Читать книгу Resumen Completo: Razones Para Seguir Viviendo (Reasons To Stay Alive) - Basado En El Libro De Matt Haig - Libros Maestros - Страница 4

Los investigadores en psicología y psiquiatría han asumido durante mucho tiempo que la depresión es inducida por un trastorno químico cerebral. De hecho, se ha encontrado que hay cantidades reducidas de serotonina en las personas con depresión, el cual es un neurotransmisor que los científicos creen que ayuda a controlar nuestro estado de ánimo. Sin embargo, hay que tener cuidado con estas conclusiones, pues una industria farmacéutica de seis mil millones de dólares es la que ha generado la teoría.

Así pues, definir y tratar la depresión no es una tarea fácil. Si bien los medicamentos recetados que se han creado en los últimos años apoyan a millones de personas, hay muchos otros que no se benefician al tomarlos. También existen aquellos casos en que las personas perciben efectos de mejor tras tomar medicamentos dirigidos a sustancias químicas completamente diferentes en el cerebro.

Lamentablemente, cuando se trata de depresión, la evidencia empírica no es realmente definitiva. Es una falla terrible que todavía tenemos que remediar, por lo que no existe una respuesta definitiva. Además, también hay diversas hipótesis que chocan y se contradicen entre sí.

Algunos científicos asimismo afirman que la depresión no tiene nada que ver con los niveles químicos del cerebro. Para ellos, la depresión es el resultado de un núcleo accumbens que funciona mal, la pequeña región en el medio del cerebro que se sabe que es responsable de la gratificación y la adicción; pero esto, como todo lo demás, es también una teoría con vestigios de verdad y muchas suposiciones inconclusas.

La medicina científica moderna ha ideado tratamientos para enfermedades que eran incurables tan solo hace un par de décadas: por ejemplo, el VIH ya no es una enfermedad mortal que, una vez diagnosticada, solo te quedaba poco tiempo de vida, así como el parto ya no es un evento que las mujeres deben temer, pues las complicaciones ya son mínimas.

Nos hemos acostumbrado a encontrar soluciones científicas a todas nuestras inquietudes y a muchas enfermedades que antes azotaron a la humanidad. Sin embargo, no sabemos específicamente qué causa la ansiedad y la depresión, y no existe un medio único para resolverlo.