Читать книгу Osteopatía visceral - Nueva edición (Color) - Marc de Coster - Страница 7
Оглавление1. Introducción
El tratamiento osteopático se basa en la siguiente idea: Cualquier cambio en la movilidad del aparato locomotor en el sentido de hipomovilidad o hipermovilidad conduce hacia un trastorno funcional que, a su vez, puede dar lugar a un cuadro patológico.
Como consecuencia de la pérdida de la movilidad, se reduce la circulación sanguínea del tejido afectado. Esta hipoemia puede desembocar incluso en una isquemia. De esta forma, pueden aparecer irritaciones, inflamaciones e infecciones producidas por la falta de irrigación.
Para que el cuerpo humano funcione de una forma óptima, es necesario que los cuatro sistemas principales del cuerpo estén en armonía.
Estos sistemas son:
•Sistema parietal. Osteopatía estructural, trastornos funcionales del aparato locomotor.
•Sistema visceral. Movilidad y función de los órganos internos.
•Sistema craneosacro. Conjunción de movimientos de las suturas del cráneo y las articulaciones sacroilíacas.
•Psique.
Estos sistemas se encuentran en un equilibrio funcional entre sí.
Las fascias aseguran la relación funcional entre el aparato locomotor, el sistema visceral y los diferentes sistemas del cuerpo. Cuando un sistema está alterado, se produce inmediatamente un desequilibrio, por lo cual se ven afectados los restantes sistemas. Ejemplos:
•Los espasmos intestinales pueden aparecer como consecuencia de los trastornos psíquicos. «El intestino es reflejo del interior».
•Los trastornos hepáticos funcionales o las enfermedades del hígado pueden tener influencia en la articulación del hombro derecho. En la articulación pueden aparecer dolores y trastornos funcionales que pueden aumentar hasta convertirse en el cuadro patológico denominado hombro congelado (frozen shoulder).
•Los dolores interescapulares con irradiación hacia el brazo izquierdo pueden aparecer en relación con trastornos de la irrigación cardíaca.
•Los problemas de deglución («nudo en la garganta») pueden estar provocados por bloqueos en la región de la columna cervical.
•Los bloqueos a la altura de D10-L2 pueden ser responsables de los trastornos del funcionamiento renal.
La influencia mutua y la dependencia de diferentes circuitos funcionales son factores conocidos desde hace mucho tiempo y aprovechados tanto a nivel diagnóstico como terapéutico.
La piel, la musculatura, las articulaciones y los órganos internos están influenciados por las correspondientes aferencias hacia el cuerno posterior de la médula espinal. La manifestación de un trastorno primario indicado nociceptivamente, proveniente de un órgano interno en forma de zonas Head de la piel o zonas Mackenzie de la musculatura, permite precisar el foco primario, igual que cuando se produce un bloqueo de las vértebras por la misma causa debido a la relación segmentaria.
Una parte de los procedimientos terapéuticos se basa en la posibilidad de influencia recíproca de los efectos periféricos sobre el trastorno primario en el órgano interno. En consecuencia, el tratamiento local no solo debe limitarse al trastorno secundario que, al existir desde hace tiempo, se ha convertido en una entidad propia, sino que también debe estar dirigido a mejorar o eliminar el trastorno primario.
En consecuencia, el tratamiento osteopático de los trastornos viscerales, que se fundamenta en una relación similar de los cuatro sistemas principales antes mencionados (sistema parietal, visceral, craneosacro y psique), también utiliza los datos de la relación segmentaria descrita para establecer un diagnóstico preciso del órgano interno afectado.
Esta es la base del esquema de exploración clínica que siempre antecede a los diferentes apartados del tratamiento.
Esquema de exploración
El esquema de exploración está compuesto por los siguientes factores: anamnesis, palpación, exploración de las interacciones, radiología y analítica.
Anamnesis
•Patologías o enfermedades orgánicas (también del pasado).
•Patologías o enfermedades del aparato locomotor.
Palpación
•Hallazgos de palpación en órganos internos.
•Exploración complementaria con percusión de los órganos huecos (estómago o intestino).
•Exploración complementaria de las (correspondientes) zonas de tejido conectivo.
•Exploración complementaria de la musculatura para determinar contracturas.
Exploración de las interacciones con otros circuitos funcionales y estructuras
•Aparato locomotor (correspondientes segmentos y/o articulaciones periféricas).
•Sistema nervioso (participación del simpático, parasimpático y segmentos).
•Relaciones topográficas con el entorno.
•Procedimientos diagnósticos complementarios (véase capítulo 12, «Métodos diagnósticos complementarios»),
Estudios radiológicos y analítica
Como diagnósticos complementarios, sobre todo para la exclusión de contraindicaciones.
Indicaciones y contraindicaciones
Indicaciones del tratamiento visceral
•Adherencias de tejidos viscerales como consecuencia de infecciones o intervenciones quirúrgicas.
•Ptosis como consecuencia de trastornos de los ligamentos en el sentido de una hipermovilidad.
•Espasmos viscerales como consecuencia de irritaciones nerviosas de diversa procedencia.
Cada uno de estos elementos puede dar lugar a una fijación visceral. Ello puede ser la causa de la aparición de una alteración de la movilidad de un órgano y, en consecuencia, de un trastorno funcional del mismo.
Contraindicaciones
•Enfermedades inflamatorias febriles.
•Infecciones agudas.
•Afecciones orgánicas inflamatorias agudas, p. ej., gastritis, hepatitis.
•Tumores.
•Trombosis.
•Formación espontánea de hematomas.
•Litiasis renales y biliares.
•Cuerpos extraños implantados (p. ej., espiral [dispositivo intrauterino], marcapasos).
•Tuberculosis.
Contraindicaciones relativas
•Trastornos cardiovasculares, p. ej., taquicardias, hipertensión.
•Astenia.
•Obstrucciones.
•Menstruación.
•Hernias.
Objetivo del tratamiento visceral
El tratamiento visceral ofrece la posibilidad de normalizar los trastornos de movimiento del órgano afectado. Para poder llevarlo a cabo, se intenta resolver las adherencias, restituir la elasticidad facial y conseguir una relajación de los espasmos viscerales.
Efectos terapéuticos
•Restitución de la movilidad tras la eliminación de las fijaciones y adherencias.
•Mejora de la irrigación (arterial y venosa).
•Favorecimiento de la circulación linfática.
•Mejora de la función del sistema nervioso.
•Normalización del metabolismo.
•Eliminación de estenosis y espasmos musculares.
•Mejora del metabolismo hormonal.
•Evitación de recidivas de bloqueos vertebrales.
•Influencia positiva en la psique.
Todos estos factores sirven para mejorar la función orgánica.
Observación
¡El objetivo no es modificar posiciones orgánicas!
La función orgánica y el equilibrio entre los diferentes sistemas se recuperan mediante la aplicación de las técnicas osteopáticas.
Estructura y frecuencia de los tratamientos viscerales
•En la primera sesión se lleva a cabo la exploración descrita. Seguidamente se establece un plan de tratamiento.
•Durante las primeras dos semanas, los pacientes son sometidos a tratamiento, dos veces por semana.
•Durante las siguientes tres semanas, el paciente recibe un tratamiento semanal.
•El tratamiento completo consta de 6 o 7 sesiones.
•Durante una sesión de tratamiento se repite cada técnica de tratamiento de 4 a 6 veces.
•Cuando se observa una clara mejoría, gracias a las primeras aplicaciones, se prosigue el tratamiento a intervalos de entre dos semanas y un mes. Si no se produce ninguna mejoría, se interrumpe el tratamiento y se busca otra alternativa terapéutica.
Explicación de los símbolos y tecnicismos
Posición en decúbito oblicuo negativo. La camilla de tratamiento se ajusta de manera que la cintura escapular del paciente se sitúe a un nivel más bajo que la cintura pélvica.
La movilidad es la capacidad de deslizamiento de los órganos frente a su entorno inmediato.
Normalización. Tratamiento de una estructura corporal hasta volver a alcanzar el estado fisiológico y/o la función fisiológica.
Las flechas (↑) indican las direcciones de palpación o tratamiento; el círculo (O), la fijación.
Pictogramas ( figuras 1.1-1.6)
Figura 1.1 Paciente en decúbito supino.
Figura 1.2 Paciente en decúbito lateral.
Figura 1.3 Paciente en decúbito prono.
Figura 1.4 Paciente en sedestación (o paciente sentado).
Figura 1.5 Paciente en bipedestación.
Figura 1.6 Paciente «a cuatro patas».