Читать книгу Resumen Completo: Supremacia Blanca Y Yo (Me And White Supremacy) - Basado En El Libro De Layla Saad - Libros Maestros - Страница 5
CAPITULO 02: CuAles son los privilegios que otorga el supremacismo blanco a las personas exclusivamente “blancas”
ОглавлениеSi eres una persona blanca, es muy probable que goces de un sinfín de privilegios de los que no te has dado cuenta porque los das por sentado. Por ejemplo, Peggy McIntosh, educadora y activista, usó acertadamente la definición “el privilegio blanco es una mochila de suministros especiales intangible e ingrávida”.
¿Cómo identificar tus privilegios blancos?
Para empezar, aquí hay algunos de los ejemplos más generales: eres privilegiado como persona blanca si la historia de tu propia etnia es la que el mundo estudia como la historia general y universal del ser humano; eres privilegiado cuando encuentras productos que se adaptan por completo a tu propia identificación cultural cuando vas de compras; eres privilegiado si no tienes que temer que tu color de piel pueda generarte desventajas al momento de necesitar ayuda legal o médica; eres privilegiado si puedes criar a tu familia sin necesidad de educar a tus seres queridos sobre la intolerancia, pues es probable que nunca la sufran en su propia piel.
Como puedes ver, no es necesario ser un neonazi para creer o vivir las ventajas injustas de la supremacía racial. En realidad, es tan común y general que también parece influir en los niños que ni siquiera sospechan que exista el concepto de superioridad blanca. En un experimento popular realizado por psicólogos de la década de 1940, a los niños afroamericanos se les pidió que eligieran entre muñecos de juguetes blancos y negros, y la mayoría mostró una fuerte preferencia por los blancos. En 2010, CNN se interesó por llevar a cabo una versión nueva del estudio, pero esta vez también con niños blancos como participantes. ¿El resultado? Todavía existía la misma preferencia por los muñecos blancos, especialmente entre los niños blancos.
Es momento de empezar a preocuparnos por todo el bagaje de privilegios con los que contamos las personas blancas, comenzando por cuestionarnos acerca de todas esas ideas que, a veces sin darnos cuenta, nos hacen sentir superiores a otras razas en ciertas situaciones. Pedirte que te cuestiones y que reconozcas tus privilegios racistas es desafiante y podría hacerte sentir ultrajado o humillado, lo cual es una respuesta normal, pero no por ello debes evadir el desafío.