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Capítulo 3: hablar con los niños acerca de la legendaria ciervo
ОглавлениеUn fresco día de otoño, como el sol de oro cayó por debajo del horizonte, dos negrita niños llamado Steve y Elly se encontraron envueltos en una animada discusión con sus amigos. El aire crepitaba con la tensión como ellos audazmente proclamó que la escalofriante historias de Edward los Ciervos eran nada más que de fantasía de los cuentos de hilado para asustar a la gente de la ciudad.
Sus amigos se burlaron y sacudió su cabeza con incredulidad, les advierte de las graves consecuencias que espera a aquellos que se atrevieron a burlarse de la leyenda de el castillo encantado. Pero Steve y Elly era su tierra, sus ojos destellando con inquebrantable determinación. Estaban ansiosos de demostrar su valentía y poner fin a la persistente temor de que había arrojado una sombra sobre su amado pueblo.
– Que se niegan a ser intimidados por la mera historias, declaró Steve, su voz firme.
– Nos aventuraremos al castillo en una noche de luna y frente a este llamado de miedo de los ciervos. Vamos a ver por nosotros mismos si las leyendas titular de ninguna verdad.
Elly, asintió con la cabeza, su espíritu se inmutó por el siniestro de los cuentos que se había apoderado de la ciudad en el miedo.
– Vamos a mostrar a todos que no hay nada que temer sino al miedo mismo”, afirmó, su mirada firme.
Con sus corazones rebosantes de resolver, los dos intrépidos niños que se establecen en su osada búsqueda, sus pasos la luz pero con propósito, en su camino hacia la amenazadora silueta de un antiguo castillo. El plateado de la luna bañaba el paisaje en un brillo sobrenatural, proyectando largas, etéreo sombras que bailaban en el empedrado camino que conduce a la prohibición puertas del castillo.
A medida que se acercaban las oscuras arco que marcaba la entrada a los terrenos del castillo, un silencio cayó sobre la noche, sólo roto por el suave susurro de las hojas en la brisa suave. El aire estaba embarazada con anticipación, y un estremecimiento de emoción recorrió Steve y Elly de las venas, mezclándose con los temblores débiles de aprehensión que tiró de los bordes de su valentía.
Haciendo una pausa en el umbral del castillo, intercambiaron una mirada sin palabras, cada uno encontrar la tranquilidad en la inquebrantable determinación reflejada en los ojos del otro. Con un compartida nod, se salieron con valentía en el patio iluminado por la luna, sus sentidos se agudizan y su corazón golpeando con una embriagadora mezcla de miedo y emoción.