Читать книгу Resumen Completo: El Amor Maternal (Why Love Matters) - Basado En El Libro De Sue Gerhardt - Libros Maestros - Страница 5

¿Qué tenemos los seres humanos para ser diferentes?

Somos seres alterados por las relaciones que tenemos con otros humanos. Si no existiera esta conexión con nuestros semejantes, no se desarrollarían tipos de aptitudes y carácter como la empatía o la inteligencia necesaria para captar los distintos estados de ánimo. Si fuésemos como el tigre, según un poeta inglés (Samuel Coleridge), estaríamos siempre iguales. El tigre no se inmuta, si está conviviendo en sociedad con otros miles de tigres o está solo, no hay diferencia.

Un análisis sobre la comparación que hizo este poeta, diríamos que al tigre le falta un “cerebro social”.

La clave del mensaje es: El cerebro evolucionó por etapas y la parte social de desarrolló al final.

Siempre hablamos del cerebro como si fuese un órgano uniforme, pero los científicos lo llaman “cerebro trino”, o triple cerebro en uno. Y cada uno de ellos tendría una fase distinta en nuestra evolución.

Durante la primera etapa, se desenvuelve un cerebro parecido al que tienen los reptiles, ya que solamente tiene desempeños básicos como controlar la respiración y su conformación cognitiva se basaba en el tronco encefálico.

La segunda etapa o fase, tenemos un cerebro más desarrollado y se asimila al de un mamífero. Este envuelve al núcleo del anterior parecido al del reptil, admitió emociones básicas que agregaron capacidades como la de alimentar descendientes (hijos).

La última y tercera etapa, aparece una envoltura en las capas exteriores del cerebro. Aquí es donde se desarrolló el cerebro social, lo que hace humano a los humanos.

Este cerebro social se acciona en el momento que controlamos nuestras emociones, acompañamos las señales sociales y notamos empatía. Así como también nos admite cruzar el límite de las formas instintivas de la conducta humana.

Para ser más claro, el cerebro humano no solo puede procesar emociones primarias como miedo, furia o placer, sino que también puede variar estos sentimientos en estados intermedios más complejos como, angustia, amor, satisfacción, alegría, tristeza, vergüenza, felicidad, entre otros. Haciéndolo más gráfico, mientras casi todos los mamíferos ven al mundo en blanco y negro, nuestro cerebro social nos permite verlo en color.

Ahora veremos cómo las cosas se vuelven importantes. La mente de un recién nacido posee numerosos sistemas para asegurar su supervivencia. Tiene un sistema nervioso que funciona y le permite respirar, capacidad visual con el que puede detectar movimientos y una conciencia centralizada en el tronco cerebral que le posibilita responder ante estímulos sensoriales como la temperatura. A todo esto, le falta el cerebro social. Veremos entonces cómo comienza a desarrollarse luego de que nace un ser humano.