Читать книгу El profesor mediador del aprendizaje - Lorenzo Tébar Belmonte - Страница 5
ОглавлениеProf. Reuven Feuerstein
Director, ICELP-Jerusalén
Rabbi Rafi Feuerstein
Sub-Director, ICELP-Jerusalén
Redactar estas líneas introductorias a la presente obra de Lorenzo Tébar es no sólo un honor sino también un verdadero placer. Constituye asimismo una excepcional oportunidad para expresar la gratitud a todos aquellos que se han involucrado en el estudio de la teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructural, la Experiencia de Aprendizaje Mediado –EAM– y todos los demás conceptos y aspectos aplicados en este trabajo auténticamente pionero, orientando el estudio, no tanto de los efectos de la EAM en el educando –como ocurre en la mayoría de las investigaciones realizadas–, sino sobre el impacto producido en el propio mediador.
A través de este cambio de enfoque, el autor ha abierto una nueva panorámica en el estudio y la comprensión de los dinamismos de la EAM y sus efectos en los tres elementos implicados en la interacción de la EAM: el educando, que se ha estudiado ampliamente, los estímulos y el propio mediador. El esfuerzo considerable realizado por nuestro apreciado amigo y colega, Lorenzo Tébar, para estudiar el perfil del profesor mediador, ha abierto el panorama a interesantes cuestiones y consideraciones educativas.
Resulta clarificador, tanto desde el punto de vista de la metodología seguida como por sus interesantes resultados, que el “perfil” en sí mismo es el producto de una decisión que el mediador potencial ha tomado, al actuar como mediador. Las raíces de esta decisión no son sólo profesionales, pedagógicas o didácticas, en particular en los casos del mediador, los padres u otros implicados de la comunidad, y la decisión de ejercer como mediador, tiene sus profundas raíces en los deseos naturales de sentirse prolongado en los educandos, o en su prole, no sólo a través del componente biológico, sino también por medio del bagaje espiritual-moral de su existencia.
La cuestión que surge en este contexto es saber cómo afecta esta decisión al mediador: a sus procesos cognitivos, a sus emociones y, definitivamente, a sus patrones de conducta. ¿Piensa, siente y actúa un educador de la misma manera que antes de tomar la decisión de actuar como mediador con sus alumnos, quienes conservarán su misma forma de ser?
Nuestro punto de vista se basa en que la intención de los individuos de actuar como mediadores –sin tener en cuenta si se trata de los padres, de los docentes o de agentes culturales interesados en la continuidad de una entidad existencial– quedará transformada por esta decisión, y muchas características del mediador diferirán ampliamente de su forma de ser anterior.
Este libro, al presentar el perfil del profesor mediador, pone un énfasis especial en los procesos cognitivos precisos para crear una interacción mediada eficaz. La decisión del docente de actuar como mediador le transforma en un interactor creativo, ingenioso e innovador con el educando, independientemente del contenido, del lenguaje o del objetivo inmediato de la experiencia mediada.
Las dimensiones cognitivas enumeradas por Lorenzo Tébar no son necesariamente limitadas, pudiéndose hallar, a lo largo de la historia educacional de la humanidad, una gran diversidad de estilos de mediación, de contenidos y de modalidades de interacción, determinada, en gran parte, por la diversidad cultural de la humanidad, enriqueciendo significativamente a esta misma diversidad.
Sin embargo, la EAM no se limita a la dimensión cognitiva de la interacción, y la cuestión que surge al leer esta elaborada investigación es saber qué efectos producirá el proceso mediador en el propio mediador, y si la interacción mediada se extenderá de forma generalizada a todos los componentes culturales, espirituales, emotivos, morales y religiosos de su existencia. ¡Cómo cambiará el estilo de vida del individuo que se erige en mediador, respecto del que existía antes de haber tomado esta decisión!
El libro de Lorenzo Tébar puede servir de inspiración a todos aquellos que tratan de comprender los dinamismos de cambio producidos por la necesidad de mediar, y el cambio producido en el individuo que ha decidido actuar como mediador. El criterio de la intencionalidad en el acto mediador incluye la dimensión de reciprocidad, y señala hacia el efecto significativo de la intención, decisión y, por supuesto, al acto de la interacción con la fuerza que la modalidad de EAM tiene en el mediador.
El rico repertorio estratégico desplegado por el mediador para conseguir sus objetivos a través de los diversos recursos didácticos, es sólo una de las destacadas dimensiones con las que se enriquece el perfil del mediador. El que media trasciende su presencia existencial más allá del aquí y ahora de su vida, proyectándose a sí mismo en el futuro de la mediaciones que elige para sobrepasar las limitaciones biológicas de la vida.
Esta proyección al futuro puede actuar poderosamente configurando la persona del mediador en su conducta, su pensamiento, sus emociones, en lo social, en lo moral y en lo religioso. El mediador elegirá aquellos comportamientos que estime apropiados transmitir al educando, a través de la imitación, la enseñanza y la creación del ambiente espiritual necesario, que permitirá a este último asimilar el contenido de la mediación y que convertirá al proceso mediacional en la fuente de plasticidad y flexibilidad que permite al ser humano reconocerse como un “ser modificable”.
Este estudio de Lorenzo Tébar es realmente una obra importante y pionera que ya está inspirando a otros investigadores para continuar sus pasos en beneficio de un mundo que necesita de la “continuidad” más que nunca, para “existir” más allá de los cambios producidos por la “vida” en nuestra época.