitir de buena forma circunstancias difíciles, por ejemplo, cuando se entregan malas noticias o cuando se discuten temas sensibles.

Esto es un modelo de aprendizaje a la medida de sus necesidades, que le brinde herramientas para aprender lo que requiera en su práctica. “Los doctores del futuro deben tener unas bases científicas sólidas; pero también la habilidad para encontrar, en la mejor evidencia disponible, el conocimiento y saberlo analizar e interpretar, a fin de ponerlo en práctica en el mejor interés del paciente”, escribe Patsy Stark (2012, p. 145), profesora de Educación Clínica de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, participante del diseño del nuevo currículo de medicina de la Universidad del Rosario.

Es un currículo que incluye estrategias educativas que estimulan al estudiante a “aprender a aprender” a lo largo de la vida, a pensar críticamente para dar soluciones a las problemáticas sociales y a comunicarse efectivamente, de manera oral y escrita, en los diferentes escenarios de desempeño profesional.2 Lo anterior, adicionalmente, a la adquisición de saberes a través de un hilo conductor de casos y problemas clínicos, que prescindió del plan de asignaturas aisladas y que mediante una integración horizontal plantea al estudiante una forma dinámica de aprendizaje, tal como se realizó, por ejemplo, en la presentación de hechos históricos en la manera de concebir la vejez y contemplar, al mismo tiempo, el nacimiento de ciencias como la biología, la estadística o la antropología, para determinar al final una mirada humanística al surgimiento de la gerontología con sus componentes multidisciplinarios, como psicología, pedagogía, sociología y jurisprudencia, para mencionar solo algunas. O, como en el capítulo correspondiente a los signos y síntomas del envejecimiento, en el cual, simultáneamente, se enumeran los cambios más relevantes de este proceso y se describen algunas destrezas semiológicas para reconocer los límites entre la normalidad y los signos de la enfermedad.

Una vez contextualizado el ámbito académico y los propósitos de la publicación, es el momento de presentar el contenido. La primera parte, denominada Miradas actuales al envejecimiento y la vejez, consta de cinco capítulos: el primero, “Historias para aprender sobre envejecimiento y vejez”, tal como se anotó, a través de crónicas de personajes y momentos que moldearon el pensamiento evolutivo acerca de los ancianos y su papel en la sociedad, a partir de las nuevas hipótesis sobre las abuelas ancestrales, el autor recorre concepciones de las diferentes épocas de la historia para culminar en la estructuración de la gerontología y de la geriatría a comienzos del siglo xx, como ciencias encargadas de estudiar los fenómenos del envejecimiento, desde lo integral a lo biológico, respectivamente.

El segundo capítulo, “Demografía y salud”, establece diferencias con el concepto de ciclo de vida en relación con la secuencia de etapas de los seres vivos desde el nacimiento hasta la vejez; una mirada transversal a las fases del desarrollo que permite comprender la salud y el envejecimiento a través de una dimensión especial a la salud y el bienestar. Adicionalmente, se presenta una perspectiva de la expresión de las enfermedades en la vejez, a partir de la exposición crónica a factores de riesgo, inequidades sociales y debilidad de los sistemas de salud.

“Vejez, juventud e infancia: una síntesis sobre las representaciones sociales de las edades”, contenido del tercer capítulo, presenta un análisis histórico-sociológico de las etapas del ciclo vital: la infancia, la adolescencia, la juventud y la vejez, e incluye los conceptos de fronteras y disputas por los límites de las edades, de alcances mucho más evidentes en las dos últimas, en las cuales se denotan las trasformaciones sociales, culturales y las relaciones de poder. En lo concerniente a la resignificación de la vejez, la autora resalta los cambios laborales implementados en Europa a finales del siglo xix, que incluyeron políticas de empleo, jornadas laborales, salarios, regímenes pensionales, sistemas de protección social y cajas de seguros para accidentes de trabajo. Un intento por revertir los estereotipos negativos de la vejez.

El cuarto capítulo, “Reconocimiento y autonomía de la persona mayor: dimensiones bioéticas del envejecimiento”, aborda, entre otros temas, la relevancia del principio de consideración a la vulnerabilidad en el contexto del envejecimiento; también, los desafíos bioéticos del cuidado y el marco normativo existente en Colombia para la garantía de sus derechos fundamentales. El autor, adicionalmente, incluye anotaciones acerca del síndrome de fragilidad, en términos de categoría fundamental para la comprensión del envejecimiento, no solo en términos biomédicos, sino también en cuanto al reconocimiento de las formas de vulnerabilidad ética y psicosocial a la cual se exponen las personas mayores.

El quinto capítulo, “Las personas mayores: sujetos de especial protección en el marco legal colombiano”, presenta un panorama de la jurisprudencia más relevante en torno a las políticas públicas en Colombia, encaminadas a garantizar los derechos de las personas ancianas. Según sus palabras, las autoras dirigen una mirada desde el marco jurídico y normativo internacional para destacar los instrumentos que velan por la promoción, protección y garantía de los mayores en condición de discapacidad y, también, los que promueven la eliminación de todas las formas de discriminación.

La segunda parte del libro, Correlación básico-clínica del envejecimiento, incluye los capítulos que otrora componían el bloque de ciencias básicas y el inicio de la práctica hospitalaria; empero, los nuevos contenidos abarcan, adicionalmente, una interrelación clínica que mantiene vigente el modelo pedagógico descrito. El primer capítulo, “Aproximaciones al envejecimiento molecular y celular”, se compone de una revisión de los mecanismos de la senescencia desde esa perspectiva bimodal y su impacto funcional consecuente. Es una revisión alineada con la teoría evolutiva de este proceso, con énfasis en la del soma desechable, en la cual se postula que la acumulación de defectos moleculares y celulares a lo largo de la vida se ven reflejados en la calidad de la vejez.

El segundo capítulo, dedicado a la “Histología del envejecimiento”, presenta una revisión metódica de los cambios producidos en los diferentes tejidos con las alteraciones derivadas de los elementos de la matriz extracelular y la biomecánica tisular. También se describen las variaciones en la capacidad de síntesis, regeneración y reparación celulares y su impronta en la relación entre los elementos celulares entre sí. En desarrollo del tercer capítulo, “Anatomía del envejecimiento”, el autor define que la senescencia presenta asimetrías en su evolución en virtud de la correspondencia con la alometría, en franca relación con el crecimiento diferencial de los segmentos corporales. En su presentación de los cambios anatómicos más comunes desde una perspectiva topográfica, más que sistémica, se analiza el impacto sobre la configuración corporal general del individuo que envejece.

En el cuarto capítulo, “Los signos y los síntomas del envejecimiento normal”, a partir del concepto de evolución exitosa, se resalta tanto la diversidad como la complejidad de un proceso marcado por la reducción de la eficiencia biológica con disminución de la capacidad de adaptación al medio. Tal como se escribió, la orientación confluye, básicamente, hacia el afinamiento de las agudezas semiológicas con la expectativa de reconocer los cambios normales de la vejez y diferenciarlos de los signos de la enfermedad. El quinto capítulo, “Medicamentos y envejecimiento desde los criterios de Beers y stopp/start”, considera aspectos de común ocurrencia en la vejez, como son la polifarmacia y la prescripción en cascada, al tratar los efectos adversos y las interacciones medicamentosas de-rivadas de la primera, en un círculo vicioso de consecuencias ominosas para los pacientes ancianos. Adicionalmente, se presentan los criterios stopp/start para identificar las prescripciones potencialmente inapropiadas y las omisiones en la formulación.

La tercera parte, Una revisión de los síndromes geriátricos para aprender a aprender, incluye tres ejemplos que le permitirán al estudiante, mediante su aprendizaje, proyectar la integralidad en el abordaje de las afecciones sindromáticas más prevalentes en los ancianos. El primero de ellos, trastornos del sueño, comprende tres capítulos: el primero, “Sueño y envejecimiento”, que se dedica a revisar la homeostasis del sueño y el ciclo circadiano en la población de adultos mayores. El segundo capítulo, “Clínica de los trastornos del sueño en la vejez”, presenta una revisión de las principales alteraciones que afectan a ese grupo de edad, e incluye sus diversas manifestaciones y la historia clínica con énfasis en la anamnesis. Además, profundiza en las múltiples causas del insomnio, con miras a perfeccionar el examen físico y agudizar las destrezas diagnósticas. El tercero de los capítulos, “Diagnóstico y manejo de los trastornos del sueño en el adulto mayor”, revisa, en primer término, la clasificación de los trastornos del sueño y se enfoca, posteriormente, en los exámenes complementarios y en el tratamiento. Considera las medidas no farmacológicas, orientadas principalmente a la higiene del sueño, así como el manejo farmacológico.

El segundo de los síndromes, demencia, abarca cuatro capítulos, a saber: el primero, “Deterioro cognitivo leve”, que corresponde a un cortejo sintomático definido por la declinación de las funciones cognitivas, con mayor demanda de tiempo para la ejecución de tareas cotidianas, sin impacto sensible en el desempeño general; el segundo, “Trastorno neurocognitivo mayor”, en su definición más amplia de demencia desde la óptica neuropsicológica, presenta un panorama que permite reconocer el cuadro general a través de la clasificación y de las manifestaciones clínicas; adicionalmente, contempla las opciones diagnósticas. El tercer capítulo, “Delírium versus demencia, diagnóstico a diferencial”, ofrece una actualización del síndrome confusional agudo, de sus factores de riesgo, sus desencadenantes y de su cuadro clínico polimorfo y, desde esa perspectiva, brinda herramientas al médico y al estudiante para afinar la batería diagnóstica de ambos síndromes. Seguidamente, el cuarto capítulo, “Medidas de prevención para el deterioro cognitivo del adulto mayor”, presenta una serie de intervenciones basadas en la mejor evidencia científica disponible para la atenuación de los síntomas que conforman los síndromes demenciales.

El tercero de los síndromes incluidos en la presente publicación, dolor en el adulto mayor, se ocupa de una de las quejas de mayor prevalencia en las personas ancianas: sus efectos devastadores, por las complicaciones que alteran de manera significativa la calidad de vida y motivan su inclusión en el aparte de síndromes geriátricos. La revisión incluye los cambios del sistema nervioso por el envejecimiento, las causas más frecuentes, las manifestaciones y las escalas de evaluación, así como las diferentes opciones terapéuticas.

En suma, los autores damos respuesta al reto de presentar a la comunidad científica y al público, en general, un modelo práctico que abarca las múltiples disciplinas dispuestas para poner en marcha el objetivo centrado en aprender para aprender, una justificación evidente que responde al cuestionamiento inicial de un nuevo libro sobre la vejez y los viejos.

Bibliografía

Quintero, G. (2012). Educación médica: Diseño e implementación de un currículo basado en resultados de aprendizaje. Editorial Universidad del Rosario.

Stark, P. (2012). Diseño e implementación de un currículo para medicina basado en resultados del aprendizaje. En G. Quintero, Educación médica: Diseño e implementación de un currículo basado en resultados de aprendizaje. Editorial Universidad del Rosario.

Notas

1* Médico especialista en Medicina Interna, Geriatría y en Docencia Universitaria.

2 Nuevo Trívium. Lista de resultados de aprendizaje genéricos del Programa de Medicina de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario, 2016.

Envejecer en el siglo XXI

Подняться наверх