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Estilos deamoresextraños

LAS DOS CARAS DEL NARCISISMO: DESCUBIERTOVERSUS ENCUBIERTO

Así como cada persona es un mundo, también hay distintos tipos de narcisismos. Actualmente, en el campo de la psicología y psiquiatría hay una fuerte discusión sobre cómo categorizarlos. Hay tantas variantes de narcisismos, algunos más evidentes que otros, que resulta difícil categorizarlos. Lo que sí tienen TODOS en común son los patrones de abuso emocional que ejercen sobre sus víctimas.

En este capítulo trataré de categorizar los distintos tipos de narcisismos. Es muy importante saber que rara vez nos tropezamos con narcisistas puros, ya que muchos de ellos son una mezcla de distintos tipos de narcisismo y de otros trastornos mentales.

También quiero dejar claro que la mayoría de los narcisistas presentan los mismos tipos traumas y abusan de manera similar. Lo único que cambia, es la manera como se muestran ante el mundo.

Existen dos grandes categorías de narcisismo.

1. EL NARCISISTA DESCUBIERTO: EGÓLATRA, ARROGANTE Y PAVO REAL.

El narcisista descubierto o grandioso, es el más fácil de detectar. Es esa persona que a primera vista detectas como arrogante, alzada y centro de atención. Yo les llamo pavos reales, porque exudan un incómodo aire de arrogancia y grandeza. Muchos son elitistas y seleccionan a sus presas con base en el estatus, físico, dinero, poder, etc. También se caracterizan por ser bullies y agresivos, suelen denigrar abiertamente a las personas, tratándolas abiertamente como objetos. Son percibidos como escandalosos, controladores, posadores, mandones y superficiales; son seductores compulsivos y pueden cruzar fácilmente los límites del respeto, ya que muchos traspasan la línea del coqueteo al acoso.

EL NARCISISTA GRANDIOSO ES EL QUE EXUDA: «¡EY, MÍRAME! ¡SOY LO MÁXIMO! ¡SOY PODEROSO! ¡APLÁUDEME!».

Nunca olvidaré a uno de esta especie en mi consulta. Este era un hombre de 55 años, que apenas se sentó me dijo: «Maritere, yo soy un gran hombre, soy un éxito en los negocios. Soy tan bueno que me he divorciado tres veces y a mis tres exmujeres las mantengo todavía. ¡Mira Maritere! (me muestra su celular), yo no sé qué tengo, pero a mí se me acercan mujeres hermosas: esta es una chica de 20 años que aceptó salir conmigo, esta es una azafata que conocí en una fiesta y esta es una pintora que un día que estaba de viaje la conocí. Salgo con las tres, y bueno, estoy aquí para que me ayudes a decidirme a quién elegir».

Generalmente, este tipo de narcisista es ególatra y suele usar a todo el mundo como objeto, como súbditos. Es el típico que utiliza a las mujeres como maniquíes para las fotos, tal cual como el hombre que hace pesca deportiva y posa con su pez, así mismo es.

Estos arrogantes, son los típicos que verás demandando atención, respeto y trato especial en todas partes. Son los que se propasan en todos los sentidos. Se describirá a sí mismo como la persona más bondadosa, más inteligente, más culta, más exitosa, con poder, con el mayor networking, con una gran necesidad de demostrar que puede comprar de todo y a todos.

De hecho, una de las estrategias de abuso y control de mi paciente narcisista descubierto era la de seguir controlando financieramente a cada una de sus exesposas, para asegurarse de tenerlas encadenadas a él de por vida.

¿Quieren saber cómo terminó la historia con este personaje? ¡En nada! Porque no cambian. Con el pasar de las sesiones, este personaje fue cruzando más y más los límites hasta llegar al punto de acosarme sexualmente. Así es, este tipo de narcisista no tiene respeto alguno por los límites ni el profesionalismo. No me quedó de otra que terminar la relación terapéutica, si es que hubo alguna.

Las típicas víctimas de este tipo de depredador son aquellas personas que se encuentran con problemas o limitaciones económicas. Personas que tienen marcadas historias de abandono en su infancia y se ven fácilmente deslumbrados por una imagen que a simple vista se ve fuerte, abundante y poderosa.

Para terminar el cuento del pavo real, meses después, llegó a mi consulta una chica de 25 años, muy guapa y talentosa. Tenía un don hermoso para la pintura. Recuerdo la primera consulta, ella me dijo: «estoy aquí porque sé que atendiste a fulano de tal, vengo a contarte el otro lado de la historia…».

Se conocieron cuando ella tenía 17 años. Hija única de una madre soltera y un padre ausente, Gabriela creció con muchas carencias materiales y, sobre todo, emocionales. Conoce un buen día al pavo real en un café, sin ella darse cuenta él le paga la cuenta y se le sienta en la mesa. Él observa los sketchs que ella estaba dibujando y le dice: «¡Que talento tienes! ¿Sabes que yo soy un hombre muy conectado con la alta sociedad? Permíteme ayudarte a ser famosa!».

A las pocas semanas comenzaron su romance, el cual ella describe como maravilloso durante el primer año. Apenas cumplió 18 años se mudaron juntos y fue entonces que comenzó su historia sin fin. A cambio de mantenerla, le exigía que produjera un cuadro al mes que él simplemente se dedicaba a almacenar en una habitación. Cuando ella le preguntaba por la posibilidad de hacer una exposición, él simplemente le decía: ¡esos cuadros son míos!

Ella, sus exesposas y sus amantes no eran más que aves enjauladas, y él se jactaba de que era tan buen hombre que las cuidaba y mantenía a todas.

Como pueden ver, el narcisista grandioso posee una personalidad altamente controladora y explotadora. Son hambrientos de poder y control, lo manifiestan de las maneras más brutales posibles: compran personas, secuestran talentos, pisotean, humillan y ven a sus víctimas como simples objetos. Jamás permitirán que alguien que esté cerca de su radar brille más que él.

EL NARCISISTA ENCUBIERTO: UN LOBO DISFRAZADO DE OVEJA… DE LO MÁS PELIGROSO

Por el contrario, el narcisista oculto, o metido en el armario, como le llamo, suelen ser los más peligrosos porque no presentan signos de arrogancia y control en un principio. Son tímidos, pero tienen la misma esencia del narcisista descubierto, la única diferencia es que van sacando las mismas garras cuando sienten que tienen asegurada a su presa. Yo uso la metáfora de esa persona que le va echando veneno de gotita en gotita a tu sopa, y un buen día, cuando menos te das cuenta, te encuentras enfermo y debilitado sin saber por qué.

En un principio, suele mostrarse como alguien introvertido, serio, humilde, misterioso y muy atento a lo que la víctima tenga que decir. Contrario al narcisita descubierto que grita a los cuatro vientos: «¡Miren mi auto deportivo, las bellas mujeres que tengo a mi lado, mi dinero y mi éxito, soy el alma de la fiesta!», este tipo de narcisista encubierto te mira, te escucha, te analiza y se mimetiza contigo. Contrario al narcisista grandioso que te dice de frente que es lo máximo, el narcisista encubierto busca tu atención compartiéndote su historia de vida difícil y cómo se ha superado.

Este tipo de narcisismo es considerado el más peligroso, porque cualquiera puede ser víctima de este tipo de predador disfrazado.

EL NARCISISTA DESCUBIERTO GRITA: «¡YO SOY ESPECIAL!». EL NARCISISTA ENCUBIERTO TE SUSURRA: «TÚ ME HACES ESPECIAL».

No importa si es un narcisista escandaloso o uno callado, al final, todos funcionan de la misma manera. A continuación, describiré cómo estos narcisistas ejercen y se comportan. Es muy difícil pensar que se trata de un narcisista porque se muestran como las personas más amables y atentas, son percibidos como dulces, respetuosos y detallistas, pero es solo una fachada para ser aceptados y adorados. Y como toda fachada, el teatro no dura mucho. Una vez el narcisista encubierto se ha ganado a su víctima y a las personas que le rodean, comienza la verdadera pesadilla.

El problema con este tipo de narcisista es que es del tipo más común y más difícil de detectar y atacar a tiempo. Generalmente, uno no se da cuenta de que ha caído en el abuso narcisista hasta que comienza a convivir con ellos.

En las próximas páginas, me efocaré en varios ejemplos y casos de narcisistas encubiertos que suelen ser la especie más dañina y que va en aumento como una epidemia social.

No importa si es descubierto o encubierto, al final son las dos caras de la misma moneda: abuso y control.

Debido a que los empáticos se preocupan tan profundamente, es muy común escuchar que se aprovechan de ellos. Los narcisistas siempre tienen una doble agenda y tienden a cazar personas empáticas, y a hacer uso de ellas para salir adelante, satisfacer sus propios deseos, disfuncionalidades, o ganar cierta imagen o estado. Es común para un empático que al finalizar una relación se sienta agotado y usado.

A continuación, me gustaría detallarles distintos tipos de patrones de relaciones disfuncionales muy comunes en los narcisistas. Son estilos afectivos tóxicos, más comunes y que suelen estar presentes tanto en narcisistas abiertos y encubiertos. Puede que hayas conocido a alguno con una o más características, es totalmente aceptable ya que estos depredadores van acumulando con el paso del tiempo graves problemas mentales, emocionales y sociales.

El Donjuán

mujeriego e infantil

Insaciable, seductor, telenovelístico, mentiroso e irresistible, así suelen describir las víctimas a los donjuanes. Es un galán persistente dotado de una habilidad camaleónica para transformarse en cualquier cosa que deseen sus víctimas y eso es precisamente lo que un mujeriego tiene: labia y persistencia. Son calculadores, encantadores e inteligentes. Son dominados por un deseo narcisista de marcar a sus víctimas o de dispersar «su semilla» en cuanta presa pueda.

¿CÓMO TE HACE SENTIR UN DONJUÁN?

Al principio, el Donjuán te arrollará con todo su despliegue de galantería, te recreará los típicos escenarios que vemos en las películas románticas. En el fondo te dirás: «esto es demasiado bueno como para ser verdadero»... y así es, la velocidad con la que un Donjuán te enamora es tanta, que no te dará tiempo de reflexionar sobre qué está pasando.

Es cuestión de tiempo para que este tipo de narcisista te derrumbe. Justo en el momento en el que te encuentras volando de pasión, te hará saber que tiene a otra u otras y es ahí donde comenzará tu pesadilla.

Luego de hacerte sentir la mujer más deseada del universo, te sentirás envuelta en un triángulo o inclusive cuadrilátero amoroso. Estos depredadores son expertos en malabarear a sus conquistas, enredarlas, ponerlas a pelear por su amor. El objetivo final del Donjuán es sentir la adrenalina que le genera la sensación de poder y manipulación sobre las mujeres.

Regresando a la pregunta inicial: ¿cómo te hace sentir un Donjuán? Simple, como si estuvieses en una carrera de obstáculos, luchando contra múltiples adversarias por el gran premio: ¡Él!

Y es que son tan hábiles que en cuestión de meses te hacen pasar de trofeo a competidora.

A continuación, estas son las características generales de un Donjuán:

* Son extremadamente seductores y saben qué palabras utilizar para atraer a sus víctimas.

* Son camaleónicos, expertos en convertirse en el tipo ideal que cada víctima ha soñado.

* Son mentirosos compulsivos, suelen llevar una doble vida.

* Son adictos a la adrenalina que genera la conquista sexual y psicológica.

* Son sexualmente compulsivos y algunos hasta retorcidos en la cama.

* Tienden a acumular varias víctimas con las que juegan al mismo tiempo.

* No sueltan. En su mente se sienten amos y dueños de por vida de sus presas.

* Les encanta jugar al vaivén, acércate y aléjate, te pierdo y te busco.

* Tienden a indisponer a una víctima con otra.

* Son incapaces de establecer relaciones estables.

* Son infieles, polígamos y mantienen una vida sexualmente activa con varias personas.

* No logran sostener relaciones estables porque se aburren fácilmente y pierden el interés en la pareja, pero no la sueltan.

* Como dice el famoso dicho: «no comen, pero tampoco dejan comer». Así es como mantienen a sus víctimas en el limbo.

* Les encanta triangular a sus víctimas y así convertirse en el preciado trofeo por el que varias de sus víctimas compiten.

* Muchos crecieron en un ambiente familiar en donde la madre estaba ausente o donde el padre era infiel.

* Son infieles sistemáticos y compulsivos. ¿Han escuchado esa frase que dice «De lagartija para arriba, todo es cacería»? Ese sería el eslogan de estos narcisistas. Muchas veces, no conquistan por un verdadero deseo o admiración hacia su presa, lo hacen por impulso.

* Tienen una necesidad compulsiva de seducir y, por ahí mismo, de humillar.

* Se sienten como los eternos hombres-niños, muy joviales, aventureros y soñadores.

* Suelen buscar víctimas que se encuentren vulnerables sentimentalmente, que hayan pasado por una separacación, divorcio o duelo.

Recuerdo a Antonio, quien acudió a mi consulta debido a que se había separado recientemente de la madre de sus hijos. La razón por la que se había separado fue porque su exesposa se había hartado de sus innumerables infidelidades, todo acabó en el momento en el que una de sus amantes la contactó.

Cuando le pregunto a Antonio ¿por qué era infiel? Me responde: «no sé, siempre lo he sido. No importa si estoy triste o feliz, si es verano o invierno, no importa si estoy de buenas o de malas con mi pareja, yo simplemente siento el impulso de coquetear y conquistar. Esto va más allá del sexo, de hecho, creo que el sexo ya ni me llena. A mí me gusta salir con mujeres que se sienten mal, hay algo excitante en verlas llorar, me gusta decirles cosas lindas, escuchar cómo se quejan de sus esposos. Me llena mi autoestima, me hace sentir valioso, solo que no me gusta comprometerme, eso me mata el alma, y es que yo crecí con un papá extremadamente mujeriego, y como hijo único me acostumbré a cuidar de mi mamá, a ser su compañero y paño de lágrimas. No creo que cambie, no soy hombre para una sola mujer».

Conforme iba escuchando a Antonio, entendí que era un Donjuán, un hombre emocionalmente inmaduro y torturado, que se ha quedado estancado en sus traumas de niño. Antonio, como muchos donjuanes, es un hombre que se ha quedado estancado en el trauma y que replica a lo largo de su vida los patrones disfuncionales de ambos padres: 1. La infidelidad compulsiva que observó en la imagen masculina y 2. El cuidado y protección que la madre exigía.

Contigo fui todo menos yo

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