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5) Nunca más sola

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Era el ama de llaves:

-¡Oh, señorita! Perdóneme, no sabía dónde ir, todavía no tengo un alojamiento ni tampoco un trabajo, me he instalado aquí porque tenía miedo de dormir afuera, a la intemperie, se lo ruego, no diga nada a la señora madrastra, ¡me iré enseguida!

Mientras decía esto comenzó a llorar.

Pero Cenicienta la abrazó mientras decía:

-¡No, no te vayas, te lo ruego, me alegro de verte, no diré nada a la madrastra, estoy tan sola! Quédate aquí, nos haremos compañía por la noche después de haber acabado de trabajar; sólo intenta que no te vean y para salir y entrar en casa deberás pasar por las escaleras del sótano, donde mi madrastra y mis hermanastras no van nunca.

Se quedaron un rato hablando para organizarse de la mejor manera posible, hablando incluso de sus esperanzas y anhelos. Marta le dijo a Cenicienta que a la mañana siguiente debería presentarse a una entrevista de trabajo en un restaurante de catering de la zona:

-Es un restaurante que también elabora comidas para fiestas y celebraciones, buscan una cocinera y camarera, me gustaría tanto que me cogiesen, de esta forma incluso podría comer con ellos.

Cenicienta, debido a estas palabras, entendió que su querida amiga no había comido en todo el día, así que se fue a la cocina, intentando que no la oyesen su madrastra y sus hermanastras. Cogió una taza de leche, algunas galletas y llevó todo al desván, de esta forma Marta pudo finalmente recuperar fuerzas.

Luego le llevó una almohada, una cama autohinchable y todo lo que hacía falta para transcurrir la noche de manera confortable. En fin, soñolientas pero contentas, se separaron para irse a dormir

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