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ОглавлениеEl sorprendente propósito de la rabia
Una sesión de preguntas y respuestas con el
Dr. Marshall B. Rosenberg
En El sorprendente propósito de la rabia Marshall B. Rosenberg comparte su particular perspectiva sobre el papel que la rabia puede jugar en nuestra vida y nos reta a abandonar la idea de que la rabia tiene que reprimirse. La rabia es, por el contrario, un regalo que nos impulsa a conectar con las necesidades insatisfechas que disparan esa reacción. Rosenberg saca a la luz las falsas ideas comunes sobre la rabia y afirma que la rabia es producto del pensamiento. Hablar sobre la rabia favorece un mejor entendimiento de la Comunicación NoViolenta porque toca muchas de sus distinciones más significativas. Actuar de corazón, realizar observaciones libres de juicios, distinguir sentimientos y necesidades, hacer peticiones claras y apoyar conexiones que enriquezcan la vida son aspectos relacionados con nuestra manera de responder a la rabia.
Una breve introducción a la CNV
La Comunicación NoViolenta se desarrolló a partir de mi gran interés por dos cuestiones: en primer lugar, quería entender mejor qué impulsa a algunas personas a actuar de manera violenta y explotadora; en segundo lugar, quería entender mejor qué tipo de educación puede ayudarnos a permanecer compasivos1 –que en mi opinión es nuestra naturaleza genuina–, incluso cuando los demás actúan de forma violenta y autoritaria.
En mis indagaciones sobre estas dos cuestiones encontré tres factores importantes para comprender por qué en circunstancias similares unos respondemos con violencia y otros con compasión. Estos factores son:
• El lenguaje que hemos aprendido.
• Cómo nos han enseñado a pensar y a comunicar.
• Las estrategias que hemos aprendido para influir en nosotros mismos y en los demás.
Descubrí que estos tres factores juegan un gran papel a la hora de determinar si respondemos a una situación de forma violenta o compasiva. Luego integré los tipos de lenguaje, pensamiento y comunicación que refuerzan nuestra capacidad y nuestras ganas de contribuir lo mejor posible a nuestro bienestar y al de los demás a través del proceso que denomino Comunicación NoViolenta (CNV).
La CNV centra su atención en indagar si las necesidades de las personas están satisfechas y, si no lo están, qué se puede hacer para satisfacerlas. Nos enseña a expresarnos de manera que haya más probabilidades de que los demás deseen contribuir de buen grado a nuestro bienestar. También nos muestra cómo recibir los mensajes de los demás de modo que existan más probabilidades de que queramos contribuir de buen grado a su bienestar.
La rabia y la Comunicación NoViolenta
En lo que respecta a la gestión de la rabia, la CNV nos enseña a utilizarla como una alarma que nos avisa de que no solo estamos pensando de una forma que no favorece la satisfacción de nuestras necesidades, sino que además es probable que nos involucremos en interacciones que no serán constructivas para nadie. Nuestra práctica insiste en el peligro de considerar la rabia como algo malo, que se ha de reprimir. Cuando identificamos la rabia como resultado de algo erróneo en nosotros, entonces nuestra tendencia es querer reprimirla en lugar de ocuparnos de ella. Esa represión y negación de la rabia nos conduce a menudo a expresarla de manera que puede ser muy peligrosa para nosotros y para los demás.
Cuántas veces leemos en los periódicos que un asesino en serie es descrito por las personas de su entorno como “una persona buena y siempre amable, que nunca alzaba la voz ni se enfadaba con nadie”.
En la CNV, por lo tanto, nos interesa usar la rabia para ayudarnos a identificar las necesidades que internamente no están satisfechas y que son el origen de aquella.
Trabajo con muchos grupos en el mundo que han experimentado las consecuencias de considerar la rabia como algo que se ha de reprimir. Esos grupos pueden atestiguar que enseñar a las personas que hay que evitar la rabia puede usarse para oprimirlas haciendo que toleren cualquier cosa que les suceda. Sin embargo, tengo también mis reservas sobre cómo, en respuesta a esta preocupación, algunos abogan por cultivar o “desahogar” la rabia, sin entender su origen ni intentar transformarla. Algunos estudios indican que los programas de gestión de la rabia que simplemente animan a los participantes a desahogarse, por ejemplo, golpeando cojines, etc., solo consiguen traerla a la superficie y esto, de hecho, predispone a los participantes a expresar más tarde esa rabia de manera peligrosa para ellos y para los demás.
Por lo tanto, en la CNV gestionamos la rabia adentrándonos en ella para ver lo que sucede en nuestro interior cuando estamos enfadados y para identificar la necesidad que subyace en ella, y así poder satisfacer esa necesidad. Con un objetivo didáctico, algunas veces me refiero a la rabia como los testigos luminosos del salpicadero de un coche que nos dan una información útil sobre las necesidades del motor. Normalmente no los escondemos ni los desconectamos ni los ignoramos, sino que reducimos la velocidad y tratamos de averiguar lo que las luces nos indican.
Funciona incluso si solo una persona la emplea
Tengo la experiencia de que si puedo mantener la atención en la rabia como una señal de aviso, puedo continuar conectado a otra persona sin importar el modo en que esta se comunique conmigo. En otras palabras, la CNV funciona incluso si solo una persona la emplea.
No es difícil entonces mantener el foco en esa dirección, aunque sí que puede dar miedo porque siempre requiere mostrarnos vulnerables, al expresar abiertamente cómo estamos y lo que nos gustaría. Esto puede fluir bastante bien cuando las dos partes están entrenadas en el proceso. Sin embargo, la mayoría de las personas con las que trabajo intenta establecer una comunicación fluida con gente que seguramente nunca acudirá a un taller para aprender el proceso. Por lo tanto, es muy importante que este proceso funcione con cualquiera, tanto si ha practicado este tipo de comunicación como si no.
En nuestra formación intensiva siempre ponemos énfasis en mantenernos en el proceso, independientemente de cómo se comuniquen los demás. La rabia puede ser una forma divertida de adentrarnos en la CNV, incluso si nos iniciamos por primera vez en el proceso. Al estar enfadados tenemos la oportunidad de poner mayor atención en los diferentes aspectos de la CNV, lo cual nos ayuda a distinguir la CNV de otras formas de comunicación.
El enfoque de la CNV implica diferentes pasos. Me referiré a ellos usando en parte el ejemplo de un joven de una prisión sueca. Trabajé con ese hombre en una sesión práctica para prisioneros en la que enseñaba a los participantes cómo puede usarse la CNV para gestionar la rabia.