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Natalia
ОглавлениеCasi no recuerdo cómo la conocí, la verdad es que no recuerdo nada de esa semana. Ahora que recuerdo solo fui un día a clases, era la primera semana de clases en la universidad, la semana 0, donde no hay clases y vas a conocer a tus compañeros, se supone. La verdad es que vas conociendo a tus compañeros a medida que pasa el tiempo, a algunos nunca los conoces bien y al resto nunca los dejas de conocer. Pero volvamos al tema, ella era bajita muy linda, de ojos entre café y verde, de piernas anchas y trasero hermoso. Tenía una hija de unos 5 años, había estudiado técnico en párvulos, pero trabajaba en un almacén grande hasta medio día, luego estudiaba con nosotros, nunca llegaba a la hora y había que estarle firmando la asistencia, porque nunca llegaba a la primera clase. Ella fue mamá a los 17 y el papá nunca se preocupó de su bebé, ella estaba criando a su hija sola y siempre peleaba con su mamá.
Ya llevábamos tiempo en la U, ya había grupos de gente y amistades entre algunos, nosotros empezamos a ser 6 el Francisco, el Tomás y el otro Tomás que era Dj, más el Mateo y el Santiago, pero yo era más cercano al Francisco, hasta que se empezó a juntar más con el Sergio, de quien hablaré más adelante, en otra ocasión, por mientras diré que la verdad es que se fue porque le gustaba la droga. A mí rápidamente me conocieron como el bombero, sobrenombre común entre los que compartimos esta vocación.
La universidad se dividía en pabellones con letras, cada una con distintas cantidades de salas, y esas salas divididas en 3 filas de 2 bancos. Un día nosotros nos sentamos en la fila de la derecha como a la mitad de la sala, ella se sentó en la fila de en medio adelante y sola, todo bien hasta que uno de mis compañeros me señala que se le están viendo los calzones, la verdad no recuerdo bien eso, pero al parecer estaba mirando demasiado, porque el Tomás me dijo: —parece que te estás enamorando—. No le di importancia, la verdad no era la primera vez que me decían algo así, pero siempre he tenido la duda, ¿Qué sentirá una mujer cuando ve los bóxer de un hombre? Si se preguntarán lo mismo, pero en relación a una mujer, pues la respuesta es: depende, existen los voyeristas que se excitan mucho con eso, en cambio la mayoría de los hombres es sólo un agrado cuando la mujer a la cual se le ve es rica1, si la encuentran fea, pues es algo casi desagradable, me imagino que con las mujeres es lo mismo. La edad también es importante porque mientras más acostumbrado estás a una mujer desnuda menos te importa.
Un día me fui solo y me encontré al Francisco junto con la Camila, una compañera, solos, yo simplemente me puse a conversar con ellos un rato hasta que me aburrí y me fui, continué por mi camino.
No fue hasta este momento en que ella me empezó a importar. Ya habíamos hablado muchas veces, suficiente como para decir que eran incontables. Habíamos comenzado a hacer un grupo en el que nos íbamos a casa juntos, la Sandra, la Camila, la Natalia y yo. La verdad yo era el último porque la primera en irse era la Camila que tomaba una micro que pasaba con frecuencia, luego la Sandra tomaba un colectivo, y por último la Natalia quien también tomaba un colectivo que siempre pasaba lleno. Había un paradero antes, en donde la Natalia podía tomar el colectivo, a veces lo tomaba ahí, pero con el paso del tiempo empezó a caminar con nosotros, total era sólo un par de cuadras. Un día salimos tarde y quedamos la Natalia y yo solos, nos fuimos como de costumbre, ese día ni ella ni yo queríamos irnos a la casa, así que nos quedamos conversando en un paradero. Al momento de sentarme me cambiaría de lentes de sol a los blancos normales, vi su expresión fue casi como una decepción. Al margen de eso, esa noche me contaría todos sus problemas, los que tenía con su madre principalmente, quien no la apoyaba con su hija ni con los estudios, su madre le había dicho en contadas ocasiones que ella no cuidaba hijos ajenos, así que no salía a carretear2, sólo iba a trabajar y estudiar y finalmente cuidaba a su hija en las noches, nada más. Desde ese día en adelante trataría de apoyarla en todo lo que pudiera, aún no me gustaba, pero era lo correcto. Esa noche tuve que ir a un incendio grande, que me tuvo toda la noche ocupado, luego al día siguiente tuvimos una prueba de matemáticas y después de eso yo sólo la saludé y le dije que me iba. Para mi sorpresa, ella me abrazó.
Desgraciadamente cuando estás en la universidad si empiezas a desaparecer la gente te deja de ayudar, debes también dar para recibir, así que quien terminó firmando la hoja de asistencia cada vez que faltaba a clases era yo, terminado el semestre le daría las gracias a otro compañero, nunca supo que quien más la apoyó fui yo, alcanzó apenas la asistencia mínima para pasar. En fin, nos adelantamos mucho, volviendo a la cronología, un día fue a clases con su pequeña hija, en ese entonces iba en kínder o pre-kinder, ya hablaba a diferencia del hijo de la Camila quien aún usaba pañales, o el de la Sandra que era un poco mayor. Volviendo a la niña, era una verdadera ternurita, hermosa, educada y muy inteligente, ella se sentó al fondo ese día, durante el recreo me acerqué a ambas mientras hablaban con la Sandra y la Cami, lo único que me dijo es que era feo. A la mierda lo de educada. Yo sólo dije —Al menos es honesta—. Y me fui.
La segunda vez que me acerqué a ellas, estaba sentado solo y ella se sentó detrás de mí con su hija, más adelante se nos unió la Cami, el profe nos dejó una tarea, yo aproveché el tiempo para acercarme a la niña, verán me gustan los niños, sobre todo las niñas, pero este sentimiento nació después de conocer a su hija. Empezó a leer unas sílabas, las recuerdo bien eran la /r/ y la /rr/, las más difíciles de pronunciar para los niños, gracias a mi madre me crié viéndola enseñar a sus alumnos a pronunciar las palabras. Así que comencé a corregirle de la misma forma que lo hacía mi madre con sus niños, es difícil la verdad, no me fije en la reacción de la Cami, pero si vi la reacción de la Natalia, era más bien una risa que intentaba disimular. Enseñarle a hablar a una niña fue lo que detonó mi amor por ellos.
Serían varias veces las que llevaría a su hija a clases, siempre jugamos y conversamos, es más, incluso una vez fuimos a comprar y la Natalia dejó que fuera conmigo y la Sandra solos mientras estuviéramos de la mano, la niña me escuchó a donde iba y quiso ir conmigo insistentemente al negocio que está en la esquina cruzando la calle de la universidad, no es que yo lo quisiera, de hecho me puse muy nervioso esa vez, es mucha responsabilidad. Lo que es peor en el negocio se me soltó la niña y empezó a correr hacia la calle y dobló casi llegando a la cuneta, en ese momento sentí en verdadero terror.
Ya era casi final de semestre, me había dejado crecer el pelo un poco, y estaba yendo al gimnasio, recuerdo que hacía frío, no mucho la verdad, con un polerón estabas más que abrigado, pero sin él, bueno, era como para enfermarse. Un día teníamos que hablar con la encargada de becas y beneficios, estaba la Natalia, la Cami y la Sandra, las tres necesitaban ver una beca distinta. La Cami y la Natalia entraron juntas mientras yo jugaba con la niña, y la Sandra sólo me miraba y se reía, mientras a la niña la ponía en mi espalda y girábamos o la hacía saltar y con mis brazos la impulsaba más alto. Al cabo de un rato la Sandra entró y me dejó solo con la niña y seguimos jugando, pero en un momento me empezó a tirar el pelo muy fuerte le dije que parara, siguió, no sabía qué hacer, digo no es mi hija, cómo se supone que le hable, no sé cómo imponerme a un menor de edad que no tiene ningún parentesco conmigo, bueno le hablé más fuerte y la obligué a bajarse de mi espalda, ella reaccionó enojada y se fue a una pared igual como lo hacía el Quico en el Chavo del 8, y ahí se quedó, no se puso a llorar, pero hizo la misma acción. Fue extraño eso la verdad, jamás había sentido esa sensación de dolor al tener que ver esa reacción de un niño molesto, así que fui y le expliqué que podríamos seguir jugando mientras no me tirara el pelo que a esas alturas ya estaba algo largo. Fue un rato largo la verdad el que estuvimos solos, cuando salieron las 3 ya era de noche, y nos fuimos como de costumbre, la verdad todo tranquilo, pero en un momento las mujeres se separaron de nosotros, en ese momento la niña me preguntó—¿Tú qué eres de mí?—, Quedé helado, solo atiné a decirle —soy tu amigo, somos amigos—. Era lo único que le podía decir. Luego de eso empezó a gritar —¡mamá, mamá!—. En ese momento me llamó la atención lo poco interesada que estaba la mamá de su hija, quién parecía más una adolescente hablando con sus amigas que una madre. En fin después de ese grito yo les dije —oigan chiquillas3, espérennos que ella tiene las piernas más chiquititas—. Ahí recién se dieron cuenta que nos había dejado atrás. Bueno, después de eso cada uno se fue para su casa. Si antes estaba encariñado, bueno después de eso ya estaba seguro de lo que sentía, al menos por la pequeña.
No recuerdo cómo o por qué, tampoco sé si la cronología de esta parte está bien, si fue antes o después del próximo punto aparte, lo que sí recuerdo es que recién nos habíamos cambiado de la casa de mi tía, cuyo problema ahondaremos más adelante, pero caminamos desde la U hasta mi casa, ahora en el centro de la ciudad, como a media hora a pie, conversando de la vida, esto ya lo había hecho muchas veces, antes tanto con la Sandra como con la Paula, otra amiga de la universidad que no formaba parte de nuestro grupo pero aún así la estimaba. Otra cosa que deben entender es que, si bien los 4 nos íbamos juntos, teníamos en la sala de clases grupos de amigos distintos. El caso de la Natalia era más complicado ya que siempre faltaba. Ese día, como ya dije, no recuerdo cómo o por qué fue a mi casa, y en mitad del camino le dieron ganas de orinar, tuvimos que ir casi corriendo a la casa, pero alcanzó a llegar, mientras ella estaba en el baño llegó mi madre y la conoció, hablamos un rato, le ofrecí bebida y no quiso, y después iríamos a hacer un trámite del cual no recuerdo nada. Terminado el trámite la invitaría a tomar un café, al principio dijo que no, pero al insistir dijo que sí, habló mucho de sus problemas yo solo le di fuerzas y tomé su mano en señal de que podía contar conmigo, si pasaba algo más por su cabeza, mejor para mí.
Una vez de vuelta en casa, mi madre sólo tenía palabras bonitas para ella, que era linda, que era inteligente, en fin, todo bien hasta que se enteró que era madre soltera. Me advirtió que ni siquiera intentara tener algo con ella, la razón es básicamente que no confía en las mujeres que tuvieron hijos antes de salir del colegio y ahora son madres solteras. Mi madre la juzgó sin siquiera conocerla.
Llegarían los exámenes de fin de semestre, recuerdo que salimos de un examen en las salas del pabellón C al fondo de la sede, yo salí después que ella, no sé cómo o por qué, pero se devolvió corriendo y saltó a mis brazos y quedó aferrada a mi como un koala al árbol. En el último examen en el cual yo llegaba necesitando mayor nota que todo el curso, fui el primero en terminar y me saqué un 6.24, ella se sacó un 5.0 y estaba muy feliz por haber pasado el ramo, y de nuevo saltó hacia mí y quedó aferrada como un koala.
Llegaron las vacaciones, nos fuimos a descansar, a ella unos días antes le compraron un celular nuevo, fue a la U y empezó a pedir los números de todos, adivinen con cual empezó, así es, pediría el mío primero, el detalle es que por ese entonces no tenía un Smartphone, más bien era un celular antiguo que sólo llamaba y recibía, nada de aplicaciones o juegos, en fin. Pasó como una semana para que me animara a llamarla, fue después de un rescate que tuvimos, ese día vi mi primer cadáver, no estaba choqueado, muchos no comen en días después de eso, pero a mí no me afectó tanto, si estaba algo diferente, más callado, en fin, la llamé y le expliqué lo que pasó.
A la semana siguiente volvería a llamarla, esta vez no contestó, pasaría lo mismo la siguiente vez y la siguiente hasta que llegaría el día de volver a clases.
Durante las vacaciones tienes la obligación de matricularte, aunque la verdad muchos se matriculan atrasados o durante la primera semana de clases, yo me fui a matricular antes, fue la primera semana de vacaciones, mi madre y yo tuvimos una fuerte pelea antes de cambiarnos de casa porque quería que postulara a una beca a la cual yo no calificaba. En Chile, salvo una beca, el resto de ellas no te las dan por ser el mejor como en otros países, te las dan por ser pobres, en pocas palabras mientras menos tienes más beneficios te dan, esto se repite en salud, vivienda, etc., siendo mucho más conveniente ser pobre que intentar salir adelante. Siguiendo con el tema después de la pelea que tuve con mi madre ella decidió hacer los trámites de la beca y fue a llorar a la JUNAEB5 para que se la dieran, mi madre con sueldo de profesora ganaba demasiado como para postular, aun así, fue a pedir ese beneficio, frente a una apoderada de uno de sus alumnos. En ese momento no lo necesitábamos, después del cambio de casa se volvió un salvavidas. Bueno gracias a ese trámite nos cubrieron los meses que ya habíamos pagado, así que nos devolverían el dinero. El trámite era simple, saqué número y fui a finanzas, en medio de la espera me puse a caminar en círculos cuando volteo y veo a una mujer de mi edad mirándome perdidamente, rápidamente abrió los ojos de forma gigantesca y voltearía, yo sonreí y deje de mirar, volví a mirar y de nuevo me estaba mirando y volvió a voltear. No me volvió a mirar después de eso. Luego se iría y yo entraría porque era mi turno, fue una larga tarde, tuve que esperar al idiota que me atendería 4 horas, paso 3 veces por al frente mío, atendería a sus amigos y a mí no.
Llegado el primer día de clases la Natalia no apareció. Me sentí muy mal la verdad, no me contestaba las llamadas y no aparecía en clases creí que no volvería, estaba en el balcón del edificio B cuando al fondo de la sede estaba ella, con su pequeña hija haciendo un trámite en becas y beneficios. Casi corriendo fui a saludarla, yo estaba feliz. Me explicó lo que había pasado, ella tuvo una pelea con su madre que involucró a su hija lo que detonó una discusión aún peor, resultado; ella se fue de la casa con su hija y arrendó una pieza en una población que está detrás de la universidad. Ese día compartí mucho con la niña mientras la mamá hacia la fila para matricularse. Corrimos, saltamos y le hice hartas cosquillas, hasta besos en la mejilla le di, estaba muy feliz ese día. También me di cuenta de cómo te miran las mujeres alrededor cuando juegas con un niño, es extraño, es como cuando los hombres vemos a una mujer con senos enormes. Volvimos a la fila para estar con ella que estaba conversando con la Cami en ese momento, y en una muy pequeña escalera, se cae la niña de un peldaño a otro, no pasó hasta abajo por suerte, pero si recuerdo que todos reaccionaron como si se hubiera roto la cabeza (exagerados), entre la mamá y yo la consolamos, La Cami y la Sandra que también son mamás ni se movieron, creo que de inmediato se dieron cuenta que no era para tanto y se nota que ya le ha pasado antes. La niña estaba muy activa, y la mamá no entendía por qué, yo me fijé en la bolsa de dulces que tenía y de inmediato pensé en exceso de azúcar en el cuerpo. Después de eso nos iríamos a la casa como siempre. Ese día nos dijo por qué calle era donde vivía, pero no fuimos hasta allá.
Ya llevábamos como 2 semanas de clases y comenzaría a alejarme un poco de mis amigos hombres, en cambio a las niñas con las que salíamos de clases nos juntaríamos aún más, excepto por la Natalia que faltaría cada vez más, ya que me estaba alejando de mi grupo de amigos, me sentaría adelante, en la fila de en medio, fue ahí donde conocí a la Macarena, una rubia bastante guapa, de ojos verdes y deportista, con ella y sus amigas comenzaríamos a ayudarnos a pasar el ramo de física mecánica, que de paso ella estaba dando por segunda vez, fue el único ramo que reprobó en toda la carrera. Mientras la Natalia brillaba por su ausencia, y las pocas veces que ella iba estaba perdida. Yo recién estaba conociendo a la Macarena, cuando nos fuimos los 4 de siempre más la Claudia, una compañera que se nos unió ese semestre, la cosa es que la Natalia no paró de molestarme con mi nueva amiga rubia, me dijo de todo en tono de broma, fue tanto que yo en un momento le dije —oye ¿acaso estás celosa?—. Todas quedaron en silencio y a la Natalia se le borró la sonrisa de la cara sólo para decir —no—. Creo que esa fue su última clase de física mecánica, siempre era a primera hora, y nunca llegaba a esa clase por su trabajo, también fue la penúltima vez que nos iríamos juntos, desde ese día un tipo en un colectivo la pasaría a buscar y a dejar a la universidad.
Dedicaré este párrafo únicamente para la hablar de la Macarena con quien ya no tengo contacto, verán en la carrera que estudié me llevaban un año de ventaja 3 amigos de la compañía, el Vicente, el Rafael y el Víctor quien estaba estudiando en la vespertina. Además de eso tanto Agustín como Maximiliano fueron profesores y compañeros de compañía conmigo, nunca me regalaron una nota, pero si me exigieron más. Ella los conocía a todos exceptuando al Víctor, al que más conocía es al Vicente con quien se juntaban a carretear6. A ella le gustaban los bomberos y hacía campaña benéficas para la Teletón en ese entonces, bueno todo bien, excelente la verdad. La triste realidad es que si bien nos llevábamos bien, y más de alguien me dijo que aprovechara la oportunidad e intentara algo con ella, que me la jugara7, no lo hice. Estaba totalmente enamorado de la Natalia.
Llegaría el último día en que nos iríamos juntos, no sé qué clase tendríamos, pero recién estaba comenzando el semestre, estaba sin la niña, no iba a su casa así que me acompañó hasta más lejos para tomar el colectivo, ahí aproveche para decirle lo que sentía por ella y ver qué pasaba. Su reacción fue de disgusto, pero al mismo tiempo de no querer herir a nadie, al cabo de un rato se fue. Recuerdo en el pasado que me habían dicho que no, pero a la segunda o tercera insistencia te terminaban diciendo que sí, así que tenía 2 opciones, o rendirme o seguir. Mi problema es que estaba enamorado así que solo veía una opción, seguir. Hay que ser claro, ella dijo que no, de aquí en adelante es un manual de lo que no hay que hacer.
Se acercaba la primera prueba de física mecánica, si bien no podía asegurar que me iba a ir excelente, estaba mejor preparado que muchos. En eso me llama la Natalia para pedirme que por favor la ayudara a entender la materia, bueno cómo le iba a decir que no, así que vendría a mi casa. Ahí estuvimos después de clases como 2 horas tratando de entender la materia. Convengamos que en 2 horas no aprendes la materia de 1 mes, es imposible. La clase anterior a la prueba me llegó al último la asistencia, a un costado aparece la asistencia acumulada que llevas durante el semestre, ella solo tenía un 9%, no soy experto en matemáticas pero se calcula entre 2% y 3% por clase para ese ramo, yo le había firmado unas 2 o 3 veces más no, sumado a la vez que fue a clases bueno, llegué a la conclusión de que nadie más la ayudó con la asistencia y para que recurriera a mí para que le enseñara la materia, bueno prefiero pensar que ella confiaba más en mí que en la gente con la que se juntaba. Ese día en mi casa me contó del sujeto del colectivo, que era solo un amigo que la estaba ayudando, que alguna vez fueron algo, pero él la engañó, además la pasaba a buscar al trabajo y la dejaba en la U y se llevaba a la niña y la dejaba con una tía, luego de eso las pasaba a buscar a las 2 para llevarlas a casa, además la ayudaba a pagar el arriendo de la pieza, dijo que habían hecho un trato, pero no me quiso decir cuál. Al día siguiente fue la prueba, le fue horrible, no la volví ver en física mecánica.
Pasaron los días y cada vez nos veíamos menos, un día que hacía frío llegó atrasada a clases, ya era septiembre, su hija estaba durmiendo y se despertaba de malas, yo no entendía la verdad, debí cerrar la boca, pero muchos empezaron a hablar y yo dije – no quisiera ser la mamá esta noche –. Pensando que cuando despertara no iba a haber forma de cómo dormirla. Me equivoque, la niña estaba enferma, llegado el recreo fui el único que se acercó a ella, estaba helada, pero la frente le hervía y tenía las mejillas rojas, le pregunté por un chaleco y me dijo que no tenía porque el que llevaba se le mojó, así que le pasé mi polerón que finalmente se lo puso encima. Algo que tienen que entender es que mi polerón es una imagen fuerte, es del disco de Cannibal corpse “Tomb of mutilated”, por su traducción, “La tumba de los mutilados”. Ahí entenderán por qué la mamá no quería que la niña lo usara. Digamos las cosas como son primero lo uso de manta, luego se lo enrolló en el cuello, y finalmente ya en la calle con todo el viento helado en contra se lo colocó como corresponde. Ahora el que estaba cagado8 de frío era yo. Llegamos a la calle donde vivía, donde tendría que caminar más y nos separamos, le dije que se quedara con el polerón, que la niña iba a empeorar si se lo quitaba, que otro día me lo devolviera. En Arica no hace tanto frío, pero el viento hace que la sensación sea mayor. Las niñas después me molestaron en referencia al frío —¿Pa´9 que se lo prestaste? Si te ibas a morir de frío—. Me dijo la Sandra, a lo que respondí —Lo importante es la niña, a mí no me va a pasar nada, a ella sí—. Díganme si estoy equivocado—. La mayoría de los hombres pasa su polerón de calientes, dadas las circunstancias no sé si lo mío aplicará, por último, dónde mierda estaba el tipo del colectivo.
Desde ese día dejó de llevar a la niña a clases, una pena para mí, pero necesario, era común verla entrar y salir de ese colectivo, en algunas ocasiones el tipo subía y la invitaba a comer y faltaba a clases, clases que por lo demás cada día era más difícil que llegara a la asistencia mínima para aprobar, y nadie la ayudaba, bueno una vez es ayuda, el resto es abuso.
Un día que salimos tarde ella iba cargada, estábamos la Cami, la Natalia y yo y una amiga de su grupo que también se llama Paula, una mina10 desagradable y fea que los compañeros le pusieron la cara de caballo. Bueno no me cabe duda que a ella le ha ido mejor en el amor que a mí. La Paula fue la primera en decir que nos fuéramos, la Natalia dijo que se iría por el otro lado de la calle, le salía más corto, en ese caso le dije a la Cami que nos fuéramos, y ella respondió – no, ándate tú con ella, ayúdala con sus cosas –. Volteé la mirada hacia la Natalia y me miraba con una sonrisa encantadora, a lo que dije “no”. – a bueno, vámonos entonces –. Aún me arrepiento de no haber tomado esa oportunidad, ¿en qué estaba pensando? ¡Ah! sí, recuerdo, en el tipo del colectivo.
Antes de las vacaciones de septiembre uno de los profesores nos dejó un trabajo, a simple vista se veía fácil, no quiero entrar en detalles de qué se trataba, pero el informe todos lo tuvimos mal por no saber leer. Tuvimos que hacerlo de nuevo y preparar en grupo una presentación. Por esas cosas de la vida quedé solo con un tal Francisco (no con el que me juntaba), y decidí agregar al Santiago que no fue a clases e iba a quedar solo también, por último, quedaba la Natalia, el trabajo era de a 4 personas, el grupo con el que siempre se juntaba eran precisamente 4, así que no había espacio para ella que de paso también faltó ese día. Al día siguiente no fue a clases y comenzaron las vacaciones del 18 de septiembre11, al que alcancé a avisarle fue al Santi, a la Natalia le mande un mensaje por Messenger. Recuerdo hacerle muchas preguntas al profesor y asesorarme con un experto en la materia, un compañero de la compañía.
Lo primero fue crear un grupo de conversación en Facebook, (recuerden que mi celular no tenía aplicaciones), ahora conocido como Messenger, y les comunique que estaba empezando el trabajo y que reunieran información para luego juntarnos y hacer el trabajo antes de la fecha de presentación. Pasó el fin de semana y nadie contestó, bueno, tenía que hacerlo de alguna forma. Me tocó guardia ese 18 de septiembre, que consiste básicamente en pasar la noche en el cuartel, no necesariamente despierto, pero tienes que ser el primero en subirte al carro, entonces aproveché el tiempo para hacer mi tarea trabajando toda la noche, en algunas ciudades es común que estas fechas sean conflictivas, sobre todo en los rescates vehiculares, bueno Arica es la ciudad con más carabineros por persona en Chile (tengo entendido), por el hecho de ser límite fronterizo, los controles son muchos y es una ciudad chica, por lo cual hay que pensarlo 2 veces antes de tomar y manejar, esa noche por suerte fue tranquila. Trabajé de corrido hasta las 17:00 del otro día, llegué a la casa muerto, pero terminé.
Del resto de mis compañeros no supe nada hasta un día antes de la entrega y presentación, precisamente el primer día de clases de vuelta de vacaciones de septiembre. La primera en hablar fue la Natalia preguntando
—¿Para qué es este grupo?—.Y el Santi respondiendo
—No sé, yo lo vi no más pero no cacho12 —. Menos mal que le avisé al weón13, pero la guinda de la torta fue el Francisco quien agrega
—Chicos este es un grupo para hacer el trabajo de clases, hay que buscar información—. Y manda una carpeta con algo de información.
“Dios mío” y el trabajo se entregaba al día siguiente. Así que mandé lo que tenía y les dije básicamente que lo leyeran y se lo aprendieran porque “mañana se diserta”.
Bueno, al parecer fui esa vez el único en el curso que se le ocurrió preguntar al profesor qué había que hacer (fue la única creo, porque siempre fue al revés), lo que es peor sólo yo (no quiero decir nosotros porque sería una gran mentira) estaba listo para disertar. La cosa es que a la Natalia y a mí nos estaban preguntando acerca de la materia y yo tuve que admitir que me asesoré con un amigo experto en el tema, el Maximiliano, sí, el mismo compañero de compañía que hacía clase a los más avanzados, y en eso la Natalia pregunta —¿Quién es Maximiliano?—. A lo que respondí —Se nota que no leíste lo que te mandé, si no sabrías quien es Maximiliano—. Y me fui para no empeorar las cosas. El profesor respondió dudas en esa clase, no disertamos. Fui el primero en salir con el Santi y el Francisco, la Natalia se quedó esa vez, todos tenían dudas menos yo. No recuerdo quién de los 3 me recriminó que debí mandar antes la presentación y el informe, para que pudieran aprendérselo, imagínense.
Pasó una semana, llegó el día y la Natalia no llegaba, llegó para variar tarde, después de que saliera el primer grupo sorteado, no se demoraron ni 5 minutos en exponer, tenían como 10 diapositivas, las mías eran 60.
—Por llegar tarde le toca a usted—. Le dijo el profesor y agregó —Señorita Natalia… sola—.
Quedé para adentro14 y miraba al Santi sorprendido, claro que él no le dio importancia, como él no se esforzó en el trabajo, bueno, creo que debí hacer lo mismo. Recuerdan que la Natalia se quedó en la sala, bueno lo hizo para decirle al profesor que no quería trabajar con nosotros y hacer el trabajo sola. Todo bien, excepto que no nos dijo nada a nosotros. El Francisco rápidamente la sacó de la portada antes de que nos tocara nosotros. Yo sabía que aun teniendo nuestro trabajo en su poder no le iba a ir mejor que a nosotros, bueno, le fue peor que al grupo anterior. Saldría un tercer grupo que tampoco satisfizo el gusto del profesor y se mandó un discurso, enfatizando el hecho de cuando uno no sabe tiene que preguntar y el único que preguntó hasta hartarlo fui yo, dicho esto me preguntó si podía salir a exponer, a lo que asentí. Mi presentación era larga, así que había que hacerlo rápido, y me presenté y comencé; estaba hecho una máquina, casi parecía que no respiraba, fue tanto que llegué a la mitad sin darme cuenta que no estaba dejando hablar a mis compañeros. Le di el paso al Santi que comenzó bien y luego le daría el paso al Francisco quién se puso muy nervioso y comenzó a sudar como puerco, no logró hilar 3 palabras seguidas en una oración, de nuevo me tocaría a mí y finalmente el Santi de nuevo.
—Eso era lo que quería—. Dijo el profesor al finalizar la presentación —pero está muy largo, son 60 diapositivas, mucho—. Agregó.
Bueno, este … que …, tiene razón ¿no? Dejó la ronda de preguntas para la siguiente clase. Pero ya todos sabían de qué se trataba el tema y cómo hacerlo. Jamás pero jamás volvería a destacar tanto en una clase como ese día. Del Francisco no supe más. Debería dejarlo hasta aquí, final feliz, bueno este es sólo el comienzo y no, no hay final feliz.
Acá es cuando me transformo en el villano de la historia, si una feminista lee esto dirá que es agresión lo que hice, no estoy orgulloso, pero es la verdad, lo más cercano a la realidad que recuerdo, ya que perdí todos esos mensajes hace tiempo, al olvidar la contraseña del Facebook antiguo.
Si bien estaba contento por haber hecho un buen trabajo, más encima después de que me dejaran solo en la sala y mis compañeros de grupo no hicieran nada, bueno, la satisfacción personal era casi el triple. Pero había un problema, seguía enojado con la Natalia y mucho. Ya era hora de dar vuelta la página y decir basta, entonces tomé mi computador y comencé a escribir de todo. Frases como “no podí15 ser más mal agradecida” se repetían, hasta garabatos le escribí en un par de ocasiones, me desahogué. En ese momento pensaba que primero, si te agregan a un grupo en el que estabas sola, mínimo deberías interesarte en el tema, segundo, si ya derechamente te hicieron el trabajo mínimo deberías leerlo, y por último no puedes dejar el grupo botado sin decirle nada a nadie, eso era el colmo. Si se preguntan por qué se lo escribí en vez de decírselo a la cara, bueno ¿en qué momento?, siempre faltaba a clases, de hecho, faltaría toda la semana hasta la nueva fecha de presentación y ya que en su pieza no tenía internet, tampoco vio el mensaje hasta que ya faltaban horas para la presentación, lo sé porque en ese entonces Messenger ya te avisaba cuando los mensajes habían sido leídos.
Llegó el día de las preguntas para mí, el resto expondría con su respectiva ronda de preguntas, el profesor casi me pilla esa vez, pero no pudo. Estaba en la ronda de preguntas cuando veo la cara de la Natalia en la puerta de la sala, que en medio tiene una ventana para mirar hacia adentro o afuera. Vi su cara y supe que ahora sí había visto el mensaje, no cabía duda, terminé de responder y me senté y vi como mis compañeros pasaban adelante, de la Natalia, bueno ni me habló. Cuando llegué a la casa vi su respuesta y no apacigüe las cosas, le respondí. Me respondería una segunda vez y yo decidiría no responder, de todas las cosas que dijo solo recuerdo una frase “Confundiste la amistad”.
Curiosamente si antes solo quería a la niña, ahora quería a ambas y mientras más pasaban los días más me gustaba, eso de que mientras más mal te traten más te gusta aplica para mí. Comencé a no dormir por las noches, sólo pensaba en ellas. Un día me tocó guardia, no dormí nada hasta pasadas las 3 que sonaron los tonos, por suerte no era para nosotros, el Lucas, un compañero de la compañía diría
—Estaba durmiendo súper bien—. Y yo le dije:
—¿Quién como tú? Yo no puedo dormir nada—. A lo que el Leonardo me preguntó:
—Chino16—(así me conocen en la compañía).—¿Estás enamorado?— Yo sólo dije:
—Parece que sí.
En ese entonces dormíamos en literas, debajo mío estaba el Carlos, quien comenzó a decirme que la olvidara, que ya iba a pasar y que por favor dejara de moverme porque no lo dejaba dormir. Ya que no dormía en las noches pasaba de largo en las mañanas, durmiendo hasta tarde, mañanas que ocupaba para ir a entrenar, en pocas palabras estaba entrenando menos.
A uno de los profesores se le ocurrió hacer un viaje al pueblo de Chapiquiña, al interior de la cordillera, donde hay una pequeña central de energía hidroeléctrica, también pasaríamos primero a una planta fotovoltaica que queda al costado de Quiborax, la Natalia iría a esa salida y se juntaría con su grupo de amigos, yo estuve todo el viaje preocupado de la Paula que se había enfermado, algo que acá le llamamos puna. Puna significa básicamente tierra del altiplano, pero en Arica y en todo el norte del país, también se le conoce como una enfermedad en la cual la altura geográfica te afecta a la respiración, por el hecho de que a mayor altura geográfica hay menos oxígeno, y por ende a la frecuencia cardiaca aumenta, y comienzas a sentirte mal. Eso no impidió que no aprendiera del viaje, el problema es que la Natalia intentaba sacarme celos como fuera. Se abrazaba con mis compañeros y me miraba de forma provocativa cada vez que lo hacía. Llegado la hora de almuerzo me senté en la última mesa, ella en la anterior, con vista directa hacia mí. Me empezó a mirar con un odio y de repente dejó de hacerlo. Cuando ya veníamos de vuelta, a medida que bajábamos, la Paula se empezó a sentir mejor. En un momento el profesor me pidió que pasara un desodorante ambiental por la micro que nos llevaba, cuando pasé por su asiento estaba durmiendo con la cortina abierta, aproveché de cerrársela, estaba todo el sol llegándole directo. Aun enojado trataba de protegerla.
Después de ese viaje, mi padre me compraría un teléfono celular nuevo, según él, para que estudiara, bueno al fin tuve WhatsApp, y Messenger en el celular y le mostré los mensajes a la Sandra, me apoyó mucho durante ese tiempo, a pesar de que con quién siempre me iba era con la Cami, a quién no le dije nada.
Muchos dirán que esto es exagerado, que es de película, y tal vez no me lo crean, pero de verdad pasó así. Llegaría otra noche de guardia, la mente te juega malas pasadas en ciertas circunstancias, esa noche tenía rabia por todo lo que había pasado y deseaba que ojalá se le quemara la casa, que es como lo peor que te puede desear un bombero. Me dormí, eran pasadas las 4 de la mañana, estábamos Fernández, el Lucas y el Leonardo en la guardia, y sonaron los tonos, un incendio. Lo primero que pensé, lo primero que vi en la oscuridad fue la cara de la Natalia, y pensé “no, por favor no”. Hay que tener mucho cuidado con lo que pides, se te puede hacer realidad. Rápidamente nos levantamos y nos vestimos. No fue hasta que estaba dentro del carro que pregunté la dirección del incendio, era cerca de mi casa en el centro, no de la de ella, me quedé más tranquilo y me pude concentrar en mi trabajo. También sería la primera vez que entraría a un siniestro con la manguera en línea de ataque, siempre me tocaba ser el que lleva el bichero o ingresar cuando lo peor ya había pasado, al menos en incendios grandes. Ese día con la adrenalina y hacer lo que a uno le gusta me pude despejar, ir a un incendio es mejor que mil fiestas en ese sentido. Ese día también aprendí que es mejor luchar por tus sueños que perder el tiempo en bares y discoteques, hacer lo que a uno más le gusta llena más el alma y despeja mejor la mente que cualquier fiesta que puedas tener. Tiempo después me quedaría de guardia permanente en la compañía, pero eso fue después de terminado el capítulo de Camila
Después de esa emergencia comprendí que no sacaba nada con estar peleado con ella, que debía dejar mi orgullo de lado, que aquello que más quería en este mundo era a ella y a su hija. Pero como arreglar lo que ya estaba roto. Así como le hice daño, trataría de arreglarlo y le contaría lo mucho que me arrepentía y además le conté lo que pasó en la emergencia. Me perdonó en un largo texto en el que me decía que parecía que yo estaba enamorado de ella. No le quise responder, solucionaríamos las cosas en persona.
Al día siguiente conversaríamos en el recreo, recuerdo que terminamos antes la clase y quedó un recreo de por lo menos media hora, de lo único que hablamos fue de sus problemas, en un momento le dije:
—No te has hecho las preguntas correctas.
—¿Y cuáles son las preguntas que me debería hacer? –. Me preguntó.
—¿Alguna de las decisiones que has tomado ha mejorado tu vida?
Esa pregunta es de la película América X y al igual que el protagonista, la Natalia se fue a las lágrimas que rápidamente contuvo respondiéndome.
—No.
Estábamos en público, no podía seguir llorando. Ese día le dije que por ningún motivo dejara la Universidad y que no faltara más. Ella me aseguraría que no lo haría jamás. También de aquí en adelante le insistiría en que arreglara las cosas con su madre, ella era lo único que tenía, eso y su hija.
Por esos tiempos me dio por cambiar mi forma de vestir, fui a distintas tiendas de ropa y compré vestimenta más normal, para todos fue una sorpresa – conociste los colores –. Me dijeron muchos, en fin, con el paso del tiempo este cambio para mis amigos de la compañía fue más sorpresivo y una vez que todo pasara me preguntaron si fue por una mina17 y si lo preguntan, no, a ella no le llamó la atención mi ropa nueva.
Un día con la Sandra tendríamos que ir a su casa a dejarle unas guías, el problema es que no sabíamos dónde vivía, la verdad es que yo ya intentaría buscar su casa en un momento sin encontrarla y ella siempre se quejó de que no la íbamos a ver, esta vez llegamos con la ayuda por celular de la Cami a una casa algo maltrecha. Llamamos y salió una señora que nos confirmaría que una tal Natalia vivía ahí, en la pieza de al lado de ella, junto con su esposo. Sí, así dijo, la Sandra me diría que tal vez era porque el tipo pasaba en la casa y ella preferiría que las cosas se dijeran de esa forma.
Un día mientras estaba en la compañía, justamente estábamos hablando de los problemas con las mujeres y yo conté una parte de lo que me había pasado, estaba en eso cuando recibo una llamada, era la Natalia, me llamaba para saber cómo se hace RCP, algo que nos enseñaron en la U, pero me extrañaba que me lo preguntara, supuestamente era para la U, pero ese ramo ya lo habíamos aprobado el semestre anterior, le respondí y le pregunté si estaba bien, solo me dijo sí y se despidió. Esa fue la primera de varias llamadas sin sentido que haría.
Por una o por otra razón la amistad se diluiría ya que ella seguiría faltando a clases, se empezaría a juntar con la Emilia, más conocida como la minera, eso porque tenía un pololo18 que trabajaba 7x7 en la mina, cada vez que el pololo estaba en la ciudad ella desaparecía de clases, también era famosa por saberse el cahuín19 de todos. Este también fue el momento en el que me enteraría de lo que se veía venir, ella no me lo dijo, pero estaría pololeando20 con el tipo del colectivo.
Mientras yo seguía con mis problemas, mi amiga la Cami no lo pasaba mejor; hace un mes atrás en ese entonces se le murió su abuela y ahora se le moriría el abuelo. Apenas me llegó el mensaje la llamé, entre llantos se escuchaba a alguien muy mal, así que de inmediato la fui a ver, al llegar me encontré a alguien mejor de lo que se escuchaba, estaba con el pololo y me sentí algo más que incómodo, como si no debiera estar ahí, en fin mis intenciones eran buenas. Esa noche era la fiesta de la compañía a la cual no quería asistir y finalmente no fui. La llamé por si acaso y le pregunté si quería que la fuera a ver, a lo cual respondió que no.
No me encontraba bien anímicamente así que salí a dar una vuelta en la bicicleta, una larga por toda la costa de Arica. Antes de eso le mandé un mensaje a la Natalia, ya no recuerdo qué decía, la cosa es que estuve pedaleando como 3 horas ya que iba haciendo turismo, paraba y tomaba fotos a cada rato, la cosa es que iba de vuelta y aún no tenía respuesta del mensaje. No sé por qué, pero de nuevo sentía que la cabeza me iba a estallar y de nuevo comencé a escribir estupideces, esta vez sin la más mínima provocación. Recibiría una respuesta mientras terminaba de escribir que decía algo así como —oye estaba ocupada—. Bueno tuve que disculparme de nuevo.
De aquí en más, la relación se diluye y diluye lentamente, ella ya estaba reprobando todos los ramos excepto 1 en el cual le tenía que ir bien en el examen, así que en vez de estudiar, llevó un torpedo21, el cual lo usaría en la prueba. Yo salí de los primeros muy confiado, ella salió casi última y me contó que la Emilia se sentó delante de ella y descaradamente le comenzó a pedir las respuestas, entregó la prueba y se fue, el profesor se dio cuenta de la situación y no le quitó los ojos de encima, después de eso, no pudo copiar según ella. Yo pienso que si tienes tiempo para dar respuestas tienes tiempo de agregarlas a tu prueba. A la clase siguiente entregaron los resultados, me llamaron para decirme mi nota que estaba en una hoja con la de los demás, aproveché de ver la suya, le fue horrible. Hizo lo que parecía imposible, reprobar un examen con las respuestas en la mano.
Entre medio de todo este asunto, con la Sandra y la Cami organizamos una junta para vísperas de navidad, en la cual la Cami nos facilitaría su casa y yo les iría a cocinar una lasaña e intercambiaríamos regalos. Lo curioso es que al bestia que les habla, se le quedaría el regalo en la casa. Pensé en todo lo que tenía que hacer y se me quedó lo más importante (Aweonao22).
En fin, la lasaña quedó genial, a pesar que a la Sandra no le gusta la cebolla y la Cami se la come como si fuera una manzana. Bueno mientras yo partía la cebolla llorando por el ardor la Sandra no perdió la oportunidad de molestarme con la Natalia, momento en el cual la Cami no estuvo presente. En eso llegaría la hermana mayor, la Isabel. Después de saludarnos, la Cami me apunta con el dedo mientras su hermana se iba de la cocina y me dice:
— ¡Cuidado!, ¡ni se te ocurra jotearla23!—. Yo boquiabierto pregunto:
—¿Y ahora yo qué hice?—. La Sandra me mira y me dice:
—Te conocen—. A lo que la Cami agrega:
—Ya te dije.
Tuvimos problemas para prender el horno así que la Isabel nos ayudó, una vez el horno encendido sólo había que esperar, yo aproveché el tiempo para lavar toda la loza que había ocupado. No recuerdo si fue mientras comíamos o antes de que comiéramos, pero en un momento mientras conversábamos los tres la Cami me dice —mi hermana se hizo un tatuaje nuevo, ¿quieres verlo? — “Ya”, Contesté. La Isabel… se pone frente a mí, se da vuelta, se inclina un poco levantando su cola y se levanta la blusa mostrando en su espalda su tatuaje nuevo. No les voy a mentir lo único que recuerdo del famoso tatuaje es una mancha entre naranjo y rojo, yo de inmediato me di cuenta del pequeño detalle de que me estaba mostrando el poto24, a lo cual sorprendido y con unos ojos gigantescos voltee mi cara a ver a la Cami, a lo cual ella dijo —¡mira!, ¡mira!—. Algo desilusionado de la situación volví a voltear la mirada hacia la Isabel y la Cami me dice —sigue viéndolo—. Y yo digo —ya lo vi, está bonito—. Después de eso la Isabel se iría y hablaría con la Sandra en privado y no sé qué se dijeron.
Después de eso llegaría una amiga de la Isabel, se tomaron una taza de té en el comedor y en eso me quedé con la Cami en la mesa de la cocina mientras estaba con su hijo, quien aún andaba en coche, sacó un globo de Mickey Mouse y empezó a tratar de imitar la voz del personaje de la televisión animada, a lo que yo acoté —así no se hace—. En eso entra la amiga de la Isabel y yo tomo el globo y comienzo a imitar la voz del ratón, hecho esto la amiga de la Isabel diría sorprendida —le sale igual—. Al sacarme el globo de la cara la Cami me dice —sigue, no viste su cara, llegó a saltar—. Hecho esto volví a tomar el globo y seguí haciendo esa chillona voz. Algo debí haber hecho bien.
Lo pasamos bien ese día, la Cami acostó a su hijo y al poco tiempo la Sandra dijo —me tengo que ir—. A lo que yo contesté —yo también—. Bueno, aún no sé por qué me fui, pero vi la cara de la Cami de decepción, a pesar de haber compartido bastante, debe ser aburrido que se vayan tus visitas cuando se duerme tu hijo.
Fui al día siguiente a entregarle el regalo que se me había quedado en la casa el día anterior, conversamos como una hora mientras el niño dormía y luego otra hora más mientras tenía al niño en brazos.
Después de esto no lo pasaría mejor, mi madre llevaba días insistiendo en que me fuera para Santiago a ver a mi padre antes del año nuevo, yo quería viajar en febrero, pero ella insistió y se enojó mucho, la cosa estaba tan tensa que no me quedó otra que aceptar. Tiempo después me diría que era porque estaba muy enamorado de una mina25 que no valía la pena. Allá en Santiago la seguiría llamando, ella volvería a su casa con su mamá, e incluso un día puso a la niña al teléfono, ese fue un lindo detalle. Un día dejaría de contestar y aunque insistí no volvería a hablar con ella. Tiempo después me enteré gracias a amistades de la U, que el tipo del colectivo, por esas fechas en que me dejó de contestar el celular, la engañó, terminarían su relación y al poco tiempo se pondría a pololear26 con un militar bastante feo, luego quedaría embarazada otra vez, no sé si del militar, ah y dejó la universidad. De ahí en adelante no supe más.
Al final cuando volví a Arica el Vicente me dijo en la guardia, sin saber nada de lo que había pasado con la Natalia – Chino27 culiao28 aweonao29 –. No entendía, así que pregunté:
— ¿Por qué?
Por la Macarena. Me contestó
No me dijo nada más, pero sabía cómo nos llevábamos y cómo pensaba ella, supongo que perdí una buena oportunidad por pensar en alguien que arruinó su vida por culpa de sus malas decisiones.
De esto aprendí que no importa lo que hagas por ella, los detalles, las buenas intenciones, el apoyo cuando nadie más lo hace, los pensamientos que nublan tu cabeza, las noches sin dormir, nada de eso importa si ella no siente algo por ti.
Y pensando en mi madre, ella es una verdadera bruja, siempre supo cómo terminaría esto.
1 Rica o rico: Bonita o bonito y sexy.
2 Carretear: Ir de fiesta.
3 Chiquillas: De poca edad, jóvenes.
4 Nota 6.0: Escala del 1 al 7.
5 JUNAEB: Por su sigla en Chile, Junta nacional de auxilio escolar y becas, organismo encargado de administrar los recursos estatales destinados a velar por los niños y estudiantes.
6 Carretear: Ir de fiesta.
7 Jugara: Atreverse, luchar por conseguir algo.
8 Cagado: Con exceso de.
9 Pa´: Para
10 Mina: Mujer.
11 18 de septiembre: Fiestas patrias en Chile.
12 No Cacho: No entiendo.
13 Weón: Estúpido, idiota.
14 Para adentro: Pasmado.
15 Podí: Puedes.
16 Chino: En Chile es muy común que a la gente de procedencia o rasgos asiáticos, se les diga chino sin importar su procedencia.
17 Mina: Mujer.
18 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.
19 Cahuín: Comentario malintencionado que provoca disensiones entre personas.
20 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.
21 Torpedo: Papel que en su interior contiene las respuestas de la prueba.
22 Aweonao: Estúpido, idiota.
23 Jotearla: Seducirla o tratar de seducir.
24 Poto: Nalga.
25 Mina: Mujer.
26 Poloear: Tener una relación sentimental similar a noviazgo
27 Chino: En Chile es muy común que, a la gente de procedencia o rasgos asiáticos, se les diga chino sin importar su procedencia.
28 Culiao: Normalmente usado como insulto o palabra despectiva.
29 Aweonao: Estúpido, idiota.