Читать книгу Secuencias didácticas - María Beatriz Taboada - Страница 9
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¿Qué entendemos por planificación?
Planificar es anticipar, pensar algo para un futuro, prever cómo se desarrollará. En el contexto educativo, esa anticipación ayuda a representarnos la complejidad de las prácticas y a tomar decisiones al respecto, desde los diferentes niveles de concreción curricular que mencionamos en la pregunta anterior. Y aunque se trata de un diseño elaborado en el presente para un futuro —el momento de la implementación—, al hacerlo recurrimos también al pasado —experiencias docentes y de formación previas, lecturas, etc.—.
En la obra de distintos autores existen denominaciones diversas para estas prácticas de anticipación en el contexto educativo, tales como programar, planificar, planear, proyectar, diseñar, con sus correspondientes materializaciones en programas, programaciones, planificaciones, planes, proyectos, etc. Aunque estas expresiones adquieren sentidos cambiantes, todas involucran previsiones que pueden orientar las prácticas. En el contexto de este trabajo las utilizaremos indistintamente, recuperando ese carácter común.
Al planificar prevemos acciones para sujetos potenciales: nosotros como docentes —u otros, si la secuencia se elabora en otros contextos o niveles de gestión del currículum, un aspecto sobre el que volveremos en la pregunta 28— y los alumnos. Y lo hacemos, además, desde un modo particular de entender la relación entre estos sujetos potenciales: ¿qué rol asumirá el profesor?, ¿y los alumnos?
No se trata, claro, de una previsión absolutamente libre, porque nuestras prácticas se encuentran condicionadas por los niveles previos del currículum y por diferentes factores contextuales, propios de la institución educativa, pero también más amplios, vinculados al modo en que son concebidas las disciplinas, el rol docente, etc. Tampoco es completa, porque la educación es dinámica y siempre quedan aspectos que se resuelven desde la práctica misma, en la interacción con los alumnos.
La planificación, por tanto, es el resultado de ese proceso de anticipación y puede plasmarse en documentos diversos en función del nivel o período para el que fue elaborada: proyecto educativo institucional, proyecto áulico o planificación anual, planificación trimestral, unidad didáctica, proyecto de trabajo, centro de interés, secuencia didáctica, etc., según las modalidades de planeamiento que adopte cada jurisdicción, nivel o institución.
Dado que la finalidad de toda programación es práctica, no resulta posible pensar en diseños generales y abstractos. Es, por el contrario, una anticipación situada que remite a un tiempo, un lugar geográfico, una institución, pensada para orientar las acciones en ese contexto real y concreto.
Hay que destacar una dimensión fundamental de la planificación: la imaginación. Para planificar imaginamos cómo aprenderán nuestros alumnos, cómo acompañarlos, qué recursos resultarán mejores para ello, etc. Sin embargo, esa dimensión no se acaba con el diseño (áulico, de secuencias didácticas, etc.), sino que se sostiene permitiéndonos revisar nuestras propuestas en el aula para realizar ajustes y buscar recorridos alternativos cada vez que resulte necesario.
La planificación, por tanto, es una instancia de toma de decisiones didácticas y pedagógicas en la que revisamos y explicitamos intenciones, anticipamos escenarios y sucesos futuros y definimos un recorrido, un itinerario que compartiremos con los alumnos, a modo de mapa de un territorio. Como un mapa, la planificación también orienta nuestra actuación docente, sin que esto implique recorridos fijos y cerrados.
En el diseño de toda planificación intervienen componentes mínimos, en estrecha relación entre ellos. Aunque con variaciones en sus propuestas, diferentes autores, entre ellos, los pedagogos argentinos María Cristina Davini, Daniel Feldman, Silvina Gvirtz y Mariano Palamidessi, coinciden en marcar como esenciales:
Propósitos y objetivos.
Selección, organización y secuenciación de contenidos.
Estrategias y actividades de aprendizaje.
Materiales y recursos.
A esta lista pueden sumarse otros componentes, como instancias y estrategias de evaluación, sobre los que volveremos al analizar los componentes de una secuencia didáctica en la pregunta 13.
La secuencia didáctica, en tanto unidad de planificación, involucra estos componentes esenciales que mencionamos, por lo que conviene tener presentes algunas primeras caracterizaciones generales al respecto.