Читать книгу Yo, una flor en el desierto - María Soledad Cervantes - Страница 21

ESCRITOR

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Él es el escritor de la medianoche.

El humo del cigarrillo lo acompaña;

piensa en el pelo de ella con su broche;

sabe que en su vida ya no es una extraña.

Él, que en sus novelas escribía un idilio,

con desenlaces trágicos o apasionantes,

hoy su corazón suspira en un gran lío:

¡la quiere para él y no solo en instantes!

Ha visto su mirar, este lo hizo suspirar,

escuchado su voz y el sonido de su risa.

Apenas la conoce y no la deja de mirar

al cielo, la quiere ir a buscar a toda prisa.

Al escritor le dieron una nueva musa;

le quiere componer versos en su vientre.

¡La quiere descalza, libre o sin blusa!

¡No descansará hasta que la encuentre!

Escritor de madrugada

escribe ya versos a su niña enamorada.

Yo, una flor en el desierto

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