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INTRODUCCIÓN

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MIGUEL ÁNGEL HERRERA ZGAIB*

En la presente investigación politológica partimos de la siguiente hipótesis: entre los años 2005-2010 existe la emergencia de una revolución democrática en Colombia animada por las luchas e iniciativas sociales, políticas, económicas y culturales, desarrolladas por los grupos y clases subalternas. Esta revolución en curso interrumpido, siguiendo la lectura de Antonio Gramsci, no ha logrado aún la solución de la crisis orgánica que vive el bloque de poder que gobierna el país; es, en mayor medida, el producto de las desigualdades sociales que la misma Constitución Política vigente reconoce y que enfrenta como bloque social alternativo las dificultades para realizar una revolución social. Asimismo, la inoperancia de las clases dominantes para solucionar la crisis de hegemonía que significaría un consenso (Narváez, 2005, p. 90).

En este periodo coyuntural se sigue definiendo y elaborando, en las diversas luchas transversales y locales, el antagonismo social que constituye la relación trabajo-capital, develada, primero, al final de los años 40 del siglo XX, en la cual los grupos subalternos se han venido reconociendo y enfrentando a los grupos dominantes.

Los grupos subalternos pugnan por lograr convertirse en un sujeto político autónomo que logre procesos de autonomía y de igualdad real y efectiva, mientras que grupos dominantes –queriendo mantener el statu quo después del Frente Nacional– buscan imponer a toda costa un modelo de desarrollo neoliberal que profundiza las desigualdades sociales ya existentes, y compromete la dinámica del desarrollo interdependiente.

De esta manera, se inclina la balanza en favor de su principal socio, los EE. UU., tanto en la guerra interna como en la relación de la plusvalía extraída regularmente de trabajo nacional en las explotaciones rurales, los megaproyectos, la extracción minera y la economía de servicios en lo urbano, con los cuales el capital financiero transnacional marcha al comando de todos los emprendimientos capitalistas en Colombia.

En particular, en este balance político, se trata de observar y analizar de qué forma los grupos y clases subalternas se han organizado políticamente para lograr sus objetivos, qué tipos de conflictos los condicionan y los impulsa a movilizarse y qué ganancias tienen a lo largo de este periodo, 2005-2010.

Como consecuencia, emergen con urgencia dos objetivos a tratar en la investigación. El primero de ellos es ubicar a nivel histórico la configuración de grupos y clases sociales, observables en los años de estudio y que se constituyeron en una relación de tensión permanente. El segundo es comprender qué papel juega el periodo comprendido entre 2009 y 2010, en lo que consideramos el devenir de un movimiento orgánico que es manifestación de una crisis orgánica de larga duración en Colombia, la que se hizo manifiesta durante los años 1947 y 1948 con la movilización del gaitanismo (Herrera Zgaib, 2005).

Entonces es necesario resaltar que lo señalado como elemento crítico, para signar una crisis específica, durante la segunda mitad del segundo gobierno de Uribe Vélez, es la existencia de una doble oposición férrea al mismo proyecto político dominante: la que pone de presente que hay diferentes propuestas políticas, económicas, culturales y sociales tanto para el país como para los territorios, escenarios o colectivos de personas específicas. Tal es la propuesta subalterna.

Dicha oposición y conformación de un posible bloque subalterno está en clara contraposición con las políticas públicas desarrolladas por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, y en particular, contra la política pública de guerra llamada Seguridad Democrática según se desprende de sus planes de desarrollo.

Ahora bien, la relación de oposición y alternativa entre los grupos sociales y políticos que encaran el gobierno Uribe se configura de tal manera debido a tres circunstancias:

1.Aquellos grupos subalternos que tienen la vocación de ejercer el poder en el marco del Estado colombiano, se encontraban durante los años 2005-2010 en la situación de ser gobernados y no ser gobernantes; por esta razón, era su objetivo sustituir al Gobierno nacional. Tal es el caso de algunos partidos políticos alternativos y de los grupos insurgentes que a su manera planeaban la toma del Estado, quienes, sin embargo, debían someterse al Gobierno o como mínimo contar con la realidad fáctica de este y resistir, combatir o disputar en el marco de esa realidad del poder instituido.

2.Aquellos grupos que no pretendían ejercer la dirección del Estado, pero que no estaban de acuerdo con las decisiones del Gobierno nacional, tenían que ceñirse a ellas o entrar en una relación de resistencia contra el régimen político en funciones, dado el carácter vinculante que estas decisiones tienen respecto a la población nacional y sus instituciones.

3.Aquellos grupos políticos que no tenían empeño en lograr la dirección del Estado y en lugar de ello tenían como objetivo consolidar territorios, escenarios o colectividades autónomas, debían enfrentarse con el despliegue armado, la dominación, el poder represivo de la soberanía del Estado, que no permite la disputa de su autoridad en el territorio nacional.

Retomando estas tres circunstancias establecidas para describir la situación de aquellos grupos de oposición, y la conformación de alternativas políticas al gobierno de Uribe Vélez, podemos identificar como rasgo común el hecho de que dichos grupos interactúan en un territorio político-administrativo sujeto a una soberanía estatal bajo la dirección del presidente de Colombia, frente al cual debían intentar viabilizar sus pretensiones de ser gobernantes, sus posiciones o sus autonomías políticas.

Para dar mayor inteligibilidad a la situación y describir en una sola categoría a los grupos de oposición y conformación de alternativa al Gobierno nacional del periodo de investigación, recurrimos a los aportes hechos a la teoría política y a la ciencia política por Antonio Gramsci. Más exactamente a lo que él propone asir y entender con la categoría de lo subalterno, la cual el profesor Massimo Modonesi denomina subalternidad, quien a propósito de la construcción de esta escribe:

Gramsci conceptualizó la subalternidad como experiencia de la subordinación, expresada por la tensión entre la aceptación/incorporación y el rechazo/autonomización de las relaciones de dominación y materializada en una disposición a actuar como clase que combina espontaneidad y conciencia. (Modonesi, 2010, p. 11)

Los grupos sociales alternativos y sus manifestaciones políticas, en oposición activa o construcción de alternativas paralelas, enfrentados específicamente al Gobierno nacional en el periodo 2009-2010, se constituyeron como grupos subalternos, pues experimentaron la situación de subalternidad. La subalternidad es aquí entendida en los términos en que se citó a Modonesi y tomando en consideración, lo establecido de modo general por Antonio Gramsci, en una nota, Apuntes sobre la historia de las clases subalternas. Criterios metódicos, quien señalaba seis fases, estableciendo el estudio de las formaciones que afirmen la autonomía integral.

La lista de esas fases debe precisarse todavía con fases intermedias y combinaciones de varias fases. El historiador debe observar y justificar la línea de desarrollo hacia la autonomía integral desde las fases más primitivas, y tiene que observar toda manifestación del “espíritu de escisión” soreliano. (Gramsci, 1990, p. 360)

La subalternidad, lo excepcional y la guerra en Colombia (2005-2010)

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