Читать книгу Y ahora... ¿quién podrá defendernos? - Álvaro Rojas - Страница 8

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Capítulo 1 Los cambios que estamos viendo hoy


Hace un par de meses, asistimos a una feria internacional en la ciudad de Las Vegas, para comercializar a nuestro país en la industria de reuniones.

El objetivo era que las personas conocieran el esplendor y la belleza de Costa Rica, además de las potencialidades que puede ofrecer como sede internacional en el ámbito de los eventos.

Mi equipo de trabajo y yo, nos situamos en el área designada y luego de comenzar la feria, decidí dar una vuelta para inspeccionar el lugar.

Sorteando un poco al gran número de personas asistentes, caminaba entre pasillos para ver los diferentes stands, los centros de convenciones y organizaciones de eventos audiovisuales, que se hallaban presentes.

En ese proceso me encontraba, cuando un stand en particular llamó mi atención y por supuesto me detuve ante él para apreciar la demostración de esa nueva tecnología.

Se trataba de un stand para vender productos innovadores con el objetivo de hacer más eficientes los procesos diarios en los eventos de reuniones. Específicamente, el stand tenía que ver con la digitalización de los procesos de limpieza dentro de los centros de convenciones y estaban ofreciendo uno de estos robots que limpian las casas hoy día, pero en su versión más industrial.

En esencia, era una maquinita cuyo fin es limpiar los pisos de los salones.

Visualmente, estos aparatos parecen sencillos, pero detrás de ellos existe toda una tecnología que les permite realizar este tipo de tareas.

Son unos equipos que aspiran y limpian de forma automatizada, alfombras o áreas públicas. Pero la tecnología echa mano de la inteligencia artificial para ello.

Cuentan con unos sensores que, primeramente, mapean el entorno del área para determinar las dimensiones del salón y establecer los puntos focales que requieran una limpieza más profunda. Además, poseen un sistema de detección de manchas, para situarse por más tiempo en esa zona particular.

No limpian todo por igual y son capaces de almacenar en su memoria el área en cuestión, estableciendo qué lugares son más propensos a mancharse que otros.

Conforme más trabajan, mayor cantidad de datos van almacenando en su memoria y se vuelven más eficiente.

Al ver aquello, mientras escuchaba hablar al promotor del stand sobre las maravillosas ventajas del equipo, en mi mente solo podía pensar en dos preguntas «¿cuánta gente va a sustituir esto y qué tendría que hacer alguien en nuestra empresa para que no sea sustituible por estas máquinas?»

Estaba visualizando el futuro. Un futuro que siempre está tocando nuestra puerta y que queramos o no, es indetenible, así que lo importante es conocer nuestro rol en ello.

Me ofrecieron el equipo y decidí probar.

Llevé el concepto de la “máquina de limpieza inteligente” y ya, en el día a día, pensaba en la eficiencia de la limpieza diaria que sería indiscutible. La idea rondaba mi cabeza, «evidentemente esto sustituiría personal y a alguien va a afectar dentro de la organización».

Tenemos un jefe de áreas públicas, al cual con esto en mente, le puse mucha más atención de lo habitual. Él, sin saber que la tecnología podía sustituirlo un día, me detuvo en un pasillo y dijo:

—Jefe, como usted sabe, nosotros además de limpiar las áreas antes, durante y después de los eventos, separamos todos los residuos tanto sólidos como líquidos para su correcto reciclaje y el cliente no se percata de ello.

¿Me permitiría hacer un certificado que usted pueda firmar para que el cliente conozca exactamente la cantidad de residuos que logramos separar después de cada evento y que es dispuesta para reciclaje? Además, podríamos tomarle fotos al certificado y subirla a las redes sociales de la empresa para darle más valor a la marca y que los clientes conozcan que se está haciendo una gestión de residuos en sus eventos, alineada a los valores de su compañía.

—Wow. ¡Qué maravillosa idea! —Por supuesto acepté encantado.

Pero lo realmente importante aquí, es la aplicación en vivo de dos habilidades que triunfaran en esta década: la primera, el pensamiento crítico y la segunda flexibilidad cognitiva, de las cuales hablaremos en profundidad más adelante y es que “esto no lo hace una máquina”. Quiere decir que él vio más allá de su trabajo y empezó a desarrollar una serie de habilidades y características, sin ser consciente de que puede ser sustituido o no. Él ni siquiera pensó en eso. Y definitivamente su aporte le añadió gran valor a su trabajo, en beneficio de la empresa.

Tal como lo expresó Sun Tzu (El Arte de la Guerra):

“El que sabe cuándo puede volar y cuando no, será victorioso”

En torno a esta verdad, sólo nosotros mismos podemos saber qué somos capaces de hacer y que en nuestras manos se encuentra el descubrimiento de nuestras potencialidades.

Así que, ¿qué esperas? Toma tu decisión.

Frente a los cambios puedes quedarte o dar el paso, para ello puedes hacer una de estas 3 cosas:

Ignorar el cambio,

no aceptar el cambio

o abrazar el cambio.


Básicamente tenemos 3 vías para la toma de decisión, y estas las denominamos Las tres puertas de salida, que ante un cambio reflejan nuestro accionar como seres humanos.

El cambio siempre se va a producir, así que, si decides ignorarlo o negarlo, no va a dejar de existir, simplemente tú quedarás fuera de las transformaciones que sufre el mundo por algún tiempo, porque tarde o temprano te cambiará también. Y es probable, que tu negocio o tu trabajo que hoy día es rentable, no lo sea en algunos años, ¡solo por no haberte actualizado a los cambios!

Por ejemplo, si nos remontamos 5 años atrás y conversamos con un taxista acerca de las aplicaciones móviles para contratar sus servicios, y le hablamos sobre la necesidad que tendrá en el futuro de invertir en una plataforma digital para sostener su fuente de trabajo, y que sus clientes lo contactarán por ese medio, ¿me creería?

¡Pues claro que no!, hubiese parecido algo impensable. Incluso nos tildarían de locos.

Él podría no creerlo y jamás invertiría dinero, en semejante artilugio, solo inventado por quien le hace la pregunta. Seguro es lo que pensaría.

Si en este caso hipotético, el taxista decide ignorar el cambio, es probable que con el paso de los años su clientela vaya de más a menos, y que tenga que abandonar esa forma de sustento de vida. Pero si se hubiera detenido a pensar en el cambio y no sólo dejarlo pasar frente a sus narices, seguramente su negocio sería tan o más lucrativo que antes por permitirse anticiparse a esta transformación de su negocio.

Por otro lado, podríamos no aceptar el cambio. Estamos conscientes de que está ocurriendo y simplemente no lo aceptamos.

Un ejemplo claro de ello es Costa Rica. Mi país es considerado un país subdesarrollado, como la mayoría de los países en Latinoamérica, por lo que bajo este estigma, muchos asumen que estos cambios no van a llegar pronto por acá. Nada más alejado de la realidad. Los cambios se producen en todo el globo terráqueo y para bien, o para mal, ninguno de nosotros está exento de ello, independientemente de donde nos encontremos.

Este libro no se enfoca, ni en la primera, ni en la segunda alternativa. Está escrito para aquellas personas que quieren asumir la tercera vía: Abrazar el cambio.

Así que, el cambio se produce y lo acepto. Sé que está allí y lo abrazó. Me hago partícipe de él y lo hago parte integral de mí.

Sobre la base de estas tres premisas ¿qué tipo de persona eres tú?

Recuerda que este libro no llegó por casualidad a tus manos, seguramente tu subconsciente está trabajando en darte las herramientas que tú mismo estás solicitando.

Tu conciencia está cambiando. Conéctate con esa idea y continúa con tu cambio personal.

¡Abraza el cambio!

Sabiendo que perteneces al tercer grupo de personas igual que yo, es hora de que conozcas que existen una serie de habilidades y características que podemos desarrollar en nosotros mismos para empezar a adaptarnos y generar ventajas competitivas en este mundo de la digitalización.

Y es allí, donde radica la importancia de este libro, ya que plantea las posibilidades a una apertura de conciencia con base a herramientas que pueden desarrollar las personas, frente a un mundo en constante cambio.

Este es un libro para la gente y habla del talento humano. Es un libro para ti, que estás buscando redescubrirte y transformarte en esta persona insustituible, no porque nadie más pueda hacer tu trabajo, sino porque nadie lo hará como tú, porque no trata del “hacer”, trata del “ser”, un ser capaz de adaptarse a las vicisitudes que estamos viviendo.

A partir de ello, ya sabes que la única constante es el cambio y debes contar con los instrumentos necesarios para enfrentarlo y vivir en torno a él.

Y eso es lo que te brindo.

¿Qué te parece si exploramos las habilidades y características de una persona que está lista para el cambio?

Conoce cuáles tienes y trabaja en las que debes desarrollar. El camino del cambio es una ruta que siempre debes estar cosechando, anticipándote y adaptándote a lo que está por venir.

Habilidades

Habilidades de pensamiento:

• Pensamiento crítico.

• Flexibilidad cognitiva.

• Resolución de problemas complejos.

• Juicio y toma de decisiones.

Habilidades de inteligencia:

• Inteligencia Estratégica.

• Inteligencia de cambio.

• Inteligencia social.

• Inteligencia Creativa

• Inteligencia de asertividad.

Habilidades hacia los equipos:

• Comunicación personalizada.

• Desarrollo de personas.

• Negociador de 360°.

• Orientación al servicio.

Características

Características de elección:

• Tener mentores.

• Buscar consejo.

• Dedicar tiempo para la reflexión

Características de carácter:

• Resiliencia

• Vulnerabilidad

• Reputación profesional

Características de interacción:

• Desde el propósito

• Desde la diversidad

• Desde la tecnología

Con esta información tu conciencia se abre a los cambios, trabaja en tus habilidades y características para que tu entorno cambie y la transformación ocurra de adentro hacia afuera.

Como gran parte de esta dinámica de cambio surge como consecuencia de la Revolución 4.0 o Cuarta Revolución Industrial.

En este libro, iremos descubriendo juntos los alcances de esta nueva revolución industrial y recopilaremos algunas de las informaciones más importantes, pero enfocándonos totalmente hacia el talento humano y la adaptación de los profesionales ante estos cambios y es que, entre tanta especulación, se comienzan a vislumbrar algunas de las competencias que más impactarán en los resultados y los objetivos de los profesionales en el mercado de aquí al 2030.

Más adelante abordaremos en detalle la Industria 4.0 y su vinculación al cambio constante, pero de forma general puede entenderse como la incorporación de la tecnología presente y futura en los procesos productivos, partiendo de dos objetivos claros: aumentar la productividad y el crecimiento económico.

Una particularidad de esta revolución respecto a sus antecesoras, es que busca el bienestar de los profesionales, de los individuos, facilitando los procesos directivos.

Más allá de lo expuesto por otros autores, consideramos que la Cuarta Revolución Industrial es la manera en que el mundo digital puede incorporarse en las actividades comerciales de las empresas y en la cotidianidad de los hogares, pero de una forma tan sutil y amigable, que va integrando al ser humano en el proceso.

En la actualidad es un término que resuena cada vez con mayor fuerza, principalmente sobre si es mala, buena, si trae riesgos, si nos puede quitar puestos de trabajo, o si puede mejorar la productividad, entre otras.

Hemos escuchado de ello en las muchas conferencias a las que asistimos. Frecuentemente nos percatamos de cómo las empresas buscan adaptarse a la digitalización y que el foco de conversación tributa en torno a que los cambios en el mundo se encuentran a un click de distancia. Eso sí, todos se centran en las empresas, pero nadie habla del personal y su incorporación en los sistemas operativos de forma eficiente.

Se estima que a raíz de esta transformación, 47% de los puestos de trabajo van a desaparecer, pero en contraposición más puestos serán creados. Este hecho se debe a que el macroentorno es modificado y evidentemente, las condiciones dentro de las profesiones también tienden a cambiar como consecuencia a los ajustes del sistema en sí mismo, porque todas las piezas del rompecabezas deben encajar para mantener el equilibrio natural.

Podemos entender el macroentorno como todas aquellas fuerzas que no son controlables por nosotros. Son las fuerzas externas provenientes de las empresas, los profesionales, factores demográficos, económicos, ecológicos, turísticos, legales, medioambientales y en este caso, digitales y tecnológicos que afectan el entorno de las empresas y de la programación.

Entonces, si el macroentorno está cambiando aceleradamente, como profesionales nosotros tenemos que adaptarnos y acoplarnos hacia esa transformación.

El macroentorno ha estado en una constante y acelerada metamorfosis, pero está a punto de cambiar radical y principalmente por las predicciones de grandes mentes como el Sr. Klaus Schwab, que ha anunciado en su libro “la cuarta revolución industrial” gran parte de estos cambios.

El Sr. Schwab es un empresario alemán que fundó en 1971 el Foro Económico Mundial, el cual, reúne potencias económicas, líderes de todo el mundo, fuerzas políticas y sociales. Dentro de estas referencias citan que los gobiernos y la sociedad en general, no se encuentran listos para lo que han catalogado los grandes cambios que ocasionarán este auténtico maremoto que tendrá muchísimas consecuencias a nivel mundial.

En el 2016 el Sr. Schwab sacó a la luz, a través de ese libro, una predicción muy reveladora y que ha causado mucho movimiento en el ecosistema profesional y empresarial. Y es que, como consecuencia de la revolución industrial, para esta nueva década el 47% de los empleos actuales estarán en riesgo gracias al desarrollo de industrias impulsadas por el avance de nuevas tecnologías.

Un medidor de este cambio lo representa el último Barómetro Global de Innovación, una medición pública de General Electric que recoge la data de un mínimo de más de 4000 opiniones de líderes y personas de más de 23 países, sobre la aceptación e incorporación de la Cuarta Revolución Industrial al mundo globalizado.

El estudio concluyó que “el 70% de los empresarios tiene expectativas positivas sobre el cambio a la Cuarta Revolución Industrial, el 85% cree que estas innovaciones en los sistemas ciberfísicos traerán grandes aportes, el 64% está dispuesto a asumir los riesgos de innovar en este marco cambiante”.

A pesar de todos tener opiniones diferentes sobre este cambio que va más allá del área industrial, la mayoría coincide en que esta evolución tecnológica generará una resistencia natural a la adaptación, por miedos generados en el cambio sobre cómo hacer las cosas, pérdida de puestos de trabajo, incertidumbre sobre las habilidades requeridas, y nuevas posiciones que tendrán las empresas, entre otros, igual a lo que ha ocurrido en otras revoluciones industriales.

En este estudio también aparecen unas cifras que resultan aterradoras: “solo el 17% teme por el impacto negativo en los trabajadores” y esto quiere decir que, en su mayoría, los empresarios están enfocándose en cómo son absorbidos dentro de la Revolución Industrial, sin prestar la atención necesaria en el talento humano.

Entonces, sólo 17% está preocupado por lo que va a sucederles a sus trabajadores y ese es un botón de alarma.

Por ello es necesario, que si del entorno empresarial hay un 83% que no está pensando en nosotros como el talento que forma parte de su transformación, debemos ocuparnos nosotros mismos en evolucionar de cara a este cambio.

A todo esto, hay varios caminos a seguir, quienes lo toman como un escenario alarmista y quienes se preparan para el cambio, pero ambos caminos serán alimentados por la misma fuente y es que el cambio está ahí, es inminente y está ocurriendo en estos mismos instantes.

Pero no te asustes. Los cambios no se producen de la noche a la mañana y tendrás el tiempo para adaptarte a ellos.

Es más, el cambio es sutil y lento en lo micro, en referencia a las personas, aunque en el sentido macro se sienta como una transformación acelerada.

No es que despidan a todas las personas y traigan a unas nuevas en sustitución. Es tan sutil, que a veces ni lo percibimos, pero tenemos que mantener los ojos bien abiertos para detectar que está pasando frente a nosotros.

Basado en lo anterior, podemos concluir que, si el macroentorno está en constante cambio, las habilidades de los profesionales deben ser camaleónicas para lograr adaptarse y llevar a sus empresas y equipos a sacarle el mayor provecho a estas modificaciones.

Ejemplos de estos fenómenos globales abundan y entre los que destacan podemos mencionar a Netflix. No se trata del caso entre Netflix y Blockbuster, y el manejo de dos negocios de entretenimiento desde dos enfoques diferentes, eso ya forma parte del pasado. Se trata de que Netflix empieza a dividir a la industria cinematográfica, una industria que hasta el momento estaba siendo desarrollada casi en su totalidad por Hollywood.

En la actualidad, los actores están divididos entre trabajar con Hollywood o trabajar con Netflix, pues Hollywood es cine y son muchas las películas que no entran en ese formato.

Otro ejemplo de la dinámica de cambio lo representa la empresa Airbnb, que sin poseer hoteles y ni una sola habitación, empieza a poner en aprietos a la industria hotelera y se está convirtiendo en uno de los mayores proveedores de habitaciones a nivel mundial. Si sigues sin convencerte, podríamos hablar de cómo Spotify retó a las discográficas, Uber o Cabify a los taxistas, Booking y Expedia a las agencia de turismo, Whastapp a operadores de telefonía fija y celular, Google a las páginas amarillas, las redes sociales a los medios de comunicación, Mercado Libre a los avisos clasificados, los Smartphone a las casas de fotografías, Zip Car a los Rent a Car, Tesla a las fabricas automotrices, Waze a los GPS, Original y Nubank al sistema bancario tradicional, la nube a los USB, YouTube a la televisión y Wikipedia diccionarios y enciclopedias, solo por mencionar algunos, pero todo esto no es el futuro, es el pasado y presente, así que ¿cuánto tiempo crees que va a durar tu trabajo de la forma actual?

A veces no percibimos estos cambios, es más, se producen a nuestro alrededor y somos totalmente ajenos a ellos, pero están allí y se realizan, ya sea que decidamos verlos o no.

Pero esto no es novedad, hace muchísimos años cuando no existían los despertadores como los conocemos hoy, había personas que pasaban casa por casa tocando la ventana para levantar a la gente y por esto les pagaban, obviamente estas personas fueron sustituidas. Una profesión que se mantuvo por años fue la de faroleros. Estas personas pasaban antes del atardecer por las estancias de las casas y con ayuda de una vara, encendían con grasa los faroles de vela en las calles, y por la mañana los apagaban; con la llegada de la electricidad estas personas ya no fueron necesarias.

A lo largo de la historia han existido profesiones u oficios circunstanciales que con las transformaciones de las sociedades han dejado de existir.

El fenómeno de la Cuarta Revolución Industrial está siendo aceptado, pero los cambios son lentos, porque naturalmente el ser humano ofrece resistencia ante lo nuevo, ante lo desconocido. Y este es un punto neurálgico en el libro.

A través de él, queremos abrir las puertas hacia la comprensión de la Cuarta Revolución Industrial, para que tú y muchos otros sean capaces de afrontar los retos tecnológicos que están por venir.

Pero debes ser cuidadoso, ya que muchas personas actualmente están desarrollando planes, estrategias, inclusive capacitación para el personal o llevan cursos en universidades, los cuales están basados en información que ha sido exitosa para hoy, pero que no va a ser exitosa para esta nueva década y ese es un escollo por superar. Todavía hay empresas que hablan sobre el FODA, que es una herramienta de los 70´s.

Se puede decir que es uno de los engaños de la década, las empresas se están preparando para esta nueva década con estrategias que funcionaron del 2010 al 2019, por lo que incluyen formaciones académicas en su mayoría obsoletas.

Entonces, podemos estar engañándonos a nosotros mismos, al pensar que como recibimos capacitación constante o formación académica, estamos preparados para esta nueva década.

Adelantarse a lo que vendrá es la clave para acercarse lo más posible al éxito empresarial. Claro está, escribir un libro sobre el pasado es mucho más seguro que escribir un libro sobre el futuro, porque el futuro tiene incertidumbre y seguramente, esta será sobre las muchas habilidades y características que hemos desarrollado; conforme pasan los años, algunas van a tomar más relevancia, mientras otras pueden ir quedando rezagadas en el camino.

Este año tuvimos la oportunidad de asistir a un congreso en Dubái, donde presentaron varios proyectos en el marco de una feria denominada Expo 2020, que se enfoca en temas universales asociados directamente a la humanidad.

Uno de los proyectos atrajo mi atención, se trata de la construcción de casas en 24 horas para personas menos afortunadas, con un costo de US$4000 de inversión.

Mostraron un video bien ilustrativo de cómo, haciendo uso de maquinarias y con muy poca intervención humana, se fabrican esos hogares.

Viendo esas imágenes, como siempre me preguntaba dónde estaba el talento humano: arquitectos, ingenieros, albañiles, maestros de obras. ¿Dónde estaban todas esas personas que participan en el proceso de construcción de una casa y que están dejando de ser un valor agregado en este tipo de proyectos?

Claro, de esta forma se reducen costos y se les da bienestar a algunas personas, pero ciertamente a nivel laboral algunas posiciones empiezan a cambiar. Nuevamente viene la adaptación de todos estos profesionales y actores involucrados.

Yo mismo he sido protagonista de estos procesos. Tengo más de 15 años trabajando en la industria de las reuniones y en para estas temporadas, anteriormente necesitaba 80% más personal del que empleo ahora.

Hoy necesitamos a 10 colaboradores para que preparen comida para 1000-1500 comensales, porque contamos con equipos que antes no tenía, como los sistemas de enfriamiento, calentamiento, los hornos inteligentes. Podemos cocinar, enfriar y volver a cocinar, sin que los alimentos pierdan las cadenas de frío. Además, los tiempos de preparación han disminuido sustancialmente. Los chefs y cocineros han tenido que desarrollar otras habilidades como el manejo de la tecnología en la cocina.

Para entender cómo se genera este cambio en el marco de la Cuarta Revolución Industrial es necesario profundizar en el propio cambio y en la manera en que tenemos que adaptar nuestras habilidades a ello.

Según los expertos explican, durante esta revolución se busca incorporar en el proceso productivo, la tecnología del presente y del futuro, cuyo objetivo es aumentar la productividad y el crecimiento económico del sistema e incluso busca el bienestar de los profesionales facilitando los procesos directivos por medio de la data.

Comprender desde dónde se generan estos cambios, (aunque su abordaje podría ser mucho más profundo y tema que da para otro libro completo), y el recorrerlos de manera superficial, nos ayudará a enfocarnos luego en cuales habilidades deben desarrollarse en esta nueva década.

Los cambios que provienen de la tecnología se generan principalmente desde el manejo de datos en 3 líneas gruesas que se entrelazan y que dependen mutuamente de sí mismas, las cuales empezaron a ser usadas en la década anterior, pero su uso alcanzará su mayor desarrollo en esta nueva era.

Estas líneas son el Triángulo del Cambio:

Sensores + almacenamiento de datos + inteligencia artificial.

Número 1. La inteligencia de sensores.

Los sensores fotoeléctricos son ya un jugador activo del cambio, en todo el mundo y se usan en todos los sectores.

Sus usos vienen desde la tercera revolución y tiene que ver con los sistemas de control electrónicos; la tecnología de la información, la electrónica, los robots y el uso cada vez mayor de sensores, permiten la automatización posterior de procesos de producción, montaje y logística.

Pero con la digitalización y la conexión en red de máquinas actuales, los sistemas basados en sensores se profundizan y las nuevas tecnologías permiten fundir el mundo físico y el virtual de la producción y logística, en los denominados sistemas ciberfísicos que vienen evolucionando activamente desde el año 2011, donde las máquinas pueden comunicarse entre sí autónomamente y, de este modo, optimizan los procesos por medio de la conexión en red en el ámbito industrial. Estas adaptaciones ocupan los primeros lugares en la cadena de valor añadido. La comunicación entre equipos y máquinas requieren una variedad de informaciones que proporcionan los sensores, los cuales son imprescindibles para lograr procesos limpios y ágiles. El sensor es la base de todas las muchísimas aplicaciones actuales y futuras.

La diferencia sustancial está en que los sensores clásicos no estaban conectados en red, pero ahora que lo están y proporcionan mucho más que solo datos de medición, la capacidad integrada y descentralizada de cálculo y la programabilidad adaptable, son características importantes que hacen la producción más flexible, dinámica y eficiente.

Número 2. Mayor almacenamiento masivo de datos, a bajo costo y totalmente accesible.

Como ha sido conocido y conceptualizado, en este entorno de digitalización “los datos son el petróleo del siglo XXI” ya que se integran las últimas tecnologías no sólo a nivel operacional, sino directamente en cada parte del proceso de producción en una fábrica, tienda, empresa de prestación de servicios, entre otros.

Así, los datos almacenados y generados por los sensores, de la mano de tecnologías actuales que permite el almacenamiento descentralizado de la información, adicional a conceptos que hacen posible utilizar los datos recabados como el Big Data y Analytics, hacen que el enfoque sea dirigido hacia la optimización de procesos y recursos mediante la recolección y el aprovechamiento de los datos.

Por ejemplo, como consecuencia del uso de sensores que puedan ser conectados a cada parte de una infraestructura, se pueden arrojar datos y cifras detalladas de alguna máquina faltante o que sea necesaria para la operación, y a su vez, estos modelos pueden ser manipulados en simuladores, con el objetivo de prevenir fallas futuras, lo cual ofrece una mayor visibilidad y mantenimiento. Un caso claro sería el funcionamiento actual de los vehículos que, al detectar error en su sistema, pueden identificar qué pieza hay que cambiar antes abrirse, encontrando el problema incluso antes de que este suceda, lo cual permitirá reaccionar a él de una mejor manera para ser potenciado en los próximos años.

Lo anterior generará el crecimiento de conceptos de empresas como: generadoras de datos, empresas tecnológicas, compañías de servicios analíticos, de servicios reguladores y entidades del ámbito académico especializado.

Número 3. Inteligencia artificial estimulada por el análisis de datos.


La inteligencia artificial (IA) tiene diferentes definiciones desde la óptica de quien la vea, para algunos, se limita a la ciencia de hacer las cosas más inteligentes, para otros, es el análisis de datos de forma artificial que generan sistemas de predicciones que tratan de emular y sobrepasar el razonamiento humano; y hay quienes piensan que es una combinación de algoritmos de optimización únicamente, pero lo que realmente altera la cotidianidad a nivel de inteligencia artificial, es que tenemos acceso a más datos, a menor costo, fáciles y ágiles de procesar a través de la interconexión en la nube, lo cual provoca una ola expansiva de distintos tipos de algoritmos e infinitas formas de aplicación.

Entonces, partiendo del Triángulo del Cambio, primero se monitorea una acción a través de sensores, se obtiene información de esa acción y finalmente se toman decisiones en función de la data obtenida.

Eso es lo que representa la Cuarta Revolución y hacia allá es que debemos dirigir la brújula.

El uso de los sensores está transformando la manera en que se desarrollan los procesos. Por ejemplo, los grandes almacenes los emplean para agilizar, localizar y automatizar todo lo relacionado con la mercancía que guardan.

En otros ambientes, los sensores pueden generar los datos (número 1), luego ser subidos a la nube (número 2) para almacenar en internet y luego la inteligencia artificial analiza esos datos (número 3) con algoritmos que desarrollan conclusiones, que son las herramientas requeridas para la toma de decisiones.

El ejemplo más claro e ilustrativo de esta realidad es Amazon Go, una tienda física que se encuentra en varias ciudades de USA y ha sido desarrollada por Amazon para sus colaboradores en el 2016 y para el público en general en 2018.

Básicamente es un supermercado que está parcialmente automatizado, allí los compradores pueden adquirir productos sin la ayuda de cajeros y sin utilizar cajas registradoras de autoservicio.

La tienda es considerada una de las más modernas del mundo, ya que posee una gran cantidad de sensores que registran todo el paso de los clientes por la tienda.

Accesan por una puerta, escanean un código en su teléfono celular con ayuda de una aplicación denominada “Just Walk Out”.

Ingresan al local y comienzan sus compras. Echan sus artículos dentro de una canasta y si los devuelven, se los quitan.

Disponen de un carrito virtual y simplemente al irse de la tienda, pasan por la puerta, escanean su celular y les cobran con la tarjeta vinculada.

Es un juego donde los sensores generan datos, esos datos son almacenados y la inteligencia artificial los interpreta.

De manera general, se puede decir que “los sensores están generando cambios”.

Este ejemplo, no es nada nuevo, es real pero lo que merece un análisis, es ver cómo sin entrar a explotar el 100% del potencial, ya se alteró la realidad de algunos puestos de trabajo de la industria del retail como por ejemplo los cajeros, tomadores de inventarios, incluso puestos indirectos como los que mueven el efectivo del banco al local, entre otros.

Esta tecnología se ha empleado desde el año 2010, pero se prevé que alcance su máximo potencial en la década del 21 al 30.

Las experiencias abundan y al incursionar en este mundo, nos sorprenderíamos de las maravillas que nos ha traído la Revolución 4.0.

Una conferencia me dejó particularmente impactado, al imaginar el potencial creador de lo que el conferencista estaba explicando.

Él nos pidió que visualizáramos un carro fabricado por Apple, pero que Apple no vende.

¡Sí, no has leído mal! Te venden un carro que no existe.

De verdad no podía salir de mi asombro, ante esta aseveración.

Él nos pedía que imagináramos un mecanismo de adquisición que comienza con la compra de la licencia de creación del vehículo, luego la persona se dirige a una tienda de impresión 3D autorizada por Apple, entrega la licencia y ellos imprimen el vehículo.

Y Voilà. Se sale manejando de la tienda.

Cómo cambiaría el concepto de esta revolución, donde ya no compramos un carro físico, sino que podemos comprar la inteligencia detrás de todo el vehículo, para que luego sea impreso.

Este hecho se puede extrapolar a la impresión de piezas para repuestos, por parte de las casas matrices automotoras. Las personas podrían recibir el software, el concepto de la pieza, lo llevan a la tienda para la impresión 3D y salen con la pieza de allí. Por un lado, la empresa de automóviles disminuye sus gastos y tiempos de entrega, pero por otro, las empresas importadoras de piezas ubicadas en China mermarían su producción. De allí la importancia del proceso adaptativo.

De forma básica y muy etérea, todas estas transformaciones están produciendo que el mundo se revolucione y que nosotros tengamos que empezar por adaptarnos.

La realidad es que, así como hay puestos que van desapareciendo, hay puestos que van surgiendo, y por añadidura hay habilidades que toman más relevancia, ya sea las que ya tengamos u otras nuevas que debamos ir desarrollando.

Entonces, frente a este panorama es hora de que te preguntes:

¿Seré yo, el taxista de hace 5 años?

¿Seré yo, el que pasa tocando las ventanas para que la gente se despierte, yo el que estoy prendiendo los faroles en la noche y apagándolos en la mañana, sin saber que luego vendrá la electricidad?

¿Seré yo, el que está limpiando las alfombras cuando el gerente anda en otro país viendo una máquina que puede sustituirme?

¿Acaso seré esa persona que probablemente está en una industria que empieza a ser amenazada por los cambios?

O por el contrario ¿seré la persona que está cambiando, la persona que mira hacia el futuro y observa las posibilidades de transformación y crecimiento?

¿Seré la persona que desarrolla habilidades y características acordes con los cambios de la sociedad, la empresa y mi entorno?

¿Seré el que saca el máximo provecho de cada situación?

¿Qué persona soy?

Como reza el viejo dicho:

“En las crisis unos lloran y otros venden pañuelos”

Porque al final no es lo que vemos, sino cómo lo vemos.

¿Quién vas a ser tú en la industria 4.0?

¿El que llora o el que vende los pañuelos?

Y ahora... ¿quién podrá defendernos?

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