Читать книгу Cuentos con paraguas - Manuel Arduino Pavón - Страница 6
Paragüitas inesperados
ОглавлениеBegonias escarlatas, hongos pigmentados como los que atestaban los bosques de las residencias de las familias del escudo de los Tudor, mariposas y polillas muertas, todo eso llovía ocasionalmente sobre la aldea de K. Y los pobladores de la aldea explicaban el fenómeno por medio de las trombas, del viento arremolinado que arrancaba tantas cosas de la tierra para luego volcarlas sobre la pequeña civilización del valle.
Pero un día comenzaron a llover paraguas. Paragüitas verdes, topacio, color ámbar, de un amarillo profundo. Y la gente se puso a considerar de dónde los habría arrancado el viento. ¿Una fábrica de complementos de muñecas glamorosas? ¿Dónde había una fábrica semejante que dejara los paragüitas al aire libre?
Scotland Yard se ocupó del caso, o lo intentó, o hizo como si lo intentara.
En la carátula del expediente escribieron algo así como “Lluvias ácidas en la aldea de K.” y lo archivaron sin ofrecer ninguna respuesta plausible.
Con el tiempo los aldeanos fueron juntando los paragüitas primorosos y terminaron por abrir una baratija que transformó la región en un vergel turístico. Y ante la evidencia de que las ventas eran espléndidas los aldeanos determinaron que el origen de aquella lluvia no era otra cosa que la voluntad de la Corona. Que el afán de la Reina Madre por subvenir las necesidades de sus hijos menos favorecidos era una bendición caída del cielo.
Mientras llovieran paragüitas coloreados todo habría de seguir en paz y confortablemente.
Sólo se hacía necesario ponerse a esculpir la estatua ecuestre de Su Majestad.