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LA RESPONSABILIDAD DEL ENTRENADOR

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Muchos entrenadores, como ofrecen gratuitamente su tiempo, piensan que no tienen responsabilidad en el progreso y la salud de los chicos a los que entrenan, sino solo en el resultado deportivo de sus acciones. Al entrenador de juveniles sin embargo se le considera responsable del daño psicológico que pueda producir al joven y sobre todo de los daños físicos causados por negligencia o inconsciencia: los dirigentes (corresponsables) deberían acordarse de informar siempre al entrenador acerca de sus responsabilidades antes de que empiece su trabajo.

Sería importante saber por lo menos que existen unas fases de progreso en las que se desarrollan diferentes características y capacidades coordinativas, llamadas FASES SENSIBLES.


Las fases sensibles

Fases de mayor sensibilidad de las diversas capacidades motoras y cualidades psicofísicas en las edades de seis a quince años.


Entre los 5 y los 9/10 años se consiguen los patrones motores de base y aumenta la precisión en los movimientos.

Entre los 6 y los 8 años mejora rápidamente el equilibrio.

Entre los 7 y los 10 años mejora la rapidez de movimientos.

Entre los 8 y los 10 años madura la aptitud para prever la velocidad y la dirección de objetos en movimiento.

Entre los 9 y los 10 años se alcanza la máxima frecuencia de paso.

Entre los 9 y los 11 años se consiguen progresos en la coordinación senso-motora (ojo-mano, ojo-pie y dinámica general).

Entre los 11 y los 12 años se completa el desarrollo de la lateralización.

Entre los 12 y los 18 años se redobla la fuerza muscular. Para las chicas, a partir de los 13 no aumenta sustancialmente.

Hasta los 14 años hay que evitar ejercicios pasivos de movilidad, en la práctica, de aquellos que se realizan con la ayuda de los otros.

A partir de los 10 años hay que iniciar la educación en el estiramiento muscular y la movilidad.


Fases de la preparación deportiva


Antes de enumerar las diversas fases de la preparación deportiva es necesario recordar que las edades cronológicas indicadas son puramente indicativas, en la preparación de los jóvenes es mucho más serio y correcto considerar la edad biológica de los distintos sujetos.


Estas indicaciones son importantes para poder establecer cuáles serán las propuestas de entrenamiento y para poder programar la actividad.


Principio del ejercicio con un fin

(Schonborn, 1984)


El camino a recorrer en el entrenamiento juvenil es el del incremento gradual del ejercicio. Los estímulos deben aplicarse progresivamente de modo adecuado al desarrollo.

La sucesión metodológica aconsejable es la de aumentar:

– Primero la frecuencia del entrenamiento (número de sesiones).

– Luego el volumen (cantidad de trabajo).

– Finalmente la intensidad (velocidad de ejecución y carga).

(Helens, Grosser, Zimmermann, 1983)


Según Martin (1982) las fases sensibles encuentran sus momentos de mayor mejora en las edades indicadas en los gráficos siguientes.


No es posible un entrenamiento de las capacidades coordinativas y condicionales que tenga la misma eficacia para todas las edades. Por tanto, ninguna capacidad puede entrenarse en la misma medida a cualquier edad (Israel 1976).

Con la llegada de la adolescencia se registran disminuciones en las prestaciones o estancamientos en el campo coordinativo (Sharma, 1993).

En los chicos de desarrollo retardado, se descubren prestaciones coordinativas mejores con respecto a las de aquellos con un desarrollo anticipado o normal.

Los periodos del desarrollo en los cuales la entrenabilidad es más favorable para una determinada capacidad motora o clase de tareas deportivas (por ejemplo, desarrollo de la movilidad articular, perfeccionamiento de la técnica deportiva) han de considerarse fases sensibles para esa clase de tareas. Hay que prestar mucha atención al hecho de que existe la misma sensibilidad entre los métodos de entrenamiento adecuados e inadecuados. Si no se usan los años de la infancia más favorables para la formación de la coordinación y la técnica deportivas o se permite que en ellos se formen comportamientos deportivos equivocados, las consecuencias negativas serán seguramente más visibles y por tanto más duraderas que en otros periodos.

Pasamos a analizar cuáles son las capacidades a desarrollar en el deportista joven.


Capacidades neutras

Resistencia aeróbica

Es posible desarrollarla ya en edad preescolar, para continuar con ella en las posteriores etapas evolutivas, hasta llegar al periodo de «impulso» adolescente, que, de acuerdo con los conocimientos actuales, parece ser el más favorable.


Capacidades precoces

Coordinativa.

Rapidez de reacción y frecuencia motora.

Movilidad articular.

Aprendizaje motor (con tareas de aprendizaje que no requieran supuestos altos de fuerza máxima o de fuerza relativa).


Capacidades intermedias

Hacia el final del periodo escolar elemental y durante toda la primera fase adolescente, se consideran, con atención creciente:

Movilidad articular.

Fuerza rápida.

Resistencia a la fuerza (con carga natural).

Rapidez de movimiento, de locomoción y aceleración.


Capacidades tardías

● Fuerza máxima.

● Resistencia anaeróbica.

● Fuerza rápida contra oposición.

● Resistencia a la fuerza contra oposición.


Crecimiento, desarrollo y maduración son palabras que sirven para describir las modificaciones que se producen en el organismo hasta alcanzar la edad adulta:


➓ El crecimiento

Se refiere a un aumento en las dimensiones totales del organismo o de cualquier parte del cuerpo.


➓ El desarrollo

Se refiere a la diferenciación de las células siguiendo líneas de especialización funcional y a las competencias conseguidas para enfrentarse a las situaciones (habilidad, capacidad, personalidad).


➓ La maduración

Se refiere al proceso de alcanzar la condición biológica de la edad adulta y la funcionalidad completa. Se produce en mucho tiempo. Se refiere:

– A la edad cronológica

– A la edad física.

– Al estado de maduración sexual. La madurez fisiológica en las chicas se produce 2-3 años antes que en los chicos.


En resumen, los indicadores útiles para determinar la evolución del joven son:


El crecimiento Dimensiones corporales.

El desarrollo Competencias adquiridas.

La maduración Condiciones biológicas.


Los especialistas del sector del crecimiento y del desarrollo han dedicado mucho tiempo al estudio de las modificaciones de la estatura y del peso que acompañan al crecimiento. El crecimiento en altura es muy rápido en los dos primeros años de vida.


La tasa máxima de crecimiento se verifica:

– Cerca de los 11,4 años para las niñas.

– Cerca de los 13,4 años para los niños.


La altura definitiva se alcanza:

– Cerca de los 16-17 años para las niñas.

– Cerca de los 18-20 años para los niños.


El aumento máximo del peso corporal se produce:

– Cerca de los 12,5 años para las niñas.

– Cerca de los 14,5 años para los niños.


Huesos, articulaciones, cartílagos y ligamentos forman el soporte de la estructura del cuerpo: los huesos proporcionan puntos de inserción de los músculos, protegen los tejidos delicados y representan depósitos de calcio y fósforo. Entre los 14 y los 22 años, las membranas y los cartílagos se transforman en hueso. Durante un tiempo igualmente largo, entre los 13 y los 20 años, se produce la osificación completa de los diversos huesos. La edad preadolescente es la más indicada para reforzar los huesos en respuesta al estímulo de la actividad física.


La masa muscular aumenta regularmente desde el nacimiento hasta el fin de la adolescencia con arreglo al aumento del peso. Las chicas alcanzan el máximo desarrollo muscular entre los 16 y los 20 años, los chicos entre los 18 y los 25.


Pero de esto hablaremos de modo más específico cuando tratemos las diversas capacidades motoras.


Incluyo a título informativo dos gráficos sobre la frecuencia de lesiones en espalda y rodillas en edad juvenil causadas por entrenamientos inadecuados. Edades comprendidas entre los 10 y los 18 años.


El Entrenador De Fútbol

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