Читать книгу Los quebrantahuesos - Lorel Manzano - Страница 8
ОглавлениеMoscas de fruta
Bajo una jacaranda y sobre una mesa enana descansaban una canasta de mangos de Manila y una pistola calibre 45. El sol vertical de las tres de la tarde festoneaba de sombras al arma, los mangos, los platos recién traídos. Paula llamó a su marido y a sus hijos a la mesa. Agitando el trapo de cocina en el aire, les advirtió que si no le hacían caso iban a llegar las moscas. Nadie hizo caso: los gemelos corrían desgañitados alrededor del padre, del columpio casi terminado. Al notar que algo faltaba en la mesa, Paula fue a la cocina. Encima de los mangos comenzaron a agitar las mosquitas el polvo de sus alas. Cada una sobrevolaba su mango. ¿Por qué las frutas llevan sus moscas a todas partes?