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(1977)

WHAT'S YOUR NAME, LITTLE GIRL? [¿CÓMO TE LLAMAS, PEQUEÑA?]

Traducción de Gemma Deza Guil

Guion para una performance radiofónica transmitida por la emisora KPFK de Los Ángeles. La genealogía de nombres, tanto ingleses como castellanos, demuestra que la mayoría de los nombres femeninos son modificaciones, sean abreviaciones o versiones extravagantes, de nombres masculinos22.


Título: ¿Cómo te llamas, pequeña?

Nombres.

INTÉRPRETES:

Voz masculina – lector urbano – nombres de hombres

Voz femenina – lectora urbana – nombres de mujeres

o viceversa

Voz femenina – «ponente» polémica

ATREZO/MATERIAL:

Hojas con nombres y tambor rotativo o generador de personajes

Título y tarjetas de biblioteca

Escenario: Lectura de los nombres masculinos y femeninos siguiendo el guion. A medida que se van leyendo aparecen en pantalla. Tras lo que se antoja una retahíla «inacabable», una voz más polémica (femenina) interrumpe leyendo su ponencia. Otra voz, masculina o femenina (posiblemente la misma que lee los nombres de mujer), puede formular las preguntas oportunas.

HERMENÉUTICA O INTERPRETACIÓN DE LOS NOMBRES PROPIOS

Poner nombre es un ejercicio de arte minimalista, de arte abstracto, más aún: de arte manierista, de arte simbolista. Es un arte basado en la representación, en palabras con significado, pero que niega su significado; se sustenta en una trama de estilos y asociaciones al tiempo que rechaza y se avergüenza de las especificidades que denota. Poner nombre a alguien es una poesía con una sólida referencia social sometida a todos los cambios de moda. Dar nombre a alguien es el arte de vestirlo, de otorgar a esa nueva personita o persona en ciernes, al futuro adulto, un traje social permanente tan caracterizador como la túnica de José o un pantalón de peto.

LA RETÓRICA DEL NOMBRE

El nombre anuncia a la persona al mundo social, al grupo. Reivindica a la persona para el grupo y la ata a este. Efectúa las incisiones siguientes en el patrón total de la identidad: la más contundente de ellas es definir el género, seguida por la definición del grupo étnico, del momento del nacimiento y, con frecuencia, de la religión, la clase social y la raza, a todo lo cual se suman las alusiones a heroínas y héroes ficticios, políticos y religiosos, y la sensibilidad o la necedad de los progenitores o quien quiera que sea quien bautice.

EL BAUTIZO COMO ARTE DENOTATIVO ABSTRACTO

En el que la ortografía primero y la caligrafía después asumen el papel de la floritura barroca, del volante de encaje. Así ocurre en la sustitución de la «I» por la «Y» o de la «S» por la «SS», como en S-U-S-Y o V-A-N-E-S-S-A. En la multiplicación de letras para rellenar el nombre, para completarlo y concretarlo, para suavizarlo, un correlato de la carne adicional considerada parte esencial de la mujer: VIVIENNE, LOUISETTA, DEANNE.

Las florituras ortográficas, el redondeo de las letras, el punto sobre las íes con circulitos: pequeñas burbujas simbólicas vacuas, afirman algunos, de la feminidad.

La ortografía y la caligrafía se aúnan en oposición al estándar «masculino» de rectilinealidad, firmeza, energía y economía: J-O-H-N, no J-O-H-N-N-E; L-E-N-N-Y, no L-E-N-N-Y-E ni L-E-N-N-I-E; S-A-M, no S-A-M-M-E; Jack, no Jacqueline ni Jacquenetta.

PARA QUÉ SE USA EL NOMBRE

Los nombres tienen una función privada

una función familiar

una función social

una función política

Los nombres propios son entidades lingüísticas funcionales. Su mensaje se dirige en parte al exterior, a la familia, al grupo y a la sociedad en su conjunto, y en parte al interior, a la persona que porta el nombre.

Un nombre propio tiene varias capas de significado, la menos importante de las cuales es el significado literal de las palabras y las partículas que lo componen.

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN PÚBLICA DE UN NOMBRE PROPIO?

El nombre te identifica ante las autoridades civiles de toda índole, pero el nombre es una identificación «flexible», no absoluta, a diferencia de un número, por ejemplo, que es una identificación «rígida». Ahora bien, los nombres se complementan fácilmente con números y con características identificativas aún más absolutas, como las huellas dactilares y las huellas vocales.

El «significado» público de tu nombre propio es que funciona como tu identidad virtual, y el nombre suele bastar como identificación para la mayoría de los cometidos humanos de la vida cotidiana, a diferencia de lo que sucede en el caso de trámites administrativos o burocráticos de otra índole.

¿Cuál es la función privada de un nombre propio?

El nombre también sirve para que uno se identifique consigo mismo, a partir del primer momento en el que su identidad empieza a forjarse. Consideramos los nombres propios parte del «yo». Además de indicárselo a los demás, tener un nombre te indica a ti que eres un individuo. Asimismo, sus sonidos familiares te vinculan a una comunidad lingüística.

Los publicistas han llevado la teoría del nombre concebido como el aura de la cosa hasta el paroxismo y han llegado a invertir millones en desentrañar el nombre mágico que sostendrá la «imagen» que han inventado para envolver los productos que comercializan. La realidad del producto en sí queda relegada a una idea en segundo plano frente al poder del nombre y sus adornos.

Los anunciantes consideran el nombre parte del «alma» de los artículos comerciales.

Y nosotros hemos aprendido a contemplar los nombres propios como parte del alma de las personas.

«Washington» es un nombre sólido y formal, paternal incluso.

«Samantha» es romántico.

«Ramona» exuda un patetismo exótico.

«Jasón», «Josué» y «Jonathan» son íntimos y nostálgicos, héroes de antaño de la Edad de Oro.

«Bret» y «Bart» tienen una firmeza anglosajona al estilo del Oeste.

Iris, Alba, Aurora, Rosa, Esmeralda, Begoña, Coral, Mar, Rocío, Valle, Abril, Juno sitúan a las mujeres en el mundo natural, con las rocas, las piedras y los árboles. Las mujeres son parte de la naturaleza. Así lo demuestran sus nombres, ¿no es cierto?

Nuestra cultura permea para implantar y determinar esos significados en el seno de una persona como un método de convertir a la persona en el «hombre» deseado y en la «mujer» deseada. Y lo mejor de todo es que te cubre como una segunda piel. Y crece contigo.

CÓMO CREAR UN NOMBRE DE MUJER

Busca un hombre, ya sea real o ficticio, un religioso, un personaje de una novela o alguien por el estilo, y retoca su nombre para que suene «femenino». Feminízalo. Añádele una a, ine, ina, ette, etta, eta, ita, itha, elle, ella, ela, ille, illa, ila, inde, inda, ie, ye o ia.

O toma el apodo de un hombre y procede de idéntico modo.

Rodolfa, Rodolfina, Rodolfeta, Rodolfita, Rodolfela, Rodolfila, Rodolfinda, Rodolfina, Rodolfia.

Adolfa, Adolfina, Adolfita, Adolfeta, Adolfela, Adolfila, Delfina, Dolfita.

Rodolfo significa «lobo famoso». Se nos ha olvidado, pero no olvidemos que Rodolfa o Rodolfina son un diminutivo de Rodolfo.

Willie Mae, Tina, Tiny, Fifi, Lulubelle, Lexie, Loula, Tansy, Sissie, Angelica, Fritzie, Winnie, Tildy, Chrissie, Chatty: aprenderéis a ser femeninas, subordinadas y pequeñas o, de lo contrario, experimentaréis una alienación de parte de vuestro «yo».

Un nombre, el marcador personal aparentemente más benigno y menos imperativo, se conjuga con una formación social más potente para comunicar a las niñas lo que son y lo que deben ser. Constanza, Prudencia, Paciencia, Misericordia, Armonía, Piedad, Caridad, Dulce, Esperanza, Felicidad.

Hay una moda adscrita a los nombres femeninos que trasciende el bautizar a las niñas. Es la moda de olvidar y recordar los nombres de mujeres particulares. La larga sequía de la memoria y del relato de mujeres fuertes y poderosas es una larga sequía que regresa una y otra vez, una y otra vez. Si escarbamos, descubrimos que solo somos capaces de recordar a unas cuantas de ellas. Y entre aquellas a quienes podemos denominar artistas, averiguamos que sus firmas han quedado sepultadas bajo nombres de hombres. Así, el nombre de Judith Leyster quedó borrado por el de su maestro, Frans Hals, y el de Constance-Marie Charpentier por el de Jacques-Louis David; descubrimos que se pintó sobre sus lienzos o bien que sus obras se descartaron y se abandonaron en sótanos. Sophonisba Anguissola, Rosalba Carriera, Katerina van Hemessen, Angelica Kauffman. Incluso Georgia O’Keeffe. Imogen Cunningham, Willa Cather. Joan Mitchell, Grace Hartigan, Helen Frankenthler. Gritamos para intentar abrir las puertas de la memoria, para resquebrajarlas. Sojourner Truth, Mother Jones, Carrie Chapman Catt, Victoria Woodhull, Tennesee Claflin, Elizabeth Blackwell, Harriet Tubman, Elizabeth Candy Stanton, Elizabeth Gurley Flynn, Emma Goldman, Alexandra Kollontai.

Las mujeres satisfacen esta necesidad. Sus producciones y sus obras recuerdan a los hombres que las suyas son más y mejores, del mismo modo que las mujeres se presentan como una amenaza en tanto que mano de obra barata, pero capaz.

Los nombres de las mujeres son como las placas amarillas que los nazis obligaban a llevar a los judíos.

Los nombres de las mujeres son un cúmulo cosificado de predisposiciones culturales a la dominación masculina.

Angelica, Harriette, Fifine, Alphonsina, Ambrosia, Conradina, Cyrilla, Lysandra, Michaeline.

AQUILES. Griego, «sin labios». Probablemente en honor a un héroe de guerra; posteriormente nombre de cuatro santos.

AQUILA, AQUILEA. Femenino de Aquiles. En honor al protagonista de la Ilíada y cuatro santos.

ADÁN. Hebreo, posiblemente «del polvo rojo». Nombre bíblico y de santo.

ADAMINA, ADIE. Femenino de Adán. En honor al Adán bíblico y el san Adán irlandés del siglo VII.

ADOLFO. Alemán, «lobo noble», es decir: héroe noble. Nombre de la antigua nobleza teutónica; también es nombre de santo.

ADOLFA, ADOLFINA, ADOLFITA, DOLFINA. Femenino de Adolfo. En honor a reyes alemanes y a un santo.

ADRIÁN/ADRIANO. Latino, «procedente de Hadria»; clan Adriano de Roma. Nombre de santo.

ADRIANA, ADRIANE, ADRIA, HADRIA, ADRENA, ADRIEL, ADRIELLE, ADRINI. Femenino de Adrián. En honor a san Adrián.

ALAN. Celta, «hombre apuesto que vive en armonía».

ALANA. Femenino de Alan.

ALARICO, ULRICO. Teutónico, «el controlador de todo». Visigodo.

ALARICE, ULRICA, ALARICA, ALRICA, ELRICA, ODELIA, ODETTE, ODILA, ODELLA, ODELINDA, ODA. Femenino de Alarico, Ulrico.

ALBERTO. Alto alemán antiguo, «el que brilla por su nobleza». El nombre favorito para varón entre la nobleza. Otras formas de escribirlo son Albrecht, Adelbrecht, Edelberto y Adalberto.

ALBERTA, ALBERTINA, ALBERTINE, TINA, ELBERTA, ELBERTINA, BERTINE, BERTIE, ALBERTHA, ALLIE, BETTIE, BET. Femenino de Alberto. En honor a reyes.

ALEJANDRO. Griego, «defensor del hombre». En honor a Alejandro Magno y Alejo de Roma.

ALEJANDRA, ALEXANDRA, ALEJANDRÍA, ALEJANDRINA, ALEXANDRINA, ALEXANDINE, ALLESANDRA, ALEXIA, ALEXA, ALEJA, ALEXINE, ALESSA, ALEXINA, ZANDRA, SANDRA, SAUNDRA, SANDY, ZANDY, LEXINE, LEXIE, ALEX, SASHA. Femenino de Alejandro y sus diminutivos. En honor a Alejandro Magno y Alejo de Roma.

ALFREDO. Anglosajón, «elfo parte del consejo»; «consejo de sabios». El «nombre élfico» más importante de la mitología nórdica. También en honor a Alfredo el Grande.

ALFREDA, ALFRETA, ELFRIEDA, ELVA, ELVIA. Femenino de Alfredo. En honor a Alfredo el Grande.

ALOISIO, LUIS. Alto alemán antiguo, «guerrero famoso». Nombre de santo, nombre de rey. También LUDWIG, CLOVIS, LUDOVICO, ELOY.

ALLISON, ALLIE, ALOISIA, ALOIS, ALOISA, ELOISA, ELOISE, LUISA, ELOINA, LOUELLA, LUDWIGA, LOIS, LOUISETTE, LOUISETTA, LOUISINE, LUETTA, LOULA, LULU, LU, LISETTE, LUDOVICA. Femenino de Aloisio, Luis y Lewis. En honor a múltiples reyes y santos.

ALFONSO. Alto alemán antiguo, «de familia noble». Nombre de rey y de santo.

ALFONSINE, ALFONSINA, ALFONSA, ALONZA, FONSIE. Femenino de Alfonso. En honor a reyes y al santo Alfonso.

AMBROSIO. Griego, «inmortal» o «de naturaleza divina»; literalmente «ambrosía». Nombre de santo.

AMBROSINA, AMBROSIA. Femenino de Ambrosio. En honor a san Ambrosio.

ANASTASIO. Griego, «resurrección». Nombre de sumo pontífice y de santo.

ANASTASIA, ANSTICE, STACIA, STACEY, ANTY. Femenino de Anastasio. En honor al patriarca bizantino, el emperador Anastasio I, papas y santos.

ANATOLIO. Griego, «originario del Este». Nombre de santo.

ANATOLIA. Femenino de Anatolio. En honor a san Anatolio.

ANDRÉS. Griego, «hombre», «fuerte y viril». Nombre de santo.

ANDREA, ANDREANNA, ANDRINA. Femenino de Andrés. En honor al apóstol Andrés.

ÁNGEL, ENGEL. Griego, «ángel». Nombre de santo en honor a san Ángel.

ÁNGELA, ANGELOT, ANGÉLICA, ÁNGEL, ANGELINA, ANGELITA, ANGIE, ANGIOLA, ANGIOLETTA, ANGELI, ANGELIQUE. Femenino de Ángel o Engel. En un origen usado en honor a san Ángel.

ANSELMO. Teutónico, «portador del yelmo divino» y, por ende, «el protegido de los dioses». En honor a san Anselmo de Lombardía, san Anselmo de Canterbury.

ANSELMA, ZELMA, ANSA, SELMA. Femenino de Anselmo. En honor a san Anselmo de Lombardía.

ANTONIO. Latino, «inestimable». Clan romano. Nombre de santo.

ANTONIA, ANTOINETTE, TOINON, ANTONIETA, ANTONETTA, ANTOÑICA, TOINA, TONI, NETTIE, TOÑA. Femenino de Antonio. En honor a san Antonio.

ARNALDO, ARNOLD. Alto alemán antiguo, «fuerte como las águilas». Nombre de santo, nombre de rey.

ARNOLDlNE, ARNOLDA, ARNOLDE. Femenino de Arnaldo. En honor al santo francés Arnaldo y del rey Arnaldo.

ATANASIO. Griego, «inmortal». Nombre de santo.

ATANASIA, ATANASIE, ATANE, TANSY. Femenino de Atanasio. En honor a san Atanasio.

AUGUSTO. Latino, «consagrado, venerado».

AUGUSTA, GUSSIE, GUSTA, GUS, AGUSTINA, GUSTAVA, GUSTINA, SUSTINE. Femenino de Augusto.

AUSTIN, AGUSTÍN. Diminutivo de Augusto.

AUSTINE, AUSTINA, AGUSTINA. Femenino de Austin. En honor a san Agustín.

BAUTISTA. Griego, «el que bautiza». En honor a san Juan Bautista.

BAUTISTA, BATTISTA. Femenino de Bautista. En honor a san Juan Bautista.

BENEDICTO, BENNETT. Latino, «bendito». Nombre de santo.

BENEDICTA, BENEDETTA, BENETTA, BENA, DIXIE. Femenino de Benedicto. En honor a san Benedicto.

BERNARDO, BARNARD. Teutónico, «oso fuerte». Nombre de santo.

BERNADETTE, BERDARDINE, BERNARDINA, BERNARDOTTE, BERNARDA, BERNETTA, BERNITA, BERNETTE. Femenino de Bernard. En honor a san Bernardo.

BRANDÁN, BRAND, BRENNAN, BRANDON, BRANDÓN, BRENDON. Teutónico, «instigador» o «de espada veloz». Nombre de santo.

BRENDA, BRENDAN. Femenino de Brandán o Brennan. Por san Brandán.

BRIAN, BRAN. Celta, «el fuerte». Nombre del rey irlandés Brian Boru.

BRENNA, BRIANA. Femenino de Brian o Bran. En honor al rey irlandés.

CALVIN, CALVINO, CALVO. Latino, «calvo». En honor a Juan Calvino.

CALVINA. Femenino de Calvino. En honor a Juan Calvino.

CARLOS, CARL, CAROL, CHARLES. Alto alemán antiguo, «fuerte», «varonil». Nombre de santo, nombre de rey. En honor a Carlomagno y Karl o Carlos Marx.

CARLA, CAROL, CAROLA, CHERYL, CAROLINE, CAROLINA, CARO, CHARLIZE, CHARLENE, CHARLINA, CHARLETTE, CHARLOTTE, CHATTY, CARLOTA, LOTA, LOTTIE, LOTTA, CARRIE, LINA, LOLA, LOLANDA, LOLITA. Femenino de Carlos. En honor a emperadores, como Carlomagno, reyes y santos.

CECILIO. Latino, «ciego». En honor a los santos Cecilio y Cecilia.

CECILIA, CECILE, CECIL, CECILY, SISLEY, SISSIE, SHEILA, CIS. Femenino de Cecilio.

CRISTIAN, CRISTIANO. Griego, «seguidor de Cristo».

CRISTINA, CRISTINE, CRISTIANE, CRISTIANA, CRISTI, CRISSIE, CRISSA, CRISTAL, CRIS, CRISTA, TINA, XINA, TINE, KRISTEN, KIRSTEN. Femenino de Cristian.

CRISTÓBAL. Griego, «portador de Cristo». Nombre de santo.

CRISTÓFERA. Femenino de Cristóbal. Por san Cristóbal.

CLEMENTE, CLEMENS. Latino, «misericordioso», «benigno». Nombre de santo.

CLEMENCE, CLEMENTINE, CLEMENTINA, CLEMENTIA, CLEMENCIA, CLEMENCY, CLEMMY, CLEM. Femenino de Clemente. En honor a san Clemente.

CONRADO, CONRAD. Alto alemán antiguo, «consejero audaz». Nombre de rey.

CONRADINE, CONRADINA. Femenino de Conrado. En honor a reyes germanos.

CONSTANTINO. Latino, «firme o constante». En honor al emperador cristiano Constantino I.

CONSTANZA, CUSTANCE, CONSTANTINA, CONSTANTINE, CONSTANT, CONSTANCY, CONNIE, CY. Femenino de Constantino. En honor al emperador cristiano Constantino I.

CRISPÍN. Latino, «de pelo crespo o rizado». Nombre de santo.

CRISPINA, CRISPINE, CRISPETTE. Femenino de Crispín. En honor a los santos Crispín y Crispiniano, hermanos y mártires.

CIRILO. Griego, «señor», «señorial». Nombre de santo.

CIRILA. Femenino de Cirilo. En honor a tres santos llamados Cirilo.

DANIEL. Hebreo, «Dios es mi juez». Nombre bíblico.

DANIELA, DANIELLE, DANELLA, DANILA, DANITA, DANETTE. Femenino de Daniel.

DARÍO, DARIAN. Persa, «el que posee riquezas». Nombre de rey.

DARÍA, DARINA, DARICE. Femenino de Darío. En honor al rey persa del siglo V.

DAVID. Hebreo, «amado». Nombre bíblico y nombre de santo.

DAVIDA, VIVA, DAVINA, DAVITA, VIDETTE, TAFLINE, TAFFY. Femenino de David.

DIONISIO, DENÍS. Griego. Nombre de santo.

DIONISIA, DENISE, DIONYZA, DENNETTE, DENNET, DONNET, DIONE, DIONA, DIONNE, DIONETTE, DENNA. Femenino de Dionisio. En honor a san Dionisio, santo patrón de Francia.

DONALD. Gaélico, «príncipe del universo». Nombre de rey.

DONALDA, DONALEE, DONNIE, DONALDINA, DONIA. Femenino de Donald.

DUNCAN. Gaélico, «guerrero oscuro».

DUNCANNE. Femenino de Duncan.

EDAN, AIDAN, EGAN. Celta, «fuego». Nombre de santo, por san Aidan.

EDANA, AIDAN, EDINA. Femenino de Edan, Aidan, Egan. En honor al santo irlandés Edan o Aidan.

EDMUNDO, EDMOND. Anglosajón, «el que defiende sus bienes», «el que defiende su tierra». Nombre de rey.

EDMUNDA, EDMONDA, EDMONIA, EDMEE. Femenino de Edmundo. En honor al rey inglés Edmundo y a san Edmundo, arzobispo de Canterbury.

EDUARDO. Anglosajón, «guardián de la riqueza». Nombre de rey.

EDUARDINA, EDUARDA, NEDDA, NEDA. Femenino de Eduardo. En honor a los reyes de Inglaterra.

EDWIN, EDVINO. Anglosajón, «amigo de la propiedad», literalmente «el que gana propiedades», de ahí el significado de «bendito amigo». Nombre de rey.

EDVINA, EDWINE, EDWINETTE, WINNIE. Femenino de Edvino. Probablemente en honor a un rey de Northumbria.

EGBERTO. Anglosajón, «espada brillante». Nombre de rey.

EGEBERTA, EGBERTINA. Femenino de Egberto. En honor al rey inglés Egberto.

EUJAH, ELÍAS, ELUS, ELIOT, ELIA. Hebreo, «Mi Dios es Yahvé», «Dios es mi Señor». Bíblico.

ELLICE. Femenino de Elías, etc.

ELMO. Griego, «amigable». Nombre de santo.

ELMA. Femenino de Elmo. En honor a san Elmo.

ENMANUEL, MANUEL. Hebreo, «Dios está con nosotros». En honor a Cristo.

EMMANUELLE, ENMANUELA, MANUELA. Femenino de Manuel. En honor a Jesucristo.

ENRIQUE. Alto alemán antiguo, «amo de una propiedad privada». En honor a emperadores germanos y a reyes germanos e ingleses.

ENRIQUETA, HENRIETTA, HENRIETTE, HERIETTE, HENNIE, HETTY, RETTA, ETTA, ETTIE, HENNIE, HATTIE, NETTIE, Femenino de Enrique. En honor a reyes y santos.

ERIC. Noruego, «gobernante poderoso».

ERICA, RICKY. Femenino de Eric. En honor a reyes vikingos.

ERNESTO. Alto alemán antiguo, «serio, perseverante, honrado».

ERNESTINE, ERNESTINA, ERNESTA, ERNA, ERNETTE, ERNETTA, ERNIE, TINA, TINY. Femenino de Ernesto.

ERVIN, ERWIN. Anglosajón, «amigo del mar».

ERVINA, ERWINA, ERWINIA. Femenino de Ervin.

ESTEBAN. Griego, «coronado». Nombre de santo y de rey.

ESTEFANÍA, ESTEFANA, ESTEFA, STEPHANA, STEVENA, STEPHA, STEPANIA, STEFFIE, TEENA, ETIENNETTE, TIENNETTE. Femenino de Esteban. En honor a varios santos y reyes llamados Esteban.

EUGENIO. Griego, «de raza noble», «de cuna noble». Nombre de príncipe, nombre de santo.

EUGENIA, EUGENIE, GENE, GENIE. Femenino de Eugenio. Originalmente, en honor a san Eugenio, mártir romano.

FEDERICO. Alemán, «aquel que impone la paz». Nombre de rey.

FEDERICA, FREDERICA, FREDA, FREDRICA, FARICA, FRITZIE. Femenino de Federico. En honor a emperadores y reyes; en un origen, en honor a Federico el Grande de Prusia.

FELIPE. Griego, «amante de los caballos». Nombre de rey y de santo.

FELIPA, FILIPA, PHILIPPE, PHILLIE, FILIPINA. Femenino de Felipe. En honor a varios santos, mártires y reyes llamados Felipe.

FERNANDO. Alemán, «guerrero valiente», «el que trae la paz». Nombre de rey.

FERNANDA, FERDINANDA, FERNANDE, FERNANDINE, FERNANDINA, NANDY. Femenino de Fernando. En honor a emperadores y reyes teutones.

FRANCISCO, FRANCIS, FRANCO, PACO. Alemán, «libre». Nombre de santo.

FRANCISCA, FRANCIS, FRANCES, FRANCESCA, FRANCINE, FRAN, FRANELLE, FANNY, FRANNY, FRANCIE, FRANCE, FRANCELA, FRANCENA, FRANKIE, FRANCIA, FRANCHET, FRANETTE, FANIA, PACA, PAQUITA. Femenino de Francisco. En honor a numerosos santos.

GABRIEL. Hebreo, «hombre de Dios». Por el ángel de la Anunciación.

GABRIELA, GABRIELLE, GABI, GABY, GABRILLA, GAVRA, GAVRILLA. Femenino de Gabriel. En honor al ángel de la Anunciación.

JORGE. Griego, «marido», «el que labra la tierra». Nombre de santo.

JORGINA, GEORGIA, GEORGETTE, GEORGINE, GEORGINA, GEORGIANE, GEORGIANA, GEORGIE. Femenino de Jorge. En honor a san Jorge y a reyes ingleses.

GERARDO, GERALD. Alto alemán antiguo, «lancero valiente». Nombre de santo.

GERARDA, GlRALDA, GERALDINE, GERRY, GERLINDA, GERARDINE. Femenino de Gerardo. En honor a santos.

GILES. Latino, Aegidius, «escudero». Nombre de santo.

EGIDIA. Femenino de Giles. En honor a san Giles.

GLENN. Celta, «de la cañada o el valle».

GLENNA, GLENNIS, GLENDORA, GLENDENE. Femenino de Glenn.

GREGORIO. Griego, «despertar», literalmente: «vigilante». Nombre de santo.

GREGORIA. Femenino de Gregorio. En honor a san Gregorio.

GUILLERMO. Alto alemán antiguo, «protector decidido».

GUILLERMINA, WILHELMINA, WILHELMINE, WILHELMA, WILHELNA, WILMA, GUILHERMINA, HELMA, WILLAMENA, WILIMENA, WILELLA, WILETTA, WILLETTE, WILLETHA, WILMETT, WILMOT, WILONA, WILONE, WILNE, WILLANN, WILMENA, WILEEM, WILLA, VELMA, VILMA, MINA, MINELLA, MINNA, MINNIE, GUILLA, WILLIE, BILLIE, MIMI, GUILLEMETTE. Femenino de Guillermo. En honor a múltiples santos, mártires y reyes.

GUY. Francés antiguo, «el que estabiliza o guía». Nombre de santo.

GUIDA, GUILLENA, GUIETTE. Femenino de Guy. En honor a san Guy.

HAROLD. Anglosajón y danés, «heraldo», también «comandante de ejércitos». En honor a reyes nórdicos e ingleses.

HARELDA, HARALDA, HAROLDA, HALLIE, HALLETTE. Femenino de Harold. Por reyes y santos.

HARRY. Diminutivo de Enrique y Harold.

HARRIET, ETTA, ETTIE, HARRIOTE. Femenino de Harry.

HERNÁN, ARMANDO. Alto alemán antiguo, «hombre del ejército». Originalmente latino, Herminio, «el que va armado» y «noble o de alto rango». Del latín Arminiano. En la actualidad usado en honor a san Armando.

HERMINE, ERMINE, ERMINIA, EMMA, ARMINA, ARMANDA, ARMINE, ERMAN, HERMINIE, HERMANDINE, HERMANDINA, ARMIDA, ARMINDA, ARMYN, MINTY, IRMADINE, HERMA, HERMIA, HERMILIA, HERMIONE. Femenino de Hernán y Armando.

HUGO. Alto alemán antiguo, «mente».

HUGA, HUGUETTE, HUETTA, HUETTE. Femenino de Hugo.

IGNACIO. Latino, «fiero». En honor a san Ignacio de Loyola y otros dos santos.

IGNACIA. Femenino de Ignacio. En honor a san Ignacio de Loyola y otros dos santos.

ISIDORO. Griego, «regalo de Isis». En honor a nueve santos y tres obispos entre los griegos.

ISADORA. Femenino de Isidoro.

JACOBO, JAIME, JACQUES, JAMES. Hebreo, «el suplantador». Nombre de rey y de santo. Jaime es el tercer nombre cristiano masculino más popular.

JACOBA, JACQUELINE, JACKIE, JAMESINA, JACOBINA, JACQUETTA, JACQUENELLA, JACQUENELLE, JACQUENETTA, JAMIE, JIMMIE. Femenino de Jacobo y Jaime. En honor a varios santos, al rey Jaime y al Jacob bíblico.

JERÓNIMO. Griego, «sagrado». Nombre de santo.

JERÓNIMA. Femenino de Jerónimo. En honor a san Jerónimo.

JESÉ. Hebreo, «gracia de Dios» o «rico». Bíblico.

JESSICA, JESSLYN, JESSIE, JESS. Femenino de Jesé. En honor al Jesé bíblico.

JOB. Hebreo, «el afligido».

JOBINA. Femenino de Job. En honor al Job bíblico.

JOSÉ. Hebreo, «el que añadirá». Bíblico.

JOSEFA, JOSEFINA, JOSEPHINE, JOSETTE, JOSEPHIE, JOERITHA, JOSIE, JO, JOETTE, JOSETTA, FINA, FIFINE, FINETTE, FIFI, PEPITA. Femenino de José. En honor a varios santos de nombre José.

JUAN, JEAN, JOHAN, IAN, JON, JOHN. Hebreo, «pleno de gracia», «el que es fiel a Dios». El nombre masculino más común. En honor a 84 santos, incluidos el apóstol san Juan y reyes.

JUANA, JOAN, JOANNE, JOANNA, JOHANNA, JOANIE, JANE, JANIE, JANEL, JANET, JANETTA, JAN, JEAN, JEANETT, GIOVANNA, JUANITA, JENNY, JENICA, HANNE, JONEA, JOANETTE, JANNA, JANINE, JANINA, GIANA, JANIS, IVANNA, JEHANNE, JOHNNY, YONNA, ZANETA, ZANE. Femenino de Juan. En honor a san Juan el Bautista y otros santos.

JULIO. Latino.

JULIA, JULIE, JULIET, JULIETA. Femenino de Julio. En honor a Julio César.

JULIÁN. Latino, «perteneciente a Julio», clan latino. En honor a Julio César.

JULIANA, JULIANNE, JULIET, JULIETTA, JULETTA, JULETTE, JULIA, GILLIAN, JILL, GILL, GILLI, JULIE, JILLET, JULINA, JULINE, ZULINA, ZULIA, SULIA, SULIANE, ZULIENE, JULIENE. Femenino de Julián. En honor a Julio César y varios santos.

JUSTINO, JUSTINIANO. Latino, «justo». En honor al emperador bizantino Justiniano.

JUSTINA, JUSTA, JOCELYN, JOYCELIN, JOSCELINE. Femenino de Justino y Justiniano.

LAMBERTO. Alto alemán antiguo, «famoso en su país», «el renombrado». Nombre de santo.

LAMBERTINA, LAMBERTINA. Femenino de Lamberto. En honor a san Lamberto, mártir.

LANCELOT, LANCE. Latino, «servidor», «lanza», «caballero». En honor a sir Lancelot.

ANCELIN, ANCELOTE. Femenino de Lancelot, Lance.

LORENZO. Latino, «laureado». En honor a san Lorenzo.

LAURA, LAURENTIA, LAURINE, LAURIE, LAURINA, LAURINDA, LAURETTA, LAUREL, LAURELLE, LAURELLA, LAUREN, LORENA, LORILLA, LORENZA, LORETTA, LORITA, LORNA, LORNE, LORIETTE, LARRIE, LAURITA. Femenino de Lorenzo. En honor a san Lorenzo.

LEÓN, LEO, LEONARDO. Latino, «león», «con aspecto de león». Nombre de emperador, santo y sumo pontífice.

LEONA, LEONIE, LEOLA, LEOINE, LEOLINE, LEONTINE, LEONARDA, LEONTIA, LEOCADIA, LEOLYN, LEONELLA, LEONELLE, LEONCIE. Femenino de León y Leonardo. En honor a sumos pontífices.

LUCRECIO. Latino.

LUCRECIA, LUCRECE. Femenino de Lucrecio.

LUTERO, LOTHAIR, CLOTAIRE. Alto alemán antiguo, «guerrero ilustre».

CLOTILDA, CLOTILDE, TILDA, TILDY. Femenino de Lutero.

LISANDRO. Griego, «libertador». En honor al general espartano Lisandro.

LISANDRA, LISIA. Femenino de Lisandro. En honor al general espartano Lisandro.

MALVIN, MELVIN. Teutónico, «jefe».

MALVINA, MALVINA, MELVINA, MELVINE, MELVA, MELVIE. Femenino de Malvin y Melvin.

MANFREDO. Teutónico, «hombre de paz».

MALFREDA. Femenino de Manfredo.

MARCOS, MARCO, MARCUS, MARCELO, MARK, MARCELLUS, MARTÍN. Latino, en alusión a Marte, dios de la Guerra y, por consiguiente, «guerrero». Nombre de santo; también usado en honor a Martín Lutero.

MARSHA, MARTINE, MARTINA, MARCIE, MARCELLA, MARCELLE, MARCELINE, MARCELINA, MARCHETA, MARCELIA, MARCORITA, MARCERITA, MARCH, MARCELA, MARCHITA, MARKITA, MARZETTA. Femenino de Marcos, Marcelo y Martín. En honor a distintos santos, incluido san Marcos el Evangelista.

MATEO. Hebreo, «don de Dios». En honor al apóstol san Mateo de la Biblia.

MATEA, MATTHEA, MATTHIA, MATALEA, MATTIE. Femenino de Mateo. En honor al apóstol.

MAURICIO, MAURO, MORRIS. Latino tardío, «oscuro», «moro».

MAURA, MAUREEN, MOIRA, MORENA. Femenino de Mauricio. En honor a los emperadores bizantinos Mauricio y a los santos posteriores llamados Mauricio o Mauro.

MAXIMILIANO, MÁXIMO, MAX. Latino. Maximus, «el más grande». Nombre de emperador.

MAXINE, MÁXIMA, MAXIE, MAXA, MAX. Femenino de Maximiliano. En honor al emperador Máximo.

MIGUEL. Hebreo, «¿quién como Dios?». En honor al arcángel Miguel, patrón de los guerreros cristianos.

MICAELA, MIGUELA, MICHELLE, MICHAELINE, MICHAELINA, MICHELINE, MICHELINA, MICKEY, MICHAL. Femenino de Miguel. En honor al arcángel, a santos y a reyes.

NATÁN. Hebreo, «el regalo (de Dios hacia los cónyuges)». En honor al profeta Natán.

NATANIA, NATHENE, NATHIE, NATTIE. Femenino de Natán. En honor al profeta.

NEAL. Irlandés, «valeroso», «campeón», literalmente: «jefe».

NEALLA, NEILLIA. Femenino de Neal.

NICOLÁS, NICO. Griego, «victoria del pueblo», «victoria del ejército del pueblo». Nombre de santo.

NICOLASA, NICOLA, NICOLE, NICOLINA, NICOL, NICAELA, NICOLETTE, COLETTE, NIKKI, COLIE. Femenino de Nicolás. En honor a san Nicolás.

ODÓN, OTTO, OTHO. Alemán, «rico». En honor a emperadores teutones, un emperador romano y reyes de Grecia, Italia y Baviera.

ODA, OTILIA, OTILA, OTILLIE, OTHILIA. Femenino de Odón y Otto. En honor a reyes y emperadores.

PATRICIO. Latino, «noble», «patricio». En honor a san Patricio de Irlanda.

PATRICIA, PATRICA, PATRICE, PATRIX, PATRIA, PATSY, PATTY, PAT, PATRI. Femenino de Patricio, santo patrón de Irlanda.

PABLO. Latino, «pequeño», «humilde». En honor a san Pablo.

PAULA, PAULINE, PAULITA, PAULINA, PAULETTE, PAOLA, PAOLETTA. Femenino de Pablo. En honor a san Pablo.

PEDRO. Griego, «piedra». En honor a san Pedro.

PETRA, PETREA, PETRONIA, PETRINA, PETRONELLA, PETRONELLE, PETRONILLA, PERNEL, PERNELLA, PARNEL, PARNELLA, PETTY, PETRISSA, PETRINA, PET, PERRINE, PIERETTE. PIERA, PIER. Femenino de Pedro. En honor al apóstol san Pedro y a muchos otros santos.

PLATÓN. Griego, «el de anchas espaldas». En honor al filósofo griego.

PLATONNE. Femenino de Platón. En honor al filósofo griego.

RAFAEL. Hebreo, «Dios ha sanado». Nombre de ángel y de santo.

RAFAELA. Femenino de Rafael. En honor al ángel y santo Rafael.

RAIMUNDO, RAMÓN. Alto alemán antiguo y gótico, «sabia protección», «protegido por el consejo divino». Nombre de guerreros teutones.

RAMONA, RAIMUNDA, RAMONDA. Femenino de Raimundo y Ramón.

RICARDO. Alto alemán antiguo, «poderoso y fuerte», «firme». Nombre de santo y de rey.

RICARDA, RICHELA, RICKIE, RICHIE, DICKSIE, DICKIE, RICHENZA, RECHILDA, RICHILDE. Femenino de Ricardo. En honor a reyes, santos y obispos.

ROBERTO, RUPERTO. Alto alemán antiguo, «aquel cuya fama brilla». Nombre de santo y de la nobleza.

ROBERTA, ROBIN, ROBINA, ROBINIA, ROBIA, ROBINETTA, ROBINETTE, BOBBIE, BOBBETTE, RUBERTA, RUPERTA, RUDA, RUDELLA, RUDELLE, RUDY, BERTIE, BERT, PERT. Femenino de Roberto y Ruperto. En honor a santos y mártires llamados Roberto.

ROQUE. Latino, «fuerte como una roca». En honor al soldado y santo Roche.

ROCHELLE, ROCHELLA, ROCENE, ROCHETTE. Femenino de Roche. En honor a san Roque y soldados.

RODRIGO. Alemán antiguo. Rodrigo combina con Roberto y Ricardo, «rico, duro y de fama brillante». Nombre de rey.

RODRIGA, RODERICA, RODDIE, RODIE, RICKIE. Femenino de Rodrigo. En honor a reyes.

ROLDÁN, ROLAND, ORLANDO. En alemán combina Roberto y land (tierra), «famoso por sus batallas», «tierra gloriosa». En honor a Roldán, emperador de Britania.

ROLANDA, ROLANDE, ORLANDA, ORLANTHA. Femenino de Roldán y Orlando. En honor al emperador de Britania.

RONALDO, REGINALDO. Alto alemán antiguo, «gobernante poderoso».

RONALDA, RONNIE, RONA, RON. Femenino de Ronaldo.

RODOLFO. Alto alemán antiguo, «lobo famoso».

RODOLFA, RUDOLPHINE, RUDOLPHA. Femenino de Rodolfo.

RUFO (latino), GRIFFITH (galés). «Pelirrojo».

RUFA, RUFINA, RUFINE. Femenino de Rufo. En honor a san Rufo.

SAMUEL. Hebreo, «escuchado por Dios» o «su nombre es Dios». Nombre bíblico y de santo.

SAMUELA, SAMUELLE, SAMELA, SAMMIE. Femenino de Samuel. En honor al Samuel bíblico.

SEBASTIÁN. Griego, «reverenciado». En honor a san Sebastián, mártir.

SEBASTIANA, SEBASTIA, SEBASTIANE. Femenino de Sebastián. En honor a san Sebastián, mártir.

SIMÓN. Hebreo, «el que escucha». En honor a varios santos llamados Simón.

SIMONE, SIMONA, SIMONETTE, SIMONETTA. Femenino de Simón. En honor al apóstol y a varios santos.

TADEO. Hebreo, «elogiado», «alabado sea Dios». En honor al apóstol.

TADEA, TADINE, THADDA. Femenino de Tadeo. En honor al apóstol.

TOMÁS. Arameo, «gemelo». En honor al apóstol santo Tomás.

TOMASA, TOMASINA, THOMASINE, THOMEDA, THOMA, TAMZINE, TAMZIN, TAMSEN, TANZINE, TAMMIE, TOMMIE. Femenino de Tomás. En honor al apóstol y a numerosos santos y mártires.

TOR, THOR. Nórdico, «trueno». En honor al dios nórdico.

THORA. Femenino de Tor. Originalmente usado en honor al dios Tor.

TIBERIO. Latino. Nombre de un emperador romano.

TIBERIA, TIBBIE. Femenino de Tiberio. Usado originalmente en honor al emperador romano Tiberio.

TIMOTEO. Griego, «aquel que siente adoración a Dios». En honor a san Timoteo.

TIMOTEA, TIMMIE. Femenino de Timoteo. En honor a san Timoteo.

TITO. Latino, «aquel que es protegido y honrado».

TITA. Femenino de Tito. En honor a emperadores romanos y la Carta de Tiberio del Nuevo Testamento.

TRISTÁN, TRISTRAM. Latino, «triste». En honor al caballero Tristán.

TRISTA, TRISTINA. Femenino de Tristán. En honor al caballero del rey Arturo.

ULRICO. Alemán, «noble rico».

ODELIA, ODILA, ODELLA, ODELIND, ODA, ODILE, ODETTE. Femenino de Ulrico. En honor a reyes teutones.

URBANO. Latino, «de la ciudad». Nombre de sumo pontífice.

URBANA. Femenino de Urban. En honor a sumos pontífices.

VALENTÍN. Latino, «fuerte» y, por ende, «valiente, valeroso». En honor a san Valentín.

VALENTINA, VALENTINE, VALERIE, VALERIA, VALOR, VALEDA, VALENCIA, VAL. Femenino de Valentín. En honor a san Valentín.

VALDO. Alto alemán antiguo, «el que gobierna». En honor a Pedro Valdo, fundador en el siglo XII de la orden religiosa de los valdenses.

WALDA. Femenino de Valdo. En honor a Pedro Valdo.

WESLEY. Anglosajón, «procedente de la pradera oeste». En honor a John Wesley, fundador del Movimiento Metodista.

WESLA, WESTLA. Femenino de Wesley. En honor a John Wesley.

YVES, IVER, IVOR. Escandinavo antiguo, «arquero». En honor a san Ives.

YVETTE, YVONNE, YEVETTE, VONNIE. Femenino de Yves. En honor a san Ives de Bretaña.

La dominación y lo cotidiano

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