Читать книгу Caídos del Mapa 13 - María Inés Falconi - Страница 8

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Paula dejó el teléfono y fue a la cocina a preparar la leche para los melli, que estaban por llegar del colegio. Organizar algo con Graciela era siempre un caos. Hasta última hora no sabía si iba a ir o no, si a qué hora, si con quién, si dónde se iban a encontrar. En fin, después de tantos años, ya estaba acostumbrada. Cuando ellas estaban en séptimo, Graciela era igual.

Escuchó la llave en la puerta. La familia había llegado.

—¿Dónde estás? –preguntó Fabi.

—En la cocina –contestó Paula–. Vengan a tomar la leche, chicos. ¿Te hago unos mates, Fabi?

—No –dijo Fabián mientras se robaba una tostada y le ponía dulce–. Tengo que volver a la oficina. Se cayó el sistema en Tutorial y nos están volviendo locos.

—Me hubieras dicho, iba yo a buscar a los chicos.

—Ya está. De paso me vino bien tomar un poco de aire. Me voy.

—¿Volvés a cenar?

—Te llamo. ¡Chau, chicos! –gritó hacia adentro.

Agustina apareció en la cocina.

—¿Hablaste con la tía Miriam? –preguntó.

—Sí, pero la tía Graciela todavía no me contestó si el tío la va a dejar ir a Julieta.

—Obvio que la va a dejar ir. Si ustedes me dejaron a mí…

—¿Qué querés decir con eso?

—Nada, má. Un chiste. ¿En qué quedaste con la tía Miriam?

—En que mañana las pasa a buscar por la escuela y se van desde ahí. Primero te busca a vos y después a Julieta.

—Genial. Le voy a avisar a las chicas.

—¡Esperá que confirmemos! –gritó Paula, sabiendo que ya era demasiado tarde para esa recomendación.

—Mañana tengo que ir a lo de Nico cuando salgo de la escuela –dijo Felipe entrando a la cocina.

—¿“Tenés” que ir? –preguntó Paula.

—Sí. Vamos a jugar al Fortnite.

—¿Mañana?

—Sí, mañana.

—¿Y por qué mañana?

—Porque sí. ¿Hay un día para jugar al Fortnite?

—No, hay un día para que podamos llevarte e irte a buscar.

—Que no es mañana –confirmó Felipe.

—No. Mañana tu hermana se va a la marcha, yo tengo jornadas pedagógicas y tu papá, ya sabés que no podemos asegurarlo.

—Bueno, me quedo a dormir.

—No te vas a quedar a domir en lo de Nico, Felipe. El miércoles hay escuela.

—Y bueno… el miércoles vamos a la escuela juntos.

—Felipe… Si ustedes van a jugar al Fornite… ¿vos crees que van a dormir a la noche?

—¿Ves que me tienen que comprar la Play?

—Todos tus argumentos llevan al mismo punto, ¿no? No, mañana no podés. Olvidate.

—¿Por qué no le decís a Agus que no vaya a la marcha? –se quejó Felipe, con esa eterna sensación que tenía de que siempre salía perdiendo.

—Fin de la conversación, Felipe. Vas otro día.

Felipe se fue pateando el piso y Paula suspiró. Sonó el celular. Miriam. Mejor atenderla.

—No sé nada, Miriam –dijo sin esperar la pregunta.

—Es que estoy llamando a Graciela y no me atiende.

—A mí tampoco. En cuanto sepa algo, te llamo.

—Bueno, lo antes posible. Tengo que arreglar con Lorena, porque ella tiene que pedir permiso para salir antes de la oficina y ya la conocés. Si no le doy hora y coordenadas precisas, se pone como loca.

—Te llamo, Miriam.

Miriam colgó y Paula suspiró una vez más. Aprovechó y cerró la puerta de la cocina. Por un rato, solo pensaría en las milanesas.

Caídos del Mapa 13

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