Читать книгу Cómo te relacionas en pareja - Marta de Prado García - Страница 5

Pasión e intimidad

Оглавление

Con pasión me refiero a la existencia de deseo mutuo. El autor Ríos (2005) llegó a afirmar que «sin pasión, no hay pareja» 3. Esta pasión no se refiere únicamente a aquello que abarca los aspectos sexuales; la pasión es la fuerza que consigue que ambos se comprometan en la consecución de un deseo y objetivo.

Si deseamos hablar de sexualidad deberemos incluir la intimidad, entendida como la posibilidad de acceso a lo más íntimo del otro, abarcado tanto el aspecto corporal como el emocional.

Existen parejas que renuncian a la sexualidad por distintos motivos: momento traumático, creencias religiosas, distancia, etc. Sin embargo, en estas relaciones es posible mantener activos los elementos comentados: pasión por lo que comparten e intimidad por el cómo lo hacen.

No obstante, es importante que la sexualidad tenga un lugar relevante en cuanto a estos dos aspectos se refiere. En consulta me he encontrado parejas que viven la sexualidad de manera muy distinta.

Por ejemplo, Juan Carlos me explicaba la importancia que tenía para él el acto sexual mientras que, para Leticia, la pasión corporal se orientaba al deseo de recogimiento en el cuerpo de su pareja, en el abrazo afectivo del mismo durante la relación.

Hubo un momento en el que el desarrollo psicosexual de Leticia se vio truncado por una experiencia traumática a manos de un compañero de clase. Aquella relación forzada generó en la entonces adolescente un fuerte desapego hacia sus iguales, una desconfianza que le llevó a tener problemas para relacionarse y un fuerte aislamiento social durante los primeros meses.

Poco a poco, fue abriéndose a la experiencia de vivir de nuevo y de confiar en las personas de su entorno; sin embargo, la expresión de la pasión sexual es algo que mantendría encapsulado a nivel emocional durante años y que, finalmente, le llevaría a iniciar un proceso terapéutico.

Su sexualidad se encontraba reducida al placer del calor de un cuerpo, el de Juan Carlos, que sabe que no le va a hacer daño. Leticia, con 32 años, me contaba cómo en sus relaciones sexuales, el placer de su cuerpo lo sentía cuando su pareja le abrazaba, y afirmaba que:

«Era capaz de mantenerme dentro de mi cuerpo; no busco un orgasmo, mi orgasmo es que mi cabeza y mi cuerpo están juntos cuando estoy con él. Es muy raro y gratificante saber que ya no me rompo».

Tras la agresión durante la adolescencia, Leticia sufrió lo que llamamos disociación, que genera una desconexión entre pensamientos, emociones, recuerdos y su identidad; es un mecanismo de defensa que ponemos en marcha de manera inconsciente para no experimentar dolor emocional ante un conflicto o situación estresante.

Esto era evidente en Leticia, pero es importante conocer que es común en personas que han sufrido traumas psicológicos como el abuso sexual o maltrato. La disociación es habitual ante estas experiencias; la dificultad viene cuando esta disociación se mantiene en el tiempo y el evento traumático ya ha pasado. Leticia se sentía integrada en brazos de su pareja y esto generaba en ella pasión e intimidad, entendidas desde una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados a pensar.

La intimidad y la pasión se pueden entender desde muchas perspectivas; la característica final que deben compartir es aquella que hace sentir a la pareja unida de manera especial y distinta a como lo hacen con otras personas (amigos, familiares…).

Es importante que le dediquemos unas líneas a aquellas personas que se definen como asexuales. La asexualidad se entiende como falta de atracción sexual hacia otros, bajo o nulo interés por la actividad sexual. Desde la perspectiva que abordamos en este capítulo, la actividad sexual no es sinónima de intimidad y pasión, de forma que las personas asexuales pueden tener una vida de pareja llena de intimidad y pasión mientras que sexualmente no tienen actividad alguna.

Cómo te relacionas en pareja

Подняться наверх