Читать книгу Me gusta - Marcelo Laffitte - Страница 7
ОглавлениеNo pase por la vida sin pena ni gloria
Las olas del mundo y de la carne penetran en la Iglesia y ya es moneda corriente que los “héroes contemporáneos de la fe”, los predicadores o cantantes estrella sean presentados por grandes carteles, rayos láser y nubes de humo.
Y mientras se inflan los egos de las figuras ante tanto aplauso y exaltación, el cristiano simple se debate entre la adoración a la “estrella”, la frustración personal y una amarga sensación de insuficiencia espiritual.
Los templos están llenos de cristianos desactivados. El enemigo ha instalado en sus mentes esta fortaleza: “ Sos un cristiano raso”. Y los ha anulado.
Así como en el cuerpo una uña es de vital importancia, cada cristiano es imprescindible en el Cuerpo de Cristo, en la Iglesia. Solo hay que detectar el llamado y ponerse en acción.
Algunos serán convocados a hablarles a mucha gente. Otros, a animar a un vecino enfermo o a llevar amor a un hogar de niños. Algunos, como misioneros, viajarán lejos. No faltarán quienes sean llamados a ser pastores de su cuadra, cuando abren sus hogares.
Un ejemplo concreto: una hermana conocida ha encontrado su ministerio, y esto la hace muy feliz, yendo a leerles la Biblia a un grupo de ancianas en un geriátrico. Un empresario amigo usa los martes para sacar a pasear todo el día a los niños de un hogar de huérfanos. Un respetado anciano de Mendoza, fallecido no hace mucho, ha hallado su lugar escribiendo mensajes evangelísticos que otros fotocopian y reparten.
Es que para Dios no hay tareas estelares. Para él todo es importante. Dios valora de una manera que no tiene nada que ver con la nuestra. Para nosotros un predicador de la televisión es mucho más importante que el humilde pastor de una iglesia pequeña. ¡Pero Dios no lo ve así!
¡Resístase a formar parte de la audiencia evangélica! ¡Abandone ya el rol de espectador! Dios lo quiere ocupando el lugar de un protagonista. ¡Usted es un hijo de Dios! No rebaje esa altísima condición.
Ponga su vida en acción y no pase por esta vida sin marcar una diferencia.