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2. La mujer migrante como centro de la migración: un aporte a la discusión de un tema poco reconocido y estudiado

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Partiendo de la importancia de la mujer migrante que se ha evidenciado en la historia, aunado al rol que ha venido adquiriendo en la dinámica de las migraciones actuales, el Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Facultad de Jurisprudencia, dando continuidad a su interés académico que sobre migración ha venido desarrollando desde hace más de 14 años, decidió girar la mirada hacia el análisis de la mujer en el marco de la migración, lo cual ha adquirido especial relevancia en la actualidad con ocasión del masivo éxodo de venezolanos derivado de la crisis política, económica y social que vive su país. En ese sentido, se reafirma la connotación histórica de migración de las mujeres y se evidencia una agravación de sus riesgos y condición de vulnerabilidad a causa de la situación que actualmente se vive en Colombia.

El proyecto1 que da origen a esta publicación tuvo como objetivo central analizar, desde un enfoque de derechos humanos, la feminización en el marco de los flujos migratorios entre Venezuela y Colombia, durante el periodo 2014-2018, con el fin de visibilizar la situación de las mujeres migrantes, lo que las convierte en un grupo con doble condición de vulnerabilidad, como se ratificará a lo largo de los escritos que se compilan en este texto. Para alcanzar el objetivo, se realizaron diagnósticos regionales en tres ciudades seleccionadas para el proyecto: Bogotá, Cúcuta y Santa Marta, en los cuales se pretendió identificar la situación de los derechos humanos de este sector de la población y las rutas de acceso para su protección. El diagnóstico tuvo como fase central la realización de talleres con dos grupos de actores involucrados en la migración: i) con funcionarios de entidades públicas y organizaciones sociales que intervienen en la atención a mujeres migrantes provenientes de Venezuela en cada una de las ciudades seleccionadas y ii) con mujeres migrantes provenientes de Venezuela y con la academia, con el fin de detectar problemáticas en el acceso a los derechos y validar las rutas de acceso a dichos derechos.

Se tomaron para el diagnóstico las tres ciudades referidas, por la afluencia de migrantes provenientes de Venezuela y las referencias que de la problemática se podían abstraer de estas, dadas sus condiciones geográficas, culturales, etc. Respecto a Bogotá, porque como lo ha reportado Migración Colombia, a diciembre de 2019 se registra en Colombia un total de 1 771 237 migrantes venezolanos, de los cuales el 20% se ubica en Bogotá y la cataloga como la primera ciudad de destino. En relación con Cúcuta, no solo porque la migración ha sido una constante en la historia de la región, sino por su condición fronteriza con Venezuela, lo que representa el paso obligado de muchos migrantes por la zona, bien de manera temporal, bien de forma definitiva; estas dos ciudades se ubican en el rango de más de 100 000 migrantes venezolanos, según las mediciones de la autoridad migratoria. En cuanto a Santa Marta, porque se pretendió analizar una ciudad con otras características geográficas y que si bien no reportaba cifras tan altas de migración como las dos anteriores, evidenciaba una importante afluencia de migrantes en lo que se refiere a ciudades del Caribe. Según Migración Colombia, dentro de los departamentos que tienen entre 50 000 y 100 000 migrantes venezolanos se ubican varios del Caribe colombiano, entre ellos, el del Magdalena reporta más de 90 000 a diciembre de 2019.

En cifras de ciudadanos venezolanos por departamento, por encima del Magdalena solo se ubican La Guajira y Atlántico, pero estarían dentro del rango de más de 100 000 migrantes y en ese nivel ya se habían seleccionado para el diagnóstico a Bogotá y a Norte de Santander (ver tabla 1). Al analizar las cifras de los años 2018, como fecha de cierre del proyecto, y 2019, a manera comparativa, para entender la importancia del departamento del Magdalena en términos de crecimiento de la migración, se evidencia un aumento porcentual del 105%, en tanto que Atlántico y La Guajira si bien tuvieron crecimientos, no fueron de esa magnitud. Al interior de este departamento, la ciudad de Santa Marta condensa casi el 50% de los migrantes, lo que evidencia la importancia de escoger esta ciudad como laboratorio para el diagnóstico (ver tabla 2).

Tabla 1. Número de ciudadanos venezolanos por departamento en la costa del Caribe (2018-2019)

Departamento20182019
Atlántico105 459156 346
La Guajira123 756155 689
Magdalena41 46085 092
Bolívar31 67474 645
Cesar32 47154 638
Sucre11 49822 257
Córdoba6 37312 410

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2. Cambio porcentual en el número de ciudadanos venezolanos por departamento en la costa del Caribe (2018-2019)

DepartamentoVariación %
Magdalena105%
Atlántico48 %
La Guajira25 %

Fuente: Elaboración propia.

Para el desarrollo de la investigación, se diseñó un equipo de trabajo liderado por la Universidad del Rosario, conformado por investigadoras de la misma universidad y consultoras en las ciudades seleccionadas, con el fin de crear un escenario idóneo para la consecución, organización y análisis de la información en este tema de vital importancia, pero que ha sido poco abordado en las discusiones alrededor de la migración. De esta manera, los aspectos más relevantes del análisis realizado en el marco del proyecto se recogen en los escritos que conforman este texto, los cuales, esperamos, formen parte de las herramientas estructurales que el Estado colombiano debe adoptar con miras a la construcción de una verdadera política migratoria integral con enfoque de derechos humanos.

Así las cosas, el libro titulado La mujer migrante en Colombia: análisis de sus derechos humanos desde el contexto regional, 2014-2018, se compone de cinco capítulos que pretenden presentar un panorama global de la situación de las mujeres migrantes a nivel nacional e internacional y de esa manera entender las tendencias que se evidencian en los escritos de las ciudades estudiadas, resaltando de manera especial los resultados obtenidos a partir de la implementación del instrumento metodológico empleado en los talleres con las mujeres migrantes. Se trató de una herramienta creada con elementos y lenguaje pedagógico, denominada El tarjetón de derechos, el cual tenía dos componentes: i) el Top 5 de derechos, en el cual se presentó un listado de derechos para que las participantes enumeraran, según sus propias experiencias, aquellos que consideraban los de mayor relevancia en su ciudad y ii) una sección sobre situaciones de discriminación, en la que se solicitó que, por medio de palabras o dibujos, describieran las situaciones de las cuales hubieran tenido conocimiento y que implicaran algún acto asociado a la discriminación basada en el género o en su origen nacional.

En ese sentido, el lector de esta obra dará inicio con el primer capítulo, denominado “La feminización de las migraciones con enfoque de derechos humanos: aproximación teórica y conceptual”, elaborado por Beatriz Eugenia Luna de Aliaga y Natalia Rojas Rodríguez. El escrito inicia con una pregunta asociada a los alcances, implicaciones e importancia de emplear el enfoque de derechos humanos en el abordaje de la feminización de la migración a nivel global, entendiendo que mujeres migrantes, para efecto del texto, cubre a las nacionales, extranjeras y dentro de estas, especialmente a las venezolanas. Parten de la premisa de identificar una constante histórica de desigualdad de género en el contexto de la migración, para lo cual plantean un recorrido histórico analizando el rol de la mujer en este escenario, el concepto de mujer y los elementos esenciales que conducen a un estándar especial de protección, la situación de sus derechos asociada a los riesgos propios del género y de la migración, y cómo ello condujo a la elaboración de instrumentos internacionales para su protección. Se presta especial atención a la necesidad de entender el derecho a migrar de la mujer como un derecho progresivo, que busca garantizar, promover y proteger los derechos humanos de las mujeres como un todo, con el énfasis que da el hecho mismo de la migración.

El segundo capítulo, titulado “Una mirada en torno a la realidad de las mujeres migrantes en materia de derechos humanos desde el contexto internacional al nacional”, elaborado por María Teresa Palacios Sanabria, María Lucía Torres Villarreal y Nicolás González Tamayo, pretende evidenciar cómo los instrumentos internacionales diseñados para la protección de los derechos humanos de los migrantes y de las mujeres, de los cuales Colombia es firmante, se incorporan al ordenamiento jurídico colombiano, dando cuenta de la pertinencia e importancia de sustentar las normas internas en atención a los estándares internacionales. Para ello, en un recorrido normativo global, se analizan los instrumentos de derecho duro y de derecho blando que forman parte del derecho internacional de los derechos humanos, detallando los aspectos relevantes en el análisis de la protección a los derechos de las mujeres, para luego transitar en el recorrido al escenario normativo nacional, trayendo a colación las principales normas que han abordado los temas de migración y la jurisprudencia constitucional correspondiente, tratando de evidenciar la incorporación de los lineamientos establecidos en la primera parte y cómo se maneja la condición de los derechos de las mujeres en el contexto migratorio.

En los capítulos tercero, cuarto y quinto, se presentan los elementos más relevantes del diagnóstico realizado en las ciudades seleccionadas. Así, el tercer capítulo corresponde al título “Crisis migratoria en el Caribe colombiano: el caso de las mujeres migrantes provenientes de Venezuela en la ciudad de Santa Marta”, elaborado por Marcela Ojeda Díaz. La autora parte de un problema jurídico para desarrollar su escrito, asociado con las estrategias de atención que han implementado las entidades distritales para el manejo de los desafíos en derecho para las mujeres migrantes venezolanas. Para ello, plantea el contexto de la migración en la ciudad y el concepto de mujer migrante que existe en el imaginario de las instituciones, la academia y en las mismas migrantes de la región; luego de ello, propone la situación de los derechos en la ciudad como hallazgo central del taller, a partir de la implementación de la herramienta aludida líneas atrás, denotando las barreras detectadas por las migrantes y las rutas de atención previstas por el Distrito para dar protección a sus derechos. Algunos importantes aportes hallados en ese escenario de interacción precisan, de un lado, el hecho de que la gobernanza territorial y las relaciones sociales entre nacionales y extranjeros han cambiado con la migración venezolana y así mismo, cómo el conocimiento de los derechos y las rutas para su defensa se constituyen en medios para mejorar la calidad de vida de las mujeres y sus familias.

El capítulo cuarto, llamado “Mujeres migrantes venezolanas en el nororiente colombiano: situación actual y desafíos vistos desde la ciudad de Cúcuta”, elaborado por Xiomara Ramirezparis Colmenares, parte de un planteamiento asociado con la situación de derechos humanos de las mujeres migrantes provenientes de Venezuela y cómo estos se han protegido. Reconoce dos situaciones de hecho muy relevantes para entender el contexto de la región: i) el problema inicia con las deportaciones y expulsiones masivas realizadas por el Gobierno de Venezuela en 2015 y se suma a ello el éxodo masivo derivado de la crisis que se vive en el vecino país, especialmente de cara a la escasez de alimentos, medicamentos y la mínima o nula prestación de servicios públicos y lo que todo esto representa en clave de derechos humanos y ii) Cúcuta ha sido una ciudad históricamente receptora de migrantes, siendo hoy en día el segundo lugar de destino de los migrantes provenientes de Venezuela, luego de Bogotá. Es interesante resaltar que una de las conclusiones que presenta la autora, como hallazgo de los talleres realizados, es la necesidad de que las autoridades regionales se planteen la vinculación de los migrantes al desarrollo socioeconómico de la ciudad y superar el manejo humanitario que ha venido dándose a una situación que no parece tener vocación de temporalidad.

El quinto capítulo esta relacionado con el diagnóstico y análisis de la ciudad de Bogotá. Las autoras Paola Marcela Iregui Parra y Nathalia Hurtado Díaz, en el escrito “Migración de mujeres provenientes de Venezuela: un desafío para Bogotá”, parten de la necesidad de evidenciar los problemas de cobertura o vulneración de derechos y con ello los avances que institucionalmente se han dado para protegerlos. Para ello analizan la ciudad como lugar históricamente receptor de migrantes y actualmente, como destino número uno de la migración de venezolanos que ingresan a Colombia, lo que ha llevado a las autoridades distritales a pensar en diferentes estrategias para atender las necesidades derivadas de las problemáticas que se asocian a la migración. De la recopilación de información realizada, se resaltan de manera especial, de un lado, la falta de oportunidades en el acceso a trabajos dignos y bien remunerados, lo que se traduce en una realidad en la que la prostitución se torna en una alternativa para conseguir recursos y a su turno esto conlleva a la violencia por parte de quienes pagan por ello; así mismo, se propicia la existencia de trabajos forzosos, al ser tratadas de manera diferente por su origen nacional en aspectos como el salario; y en algunos casos, termina fomentando o asociándose a otros escenarios como la trata de personas, denotando un importante incremento en los factores de vulnerabilidad. De otro lado, la necesidad de que como Estado se dé una respuesta ante el aumento de nacimientos en Colombia de niños que son hijos de migrantes, lo que representa un reto desde la protección de los derechos humanos.

La mujer migrante en Colombia

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